El pequeño estudio catalán Beautifun Games dio un auténtico pelotazo en 2012 con Nihilumbra. Un juego que sigue la definición de «indie» a rajatabla (plataformas y puzles 2D, gráficos minimalistas, ambientada en una distopía y protagonizado por siluetas) pero que consiguió encontrar su propia personalidad y calar en los corazones de sus jugadores gracias a una sabia mezcla de mecánicas al compás de toda una lección de narrativa interactiva. Ahora, tras una larga espera, podemos disfrutar de Nihilumbra en Wii U.
Historia
A lo largo de cinco mundos controlamos a Born, una misteriosa figura que lucha por escapar del vacío, “The Void”, a la vez que trata de encontrar su identidad en un mundo que se consume a sus espaldas. Todo ello, narrado por una potente voz que bien podría ser nuestra propia conciencia, por lo pesada que es a veces, buscando la redención por nuestro pecados, simbolizados por ese mar morado del que salen horrendas criaturas que intentarán impedir nuestra salvación. Por suerte, contaremos con hasta cinco poderes que aprenderemos en cada mundo, colores con los que modificar la realidad para superar los obstáculos que nos encontremos.
Queda patente que, aunque Nihilumbra es un juego corto y bastante sencillo, no es ni mucho menos ligero. Su origen como título destinado a móviles no debe llevarnos a engaño: hay un interesante simbolismo detrás de cada elemento, tanto narrativo como jugable, que nos hará mantener el interés en las dos horas que tardarás en pasarte la historia, al menos, el que esté interesado en ir un poco más allá. Así, Nihilumbra es una experiencia corta pero intensa, que, como cualquier buena película, querrás volver a experimentar, para descubrir detalles casi invisibles que la primera vez pasaron desapercibidos.
Jugabilidad
Movemos a Born con los botones e interactuamos con los poderes desde la pantalla táctil. Cada uno de los cinco colores modifican el entorno, de forma que si pintamos el suelo con el color azul, nos deslizaremos a mayor velocidad; si pintamos con el verde, rebotaremos para alcanzar grandes alturas… La mayoría de los puzles mezclan varias mecánicas para abrir camino al personaje y eliminar a los enemigos. Aunque algunas situaciones se repiten demasiado, la curva de aprendizaje comprende todo el trayecto, desde el primer al último nivel, con lo que nunca se hace repetitivo.
Eso sí, aún si algún puzle os cuesta más que otros, una vez aprendes a descubrir qué poder usar en cada situación, la solución cae por su propio peso. Es una aventura muy fácilona, sí. Llegaréis a sentir que no se ha alcanzado el potencial de muchas de las interesantísimas mecánicas que propone Nihilumbra, pero os aseguramos que la historia no es ni la mitad de lo que ofrece el juego.
Más allá del vacío…
Posiblemente podrías considerar lo siguiente como un spoiler, aunque es una parte tan importante del título en conjunto que es necesario mencionar en su análisis. Una vez terminas el juego desbloqueas el modo “Vacío” que, básicamente, transforma todos los niveles (cerca de 50) en auténticos infiernos. No siguen ningún hilo narrativo, ni siquiera están escalonados en dificultad: son desafíos independientes, que pondrán a prueba todo lo aprendido durante la aventura e incluso introducirán elementos nuevos, sin ningún tipo de ayuda o tutorial. Entrar en cualquiera de estos niveles significa una muerte casi segura, pues los peligros llegan de todas partes, sin avisar.
La parte negativa de estos niveles es que la situación no siempre consiste en darle al coco, sino usar con habilidad todos los poderes en el lugar y el momento preciso, algo que, por culpa de lo incómodo que resulta el control, no es nada sencillo. Mantener el control del personaje no es tan fácil si a la vez tienes que dibujar con cierta precisión en la pantalla con el otro pulgar, y los atajos de los gatillos para cambiar de color se quedan insuficientes.
Pero definitivamente, esta segunda ronda es muy difícil de por sí, casi cruel. La diferencia entre estos niveles y la aventura es abismal, y se echa en falta un término medio, ni tan facil ni tan despiadado. Eso sí, los que busquen un reto, con esto van a tener para mucho rato. Y, al no seguir ningún orden, uno puede abordarlos como quiera y desde donde quiera sin preocuparse por nada más, lo cual es todo un acierto de diseño. ¿No sabes qué hacer y no tienes mucho tiempo? Pues le echas un nuevo intento a este nivel criminal que tanto se te atascaba.
Conclusión
Nihilumbra son dos juegos en uno. Primero, la aventura, cortita pero impecable tanto a nivel jugable como a artístico, que ya de por sí justificaría su adquisición (y más a ese precio). Cuando lo acabes, y puedes hacerlo en dos horas o menos, encuentras un modo extra, totalmente independiente e innecesario para comprender la experiencia del juego (aunque justificado por un detallito muy majo al final de la historia), pero que supone todo un reto para los más intrépidos que multiplica su duración proporcionalmente al nivel de dolor que estéis dispuesto a sufrir.
Vamos, que si sumamos las galerías de arte y logros de rigor, y un cooperativo para dos totalmente innecesario, pero que ahí está, nos sale uno de los juegos más completos y versátiles de todo el catálogo de la eShop. Encima, a un precio muy adecuado (8,99 €) para todo lo que puede dar de sí. El nivel de dificultad podría haberse ajustado un poco, especialmente en ese desbocado modo Vacío, frustrante en demasiadas ocasiones por culpa del control, pero más allá de eso, poco más se le puede echar en cara. Muy recomendable si buscas una experiencia diferente.
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