A lo largo de los años la pistola se ha convertido en uno de los accesorios estrella de multitud de plataformas. Y un ejemplo claro de ello es la incombustible, y casi irrompible, NES Zapper. No en vano, hablamos de la primera pistola de luz que alcanzó cierto éxito en el mercado doméstico. No obstante, es precisamente en el ámbito de las recreativas donde este tipo de propuestas comenzaron a brillar con más fuerza. Títulos como Operation Thunderbolt o Time Crisis son claro ejemplo de ello. Por ello, allá por el año 1996, SEGA decidió sumarse a dicha mina de oro con un arcade de disparos sobre raíles que marcaría un antes y un después dentro del género: The House of the Dead. Un verdadero soplo de aire fresco que arrancaba las pistolas del mueble (eso sí, contaban con cable) en una propuesta tan frenética y divertida en lo jugable como espectacular, bendita placa M2, en lo técnico. Pues bien, tras lanzar al mercado el remake del mítico Panzer Dragoon, la editora polaca Forever Entertainment sigue dispuesta a revivir grandes sagas que ya parecían olvidadas por todos. El último ejemplo lo tenemos, precisamente, con The House of the Dead: Remake para Nintendo Switch. Revisión del arcade original cuyo análisis compartimos con todos vosotros, sin límite de munición, a continuación.
Reviviendo un clásico
Dos agentes, muy en la línea de los famosos Mulder y Scully de Expediente X, entrando armados hasta los dientes en una misteriosa mansión repleta de zombies con la misión de rescatar a una damisela en apuros. Para colmo, uno de ellos se llama Agente G. ¡El sueño de los 90! Con esta premisa se nos vuelve a presentar The House of the Dead: Remake. Oye, es cierto que la historia es lo de menos en un arcade de disparos como el que aquí nos ocupa, pero esperpéntica y rimbombante lo es un rato. Y si, efectivamente. No se ha modificado ni un ápice con respecto al original.
Nos encontramos ante un shooter sobre railes donde debemos acabar con todo ser NO-viviente. Para ello, seguimos un camino determinado que no podemos controlar. Por lo que nuestra atención debe centrarse en disparar a diestro y siniestro para no recibir daño alguno. Eso sí, aquí no solo se trata de rapidez, ya que también debemos tener muy en cuenta los puntos débiles de cada enemigo, los patrones de movimiento, los items escondidos o las bonificaciones obtenidas por salvar a los distintos científicos repartidos por tan siniestras instalaciones. Algo que, ya de paso, incluye varios caminos secretos muy a tener en cuenta si queremos rescatar a todos los rehenes. Al final de cada fase nos toca enfrentarnos a un espectacular jefe con sus propios patrones de movimiento y una dificultad bastante más elevada.
Por desgracia, la propuesta no es que sea continuista con respecto al juego original sino que se trata, más allá del lavado gráfico, del mismo videojuego. Como fan de la saga, se habría agradecido la incorporación de novedades jugables de la suficiente consistencia como para justificar, con rotundidad, una nueva compra.
Toda una hOrDA zombie
The House of the Dead: Remake cuenta con dos modos de juego. El Modo Original nos presenta la propuesta clásica tal como fue concebida. Por su parte, el Modo Horda nos sirve en bandeja el mismo recorrido pero con un mayor número y dificultad de enemigos en pantalla. Es decir, más que dos modos son el mismo con diversas variaciones.
Más allá de la acción propiamente dicha, también contamos con un espectacular bestiario. Una suerte de galería de criaturas en el que podemos observar de cerca, y desde todos los ángulos, a los distintos enemigos que nos hemos ido encontrando durante nuestro periplo. Pudiendo, ya de paso, ojear los puntos débiles de cada uno de ellos. He de reconocer que he dedicado bastante tiempo en esta suerte de deliciosa galería de los horrores.
Y que nadie se asuste. Sí, The House of the Dead: Remake cuenta con multijugador local. Tanto cooperativo como competitivo (con el sistema de puntuación clásico o con otro basado en los combos). Puntuación de la que, dicho sea de paso, depende obtener uno u otro final. Nos encontramos, sin ningún atisbo de duda, con uno de los puntos fuertes del juego. Y es que las matanzas zombies en compañía saben mejor.
En lo relativo a su dificultad, el juego sigue siendo bastante corto. Pudiendo completarse en tan solo una hora. Eso sí, invita a una segunda o tercera pasada (no más) para rescatar a todos los rehenes, descubrir los secretos ocultos y desbloquear diversos finales. Para rematar, sus 4 modos de dificultad (Fácil, Normal, Difícil y Arcade) o los distintos niveles de asistencia al apuntado hacen que podamos ajustar la aventura a nuestras propias preferencias de una forma bastante exacta. Aunque, eso sí, dichos niveles de dificultad solo inciden directamente en la resistencia de los enemigos y en nuestra salud.
