Ratalaika se ha convertido en una compañía de lo más reconocible en los últimos años, sobre todo por la cantidad de juegos propios como de otros equipos indies que se ha encargado de lanzar tanto en 3DS y Wii U hace tiempo como últimamente en la actual consola híbrida, toda una oportunidad de dar a conocer las primeras obras de muchos equipos, sabiendo lo complicado que es comenzar y mantenerse en la memoria colectiva en un mundo tan prolífico como el de los videojuegos, donde prácticamente todas las semanas -o casi todos los días ya que estamos- hay anuncios nuevos. Está claro también que a esta editora le tiran los juegos retro de acción, ya sea en plan plataformeo lateral como en League of Evil, puzles dinámicos como Twin Robots o I and Me, o, como en esta ocasión, los shooters verticales o matamarcianos de toda la vida -ahora llamados Shoot’em Up o shmup, que suena como cuando se sorbe la sopa-, que siempre cuentan con un público de lo más amplio. Resultado de una colaboración entre Ratalaika y UFO Crash Games tenemos pues entre manos Fullblast, el primer trabajo de los últimos mencionados, todo un homenaje a los arcades de antaño como Thunder Blade o Xevious, con sus invasiones alienígenas y sus intrépidos pilotos, protagonistas anónimos encargados de liquidar a un ejército entero, porque para qué movilizar a todos los escuadrones de la Tierra cuando nosotros solitos nos podemos ocupar del tema de detener una invasión entera. ¿Estáis preparados para darle al gatillo? ¡Pues vamos que despegamos!
Esta noche cenamos marisco
Una horda de alienígenas con aspecto de crustáceos ha decidido abandonar su hogar en un lejano planeta perdido en la galaxia para venir a visitarnos, y ya de paso someter a la humanidad, por supuesto jamás hay que rendirse sin luchar, de modo que vamos a coger la mejor aeronave disponible y a liquidar unos cuantos seres del espacio profundo hasta dar con su jefe para darle una tunda y que regresen a casita tras comprobar quién manda. Esa es la trama o misión principal, nada especialmente original dentro del género de los shooters aéreos, pero tampoco hace falta más puesto que aquí lo importante es la acción, repartir disparos por doquier hasta quedarnos a gusto, y eso en este caso se cumple a la perfección. Además de manera bastante asequible incluso para el público menos experimentado en este género, y no sólo porque hay tres niveles de dificultad donde elegir, sino porque no estamos ante un bullet hell donde cada movimiento mal dado puede costarnos la partida, es más un viaje entre montones de balas enemigas, pero nada que no se pueda superar con algo de atención y habilidad.
La aventura se estructura en doce niveles, cada uno con su respectivo jefe final que nos pone a prueba, y la podemos superar tanto en solitario como en un estupendo modo cooperativo para dos jugadores. Contamos con dos vidas, más las que podamos conseguir en el transcurso de la partida, y varios objetos de mejora de disparo que se pierden en caso de perder una de esas vidas, si las gastamos no hay problema porque podemos continuar desde el nivel por el que nos quedamos, no hace falta empezar desde el principio (menos mal), de hecho contamos con un menú que nos permite volver a jugar cualquiera de las fases superadas en el orden que queramos. La diferencia entre la dificultad Fácil, Normal y Difícil se encuentra sobre todo en la velocidad con la que se mueven los enemigos y con la que disparan, por suerte contamos con una barra de energía que da bastante de sí, de modo que no resulta complicado para nada avanzar.
El alienígena está en otro castillo
Entrando en detalles técnicos, mencionar el apartado gráfico, discreto pero bonito, sin demasiado colorido ni excesiva variedad, todo hay que decirlo, hay tres zonas diferenciadas: una ciudad bastante destruida, unos bosques y un mar ártico, en este último lugar pasa el detalle curioso de que los proyectiles se confunden un poco con los copos de nieve, lo que sin duda le da un toque de desafío extra. Se echa en falta un poco más de variedad de enemigos, ya que los niveles se diferencian entre sí sobre todo por la incorporación de alguno nuevo al plantel de los anteriores presentes, y de jefes, ya que nos vamos a encontrar con más de un rostro conocido entre fases. Respecto al apartado sonoro, la banda sonora se compone sobre todo de una guitarra eléctrica que hace sus solos, esto es como todo, no es algo bueno ni malo, es más una cuestión de gustos, a mí personalmente no es para nada el estilo de música que me gusta ya que al rato se me repite, pero al menos acompaña bien, le da sus toques épicos a su modo, de todas formas hay opción de silenciarla de manera independiente a los efectos sonoros; por su parte estos últimos son los que caben esperar de un shooter, disparos y explosiones a mansalva, bastante logrados eso sí, así dan más ganas de hacer unas cuantas bajas adicionales entre las tropas alienígenas.
Los controles son fáciles de aprender, el botón A o el L para disparar, el B o el R para usar el ataque especial que limpia la pantalla de enemigos, y el stick izquierdo para desplazarse. La jugabilidad es estupenda, la nave se mueve muy bien -quizás un poco más de rapidez tendría su punto- y responde en todo momento, toda la partida transcurre de manera fluida en su desplazamiento vertical, combinado con momentos ocasionales donde se desplaza como rotando alrededor de algún enemigo de mayor importancia, un toque genial que da sensación de profundidad. La pantalla mantiene un formato parecido a los 4:3 de antaño, todo un guiño retro a los arcades clásicos, usando los espacios laterales para mostrar una ilustración del juego, hubiera estado bien que diera opción de elegir entre varias o al menos que fuera cambiando conforme se avanza en la aventura. Un detalle curioso es que las breves conversaciones entre nuestro piloto (de nombre Piloto por cierto) y el correspondiente superior al cargo dentro de la escala jerárquica militar, que tienen lugar al comienzo y al final de cada fase, presentan muy pocas diferencias entre fases, si es que llegan a contar con alguna tangible: “Malditos alienígenas, han venido a invadirnos”, “Céntrese en acabar con ellos, Piloto”, “Uf, este combate fue duro”, “No se relaje Piloto, aún quedan otras zonas por liberar”, básicamente a esas aseveraciones se limitan los escuetos intercambios de palabras entre ambos protagonistas, no sé no sé, yo veo ahí algo de tensión emocional no resuelta, disimulado con excesiva atención al trabajo pendiente, en fin, tampoco es que sea necesario en un shooter que cuente con muchas líneas, de todas formas es gracioso por cómo recuerda al célebre mensaje de Toad al ser rescatado al final de cada castillo en Super Mario Bros.
Fullblast – El día de la marmota intergaláctica
En conclusión, UFO Crash Games ha realizado un buen trabajo con su primer videojuego, todo un homenaje a los clásicos shooters de antaño, recogiendo los elementos típicos del género y aprovechándolos para aportar su propio sello, y sin pasarse con la dificultad, en un intento de hacerlo agradable para un público de lo más variado, no sólo para los más pros, algo que consigue de maravilla. El único fallo que le puedo ver es la falta de variedad tanto a nivel visual como en las conversaciones entre los personajes, se avanza por las fases porque la jugabilidad engancha lo suyo, pero desde luego no se puede esperar muchos cambios por el camino. El modo cooperativo es un añadido de lo más interesante y que no todos los arcades tienen, aparte de otros pequeños detalles como cambios entre desplazamiento vertical y horizontal que sorprenden, logrando que se rompa la linealidad en la partida. En definitiva, estamos ante un juego entretenido, no es que se le pueda catalogar de hit imperecedero, sobre todo con tanta competencia como hay en este género, pero sin duda merece la pena probarlo porque al menos resulta de lo más entretenido para unas horas.

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