Análisis – Oh My Godheads (Nintendo Switch). ¡No pierdas la cabeza!

¿Has jugado nunca al juego de la bandera? Ese juego en el que dos equipos compiten para llevar una bandera (o cualquier otro objeto) hasta su base antes de que el equipo rival lo impida. Pues esta es la premisa principal de Oh My Godheads, el título desarrollado por el estudio español Titutitech que ya está disponible en la eShop de Nintendo Switch. La gran diferencia es que en la obra de Titutitech no llevamos una bandera, sino una gran cabeza que también participa en el propio juego.

 

 

La cosa va de cabezas

Oh My Godheads es un juego para jugar con amigos. Existe la posibilidad de jugar en solitario, pero ahí el título pierde toda la gracia: es como jugar a Mario Party solo. Y el ejemplo no está cogido al azar, ya que Oh My Godheads comparte una filosofía muy parecida a la saga Party de nuestro fontanero favorito: ser el juego escogido para picarte con tus amigos. Partidas muy cortas, que duran segundos, y que fomentan pequeñas competiciones amistosas. Y Nintendo Switch es la consola perfecta para este tipo de juegos.

 

La propuesta de Titutitech nos ofrece cuatro modos de juego principales: en Capturar la cabeza, que se juega en equipos. Se nos plantea el clásico juego de la bandera en el que se basa Oh My Godheads: llevar la cabeza al altar de nuestro equipo antes que los rivales nos maten. Por otro lado, el segundo modo, el Rey de la cabeza, consiste en ser el jugador que mantiene la cabeza en su posesión el mayor tiempo posible. Los otros dos modos de juego prescinden de las cabezas, pero son igualmente disfrutables. En Cazadores de cabezas gana el jugador que consigue provocar más muertes al resto, mientras que en El último hombre, triunfa el que consiga sobrevivir más veces en una especie de battle royale de hasta cuatro jugadores.

 

Oh My Godheads Nintendo Switch

 

Además de los cuatro modos de juego principales, Oh My Godheads pone a nuestra disposición un modo adicional llamado Desafíos, para uno o dos jugadores, en el que a lo largo de 30 niveles divididos en 3 torres nos presentan pequeñas pruebas a superar que actúan a modo de tutorial, ya que nos enseñan los controles básicos y los efectos especiales de cada cabeza. Son desafíos muy simples y fáciles de superar, pero traen consigo un sistema de puntuaciones que nos recompensan con una medalla de bronce, plata u oro en función de nuestra destreza, algo que puede atraer a los jugadores más completistas.

 

Las partidas, como ya hemos comentado, son muy cortas. En cualquiera de los cuatro modos, nos dan la opción de disputar un torneo (a tres, cinco o siete partidas) o bien una partida personalizada, en la que podemos escoger el mapa y la cabeza con la que queramos jugar, además de otras variables como el número de rondas o el tiempo límite, que dependen del modo de juego escogido. También podemos activar el fuego amigo y escoger qué objetos habrá en la partida (o incluso desactivarlos).

 

Oh My Godheads Nintendo Switch

 

Fácil de entender, pero también de dominar

Una de las características que todo buen juego party debe tener es una barrera de entrada muy accesible, de manera que cualquier jugador que no haya probado nunca el juego sepa jugar desde el primer instante. En este sentido, Oh My Godheads hace muy buen trabajo, ya que sus controles son muy simples y nos los recuerdan al principio de cada partida. Esta simplicidad en el control permite que los nuevos usuarios se familiaricen pronto, además de permitir algo muy importante: poder jugar con un solo Joy-Con.

 

Sin embargo, la dificultad es quizás algo demasiado accesible. Tenemos tres niveles posibles: fácil, normal y difícil. Cuando juegas por primera vez la dificultad está, por defecto, en normal, y nos ofrece un reto interesante, pero una vez ya le has cogido el truco al juego, es excesivamente asequible. Aunque al subirla a difícil se nota la diferencia, sigue siendo insuficiente, lo que debilita bastante las posibilidades single player del título. Hay algo más que comentar sobre este tema: el selector de dificultad se encuentra en las opciones generales del menú principal y no en las opciones de la propia partida, lo que puede llevarnos a pensar que no se puede cambiar.

 

Oh My Godheads Nintendo Switch

 

En Oh My Godheads tenemos a nuestra disposición ocho personajes, algunos tan ortodoxos como Sir Fishelworth (un pingüino con sombrero de copa y monóculo), Dave (un esqueleto) o Aoi (una ninja). Sin embargo, no existen diferencias relevantes a nivel mecánico entre personajes, tan solo visuales. Donde sí hay diferencias es en los escenarios y en las cabezas: tenemos diez escenarios disponibles (dos de ellos, desbloqueables dentro del juego), y en cada uno de ellos nos encontramos con obstáculos diferentes que ayudan a darle variedad a las partidas.

 

Las cabezas también modifican notablemente la jugabilidad. Tenemos un total de once cabezas, basadas en seres y deidades mitológicas y con efectos muy distintos (excepto la bandera, que es simplemente eso, una bandera sin efectos, para quien solo quiera preocuparse de sus adversarios). Hay algunas, como Zeus, que sosteniéndolas nos dan una ventaja: de vez en cuando lanza rayos a su alrededor que eliminan a los otros jugadores. Sin embargo, otras cabezas nos provocan efectos perjudiciales: Bastet nos invierte los controles de movimiento de vez en cuando, mientras que Agyo explota si lo mantenemos durante mucho tiempo, de manera que tenemos que ir lanzándolo de vez en cuando para no morir.

 

Aun con todo, si hay algo que hace disfrutable este videojuego es la kinestética de sus ataques. Cortar a tu adversario en dos (no quitar esta frase de contexto) se siente genial. Todos los personajes atacan con armas de filo, de modo que si nuestro ataque acierta, elimina al enemigo de un corte limpio. La animación de dicha acción, acompañada por el efecto de sonido correspondiente, le da un plus al juego. Por otra parte, lo que es un hándicap importante de Oh My Godheads es su ausencia de juego en línea. Personalmente, no soy muy dado a jugar online, pero si no estás con amigos, el videojuego es poco disfrutable en solitario, y la posibilidad de jugar en línea contra otros usuarios, aunque no sea lo mismo que en vivo, le daría un impulso al título.

 

Oh My Godheads – Cuatro cabezas son mejor que una

Oh My Godheads es, fundamentalmente, un juego para disfrutar en compañía. Puede jugarse en solitario, pero la IA no nos ofrece la interacción que podamos tener con nuestros amigos. Por eso mismo, es una lástima que el título no incluya la posibilidad de jugar en línea, lo cual limita bastante su uso asiduo. Aun con todo, la simplicidad en el control, la facilidad para entender el concepto del juego y la corta duración de sus partidas convierten la obra de Titutitech en una muy buena opción para disfrutar con amigos.

 

Oh My Godheads Nintendo SwitchEste análisis ha sido posible gracias a un código de descarga cedido por Kartridge

Oh My Godheads es un título para jugar en compañía. Nos ofrece varios modos, pero todos se caracterizan por su simplicidad y corta duración. Le falta juego en línea y no destaca en juego individual, pero asegura unas buenas risas (y pequeñas competiciones) entre colegas.
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Pros
Su simplicidad, tanto en el control como en el concepto
Partidas rápidas, variadas y personalizadas
La kinestética de sus ataques
Contras
Poco disfrutable en solitario
La dificultad de la IA es algo baja, incluso en difícil
No tiene juego en línea
75