Si saliésemos a la calle a preguntar por la mejor serie de videojuegos de basket probablemente 9 de cada 10 (siempre tiene que haber alguien que dé la nota) nos responderían “NBA 2K”. El primero de la saga, aparecido para Dreamcast en 1999, fue un “insta win” en un momento en que los NBA Live dominaban las listas de ventas de este tipo de títulos con un estilo que se aproximaba mucho al arcade. El GD Rom de Visual Concepts, en aquella época parte de Sega Sports, irrumpió con un apartado técnico sobresaliente y, sobre todo, un realismo enorme gracias a la sensación de tener un control total sobre lo que pasaba en la cancha, algo inédito por aquel entonces. Las siguientes entregas siguieron apostando como base por estas dos características y, muy rápidamente, NBA 2K se convertiría en la referencia dentro del género baloncestístico y, por qué no decirlo, del deportivo en general. Como nos recuerda una estatua de Allen Iverson en «El Barrio», lugar del que hablaremos más adelante, han pasado 18 años y, aunque ha evolucionado enormemente en cuanto a contenido y modos de juego, saltar a la cancha sigue siendo una delicia gracias a que los cimientos de esta franquicia siguen intactos en NBA 2K18 para Nintendo Switch.
>“Puedo tirar tanto con la derecha como con la izquierda, soy anfibio” – Charles Shackleford
Espectáculo. Esa es la palabra que cualquiera asocia a la liga de baloncesto norteamericana y esta edición de 2018 lo supura por cada uno de sus bytes. Como avanzamos en nuestras impresiones, todo lo que rodea a los partidos está reproducido hasta el mínimo detalle y, si no fuera porque tenemos que empuñar un mando para manejar a nuestro equipo, no sería descabellado prepararnos un refrigerio y sentarnos a disfrutar de los encuentros como si de una retransmisión real se tratase. Visual Concepts domina como nadie este apartado y cada temporada mejora lo que parece inmejorable.
Shows prepartido, entrevistas a pie de campo, un estilo de realización televisiva muy convincente y unos comentarios que, en versión original, cuesta creer que sean pregrabados (aunque en Modo Dock a veces suenan acompañados de un leve pero molesto chisporroteo). Pabellones, mascotas o jugadores, sobre todo los más conocidos, están representados de forma realista y minuciosa aportando su granito de arena para que todo suceda de manera fluida y coherente ante nuestros ojos.
El motor gráfico, New Motion Engine, es el mismo que se ha utilizado en otras plataformas más potentes y, aunque con lógicos recortes en efectos de iluminación, polígonos, resolución y algún tirón puntual en los 30 fps (más frecuentes tras la actualización a la versión 1.03), funciona de manera muy solvente en nuestras Switch, sobre todo en modo portátil, donde luce de manera excelente. Las animaciones hacen gala de buena fluidez, pasando a ser parte del proceso de desplazamiento por la pista y no un obstáculo que ralentizaba la acción como en anteriores ediciones. Esto ayudará a fortalecer la sensación de control sobre el jugador, lo que nos facilitará disfrutar más del juego en el poste de Shaq o parar en seco en pleno contraataque para lanzar de 3 con Russell Westbrook.
Pero claro, esto también puede hacerlo la CPU y, gracias a una IA muy bien ajustada, nos quedaremos asombrados con el criterio que reina en las acciones de los baloncestistas que no manejamos. Obviamente habrá momentos en los que apreciemos desajustes ofensivos o defensivos, pero son cosas que también suceden en la vida real, ¿no? Tácticamente disponemos de amplio control sobre el comportamiento de nuestro equipo y tener un mínimo dominio de los fundamentos del baloncesto nos servirá de apoyo a la hora de afrontar los partidos, pero no será algo obligatorio. Y ahí, gracias al profundo entendimiento de este deporte que demuestra tener Visual Concepts, está otra de las grandes virtudes de los títulos de esta franquicia, ya que cualquier usuario es capaz disfrutar con ellos pero poseen la profundidad suficiente para que los más avanzados puedan deleitarse aprovechando la inmensa variedad de posibilidades que nos brindan en la cancha.
Podemos obcecarnos en tirar triples con Curry aunque esté defendido por dos contrarios pero probablemente en situaciones así tendremos más éxito si buscamos desmarcarnos con ayuda de un bloqueo o si pasamos al compañero que, por lógica matemática, ha quedado libre. Tampoco está de más que nuestro conocimiento sobre la NBA vaya más allá de Jordan o Gasol, pues este año se ha dado un paso más en la intención de plasmar lo más fielmente posible la manera de comportarse sobre el parqué de cada uno de los jugadores, por lo que conocer las aptitudes de cada miembro de la plantilla será de gran ayuda para maximizar la eficacia del juego de nuestro equipo.
