No fuimos pocos los sorprendidos cuando se anunció que Mortal Kombat 11 recibiría una versión para Nintendo Switch. Es enormemente inusual que un juego multiplataforma de estreno salga también en la consola híbrida de Nintendo casi a la vez que el resto de versiones… y que además, lo haga con semejante calidad. Un año después, nos llega Aftermath, la expansión de la historia en forma de DLC que además incluye 3 personajes nuevos.
Antes de entrar a ver qué contienen, hay que explicar las opciones actuales de compra de Mortal Kombat 11, que no son pocas:
- Mortal Kombat 11 Aftermath Kollection, que incluye el juego base, el Kombat Pack (el pase de temporada con seis personajes adicionales y unas 25 skins) y la expansión Aftermath. Cuesta 59,99 € en la eShop, pero solo está en formato digital (y pesa 30,5 gigas)
- Mortal Kombat 11, la edición sencilla, cuesta 49,99 € en la eShop (pesa 25,7 gigas) y en torno a 40 euros de media en formato físico (depende de la tienda, claro).
- Si ya tenías el juego antes, o lo prefieres en formato físico, puedes comprar por separado la expansión Mortal Kombat 11 Aftermath por 39,99 € en la eShop, el Kombat Pack 1 (con 6 personajes y skins) a 39,99 €, o un lote con ambos por 49,99 €.
Sin duda, la mejor opción en cuanto a precio es la Aftermath Kollection, aunque es una pena que en Europa no se haya editado en formato físico (ni para Nintendo Switch, ni para ninguna otra plataforma; aunque en América sí se ha editado, pero no incluye tarjeta de juego, solo descarga de 30 gigas). Ahora entraremos en detalle en el juego, pero el precio del juego base nos parece adecuado para la gran cantidad de contenido que ofrece incluso sin DLCs (y suele bajar a mitad de precio en la eShop). Los DLCs, en cambio, nos parecen que se han subido a la parra mucho, y «duplican» al precio del juego base… o más, si contamos los diversos packs de skins.
Este análisis se basa en la Aftermath Kollection, y cubrimos el juego completo más los citados DLCs, a pesar de que ya os ofrecimos un análisis del juego base en su día, en el que entramos más en detalle en todo lo que ofrecía el juego.
Advertencia: este videojuego está clasificado como PEGI 18, por lo que los menores de edad no deben estar leyendo este análisis. Las personas más sensibles podrían quedar afectadas por algunas escenas violentas.
Aftermath, el endgame de Shang Tsung
Pasemos por tanto a ver qué hay de nuevo en Mortal Kombat 11 Aftermath. El principal «kontenido» de esta expansión (y como decimos, incluido de serie en Aftermath Kollection) es una expansión del modo historia que enreda aún más las líneas temporales de la ya de por sí loquísima historia del original. Si en el juego base teníamos que derrotar a Kronika, la Guardiana del Tiempo, que quería alterar la realidad a su antojo, ahora tenemos que viajar en el tiempo para recuperar su corona, destruida en la pelea final, que es lo único que puede restaurar el tiempo tal y como estaba. Para ello, contamos con la ¿ayuda?de Shang Tsung, uno de los principales villanos de la saga, que cuenta, atención, con la interpretación de Cary-Hiroyuki Tagawa, el actor que le dio vida en la película Mortal Kombat de 1995.
Voy a delatarme: soy un completo noob (pero no Saibot) de la franquicia de Mortal Kombat. Y la prueba es ese lamentable chiste que he hecho con Noob Saibot, que nadie con un mínimo de respeto por la saga podría permitirse. Naturalmente, no me enteraba de nada en las largas escenas cinemáticas que cuentan la historia del juego entre cada combate, en las que salían decenas de personajes a cada cual más emperifollado hablando de proteger no sé cuántos reinos y mencionando una ristra de nombres asiáticos que se me mezclaban en la cabeza. Y por si eso no fuera suficientemente confuso, casi todos los personajes interactuaban con sus versiones de otras líneas temporales y/o dobles malvados (nunca supe con certeza si eran la misma cosa).
