Análisis – Poochy & Yoshi’s Woolly World. El mejor Yoshi en años, ahora portátil

Yoshi’s Woolly World, lanzado en 2015, no solo fue un juego de plataformas excelente, sino que también supuso el retorno de Yoshi a las consolas de sobremesa, levantándose por una vez de su cómodo sillón portátil para acudir al rescate de Wii U y engrosar su hambriento catálogo. Además, los fans del personaje lo celebramos doblemente porque los gráficos en alta definición de Wii U permitieron mostrar al dinosaurio como nunca antes la habíamos visto. Los Yoshis de Isla Remiendos son secuestrados por Kamek, que los convierte en ovillos de lana y se los lleva en una bolsa. Y es que ahora Yoshi, Kamek, y casi todos los enemigos y escenarios están hechos de lana e hilo, como si de peluches correteando en maquetas tejidas a mano se tratasen.

 

Good Feel ya realizó un movimiento similar en Wii con Kirby’s Epic Yarn, e incluso en Yoshi’s Story de Nintendo 64 vimos niveles que claramente han servido de inspiración para el presente juego. Pero Yoshi’s Woolly World lo llevó a un nuevo nivel gracias a sus gráficos HD, que dotaban al mundo de un acabado visual espectacular, casi fotorrealista, con detalles tan encantadores como el suelo hundiéndose al pisar Yoshi como si de un tejido mullidito de verdad se tratase. Ha pasado un año y medio, y la situación es muy distinta: Nintendo ha sacrificado su Wii U, y sus juegos son muy jugosos para engrosar rápidamente el catálogo tanto de la nueva Nintendo Switch como de la veterana Nintendo 3DS.

 

 

La isla de los dinosaurios lanudos

Poochy & Yoshi’s Woolly World es un port casi directo del juego de Wii U: mismos niveles, mismo diseño, mismos controles, misma música y mismos objetos. A grandes rasgos, lo único que perdemos es el cooperativo local y, por supuesto, los gráficos en alta definición. A cambio, la versión de 3DS ofrece un puñado de novedades, algunas más exitosas que otras, pero que demuestran un esfuerzo por justificar este salto tan apresurado, que incluso podría llegar a interesar a quien lo jugara en su día y quiera repasarlo.

Lo primero que debéis saber es que Yoshi protagoniza un juego muy sencillito. Quien espere un reto al estilo de un Donkey Kong Country se sentirá decepcionado, pues los niveles son bastante fáciles de superar (aunque la curva de dificultad es notable en los últimos mundos). A cambio, son bastante largos, y sobre todo, variados: encontraremos secciones más frenéticas de saltos pero también niveles más pausados, con bifurcaciones y pequeños puzles donde primará la exploración, casi como minimazmorras en 2D, à la Metroidvania. Esta variedad de ritmos puede resentir un poco el ritmo, pero desde luego da una variedad inusitada en los juegos 2D, a las que además se añade un diseño de niveles impecable marca de la casa, con nuevas mecánicas introducidas en cada nivel, especialmente originales en los últimos mundos.

 

 

Además, aunque el juego sea accesible para todos, conseguir el 100% supone un reto importante debido a la ingente cantidad de coleccionables escondidos en cada nivel. Una cosa es superar el nivel, y otra hacerlo habiendo encontrado las cinco flores, las cinco madejas, los 20 sellos (camuflados entre las muchísimas cuentas, la moneda del juego) y con la salud al 100%. Especialmente significativo este último: incluso en un nivel sencillo, llegar a la meta sin sufrir daños requiere bastante destreza.

Que los niveles estén llenos de coleccionables significa que habrá que recorrerse hasta el último palmo de suelo y aire, porque muchos interruptores son invisibles, y depende de nuestra intuición encontrarlos. Por supuesto, son opcionales, pero desbloquearán niveles extra y diseños para los Yoshi. En nuestra opinión, es un método muy inteligente de elevar considerablemente el reto para los jugadores más experimentados sin frustrar por ello la experiencia a los jugadores más jóvenes, que encontrarán en Yoshi’s Woolly World un juego perfecto para iniciarse.

 

Perretes y dinosaurios, ¿qué más se puede pedir?

Habiendo desgranado el grueso del juego, que es el mismo que en Wii U, veamos ahora las novedades de esta versión. Ya hemos mencionado que pierde el cooperativo, quizás la única falta real frente a Wii U. Hablemos de los gráficos: obviamente, se pierde en definición, pero el resultado es igualmente vistoso. Los preciosos diseños se ven bien en la pequeña pantalla (se ha acercado un poco la imagen para que no veamos al personaje muy pequeño), son coloridos, y las texturas ya no son tan realistas, pero siguen estando muy bien definidas. El 3D es irrelevante, pero sí que resalta las distintas capas de profundidad, (por cierto, va fluido como el agua siempre). La música es preciosa, aunque algunas melodías se repiten mucho.

