No, no es que tengan problema para alimentarse o que en Platinum Games sean unos negreros.
A lo que se refiere Atsushi Inaba, líder del estudio, es a lo que aquí en España decimos «que el hambre agudiza el ingenio», o bien que la escasez de recursos pueden abrirte la mente de una forma de la que no serías capaz cuando lo tienes todo.
El creativo recuerda como en 2006 comenzaron su andadura con tan sólo 50 empleados, y ya van por los 200, con el gran temor de llegar a perder esa identidad tan marcada que se están forjando.
«Creo que algo importante para un desarrollador independiente como nosotros es estar al borde de morir de hambre. Quiero decir, dirigir la compañía como si estuvieras en peligro de morir de hambre todo el tiempo, esa es la forma correcta de hacerlo.
En realidad hay un montón de personas que trabajan en la empresa con las que nunca he tenido una charla informal, algo que me parece extraño. Un día, miras a tu alrededor y de repente hay cientos de personas trabajando en algo y no estás muy seguro de dónde todos vinieron.»
El relación a esto, Hideki Kamiya, miembro también de Platinum Games, realizó recientemente un desafiante comentario acerca de Capcom y los grandes equipos que forma para desarrollar sus juegos:
«He escuchado que hay una gran cantidad de personas trabajando en Devil May Cry 4, una enorme cantidad de personas… Eso no les ayuda, ¿verdad?»
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