El control, en el que ya no notamos el leve pero molesto input lag presente en la versión de salida, también se adapta a cualquier usuario, pues ejecutar los movimientos básicos es muy sencillo mientras que tenemos que aplicarnos para encadenar maniobras más complicadas y desequilibrantes. La única pega que podemos ponerle a este apartado está en el sistema que define la efectividad en el tiro. Cada vez que ejecutemos la acción de lanzar aparecerán dos indicadores, uno para el timing y otro para nuestra posición con respecto a los defensores. Mientras el primero tiende a despistarnos y es muy poco fiable (recomendamos quitarlo y encomendarnos a la animación de nuestro jugador), el segundo aporta una información escasamente útil debido a que el ratio de intentos/canastas no está del todo bien ajustado y fallaremos más de lo esperado, sobre todo bandejas (donde curiosamente desaparecen ambos medidores), incluso con enormes pívots debajo de canasta que deberían machacar pero incomprensiblemente no lo hacen. Para solucionar esto podremos cambiar multitud de parámetros en los ajustes del juego, incluso descargando los definidos por otros usuarios, y así conseguir aún más realismo en determinadas acciones de juego.
«Sí, fallo tiros libres, pero es que no puedo hacerlo todo bien» – Shaquille O’Neal
La saga baloncestística de 2K lleva años innovando en el tema de los modos de juego. Fueron pioneros en dotar de un toque manager a la clásica temporada con “LaAsociación”, implementaron la competición con cartas con “MiEquipo” y en NBA 2K10 introdujeron el exitoso “MiJugador”, una mezcla de RPG con simulador de baloncesto en el que nuestra misión era crear un personaje de la nada y convertirlo en una superfigura del basket, tomando decisiones que afectarían a su carrera y comprando mejoras para sus atributos con puntos de habilidad que nos daban tras jugar partidos. Hace unos años cambió su nombre por “MiCarrera” y los puntos de habilidad por moneda virtual, pero sigue siendo uno de los pilares de esta entrega y en ella tomaremos las riendas de la vida de DJ, apodado así porque abandonó el basket para convertirse en pinchadiscos antes de regresar a los playgrounds.
Como es norma de la casa, nuestro progreso estará contextualizado por cinemáticas que en esta entrega son excesivamente numerosas, imposibles de omitir y con una trama que cada año pierde más trascendencia mientras que gana product placement. Esta abundancia de escenas, unida a algunos tiempos de carga bastante largos, provoca cierta lentitud en el desarrollo de la acción y la sensación de que los acontecimientos que ocurren lo hacen por seguir un guión ya que, por muy paquetes que seamos, los patrocinadores se pelearán por nosotros y pasaremos de no contar para el entrenador ni en los minutos de la basura a entrar en el cinco inicial sin motivo especial aparente. En los partidos controlaremos únicamente a DJ y, dependiendo del rendimiento que tengamos, seremos recompensados con más o menos monedas virtuales que podremos usar para comprar artículos o mejoras para nuestras habilidades.
La gran novedad de “MiCarrera” este año es “El Barrio”, un escenario urbano online permanente en el que nos cruzaremos con otros jugadores conectados en ese momento, al estilo de lo que era Playstation Home en PS3, o la esencia de la Plaza de Cromópolis de Splatoon 2, por poner un referente “made in Nintendo”. En él podremos pasar las horas entre partido y partido recorriendo la zona con total libertad, visitando locales y tiendas donde gastar nuestra pasta virtual en minijuegos o en personalizar estéticamente a nuestro avatar. Pero no os preocupéis si no os va el rollo shopping, porque en “El Barrio” también tenemos la posibilidad de entrenar con nuestro equipo o sólos en casa o en el gimnasio, todo con la finalidad de aumentar nuestro nivel y llegar a una valoración de 99, el objetivo principal de este modo.
https://youtu.be/3EPHnjHu77g
La idea nos ha parecido original y la variedad de acciones con las que podemos disfrutar mientras no estamos en las canchas le aporta un extra de diversión, pero llevarlas a cabo termina por convertirse en algo tedioso debido a la lentitud de movimiento de nuestro personaje en el entorno, con molestas bajadas en la tasa de frames en algunas localizaciones, y a las distancias entre lugares.
Además, también será aquí donde podamos disputar partidos en línea en las canchas de “El Parque” y “Pro-Am” (aunque nos resultará muy complicado encontrar compañeros o rivales porque, de momento, no hay muchos usuarios online), lo cual, unido al aumento en la importancia que tienen los micropagos para el progreso de nuestro personaje, nos obliga a disponer en todo momento de conexión a internet para aprovechar al completo este modo, comprometiendo terriblemente una de las principales ventajas de la versión Switch: la portabilidad.
