De Wii, a Wii U, con una Wii Mini después. De 3DS, a New 3DS, y ojo, que esta última no es un relevo generacional, y por en medio también tenemos una 2DS. ¡Qué lío de nombres! ¿Eh? Para ti, y para mi, que nos sabemos ya de memoria cuál es cada una, no supone ningún problema. Pero ahí está la pobre Wii U, que tuvo un comienzo de lo más caótico a causa de su nombre («U» no representa un cambio generacional), y que aún a día de hoy seguro que causa alguna confusión que otra.
Conoceréis a Dan Adelman por ser la cara indie de Nintendo. Bueno, mejor dicho, hasta no hace mucho «era»… Este exdirector comercial de Nintendo América se encargaba de lidiar con los pequeños estudios, acercándolos a la Gran N y de hecho, era una figura muy querida y admirada en ese entorno. En la actualidad, Adelman va por cuenta propia en busca del sueño independiente, sin olvidar su paso por Nintendo. En una reciente entrevista, ha asegurado que hará lo posible para que sus proyectos lleguen a 3DS o Wii U, si ocurre el caso de que se ajusten bien a estas plataformas.
Pero volviendo a lo que comentábamos al principio, el ex de Nintendo ha tenido un interesante comentario al respecto:
«Ahí fuera hay compañías que están especializadas en ayudar a otras compañías para dar nombre a sus productos. Nintendo, claramente, no hace uso de ellas. ¡Tengo la sensación de que me voy a meter a mi mismo en problemas!»
Adelman estuvo «ahí adentro» y seguro que conoce el funcionamiento interno de la compañía nipona hasta cierto punto. Por supuesto, Nintendo debe tener sus propios departamentos que se encarguen de estos temas tan importantes como hacer sondeos, estudios y demás para la simple elección de un nombre… que para nada es tan simple. No hace falta decir que está demostrado que un nombre puede suponer la victoria o derrota de un producto.