Llegados a una edad, la sociedad, nuestros amigos o nuestros familiares, comienzan a empujarnos hacia la «normalidad» que se espera de nosotros: asentar la cabeza, formalizar una relación, casarnos, tener hijos… quien no se haya visto entre estas cuestiones es por dos motivos, o aún es demasiado joven o miente. Pero no todos estamos preparados para dar pasos tan importantes y tomar este tipo de decisiones, y Vincent Brooks, el protagonista de Catherine: Full Body -juego que analizamos para Nintendo Switch en estas líneas-, no es la excepción.
Pero no nos metamos aún de lleno en las complicaciones personales de Vince. Catherine: Full Body es la versión rehecha/mejorada/expandida del título original lanzado en 2011 para Xbox 360 y PS3, siendo el primer juego para dicha generación por parte de la compañía nipona de Atlus. En 2019, y tras el éxito y las grandes críticas que el título recibió en su momento, se decidió sacar una «versión ampliada» para PS4 y PSVita de todo lo que ya conocimos, pero no solo a nivel gráfico, sino también argumental, con nuevos personajes, finales y opciones. Ahora, esta misma versión da el salto hacia Nintendo Switch para ponernos en aprietos delante de nuestra pareja (y, en caso de no tenerla, ponernos a prueba sobre cómo actuaríamos en la situación de Vincent). ¿Listo para el remordimiento?
Hora de hablar sobre nuestro futuro
Vincent Brooks (Vince para los amigos), de 32 años, es el protagonista de nuestra historia. Lleva 5 años con su novia Katherine (con K), a la que conoce desde el instituto. Y claro, ya empiezan a tener una edad y una estabilidad laboral y económica que empuja a Katherine a pensar en dar algún que otro paso más serio en su relación. Sin embargo, Vince no se ve ni convencido ni con la seguridad de querer compromisos tan formales y que conllevan a tomar decisiones mucho más maduras y complicadas. Para paliar sus inseguridades, pasa el rato tras el trabajo con sus amigos de toda la vida en el Stray Sheep, un pub donde beber en confianza hasta caer rendido.
Sin embargo, una noche, tras quedarse solo bebiendo, se le acerca una exuberante chica llamada Catherine (con C), que pide sentarse a su lado. Esta chica es todo lo contrario a Katherine. Despreocupada, liberal, sin ataduras y con ganas de vivir y disfrutar del día a día sin pensar en nada más allá. Con más de una copa encima, Vince vuelve a casa, para acabar teniendo unas extrañas pesadillas en las que, convertido y rodeado por corderos, debe mover una serie de bloques que forman una torre y que, en caso de caer antes de alcanzar la cima, morirá. Pero no morirá únicamente en las pesadillas, sino que también lo hará en el mundo real. A raíz de dicha noche, y tras una serie de acontecimientos, la vida de Vince pasa a ser más complicada de lo que jamás se habría planteado. Y hasta aquí podríamos hablar del inicio de la trama de Catherine (el videojuego), pero en Catherine: Full Body los problemas de Vince aumentan con una nueva y enigmática chica: Rin.
Este nuevo personaje, exclusivo de esta versión, aparece de la nada mientras huye de alguien que le persigue, chocando accidentalmente con Vincent y siendo salvada por el mismo. Sin embargo, y debido a los acontecimientos, acaba sufriendo de amnesia, por lo que lo único que recuerda es su nombre. Es entonces cuando Vince le busca un apartamento para quedarse mientras se recupera y un trabajo en el Stray Sheep que le permita ganar algo de dinero hasta recordar quién es, de dónde viene y por qué estaba siendo perseguida. A partir de aquí, las pesadillas son más constantes, terroríficas y desafiantes… y no nos referimos solo a las que nos enfrentamos mientras dormimos.