PACIENCIA O DESPLUME
Los micropagos han sido parte de la serie NBA 2K desde que incluyeron “Mi equipo” y su sistema de sobres de cartas pero, cada año que pasa, es menos posible ignorarlos en el resto de modos. “El Barrio” está descaradamente enfocado al “Pay To Win” y parece haber sido diseñado principalmente para atraer a los jugadores a gastar más VC (Virtual Currency), puesto que esta moneda virtual tiene influencia en casi todo. La desarrolladora nos lo deja claro nada más cargar el juego, ya que lo primero que tendremos que hacer es crear a nuestro jugador con un editor extremadamente parco en opciones (la app con escaneo facial aún no es compatible con la versión de Switch). En NBA 2K18 los cortes de pelo, tatuajes o complementos serán de pago y sólo representan la punta del iceberg. Eso sí, las numerosísimas quejas de los usuarios han surtido efecto y 2K ha bajado drásticamente los precios de algunas cosas. Cambiar de peinado ahora cuestan 100 monedas por las 1.500 de las primeras semanas.Las recompensas con VC para mejorar atributos se han reducido enormemente y, pensándolo fríamente, deberíamos felicitar a Visual Concepts, puesto que es más realista que la evolución de nuestro baloncestista sea lenta. Pero los jugones tenemos ese ansia viva por ser los mejores cuanto más rápido mejor y, si no tenemos paciencia y queremos progresar sin tener que dejar de comer y cenar para dedicarle días enteros al juego, no hay más opción que pasar por caja. 2K sabe que nadie en su sano juicio (y con una cartera repleta) va a dejar pasar la oportunidad de «posterizar» un par de veces a LeBron en el mismo partido antes de que llegue el All Star, ¿verdad? Aunque lo peor llega porque esto se extrapola a los partidos en El Parque o Pro-Am ya que, con un jugador de bajo nivel, en estos primeros meses tenemos todas las de perder y alguna más si no nos gastamos los cuartos, algo que creemos que, tras haber pagado el precio completo por el juego, debería ser más una opción que una obligación.
“Con lo malo que soy, es un orgullo ser el duodécimo jugador de la rotación de un equipo” (Mark Pope)
Aunque, como comentaremos más adelante, no podremos disfrutar de “MiEquipo” sin internet, estamos seguros de que esta modalidad acabará siendo una de las que más horas os va a ocupar, pues resulta tan entretenido como desafiante.
Muchos ya conocéis la mecánica, que se trata de crear nuestro equipo a partir de jugadores que obtenemos tras abrir sobres de cartas que compraremos con puntos MyTeam, moneda virtual o real y participar con él en varios tipos de competiciones. Este año presenta dos novedades fundamentales que incrementan, aún más si cabe, las enormes posibilidades de este modo de juego. La más interesante es la importancia que adquieren las cartas de entrenador, cada uno con un estilo de juego determinado que condicionará nuestras decisiones a la hora de colocar jugadores en pista, ya que de ello dependerá la química entre los miembros de nuestra alineación y, por tanto, su competitividad.
La otra novedad es la implantación de un tope salarial por plantilla que hace que disminuya la ventaja de los usuarios amigos de abusar de los micropagos para comprar infinidad de sobres. Así, las partidas serán más equilibradas debido a que no podremos alinear a la vez a 5 superestrellas con altos salarios y tendremos que incluir a más calientabanquillos de los deseables para completar nuestro quinteto. Esto será el principal atractivo de una de las nuevas modos dentro de «MiEquipo», Supermáximo, donde el techo de gasto será fundamental para fomentar la igualdad entre equipos en competiciones online por temporadas. Otro modo que se estrena y se une a clásicos como Dominación o Desafíos es Pack and Playoffs, donde nos enfrentaremos a otros usuarios con equipos 5 vs. 5 disponiendo de nuevas alineaciones cada ronda que superemos.
