Wet Dreams Dry Twice

Análisis Leisure Suit Larry: Wet Dreams Dry Twice – Nintendo Switch. No sólo las mujeres tienen curvas

Wet Dreams Dry Twice
Fecha de lanzamiento
18 mayo, 2021
Número de jugadores
1
Idiomas
Español, inglés, francés, etc.
Tamaño de la descarga
4643,00 MB
Nuestra puntuación
82

El género de las aventuras gráficas es uno de los más icónicos de la historia de los videojuegos. Algunos de los títulos más míticos que las manos más antiguas han podido jugar se enmarcan en este contexto. Y una de las sagas más veteranas de este género es la del bueno de Larry Laffer. El mujeriego más peculiar lleva asentado en nuestras pantallas desde 1987, y aunque ha tenido sus altibajos (igual que el propio género de aventuras gráficas, que ahora parece haber encontrado en Nintendo Switch un buen marco para volver a crecer), Leisure Suit Larry sigue viajando de puerto en puerto y de mujer en mujer. El juego que os traemos hoy, Wet Dreams Dry Twice, es una secuela directa de Wet Dreams Don’t Dry, título que también analizamos en NextN. En la nueva entrega de las aventuras de Larry tenemos que vivir las consecuencias directas del final de su predecesor. De la mano de la desarrolladora alemana Crazy Bunch y distribuido por Assembled Entertainment, y de nuevo con el creador de la saga, Al Lowe, colaborando en el desarrollo, el título hace honor a la experiencia de juego que propone. Efectivamente, nos vamos a secar dos veces: las lágrimas de la risa… y las gotas de sudor de la frente.

 

 

Wet Dreams Dry Twice: El despertar de Larry

La historia comienza a raíz de los acontecimientos sucedidos en Wet Dreams Don’t Dry, así que es recomendable haberlo jugado antes de comenzar este título. Sin embargo, un amable mariachi nos hace un resumen para ponernos en contexto: Larry Laffer dio un salto temporal desde los años 80 hasta la actualidad, sin saber cómo ni por qué, y gracias a Lefty, el amable dueño de un bar, consiguió adaptarse a la era moderna. Por el camino, se enamoró perdidamente de Faith Less, la jefa secreta de una multinacional tecnológica, Prune, y una serie de desencuentros provocaron que nuestro protagonista causara accidentalmente la casi bancarrota de la compañía. Faith tuvo que huir de la ciudad junto a su acólito-marioneta BJ, y Larry la siguió. Las consecuencias fueron desastrosas: Larry voló por los aires la mansión de Faith, de nuevo accidentalmente. Y todo eso porque la magnate le había prometido que saldría con él si conseguía un 90 de puntuación en la aplicación de ligues Timber… La cuestión es que Faith ha desaparecido, y Larry está dispuesto a remover cielo y tierra para encontrarla. Para ello, se embarca en un viaje por el exótico archipiélago de Kalau’a, siguiendo el rastro que ha ido dejando Faith, y viéndose envuelto en situaciones de lo más cómicas y rocambolescas, en busca de su amada. Pero no es el único, y es que el jefazo de Prune, Wang, ha enviado a una despiadada asesina, Yanmei, a localizar a la magnate. Y nuestro mujeriego no es ajeno a esto.

 

Desde el primer momento, contamos con la inestimable ayuda de nuestro PiPhone, un smartphone de tecnología punta que contiene una inteligencia artificial que hace las veces de asistente y voz de la razón. Ni siquiera al olfato de Pi, la representación holográfica de esa inteligencia artificial, se le escapa el olor a rancio que desprende el bueno de Larry. La asistencia que nos proporciona Pi es imprescindible a lo largo de la aventura: inventario de objetos, lista de misiones pendientes, aplicación de crafteo (en algunos momentos de la aventura tenemos que construir nuestros propios artefactos), y una aplicación llamada Instacrap que hace las veces de registro de cinemáticas desbloqueadas. Y no, no sólo recoge los escarceos amorosos de nuestro mujeriego amigo (aunque esa sea su principal función), sino también ciertos momentos significativos para el avance narrativo de la historia.

 

 

 

Wet Dreams Dry Twice

 

Kalau’a, un paraíso lleno de secretos

La aventura comienza con un prólogo tutorial en el que aprendemos en qué se basa el sistema de juego. Se trata de un point and click, por lo que la observación y la interacción con el entorno es la base de todo. Todo objeto, lugar o persona con el que se pueda interactuar nos muestra dos comandos: una lupa y una mano. Es importante intentar utilizar siempre ambos, pues son dos fuentes potenciales de información. Aprendemos a coger objetos, a combinarlos entre sí, a usarlos para interactuar, poniéndolos en el lugar indicado o entregándoselos a las personas adecuadas para poder avanzar en la historia. En ocasiones, se hace necesario un ejercicio de abstracción y de pensamiento lateral para resolver los puzles que haría que el mismísimo McGyver nos pusiera un altar, pues los objetos que recogemos pueden tener usos de lo más insospechados. ¿Te has preguntado alguna vez para qué puede servir la unión entre un patito de goma y las anillas de plástico de un pack de cervezas? Larry sí. Y tiene su utilidad. Esto, unido al componente de misterio que nos va presentando el avance de la historia, puede provocar que seamos incapaces de separarnos de la consola durante un buen puñado de horas, hasta completarlo en las al menos 10 horas de diversión que garantiza el título, que pueden irse a unas cuantas más, en función de lo que nos cueste enfrentarnos a la curva de dificultad.