Quién me mandaría a mí a meterme en estos «beeerenjenales»
La trama, como suele ocurrir en cualquier novela visual que se precie (porque sí, a pesar de sus peculiaridades únicas, podemos englobar al juego dentro de una), es uno de sus puntos fuertes. Desde la primera noche consigue engancharnos a ella, con unos personajes carismáticos, momentos divertidos, picantes y situaciones de lo más extravagantes y tensas que, según avanza la historia, se vuelven más y más enrevesadas, consiguiendo que nosotros, como jugadores, queramos seguir sabiendo más y haciéndonos sentir, en algunos momentos, hasta la presión por los hechos que acontecen como si fuésemos responsables de ellos (que, en cierta medida, también lo somos, pero ya hablaremos de ello más adelante). Además, la versión de Catherine: Full Body cuenta con aún más escenas, nuevos finales y tramas extras, como son todas las que tratan sobre Rin. En total encontramos 13 finales en lugar de los 8 que existían en el original, que se consiguen según las respuestas y decisiones que tomemos en determinados momentos de la partida, desplazando de esta forma nuestra barra de «karma».
Pero hay algo aún mejor en relación con la trama, y es el cómo la cuenta e intercala con la parte jugable. En Catherine: Full Body se nos cuenta la historia mediante extractos de anime que intercalan con escenas de vídeo del juego propiamente dicho, así como mediante diálogos con otros personajes o el teléfono móvil. Entre medias, existen dos formas de jugar como tal. La primera es en el Stray Sheep, donde podemos movernos con libertad y hablar con otros clientes, el jefe, nuestros amigos, Rin, ir al baño, jugar a la recreativa, beber… incluso colocarnos unas gafas que nos permite ver al resto de clientes y personajes en ropa interior; la segunda es la parte principal jugable, la de las pesadillas en las que tenemos que mover bloques para crear una ruta que nos lleve a la cima antes de caer al vacío. Ambas se sienten lineales a la historia, fluidas y encajadas justo donde deben ir, por lo que crea la unicidad que presenta Catherine: Full Body dentro de su género.
En ambos lugares es también donde se toman las decisiones que marcan la ruta que queremos tomar en nuestra vida, así como los finales y escenas que veremos avanzada la historia principal. Algunas decisiones son opcionales, como responder o no a un mensaje de texto, a una llamada, hablar con alguien en concreto… y otras, como las del confesionario de las pesadillas, son obligatorias.
¡Yo solo quiero salir de aquí!
Metiéndonos más de lleno en la jugabilidad propiamente dicha, nos encontramos con que, cada vez que dormimos, aparecemos en un extraño lugar rodeado de otras ovejas que, al igual que nosotros, buscan escalar la extravagante torre de bloques para escapar de un terrorífico fin: la muerte. Cada noche tiene sus propias torres, con capillas entre cada subida que nos permite interactuar con otras ovejas, comprar objetos que nos faciliten la escalada o guardar partida. También cuentan con un «jefe final», que no deja de ser una de nuestras peores pesadillas, aunque no seamos conscientes de ello. Estas escaladas nocturnas se engloban en una gran torre que debemos superar para alcanzar nuestra libertad y escapar de dichas pesadillas mortales.
Pero, ¿cómo escalamos? El sistema, de entrada, puede parecer básico y sencillo: mueve bloques de tal manera que te permita crear una especie de escalera que te lleve a la cima. Sin embargo, es mucho más complicado que esto, para bien y para mal. Si movemos bloques a lo loco, probablemente acabemos cayendo al vacío, puesto que contamos con la presión de que, cada pocos segundos, la fila inferior de bloques va desmoronándose, por lo que, si no avanzamos, caemos. Esto nos lleva a pensar con rapidez, mantener la tensión y concentración constante y medir cada paso que damos. A su vez, existen bloques con distintas características, técnicas que más nos vale interiorizar rápidamente y objetos que nos facilitan las cosas, así como dinero que influye en la puntuación final de la escalada y puede ser utilizado para comprar más objetos en el «descansillo» de la capilla. Por suerte, también tenemos algunas ayudas extra, como es el escalado automático cuando nos atascamos (que puede ser habilitado o deshabilitado desde el menú) y que nos lleva hasta el punto más alto en el que nos encontrábamos antes de atascarnos o caer. También podemos retroceder en una serie de movimientos que diésemos y que nos llevasen al error, pudiendo así enmendar dichos movimientos y seguir subiendo.
