Chariot se erigió, en su día, como la joya de la corona de los chicos de Frima Studio. El estudio afincado en Quebec, sorprendió a todos con una propuesta que si bien no era del todo nueva, sí daba un soplo de aire fresco al mundo de las plataformas, convirtiéndose para muchos en uno de los mejores juegos cooperativos del catálogo indie de WiiU. Super Chariot, objeto de este análisis y título del que recientemente hemos podido disfrutar su demo en la eShop de Nintendo Switch, viene a ser una revisión mejorada del anterior juego con todo el contenido extra publicado hasta la fecha. Incluyendo de serie el Royal Gadget Pack con un nuevo personaje y 5 herramientas más a nuestra disposición. Además, por si fuera poco, la distribuidora española Meridiem Games nos trae una edición física muy molona.
Super Chariot: Tirando del Carro
Super Chariot es un curioso plataformas 2D en el que nos ponemos en la piel de una valiente princesa y su inseparable prometido en una aventura subterránea, de cueva en cueva y tiro porque me toca. ¿Nuestro objetivo? Tan absurdo como divertido: encontrar una digna y santa sepultura para nuestro fallecido padre, un rey gruñón, impertinente y maleducado que no calla ni después de muerto. Además, durante la aventura a través de 25 niveles y 5 entornos diferentes, tenemos que recoger oro con el que contentar a su fantasmidad real, calmando de esta forma su sed de insultos. Todo ello, aquí la guasa del asunto, mientras arrastramos a cuestas con su carruaje fúnebre, eje por el que gira no solo el carruaje sino la propia mecánica del juego (chiste malo, lo sé).
Una gran aventura para disfrutar solo o en compañía
Super Chariot es un juego de puzles y plataformas donde cobra gran importancia la exploración. Como ya hemos comentado, cuenta con un total de 25 niveles, ubicados en 5 zonas distintas bien diferenciadas entre sí. Por si esto fuera poco, el tamaño de las fases evoluciona a la par que nuestras dotes al mando del carruaje. Al comienzo de la aventura los niveles son bastante cortos, pero conforme vamos progresando éstos se van haciendo más grandes, resultando fácil perdernos. Cosa que, por otro lado, ni resulta agobiante ni monótona, ya que los distintos retos que se abren a nuestro paso nos tienen gratamente entretenidos. Cada nivel puede ocuparnos en torno a los 15-30 minutos, más incluso si queremos contentar a nuestro cascarrabias monarca haciéndonos con todos los tesoros y objetos ocultos enterrados en cada rincón del mapa.
Últimamente parece que términos como rejugabilidad y duración no pueden estar íntima y positivamente relacionados, pero aquí sí que lo están. Estamos ante un título que puede irse perfectamente a las 8 horas de duración en nuestra primera partida y que además aporta altas dosis de rejugabilidad, haciendo que dicha cifra crezca considerablemente. El propio progreso de la aventura nos invita a regresar sobre nuestros pasos a medida que vamos desbloqueando objetos que nos permiten acceder a zonas hasta entonces inaccesibles o incluso a abrir nuevos caminos en el mapa subterráneo al más puro estilo de los plataformas clásicos. Si a ellos sumamos la existencia de un modo carrera en el que tenemos que intentar recorrer los distintos escenarios en el menor tiempo posible, pudiendo competir a través de tablas de clasificación, nos encontramos con todo un reto que hace que Super Chariot no solo sea un título rejugable sino que además apetezca hacerlo.
El trabajo en equipo como eje de superación
Super Chariot parte del trabajo en equipo como eje de apoyo con el que suplementar la experiencia de juego. El enfoque que Frima Studio ha dado a este aspecto nos ha resultado tremendamente acertado. El cooperativo local para dos jugadores es uno de las piezas clave de este título, pero sorprendentemente funciona como importante accesorio más que como pieza indispensable. Es decir, resulta fundamental si queremos completar el 100% del juego, pero no empaña el modo individual. Cierto es que en solitario la aventura no se antoja tan divertida, pero resulta igualmente disfrutable.