 

La parte mala es que la dificultad de Wet Dreams Dry Twice va en un aumento insano, llegando en ocasiones a resultar desesperante. Con el avance del juego, nos encontramos con hasta una veintena de objetos en el inventario, decenas de emplazamientos que visitar y de personas con las que hablar, varias misiones pendientes, y, aunque llegado cierto punto el juego no es lineal. Sí puede suponer una gran barrera encontrarse con que, en algún lugar del archipiélago, nos falta un único objeto por coger o combinar, una única cosa con la que interaccionar, o una única persona a la que decirle algo, y las posibilidades son tan amplias que es muy duro avanzar, porque, a pesar de que Pi sirve de apoyo, en ocasiones no nos da la pista que necesitamos. Hace falta una gran dosis de paciencia, metodismo e incesante ensayo-error, probando todas las posibilidades que tenemos en nuestras manos (con una veintena de objetos en el inventario, basta echar cuentas para saber que da auténtico miedo) para conseguir avanzar. Y al final del juego, ni siquiera eso es suficiente. En los compases finales, nos encontramos con una serie de situaciones en las que, si no seguimos las instrucciones adecuadamente (y, en cierto punto, las instrucciones son un galimatías incomprensible) nos toca empezar cierta fase desde el principio. Y el boss final, por así llamarlo, nos lleva un paso más allá. No sólo tenemos que tener claro lo que hay que hacer, sino también lo que no hay que hacer. El orden de los factores, y la presencia o ausencia de los mismos, marcan la diferencia entre conseguir avanzar o hacer un reset literal de la fase final, hasta que acabemos volviéndonos tan locos como Bill Murray en El día de la marmota.

 

Wet Dreams Dry Twice

 

 

Por supuesto, todo este camino está embadurnado de humor por los cuatro costados. En ocasiones mordaz y fino, en ocasiones algo trasnochado, pero siempre con un tono excelente que saca punta a lo ingenioso y expone las vergüenzas de lo rancio. Cada interacción entre Larry y Pi es sinónimo de risas, así como la mayoría de conversaciones entre Larry y cualquier mujer del juego. La ocasión de retozar con algunas de ellas está ahí, y alguna de ellas es de lo más surrealista, pero rara vez se libra de ser ridiculizado de una forma u otra. Las referencias a ese miembro que tiene nombres mil son tan incesantes como inesperadas, y los dobles sentidos están por todas partes. Los personajes que se cruzan en nuestro camino tampoco tienen ningún desperdicio, y siempre suman a la narrativa y a la comedia sobre todo. Todo esto sin entrar a valorar la ingente cantidad de referencias que incluye el juego. Desde Monkey Island hasta Bojack Horseman, pasando por The IT Crowd, Lost o Star Wars (por nombrar algunos, pues hay muchísimos más), los easter eggs inundan el juego y refuerzan las ganas de explorarlo todo. Y no sólo eso, a partir de cierto punto del recorrido, la posibilidad de que Larry muera se hace presente. Y pocas veces tenemos tantas ganas de morir como en este juego, porque incluso en la muerte nos partiremos la caja. Quien se pregunte qué pasaría si intenta navegar a un lugar en el que no hay islas, que lo intente. Y quien se pregunte qué pasa si se queda quieto unos segundos en un lugar cualquiera, también. Ahí Larry no muere, pero vale la pena verlo.

 

Un apartado técnico perfectamente medido

Si algo funciona, no lo cambies. Esto es lo que deben haber pensado los compañeros de CrazyBunch a la hora de abordar Wet Dreams Dry Twice, pues no han dado puntada sin hilo en el apartado técnico. En lo gráfico, el estilo artístico del título, un cartoon 2D colorido y luminoso con diseños trabajados a mano, sienta como un guante en un recorrido en el que los verdaderos protagonistas, además de los deseos tórridos de Larry, son los escenarios y los lugares que visitamos, así como el tono cómico que predomina en la aventura. El resultado en este aspecto es excelente, y además resulta una gran decisión también a nivel comparativo entre distintas plataformas. La versión de Nintendo Switch no sale perdiendo en la comparativa, ya juguemos en modo portátil o con la consola conectada al dock.

 

En cuanto al sonido, podemos decir tres cuartos de lo mismo. La banda sonora del juego marida perfectamente con lo que vemos en pantalla, repleta de composiciones sin grandes pretensiones cuya única función es dar a cada escena el ambiente que necesita. En este aspecto, el equipo de desarrollo se ha bajado la cremallera. No, no es sólo una referencia con doble sentido. Literalmente escuchamos a la perfección la cremallera. Los efectos de sonido están a un nivel escandaloso, elevando al cuadrado el efecto cómico en los momentos adecuados y dando una capa de profundidad que hace que el nivel suba considerablemente. Las opciones de doblaje son algo más limitadas (sólo inglés y alemán), pero al estar traducido al español, no resulta problemático e incluso puede servir para practicar un poquito nuestro listening.