Sin embargo, y aquí es cuando viene uno de los contras de los puzles de Catherine: Full Body, ni el control ni la cámara son lo más logrado del juego. Desplazamientos no deseados, agarres donde no pretendemos agarrar, giros bruscos cuando buscamos desplazarnos colgados de los bordes por detrás de los bloques… una serie de «contratiempos» que, a pesar de no ser críticos en la mayoría de las ocasiones (sobre todo gracias a la opción de deshacer movimientos) sí son molestos.
El sistema de puzles, en general, acaba siendo muy adictivo y desafiante, siendo esto un punto fuerte sumado a todo lo anteriormente dicho, y los niveles en los que huimos de los enemigos los hacen aún más especiales. También contamos con otros modos de juego como Babel, el Coliseo, la Arena o la propia recreativa del Stray Sheep (en el que, casualmente, manejamos a un personaje que escala bloques para alcanzar la cima) que expande aún más el sistema de puzle de la historia principal de Catherine: Full Body. En Babel, podemos jugar incluso una «historia paralela» con casi cualquier personaje que aparece en el modo principal, además del invitado especial Joker de Persona 5; en el Coliseo, podemos enfrentarnos de manera local a otro amigo, así como jugar juntos para superar la torre; por último, en la Arena entramos al lado «competitivo» de Catherine: Full Body, pues nos enfrentamos a otros jugadores vía online donde gana el que alcance primero la cima. Todos éstos suman más de 500 puzles diferentes, por lo que por contenido y torres, desde luego, no será.
Un remake con aires de remaster
Volviendo al apartado gráfico, del que ya comentamos ligeramente algo en párrafos anteriores, contamos con dos formas de contar la historia: una en forma de anime y otra con los gráficos del propio juego. En el caso del primero, las escenas son de una calidad muy notables, pudiendo ser perfectamente un anime en sí mismo por el mimo y la dedicación que se nota que se le ha puesto, sumado además a las escenas añadidas de la versión de Catherine: Full Body en comparación al original. En el caso del segundo, sin embargo, no podemos decir que se haya cuidado tanto como era de esperarse. El estilo artístico es el ya conocido por Atlus, que recuerda al de la saga Persona (tan de moda en estos últimos años y esperado por gran parte de los jugadores de Nintendo Switch). Sin embargo, hablamos de una versión, dicho por los propios desarrolladores, rehecha, mejorada y ampliada para la generación actual. Por ello, encontrarnos con que los personajes tienen movimientos toscos, fríos y que no trasmiten nada ni siquiera cuando están tristes, furiosos o nerviosos choca bastante. Es difícil empatizar con un personaje que llora si lo único que te lleva a pensar en esa emoción es el sonido y, ligeramente, el gesto.
Esto no quiere decir que sean malos gráficos, pero sí que se esperaría más en cuanto a gesticulación de una versión rehecha. También es necesario decir que Catherine: Full Body se ve con una calidad muy buena tanto en modo Dock como portátil, sin que jugarlo de una forma u otra afecte ni a sus gráficos ni a su jugabilidad, ni siquiera a sus textos que, por si no lo sabíais, están totalmente traducido al castellano (con voces en inglés o japonés, incluidas distintas voces japonesas para Catherine).
Catherine: Full Body – Ama, desea, redímete, vive
Catherine: Full Body es la vuelta de un juego único y ya clásico dentro de su género y la industria en general, con aún más contenido y posibilidades gracias a su versión más completa. Que se haya apostado por Nintendo Switch es una buena noticia que permite que aún más jugadores puedan experimentar la historia de Vincent Brooks, Katherine, Catherine y, en este caso, Rin. Terminarlo con uno de los finales y sin buscar la excelencia en cuanto a puntuaciones en las pesadillas puede llevarnos sobre 12 o 13 horas, que se amplían aún más si queremos desentrañar todos y cada uno de los secretos y finales con los que cuenta Catherine: Full Body. Una historia con una duración perfecta, una trama absorbente, una jugabilidad única y, con sus más y sus menos, un juego muy completo.
Hemos analizado Catherine: Full Body gracias a un código digital cedido por Koch Media. Versión analizada: 1.0.1
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