Vamos, un galimatías narrativo que sin embargo acabé disfrutando un montón porque las escenas cinemáticas son largas, espectaculares y están llenas de acción que no tiene nada que envidiar a cualquier superproducción de Hollywood: coreografías complejas y sin trucajes de cámara, batallas campales con cientos de enemigos, tiroteos y explosiones por doquier… Y a la larga, cuando acababas reconociendo a los personajes, un número sorprendente de diálogos y escenas «reposadas» muy efectivas. Hay un potencial ilimitado cuando juegas a juntar a personajes con sus versiones del futuro o del pasado, y se ponen a reflexionar sobre el paso del tiempo, la madurez o la redención.
Evidentemente, a nadie le importan mucho los traumas derivados de figuras paternas ausentes en un juego famoso porque le puedes extraer la espina dorsal al rival. Aftermath no es el cine de Tarkovski, pero sí podría ser Vengadores: Endgame, que también incluye «daddy issues», batalla épicas llenas de superhéroes con disfraces tan diferentes que no pegarían ni en un carnaval y una trama que se basa en revisitar y reescribir eventos del pasado para recuperar el único artefacto mágico capaz de restablecer la realidad tal y como era antes de que el villano se haga con él (y además se teletransportan en portales circulares de energía amarillos). Incido tanto en esto porque la historia de Aftermath se mantiene en la misma línea que la historia de Mortal Kombat 11, pero aumentando aún más la acción y rematando una trama mucho mejor, gracias a estar centrada en menos personajes y tener unos cuentos giros muy «impaktantes».
Jugablemente, no se distingue en absoluto de la historia de Mortal Kombat 11, y actúa como una continuación directa que arranca inmediatamente después del final (un poco descafeinado) del original. Esta vez se centra en personajes ignorados en la historia, como Nightwolf, Sindel, el propio Shang Tsung y Fujin y Sheeva, los dos nuevos luchadores que se añaden en la expansión. Si la historia original comprendía 12 capítulos, cada uno centrado en un personaje con alrededor de cuatro o cinco combates por capítulo, Aftermath dura aproximadamente la mitad, unas 3 que comprenden un total de 8 ò 9 horas de historia (y la mayor parte del tiempo la pasas viendo escenas cinemáticas).
«Kontenido» para dar y tomar
Si es la primera vez que juegas a Mortal Kombat 11, el modo historia es ideal para iniciarse en el juego: descubres a los principales personajes uno por uno y te permite experimentar con sus movimientos y ataques especiales. Por supuesto, también hay un completísimo apartado tutorial en el que aprendes los movimientos básicos, combos, estrategias y que está personalizado para cada personaje. Pero el modo historia es solo una de las muchas formas en las que puedes disfrutar Mortal Kombat 11. Ya hablamos de ellas en detalle en el análisis del juego original, así que haremos un repaso rápido de todo lo que puedes hacer en el juego:
- Torres, un renovado modo clásico donde vas escalando combate tras combate, y donde puedes conseguir el «final» de cada luchador, una cinemática estática que aporta más matices a cada personaje.
- Multijugador local y online, con combates amistosos, ranked, torneos… suelen ser muy fluidos por Internet.
- Decenas y decenas de formas de personalizar a los luchadores: ataques especiales, tipos de Fatalities, objetos consumibles en los combates, y por supuesto muchas skins que hasta añaden «personajes clones» (para los fans de DC, puedes convertir a Cassie Cage en Harley Quinn o a Baraka en Killer Croc, aunque son con skins de pago, las cuales están incluidas en Aftermath Kollection).
- La Kripta, un modo en tercera persona donde encuentras cofres con recompensas y algunos puzles.
No podemos hablar de Mortal Kombat 11 sin mencionar a los personajes. El plantel total, con todos los DLCs, llega a 34 personajes. Aftermath incluye tres nuevos: Sheeva, una Shokan como Goro, lo que significa que tiene cuatro brazos; Fujin, el dios del viento; y Robocop, como invitado especial, con la voz y el aspecto del actor Peter Weller del clásico de 1987 (aunque varias de sus skins le cambian el aspecto completamente).