 

Wet Dreams Dry Twice

 

 

La jugabilidad es también uno de los motivos por los que el estilo point and click ha encontrado su campo de juego ideal en Nintendo Switch. En modo portátil, este título aprovecha las posibilidades que ofrece la pantalla táctil, eso sí, con un punto de partida algo complejo: hará falta posar hasta tres dedos sobre la misma para que aparezcan los iconos con los que podemos interaccionar, y la precisión del control a dedo no está del todo medida en relación al tamaño de los menús y los botones, pero cuando llevas un rato jugando, ya no lo notas tanto. En modo tabletop o sobremesa, los Joy-Con muestran su versatilidad. A la hora de explorar e interactuar, puedes escoger entre utilizar el joystick derecho para barrer la pantalla, o valerte de ZL y ZR para saltar directamente a los puntos interactivos. Por lo tanto, el control es intuitivo en casi todo momento y se adapta a las preferencias del usuario a la perfección.

 

Sólo hay un pequeño lunar en el apartado técnico. En el transcurso del juego, nos encontramos con algún que otro bug. En algunos casos, es bastante cómico y no afecta a la jugabilidad (pobre Larry, el ascensor lo ha atrapado entre sus puertas). En otros, puede ocurrir que interaccionemos con un objeto en un momento en el que el juego desata un evento de historia. Con algo de mala suerte (requiere un timing muy preciso y oportuno) esto nos bloquea la ejecución de dicho evento, lo que supone un impedimento para el avance, y aunque en ocasiones la solución está en salirse de la partida y volver a entrar, en otras tenemos que bregar e investigar sin cesar hasta conseguir que el evento de historia se desate como debía, con la dificultad añadida que esto le supone a un juego ya bastante desafiante de por sí. Por último, e intentando no spoilear demasiado, al final del juego sucede algo en la historia que hace que no podamos acceder al Instacrap desde ese punto en adelante, y por lo tanto los jugadores más completistas no pueden comprobar si han conseguido desbloquear todas las cinemáticas o si se han dejado algo por el camino. Dado que, tras finalizar el juego, no hay un Continuar ni una Partida Nueva +, terminamos nuestra partida sin saber si hemos conseguido completarlo todo.

 

Por último, los textos en español presentan algún que otro problema a lo largo de la partida. La traducción a nuestro idioma no es del todo acertada y no es raro encontrarse ciertos fallos de traducción (cuando os preguntéis por qué el ascensor quiere llevaros al traje de Faith, tranquilos, no es para cambiaros de ropa, es para llevaros a su suite), además de recuadros de diálogo a los que sólo un mensaje de error les libra de estar completamente vacíos (ay, ese missing…)

 

Leisure Suit Larry – Wet Dreams Dry Twice. No sólo las mujeres tienen curvas

El bueno de Larry ofrece todo un desafío a los que ya saben cómo se las gastan las aventuras gráficas. Si además no le hacemos ascos a una dosis bien cargada de dobles sentidos, bromas picantes algo pasadas de rosca (no exentas de crítica dentro de la propia narrativa del juego) y referencias a la cultura popular, Wet Dreams Dry Twice es un imprescindible en el que pasar horas dándole al coco y entrenando el pensamiento lateral hasta niveles ridículos, además de conteniendo más de una carcajada para que ese familiar con el que vemos la tele no nos pregunte a qué estamos jugando. A no ser que no te importe enseñarle a tus padres o hermanos un edificio con forma de… Eso.

 

A pesar del extraordinario trabajo técnico, de la gran jugabilidad y de la divertida y adictiva historia, el título no se libra de tener ciertos aspectos que pueden echar para atrás a algunos jugadores. La curva de dificultad no está hecha para jugadores con poca experiencia en este tipo de juegos o con poca paciencia, y en los compases finales del juego puede llevar al delirio. La traducción al español es mejorable y algunos de los bugs son algo molestos, algo en lo que confiamos que el equipo de desarrollo trabajará para corregir. En definitiva, muchas risas, pero también mucho sudor, que se combinarán en un cóctel manufacturado por el propio Larry y que muy probablemente nos impida despegarnos de la consola durante largos ratos.

 

Wet Dreams Dry Twice

Hemos analizado Leisure Suit Larry – Wet Dreams Dry Twice gracias a un código digital cedido por Koch Media. Versión analizada: 1.0.1.100

 

Wet Dreams Dry Twice
Para partirse la caja...y el lomo
Una aventura desternillante, repleta de humor picante y referencias, con una dura barrera de entrada y algún que otro fallo leve y molesto, pero con un apartado técnico que encaja a la perfección y una historia que engancha e incita a descubrir más.
PROS
Un tono cómico que asegura más de una carcajada
Un apartado técnico que combina a la perfección con el estilo
Jugabilidad excelente e historia adictiva
CONTRAS
Curva de dificultad no apta para todo el mundo
Traducción al español mejorable
Algún que otro bug molesto y cuadro de diálogo vacío
82
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