Ya se sabe lo que pasa cuando a Nintendo le tocan sin permiso algo que le pertenece: donde ponen la vista, ponen la bala o, en este caso, el caparazón azul. Desde versiones en HD de sus clásicos hasta secuelas inexistentes creadas por fans por pura diversión, pasando por adaptaciones para navegadores web de obras con “más años que la polca”, es un hecho que la compañía nipona trata de tirar por tierra todo aquello que pueda amenazar la exclusividad de sus propiedades intelectuales.
Esta vez, sin embargo, la situación afecta al mundo real, y es que la compañía MariCAR Inc. ha sido condenada a pagar a Nintendo 50 millones de yenes o, lo que es lo mismo, unos 410.000€ en el momento en que escribo estas líneas. La empresa, que como habréis advertido guarda en su nombre una gran similitud con el título “Mario Kart” se dedicaba, ni más ni menos, que a alquilar karts a cualquiera que lo solicitase para recorrer en ellos las calles de Tokio. No sería tan preocupante si no fuera porque los pilotos de estos divertidos vehículos iban siempre ataviados con disfraces de los personajes más famosos del juego de Nintendo, algo que no gustó a la compañía.
MariCAR: Un negocio de moralidad cuestionable
El proceso judicial ha llevado su tiempo, pues la “gran N” interpuso la denuncia allá por febrero de 2017 y se ha alargado hasta estos momentos. Inicialmente el Tribunal de Distrito de Tokio solicitó que la multa fuera de 10 millones de yenes, pero finalmente esta cantidad se ha visto incrementada hasta los 50 millones debido a la intervención de un tribunal de apelación.
Así que ya sabéis. Si no queréis terminar como MariCAR Inc., condenados a abonar una multa millonaria a Nintendo, mejor manteneos al margen de tocar a sus “bebés”. Podríais pagarlo caro (literalmente).
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