Si el original incluía un modo «Relajado» en el que Yoshi tenía alitas y podía evitar caerse por los precipicios, en esta versión está incluso más relajado todavía: ahora le acompañan 3 perritos, o «Poochitos», que podrá usar como ovillos infinitos (los clásicos huevos de los juegos de Yoshi que puede lanzar contra los enemigos y otros menesteres), y que además señalarán la ubicación de zonas secretas o coleccionables ocultos, algo muy útil dada la enorme cantidad de ellos. Por otro lado, si escaneamos el nuevo amiibo de Poochy, que sale a la venta el mismo día que el juego, llamaremos a nuestra mascota, que puede sernos de gran ayuda para pasar por zonas con pinchos o derrotar algunos enemigos.

Como se puede apreciar por el título, la gran atracción de esta versión es el mayor protagonismo del simpático perrete Poochy. Además de lo arriba mencionado, cuenta con una serie de niveles exclusivos, de scroll continuo, a lo runner. Son solo seis y cortitos, pero conseguir los logros propuestos en cada uno nos tomará varios intentos. Funcionan muy bien y son divertidos, pero podrían haber dado mucho más de sí; se sienten demasiado acople de última hora. Más original es el editor de Yoshis, que nos permitirá pintar nuestro propio diseño sobre un modelo en blanco, o bien usar patrones predefinidos que desbloqueamos en la aventura. Una evolución  lógica de un concepto (Yoshis de diferentes diseños) que ya estaba presente en Wii U, y que por cierto nos deja compartirlos por StreetPass.

 

 

Pero quizás la novedad más interesante es la que no es jugable: una serie de 30 cortos de animación realizados mediante la técnica de Stop-Motion (de apenas 30-45 segundos de duración), que narran aventuras cotidianas de los Yoshis y Poochy en su versión amiibo y que son lo más cuqui del universo. En el canal de YouTube de Nintendo podéis encontrar algunos ejemplos, e incluso un breve making off donde se ve el laborioso proceso de realización de estas piezas. Si pensáis lanzaros a por el juego, debéis saber que se desbloquean uno cada 24 horas, por lo que tendréis que jugar forzosamente durante un mes si queréis verlos todos. Así, Nintendo se inventa una estrategia muy curiosa para mantenernos pegados al juego mucho tiempo, y de paso, sacarnos una sonrisa. Son artesanales, son divertidos, son monísimos, y son totalmente inesperados. Encajan como anillo al dedo con el concepto del juego, y no me los puedo quitar de la cabeza.

 

 

Conclusión – Poochy & Yoshi’s Woolly World. Oportunidad de oro para los usuarios de 3DS

Uno de los mejores juegos de plataformas de Wii U lo es ahora de 3DS. Sus gráficos en Wii U impresionaban mucho más, pero incluso en la pequeña pantalla de la portátil siguen siendo preciosos. Pero lo más importante es que nos encontramos ante unos niveles mayormente brillantes, y sobre todo, muy variados, accesibles para todo el mundo, pero que suponen un reto difícil y largo para el completista. Una pega personal es que, precisamente, la cantidad de coleccionables puede hacer algunos niveles más pesados y romper un poco el ritmo, pero quejarse de eso es como quejarse de tener demasiada comida en un buffet libre. Altamente recomendable, aunque si lo jugaste en Wii U se queda un poco corto en novedades, y Poochy tenía mucho más que decir.

Eso sí, los cortos en Stop-Motion con Yoshi y un perrete han sido un flechazo del que me va a costar recuperarme.

 

SPOILER ALERT

No nos ha gustado nada el final del juego. Poochy tenía mucha carrera como secundario en los juegos de Yoshi
Poochy & Yoshi's Woolly World es básicamente el mismo juego que vimos en Wii U, pero con algunas pequeñas novedades para compensar la pérdida del multijugador y el HD. Con o sin ellas, es un plataformas excelente, largo, variado y para todos los públicos, desde el principiante al completista. Se ve y se juega genial en la portátil, si no lo tuviste, no lo dudes.
JUGABILIDAD
85
GRÁFICOS
80
SONIDO
80
DURACIÓN
85
Nota de lectores2 Votos
91
PROS
Seis mundos y muchísimos niveles largos, variados y llenos de secretos. Hay Yoshi para rato.
Gráficamente, sigue siendo una maravilla, y aunque obviamente en Wii U se ve mejor, los diseños no han perdido un ápice de originalidad.
Algunas novedades, ligeras pero agradecidas, respecto a Wii U. Sus 30 cortos Stop-Motion son una maravilla.
CONTRAS
Si lo jugaste en Wii U, las novedades pueden saber a poco.
Poochy podría haber dado más de sí: sus niveles exclusivos son bastante breves y escasos.
Los niveles están tan abarrotados de coleccionables que a veces abruma un poco, sobre todo porque en eso basa su dificultad.
85