Incluidos en el Kombat Pack, no presente en el juego base, están Shang Tsung, Nightwolf, Sindel (tres personajes clave en la historia de Aftermath) y los invitados Terminator, Joker y Spawn. Para muchos, solo con poder recrear el duelo Robocop vs Terminator ya merece la pena el juego. Un último detalle muy chulo es que han vuelto los Friendships, un tipo de Fatality mucho más amistoso. Son graciosísimos, y se han incluido como actualización gratuita (junto con cuatro arenas extra). Ni qué decir tiene que es el único momento «light» de un juego ultraviolento, con empalamientos, desmembramientos y lluvias de órganos en los que la cámara se recrea con todo lujo de detalles, zooms y visión rayos X incluidos. Y aunque sacar un fatality cueste, los Fatal Blows (un brutal movimiento que activas siempre que te quede poca vida) aseguran que no haya combate sin su dosis de gore.
La clave para que todo esto funcione, claro, es que jugablemente sea bueno. Y Mortal Kombat 11 se juega estupendamente en Nintendo Switch, a unos impresionantes 60 fps en los combates, sin caídas salvo quizás en cinemáticas muy puntuales. Es un juego muy técnico, lleno de combos que debes realizar rapidísimo, por lo que era vital priorizar la tasa de frames… de ahí que la resolución y el nivel de detalle esté muy por debajo. Es especialmente notable en las transiciones de las cinemáticas de la historia (renderizadas como vídeos) al juego, algo que en otras consolas es virtualmente imperceptible, y aquí es como si de un plano a otro el juego bajase dos golpe dos generaciones de consolas. Aún así, en movimiento te olvidas pronto de los gráficos más «sucios», que a pesar de todo siguen ofreciendo unos modelos y animaciones impecables y unos entornos muy vivos y llenos de detalles (aunque sean borrosos).
Muy poco se le puede reprochar técnicamente al juego, que es uno de los más espectaculares que hay en la consola, ya sea en modo portátil o TV… aunque sí hay algo muy molesto: la baja resolución se mantiene incluso en los menús, con textos muy pequeños que cuesta leer, y menús que van «a pedales», sobre todo en el apartado de personalizar. Es incomprensible ver cómo los combates son increíblemente fluidos, y sin embargo explorar los menús de personalización de personajes se convierte en un pequeño dolor. Aunque supongo que había que recortar de algún lado…
Mortal Kombat 11 Aftermath Kollection – El pack que más «kunde»
Aún con todo, la versión de Nintendo Switch es más que sólida: jugablemente perfecta, gráficamente muy vistosa (para los estándares de la consola), y sobre todo, increíblemente completa, sin ningún recorte respecto a las versiones «grandes».
Si habéis jugado antes a la saga, Mortal Kombat 11 está a la altura de lo que esperaríais de una undécima entrega, y con una historia llena de fan service que no debéis perderos. Si sois nuevos (al fin y al cabo no se ha prodigado en consolas de Nintendo tras Mortal Kombat Armageddon de Wii en 2007), Mortal Kombat 11 puede intimidar de primeras, por su ingente cantidad de opciones y su compleja jugabilidad, pero tiene un tutorial completísimo (casi un cursillo intensivo).
Respecto al contenido de Aftermath, nos parece muy caro para su precio por separado (40 euros por una campaña de 3 horas y tres personajes). Es una historia muy buena, mejor que la original, y Robocop es un puntazo, pero es excesivo. Por otro lado, si no tenéis el juego aún, la Aftermath Kollection ofrece una relación estupenda en cuanto a calidad/cantidad/precio. Eso sí, prepara 30 gigas…
Hemos analizado Mortal Kombat 11 Aftermath gracias a un código de descarga digital cedido por Warner Bros. Interactive. Versión analizada: 1.0.17
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