La estrategia por turnos siempre ha sido un género más que bienvenido en consolas de Nintendo. Gran prueba de ello es la nada despreciable cantidad de esta clase de juegos que hemos encontrado desde la época de la Súper Nintendo, pasando por la Game Boy Advance hasta llegar a Nintendo 3DS. Honrando esa tradición, el día de hoy tenemos que hablar sobre 1971 Project Helios, un juego de sabor nacional que ha sido desarrollado por Reco Technology, estudio que adquirió bastante experiencia con la estrategia tras el estreno de Numantia (eso sí, sólo en PlayStation 4, Xbox One y PC) y cuyo trabajo no ha pasado desapercibido por la crítica.
Antes de iniciar este análisis, me gustaría advertir de que en la medida de lo posible evitaré hacer comparaciones con otros juegos de mayor recorrido en la industria. ¿El motivo? No me parece justo o realmente necesario comparar una propuesta independiente con juegos que cuentan con una gran inversión económica o grandes nombres a sus espaldas.
Bienvenido a tu realidad
El mundo de 1971 Project Helios es muy similar al nuestro, pero con una pequeña diferencia: todo se ha ido al garete. Las constantes tormentas que lo azotan han obligado a sus habitantes a adaptarse y sobrevivir cueste lo que cueste. Saquear recursos, formar grupos, realizar incursiones y matar si hace falta son parte de las reglas que te permiten sobrevivir un día más. Es en una de estas incursiones, una que parecía ser un trabajo rutinario, en la que cometemos un error catastrófico que sólo podemos solucionar en base a hacer grandes sacrificios y embarcarnos en un largo y peligroso viaje.
Colabora con quien haga falta y luego pensarás en cómo disolver esa sociedad, lo único que importa aquí es tu objetivo y lo eficaz que seas para anticiparte a todos los movimientos del enemigo. Uno que siempre intenta atacar tus puntos débiles y te obligará a repetir y pensar en estrategias una y otra vez. ¿Crees tener lo que hace falta? pues adelante, el mundo de 1971 Project Helios te está esperando.
Como juego, 1971 Project Helios no te cuenta toda su historia y detalles de golpe. Lo relevante se cuenta a través de una cantidad de diálogos estáticos suficientes, pero hay detalles reservados para aquellas personas que se tomen el tiempo en explorar para encontrar los documentos que hay esparcidos por las zonas en las que nos movemos entre capítulos. Esta decisión ayuda a que puedas concentrarte en la estrategia y le da gran importancia al campamento, una base a la que podemos acudir entre capítulos y que, además de servir como descanso y zona de gestión, nos permite conocer un poco más del mundo e historia a través de interacciones entre los personajes.
Centrándonos en el gameplay puro y duro, nos encontramos con una IA que gusta de castigar al jugador al centrar sus ataques en las unidades más débiles y que es bastante correcta en cuanto a nivel de desafío respecta. Perder a un miembro del equipo implica volver a tener que comenzar desde cero, pero por suerte vuelves a iniciar momentos antes del enfrentamiento. Y sí, hay cierto componente de azar basado en la probabilidad (como en todos los juegos de estrategia), pero al final de cada sesión de juego no puedes evitar sentir que todos los castigos han sido justos y pese a todo, sufres las consecuencias por tus propios errores. También sufres por la cámara, la cual es un poco molesta en algunas ocasiones y no deja de echarse en falta que sea mucho más práctica.
Para añadir una última capa de complejidad, nos encontramos con un sistema de habilidades sencillo pero funcional cuya característica más importante es que está bien hecho. Una vez desbloqueadas, las habilidades pueden utilizarse a gusto siempre que se tenga el objeto necesario para ello, así que se te anima a probar diversas combinaciones para que encuentres tu propio estilo de juego. ¿Podría ser más completo y se le puede sacar más provecho a esta característica? sí, pero el sistema actual funciona y cualquier entusiasta del género puede entenderlo con sólo un poco de intuición. Y si esto parece poco, también hay una mecánica de «Fulgor», un componente raro que puede decantar la batalla a tu favor o, al menos, darte tiempo para pensar en cómo volver a intentarlo.
¿No es todo demasiado blanco?
Pese a destacar mucho a nivel jugable (después de todo es lo que se le pide a un juego de estrategia), encontramos que 1971 Project Helios flaquea un poco en cuanto al apartado gráfico y musical se refiere. Visualmente el juego no es malo y nos ofrece algunos entornos interesantes, sí, pero en muchas ocasiones estos se tornan un tanto repetitivos. A esto hemos de añadir el hecho de que la versión para Nintendo Switch, en modo portátil eso sí, parece ser un poco menos detallada y borrosa en su resolución. Esto no supone ningún problema a la hora de jugar, pero es una pequeña espina que se te queda clavada.
En lo que a rendimiento respecta, este título cumple con creces y en sesiones largas de juego no he experimentado ningún problema relevante. Esto tanto en modo portátil como en modo sobremesa, claro está. Finalmente está la banda sonora, y es aquí donde tengo sentimientos encontrados. La música del juego no es mala y, de hecho, todo lo que se refiere a efectos de sonido o temas ambientales está muy por encima de lo que uno podría esperar, pero cuando llegamos a los temas de batalla, la cosa cambia. Los temas escogidos no parecen encajar demasiado bien con la atmósfera del juego o la situación que estamos viviendo. Con esto no quiero decir que sean malos (no lo son) pero sí que llegan a sentirse muy fuera de lugar en más de una ocasión.
1971 Project Helios – Vamos a pegarnos (pero por turnos)
Pese a algunos problemas, he de admitir que 1971 Project Helios ha superado todas las expectativas que podría haber tenido. Es un juego que sabe ser desafiante sin necesidad de recurrir a triquiñuelas para frustrar al jugador y aprovecharse de esto para crear una falsa sensación de dificultad. Morir en una batalla es bastante común, sí, pero siempre será por errores tuyos, y el hecho de que puedas volver a intentarlo desde el momento anterior a dicha batalla hace que puedas tomarte tu tiempo para despejarte y pensar en mejores estrategias.
El sistema de habilidades y la presencia del Fulgor ayudan a que el juego sea accesible para quien intente iniciarse en este mundillo de la estrategia táctica, y son una especie de solución a algunos picos de dificultad algo irregulares (por suerte poco frecuentes). Finalmente, y como bien he dicho anteriormente, no voy a comparar este juego con otros proyectos de mayor renombre o presupuesto, así que sólo me queda recomendarlo para toda aquella persona que quiera dar sus primeros pasos en este género y de paso apoyar al desarrollo nacional.
Hemos analizado 1971 Project Helios gracias a un código digital cedido por Meridiem Games. Versión analizada: 1.0.1
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