El golf es un deporte raro. Se requiere cierto nivel económico, y casi social, para practicarlo y tiene muchas normas, palos, terrenos y cosas que hacen que la barrera de entrada sea un tanto elevada. Sin embargo, y creo que no seré el único en la sala, los juegos de golf siempre me han llamado la atención. Ya sea la temática principal del juego o como minijuego (como puede ser en el caso de GTA V o la saga Yakuza) termino picando y echándome más hoyos de los que quizás le echaría a un deporte que no practico. Por desgracia, hasta este año el género llevaba un tiempo en el congelador. Pero entonces aparece Golf Story para Nintendo Switch, mezclando el deporte con RPG, al igual que lo hizo hace tiempo Mario en consolas portátiles. ¿Cómo resistirse a probarlo?
Esto no es golf normal. Esto es Golf Story
Si has jugado, o por lo menos visto, alguno de los Mario Golf de Game Boy Color o Game Boy Advance y luego ves cualquier imagen o vídeo de Golf Story no habrás tardado ni medio segundo en ver la clara inspiración de Side Bar Games a la hora de desarrollar su primer juego. No solo por el estilo visual, con un pixelart que imita a la perfección los títulos de los 16 bits pero que se nota fresco al usar técnicas de hoy en día, también en el jugable. Sin embargo, no es de la única fuente de donde bebe. Earthbound, o mejor dicho su humor loco y disparatado, también está bastante presente en el título, pero vamos por partes.
El humor queda claro tras un breve tutorial en el que el padre de nuestro protagonista, que no tiene nombre por cierto, nos enseña lo básico para jugar al golf… mientras esquivamos a un grupo de gaviotas que no paran de cruzarse porque se han aficionado a ver cómo jugamos. Tras esto, tomamos el control del personaje veinte años después, momento en el que decide abandonar todo en su vida actual, mujer incluida, para ser el mejor golfista que habrá jamás porque se lo prometió a su progenitor. El problema es que en realidad es un tanto negado y tiene una técnica horrible, lo que le llevará a firmar un contrato con el director de Wellwom Grove, quien además de tener un campo de golf en unas condiciones pésimas y lleno de topos, regenta unos negocios un tanto chungos de los que evita hablar al presentarse.
Ahí comienza una disparatada aventura de unas 20 horas aproximadamente, eso sí, completamente en inglés, donde todo se resolverá usando el golf como excusa, pues es lo único que mueve a todos los habitantes de la isla donde ocurre el juego. «Hay que darles de comer a los cocodrilos sanguinarios del lago. ¿Qué tal si les tiras la comida usando tus habilidades golfísticas?», «Los pájaros se han vuelto locos y no dejan jugar en condiciones a la gente. Toma, devuélveles los huevos que les han robado, pero desde lejos. Evidentemente golpeándolos con tu mejor Hierro 5.» Todo en esta vida puede solucionarse con un buen palo y unas buenas bolas de golf. Bueno, a decir verdad no todo es golf en la isla. También hay tiempo para jugar al frisbee disco, carreras de coches, buscar algún tesoro, derrotar a magos y más situaciones disparatadas.
En la isla hay distintos clubes de golf, cada uno con una temática y campos distintos que cambian las normas del juego y la forma de jugar bastante. Intentar entrar en los hoyos de los acantilados de Cheekybeak Peak o las playas de Bermude Isles con sus búnkeres naturales cambia bastante, y estoy hablando solo del terreno, que si nos ponemos a hablar de los diferentes peligros o ventajas extras de cada escenario la cosa se va de madre. Desde los ya mencionados topos que se llevan la pelota a sus madrigueras si cae cerca de ellos a zonas de agua donde la pelota puede rebotar en tortugas para llegar un poco más lejos y, por qué no, también hay lugar para un ejército de esqueletos resucitados molestando por ahí. El golf loco es lo que define a Golf Story.
Y sin embargo a la vez también es el deporte de toda la vida. Con su barra de potencia y precisión, su indicador de viento e inclinación del green, su medidor para golpear la bola en una zona concreta y sus decenas de tipos de palo distintos. De estos últimos vamos encontrando más a medida que progresamos en el juego en tiendas y completando misiones secundarias, pero no es lo único que mejoraremos. A medida que completamos hoyos, circuitos y misiones iremos ganando experiencia y niveles, con sus respectivos puntos para mejorar estadísticas. Estos atributos se reparten entre potencia, pureza, golpe, habilidad y giro, controlando la distancia del golpe, lo que se desliza la bola al caer, la precisión, el grado de control y el giro de la bola. La gracia está en que todas dependen de la fuerza y subirla hará que las demás bajen, haciendo inútil la táctica de ir a fuerza bruta pues seríamos incapaces de controlar la bola con precisión.
Pero también hay juego fuera del disparatado modo historia. Golf Story nos permite probar los distintos circuitos y hoyos en solitario o acompañados junto a otro jugador eligiendo lar normas de la competición. Benditos sean los Joy-Con para jugar a dobles y bendita sea la vibración HD ,de la que hace un uso magistral al hacernos sentir la bola al golpearla de forma diferente y notar cómo rebota al entrar en el hoyo en función del ángulo y la fuerza. De hecho, se permite hasta hacer ruidos aprovechando este sistema de vibración.
Golf Story – Golf, diversión y sobretodo mucho humor
Más allá de que la temática de un juego de golf entre más o menos por los ojos, de lo que no cabe duda es que Golf Story es un fantástico debut para Side Bar Games. Con la sólida jugabilidad de cualquier juego de golf que se precie, mezclado a la perfección con los elementos de RPG necesarios, sabe reivindicar que pueden hacerse buenos títulos basados en este deporte para todo el mundo, te guste o no. Toda una sorpresa a tener en cuenta. No será raro encontrarlo en la lista de los mejores del año de Nintendo Switch, y viendo el primer año de la consola no es decir poco.
Este análisis ha sido realizado con un código de descarga cedido por Nintendo España.
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