Peligro, ¡zombies en movimiento!
Alcanzamos uno de los puntos más polémicos de The House of the Dead: Remake, su sistema de control. Y es que, si bien es cierto que el título pone a nuestra disposición diversas posibilidades todas ellas acaban dejándonos un sabor de boca agridulce. Por un lado, podemos aprovechar las posibilidades giroscopicas de los Joy-Con para apuntar a la pantalla y disparar. Tanto a una mano como a dos (futuro Modo Vaquero). Pudiendo, ya de paso, invertir ejes, activar la asistencia de puntería o incluso resetear el punto de mira.
No voy a negar que la respuesta es bastante precisa y las sensaciones correctas. Por desgracia, el principal lastre llega de la mano de un reseteo continuo (botón Y) para volver a centrar la mira cada vez que apuntamos fuera de la pantalla. Algo que ha logrado descolocarnos y acrecentar una sensación de incomodidad durante casi toda la aventura. Rompiendo, ya de paso, una propuesta 100% arcade y embarrado la experiencia final de juego.
Sinceramente, echo de menos mi NES Zapper (benditas pistolas de luz) o el clásico sensor de apuntado de Wii (la famosa barra de infrarrojos situada en nuestras teles) para aportar una precisión fotosensible que aquí brilla por su ausencia. Como nota curiosa, tenemos que tener ambos Joy-Con conectados, aunque solo usemos uno, por culpa del menú de juego.
La segunda opción, obligatoria para los poseedores de Nintendo Switch Lite, pasa por usar los mandos acoplados a la consola o con el Joy-Con Grip frente al televisor. Para ello, disparamos con los gatillos, recargamos con el botón B y usamos el joystick para mover la mira. Curiosamente, ha sido la opción más utilizada durante nuestras diferentes incursiones. Conviene destacar que podemos escoger tanto el stick con el que apuntar como su sensibilidad (opción está última que hemos tenido que modificar). Sin lugar a dudas, nos ha resultado más cómodo, sobre todo en modo portátil, hacernos a este esquema de control que al giroscópico. Por otro lado, también podemos usar el PRO Controller para esta última modalidad de juego.
En tercer lugar, se nos ofrece la posibilidad de combinar el apuntado con stick y el control por movimiento. Un pequeño gran caos que, eso sí, aporta una configuración de control adicional a tener en cuenta.
Un modesto lavado gráfico
Entrando en terreno gráfico, The House of the Dead: Remake ha sufrido un completo lavado de cara. Y es que el título de SEGA ha sido rehecho desde cero gracias al motor Unity. Mejores texturas (aunque algunas parezcan sacadas de Minecraft), mejoras notorias en los modelados de los zombies, vistosos efectos o entornos más detallados son sus principales señas de identidad. Por otro lado, contamos con un modo con mejores gráficos (más apreciable en el Dock) y otro centrado en su rendimiento (60 FPS). Por desgracia, en ambos casos el juego petardea con cierta frecuencia. Es más, en «alto rendimiento» se ven acusados los problemas de popping, la eliminación de algunos efectos o las texturas de baja resolución.
Dado que no nos encontramos ante ningún tipo de portento gráfico, todo lo anterior solo puede achacarse a una mala optimización. Además, Unity es un motor que puede dar muchísimo más de sí. Y es que el resultado final (el modelado de algunos personajes no tiene desperdicio) parece sacado de la pasada generación. En lo que respecta a la banda sonora, podemos decir que ha sido rehecha con canciones remezcladas. Por su parte, el doblaje original (inglés) se escucha bastante más nítido que el del título original.
The House of the Dead: Remake – un reboot de muerte
Forever Entertainment es una editora que no suele ocultar sus cartas bajo la mesa. Y The House of the Dead: Remake es un ejemplo más de ello. Nos encontramos ante el reboot de uno de los shooters on-rail (sobre raíles) más destacados de la historia de los videojuegos. Una propuesta milimétricamente respetuosa con el original que no esconde ni sus defectos ni sus virtudes. Entre sus PROS, un lavado de cara (gráfico y sonoro) con Unity como protagonista, sus posibilidades multijugador, nuevos modos de puntuación, un bestiario de criaturas muy chulo y un gran surtido de modos de control a nuestra disposición.
En el reverso de la moneda, el control por movimiento no funciona como nos habría gustado. Los gráficos, Unity puede dar muchísimo más de sí, podrían pasar por los de un título de la pasada generación y la ambición del port, al no aportar nuevos niveles o modos de juego, es bastante escasa.
En definitiva, si te gustó el juego original, y estás dispuesto a «luchar» también contra sus controles no debes dejar escapar esta oportunidad. En caso contrario, siempre te quedará Overkill o los «Returns» para Wii.
Hemos analizado The House of the Dead: Remake gracias a un código digital cedido por Forever Entertainment. Versión analizada: 1.0.1
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