LO QUE EL ONLINE SE LLEVÓ
Como viene sucediendo en las últimas ediciones, la de este año exige estar permanentemente conectado a los (mediocres) servidores de 2K para poder disfrutar de todo su contenido y modalidades. Si jugáis siempre en casa y/o disponéis de internet allá donde estéis, podéis obviar este punto pero si, por el contrario, queréis disfrutar de NBA 2K18 lejos del sillón o sin posibilidad de enchufaros a una red de datos, prestad atención. El grueso del juego permanecerá intacto, pero sufriremos dos importantes contratiempos: la imposibilidad de seleccionar los modos «NBA Hoy» o «MiEquipo» y la reducción a la mínima expresión de «MiCarrera», que se convertirá en una sucesión de partidos dentro de un calendario NBA en los que iremos mejorando muy poco a poco a nuestro jugador pero dejando atrás todos los elementos de la historia y “El Barrio”, perdiendo gran parte de su atractivo.Además, hay que tener cuidado con poner nuestra Switch en Modo de Espera, puesto que con esto también nos desconectaremos de los servidores y podemos perder el progreso que no hayamos guardado. Hemos comprobado en nuestras propias carnes que no es una solución 100% infalible, pero os recomendamos guardar partida y cerrar el juego antes de interrumpir una sesión de NBA 2K18.
“Queremos ganar. Queremos ganar a lo grande. Queremos ganarlo todo. Queremos la tarta entera, no un trozo. Queremos ponernos realmente gordos” – Shaquille O’Neal
Con «MiGM» y «MiLiga» nos encontramos ante dos modos que perfectamente podrían ser un juego por sí solos. En ellos podemos crear ligas y controlar todos y cada uno de los apartados de la gestión de un equipo que van desde diseñar el pabellón hasta decidir el precio del merchandising pasando por planificar los entrenamientos.
La profundidad de ambos es tan abrumadora que lo más probable es que, tras “perder” una cantidad ingente de horas con los temas de despacho, acabemos haciendo uso de la opción de simular partidos (con o sin intervención nuestra en el desarrollo de los mismos) si no queremos eternizarnos.
La diferencia básica entre ellos es que en «MiGM» nuestra gestión es un poco más específica e incluye una historia de fondo presentada con cinemáticas sin audio, en la que nos pondremos en la piel de un exjugador (el mismo que hemos creado para «MiCarrera») quien, tras una lesión, se convierte en General Manager de una de las franquicias. Así, además de controlar estadísticas y finanzas, tendremos conversaciones con otros miembros del equipo en las que tomaremos decisiones que afectarán de alguna manera a nuestro progreso. Con este añadido, que probablemente veremos evolucionar en posteriores entregas, el modo se hace más ameno y gana en atractivo para quienes recelan de desprenderse de la pelota.
“No odio a nadie. No al menos por espacios superiores a 48 minutos y una hipotética prórroga” – Charles Barkley
Como es normal también es posible disputar partidos sueltos y rápidos en el modo “Jugar Ya”, bien sea offline, online (sólo con rivales aleatorios y bastante escasos por el momento) o piques locales entre un máximo de cuatro colegas con una o varias consolas. Podemos elegir entre cualquiera de los 30 equipos que disputan la presente temporada (con plantillas actualizadas diariamente y los nuevos uniformes), 62 de las mejores escuadras de la historia y, como novedad, 30 All-Time Teams (adiós Euroliga!), plantillas formadas por los mejores jugadores en la historia de cada franquicia (aunque con algunas ausencias notables como Barkley o Reggie Miller), gracias a las cuales algunos podremos cumplir el sueño de manejar a unos Lakers con Magic, Kobe, Pau y Abdul-Jabbar.
“Si quisiera podría meter 20 puntos en cualquier partido. Pero ese no es mi deseo” – Dennis Rodman
Esta frase (real, como todas las demás que hemos puesto a lo largo del análisis) resume perfectamente la sensación que nos había dejado NBA 2K18 hasta la actualización a la versión 1.03. 2K y Visual Concepts nos ofrecían un gran título de basket que igualaba en contenido a las versiones para otras consolas pero con unos cuantos errores que no hacían que el juego estuviese roto pero daban la impresión de producto con un acabado “regulero”. Afortunadamente, aunque algunos defectos están propiciados por la naturaleza híbrida de la consola de los Joy-Con (como la pérdida de portabilidad por la dependencia del online en algunos modos o la necesidad de una MicroSD para descargar parte del contenido), la mayoría son pequeños bugs comunes a todos los hardwares y algunos, entre ellos los más graves, se han subsanado ya con el reciente parche que ha llegado a tiempo para su salida en formato físico, mientras que otros probablemente sufran la misma suerte en el futuro.
El ansiado retorno de esta saga a una máquina de Nintendo tras cinco años, tras estas mejoras, nos deja un gratísimo sabor de boca y, a pesar de los micropagos, que no llegue a los niveles técnicos de sus versiones hermanas y no aproveche del todo la portabilidad, es un muy buen juego de baloncesto que hará las delicias de todos los aficionados al deporte en general y todo un ejemplo de cómo una desarrolladora 3rd party puede sacar petróleo del interior de la híbrida con un mínimo de interés.
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