La revista Famitsu ha dejado un buen puñado de interesantes detalles de Fantasy Life, juego creado por el estudio first party de Nintendo Brownie Brown y producido por Level-5.
Nada más iniciar el juego tenemos que crear el personaje que nos representará en la aventura, pudiendo elegir ojos, nariz, boca, cejas, voz, etc., además de poder ajustar forma, tamaño y posición también, de una forma similar a como lo hacemos al crear un Mii.
A partir de aquí toca elegir profesión entre las 12 reveladas por el momento: minero, brujo, costurero, soldado del reino, carpintero, leñador, herrero, cazador, alquimista, cocinero, mercenario o pescador (echadle un ojo a los artworks).
La ciudad principal se denomina Kuruburuku y cuenta con 3 áreas principales:
- El boulevard o avenida principal, donde encontramos:
- El majestuoso castillo de Kuruburuku, gobernado por un jovencísimo rey y su bella y madre.
- Tienda de moda: Donde poder adquirir nuevo vestuario.
- Puesto de guardia de los soldados del reino: Base de los soldados, un lugar al que tendremos que acudir con frecuencia si elegimos esta profesión.
- Ciudad de los artesanos:
- Taller Real de Kuruburuku: Un gran edificio que abastece de tecnología a todo el reino.
- Tienda Sospechosa: Hasta el tendero es sospechoso. Se comenta que aquí podríamos comprar pociones curativas.
- Centro de la ciudad:
- Plaza: Una enorme plaza gobernada por una gran fuente en su centro entorno a la que se reunen habitantes del reino, músicos callejeros, etc.
- La casa de la fortuna: Si queremos conocer el futuro o nuestra suerte, este es el lugar al que debemos ir.
- Mercado: Carne, verduras, pescado… todo lo necesario para cualquier chef que se precie, como por ejemplo, los cocineros del castillo, que se desplazan a este mercado para abastecerse de todo lo que necesiten.
Por último, se comenta que las horas en este juego pasarán en intervalos más rápidos que en la vida real, y que el día y la noche afectarán tanto a los personajes del juego, como a comercios, etc. No será lo mismo ir a una tienda a la tarde que a la noche, claro, cuando ya está cerrada.
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