No es ningún secreto que Nintendo no para quieta en cuanto al desarrollo de hardware se refiere. Desde el momento en el que al fin lanzan al mercado una nueva videoconsola, se ponen manos a la obra realizando las más secretas pruebas internas con el fin de buscar esa idea que representará a la próxima videoconsola de la compañía.
Shigeru Miyamoto fue cuestionado por estos temas durante el E3, y por suerte no esquivó el tema:
«Bueno, siempre estamos experimentando con un montón de diferentes tipos de nuevo hardware. Lo cierto es que más recientemente nos hemos enfocado bastante en qué podemos hacer mejor para mejorar la transición de un hardware al siguiente. Desde GameCube a Wii, fuimos capaces de crear una suave transición desde una hasta la siguiente en términos del entorno de desarrollo. En cambio, de Wii a Wii U, han existido algunos obstáculos que debíamos superar para la transición a este nuevo sistema de hardware.»
Sin lugar a dudas, el mayor obstáculo al que se refiere Miyamoto fue el escalón gráfico que a penas se produjo desde Nintendo GameCube a Wii, y el hecho de no saber comunicar a los posibles clientes las diferencias con su anterior sistema. Sabemos que algunos proyectos fueron retrasados (Pikmin 3, sin ir más lejos) y otros inicialmente no supusieron un avance gráfico importante, más allá de abrazar la alta definición. Miyamoto continuó:
«La cuestión está en si queremos o no tener un sistema portátil y una consola doméstica y decidir si quizás, así como el poder de procesamiento mejora, podríamos simplemente decir que nos quedamos con una portátil y hacerla de tal forma que también podría utilizarse como un sistema de consola de sobremesa, cuestión que está vinculada directamente a la estrategia del producto, y algo en lo que no puedo entrar en detalles.»
Wii U de hecho ya toma parte de ese concepto; tenemos sobremesa y portátil todo en uno, pero si el GamePad no está cerca de la consola, se convierte en un aparato totalmente inútil (bueno, sirve de mando a distancia). Quizás en el futuro se pueda crear una evolución del GamePad que incorpore toda la potencia de la consola en el mismo mando, pudiendo interactuar con la televisión de igual forma. Lo que Miyamoto quiere dejar claro es que están allanando el terreno para que cuando llegue la transición, no se vean envueltos en problemas:
«Pero lo que sí puedo decir es que, por el momento, realmente nos estamos centrando en el desarrollo y construcción de estos entornos que nos permitirán en el futuro conseguir una suave transición de un sistema de hardware al siguiente.»
¿Y cómo estará haciendo esto Nintendo? Utilizando lenguajes de programación para sus herramientas que perduren en el tiempo, por ejemplo, HTML5 con el que está desarrollado Miiverse y aplicaciones como Wii Street U. También creando periféricos que puedan reutilizarse en máquinas posteriores (el proyecto amiibo, o incluso el GamePad), o un sistema operativo que pueda adaptarse a la nueva generación de Nintendo, ya sea portátil o de sobremesa. Algo así, facilitaría ports de videojuegos o software, traspasos de información, etc. El futuro está ahí, y Nintendo ya se encuentra trabajando en él, lo cual no debe alarmar a nadie puesto que no era ningún misterio.