La incorporación del segundo jugador es la prueba definitiva de nuestra habilidad, coordinación y audacia. Cada uno de los jugadores cuenta con una cuerda distinta y esto unido al hecho de que el carro tenga que avanzar, hace que la diversión esté asegurada, llegando a encontrarnos momentos en los que cada uno está tirando hacia el lado contrario. Adelantamos más de una trifurca y piques diversos durante la partida, pero tranquilos, siempre acaban en final feliz.
Lo que ha de cantar el buey, canta la carreta
Super Chariot cuenta con un sistema jugable bastante fresco a la par que disparatado y divertido. La premisa es, aparentemente sencilla, tenemos un ataúd, una carreta, el espíritu gruñón de un rey y una cuerda. No necesitamos nada más. Podemos empujarlo, subirnos en él e incluso atarle una cuerda con la que, y nunca mejor dicho, poder tirar del carro. En nuestra capacidad de combinar todo estos movimientos radica el éxito o fracaso de nuestras andanzas. Además, gadgets a parte, contamos con un botón de ataque con el que proteger el carromato de las incursiones de los saqueadores. Este último hecho que sirve de handicap, ya que si no acabamos con ellos, saquean, perdiendo todo el oro que hemos recogido hasta el momento.
En relación al sistema de control, podemos decir que durante la aventura usamos prácticamente todos los botones de Nintendo Switch. Esto, que en un principio puede parecernos complicado, acaba siendo una de sus principales virtudes. La sencillez y naturalidad con la que los controles encajan en la aventura no solo dotan al título de un carácter intuitivo, sino que también hace que sea más rápido hacernos con ellos.
Ya hemos mencionado el carácter intuitivo de la propuesta jugable que Super Chariot pone sobre la mesa. No obstante, existe otro eje fundamental, para muchos alma de cualquier videojuego, sin el que todo el conjunto se iría al garete, y es ni más ni menos que su motor de físicas. Un motor que funciona a las mil maravillas y que tras horas de exploración, abismales caídas, y bastantes kilómetros recorridos mientras tiramos del ataúd y recolectamos tesoros, no nos ha jugado ni una sola mala pasada. Ni paredes que desaparecen, ni movimientos extraños. Nada de salir disparado, ni quedarnos atascados. Todo funciona y actúa como debería y ello hace que nuestra experiencia no solo no se resienta sino que gane muchos enteros.
El capítulo audiovisual sigue en la misma línea. Un apartado artístico que funciona tan bien como el resto, mostrando escenarios llenos de imaginación y color. Es cierto que se abusa del reciclado de elementos, encontrando bastantes similitudes entre unas zonas y otras. No obstante, los distintos efectos y su sistema de iluminación, inédito en Nintendo Switch, están cuidados hasta el más mínimo detalle para que la sensación sea algo menos repetitiva. El apartado sonoro quizás sea uno de los puntos más flojos de Super Chariot. Sus alegres melodías con toques medievales cumplen, pero sin mayores alardes. Los efectos de sonido están, en líneas generales, mejor trabajados. Mención a parte merecen los comentarios de nuestro fantasmagórico Rey. Nos han hecho soltar más de una carcajada y no tienen desperdicio de principio a fin. Eso sí, en perfecto inglés con subtítulos en castellano.
Super Chariot – Una aventura que va sobre ruedas
Super Chariot es un extraño a la par que simpático juego de plataformas 2D cooperativo, que si bien no nos presenta nada 100% novedoso, lo que hace lo hace realmente bien. Ofreciéndonos un título lleno de imaginación y color que hace las delicias de los amantes del género. Un juego que nos asegura grandes ratos de diversión tirando del carro solos o en compañía.
Este análisis ha sido posible gracias a un código de descarga proporcionado por Meridiem Games.
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