2021 marcó un hito espectacular para la historia de la industria de los videojuegos española. Desarrolladores patrios, con el beneplácito de Nintendo, dieron a luz a la última aventura de la cazarrecompensas espacial más famosa del mundo de los videojuegos hasta la fecha. Metroid Dread no fue únicamente el regreso de una saga épica: cosechó reconocimientos allí donde fue, demostrando que en España hay talento a raudales esperando a ser descubierto, y confirmando la vía ya marcada por obras maestras como GRIS o Blasphemous. Los que vienen después tienen un gran reto por delante: seguir confirmando esa realidad. Y ahora le llega el turno a Souldiers.
El estudio madrileño Retro Forge debuta en el panorama indie con esta propuesta que se ha hecho esperar algo más de lo que se pensaba al principio, pero que está a punto de llegar. Llega a Nintendo Switch este 2 de junio, pero nosotros ya hemos tenido la oportunidad de adentrarnos en su mundo, conocer a sus personajes, combatir sus peligros y, por qué no decirlo, morir unas 300 veces aproximadamente por el camino. Y no, no estamos exagerando lo más mínimo. Acompañadnos en esta triste y bonita historia de magia, épica, misticismo, misterio y, sobre todo, muerte. Mucha muerte.
La cabalgata de las valkirias
Nuestro soldado sin nombre, a las órdenes del general Brigard de Zarga, ha quedado atrapado junto a todo un batallón en una cueva y no encuentra la forma de salir de allí. De pronto, se abre un portal y aparece una valkyria que no es sino un amable mensajero de la muerte, la llave de los caídos. No tienen forma de salir de allí, por lo que su única posibilidad es trascender y viajar al Más Allá con ella. La vida terrenal de nuestro protagonista y sus aliados ha terminado, pero comienza una nueva vida en Terragaya, allá donde viven los muertos. La cuestión es que Terragaya es un lugar repleto de amenazas y peligros… Y parece que nuestro grupo de soldados no es el único que acaba de aparecer allí.
Pronto nos damos cuenta de que están sucediendo cosas extrañas en las tierras de Terragaya. Monstruos y soldados rodeados de un aura oscura, desposeídos de su libre albedrío y su voluntad, sometidos a una fuerza extraña que amenaza con arrasarlo todo. Incluso el propio árbol de la vida, Yggdrasil, se encuentra en peligro ante esta extraña amenaza. Un desafío que nuestro soldado sin nombre acepta gustoso, cumpliendo las órdenes de su general y convirtiéndose en una pieza clave de su diezmado batallón. Incluso las valkirias, quienes nos han arrastrado a este mundo, se sienten amenazadas. En nuestras manos está salvar las almas que habitan el Más Allá.
El «soul» de Souldiers no es casual
La primera decisión que tenemos que tomar en Souldiers es el modo de dificultad, pero conviene no engañarse: incluso el modo fácil es tremendamente exigente. Absolutamente cualquier enemigo que nos encontramos es capaz de ponernos en serios aprietos. Un nivel de exigencia inspirado en los Souls que nos hace ver la pantalla de muerte repetidas veces a lo largo de nuestra partida. Cada enemigo tiene un estilo de combate definido que hay que estudiar y aprender para sobrevivir en nuestra aventura. Y eso sólo con los enemigos normales: los mini-jefes y los jefes son harina de otro costal. Hay que estar preparado.
Por si no fuera suficiente con eso, el mundo de Terragaya es hostil a más no poder. El mapa, de estilo metroidvania, está repleto de trampas ocultas, suelos de pinchos, zonas con veneno, con fuego o electrificadas… No se puede avanzar de forma descuidada prácticamente en ningún momento, ya que hay amenazas en cada rincón. Tampoco falta alguna fase de contrarreloj en la que tenemos que ser lo más rápidos posible para que la muerte no nos alcance. Como ya decía antes, lo de morir unas 300 veces no es ni mucho menos una exageración. Hay que armarse de paciencia para adentrarse en Souldiers, y eso puede hacer que algunos jugadores se lo piensen dos veces. Pero si uno se lo propone, merece la pena.
Nuestro «soul-dado» ideal
La segunda decisión es el tipo de soldado que queremos llevar. Tenemos tres opciones: el scout, un espadachín al uso que ataca cuerpo a cuerpo y es el más equilibrado; el arquero, más ágil y especializado en ataques a distancia, pero que necesita recargar sus flechas; y el conjurador, que ataca con proyectiles mágicos, pero es menos resistente y tiene menos vida. Una oportunidad para personalizar, con sus pros y sus contras, nuestro estilo de juego, una decisión trascendental que marcará toda la aventura.
Además del estilo de cada personaje, contamos con otro tipo de habilidades: la esquiva, que nos es de mucha ayuda con muchos ataques enemigos, el bloqueo, en el que nos valemos de nuestro escudo para protegernos, y el contraataque, que podemos utilizar para dar un fuerte golpe si bloqueamos ciertos ataques en el momento indicado. Pero también hay que saber elegir el momento para hacerlos, porque hay movimientos enemigos que no se pueden esquivar o bloquear. Necesitamos todo nuestro arsenal para sobrevivir. Por suerte, contamos con la ayuda del principal poder de nuestro personaje: los orbes.
El grandioso poder de los orbes
En el transcurso de nuestra aventura, nos encontramos con unos objetos mágicos llamados orbes que nos dan un gran poder y cumplen una doble función. Se trata de artefactos elementales que nos dan poder de fuego, tierra, rayo, agua y aire. Cuando nos equipamos uno, nuestros ataques se convierten en ataques elementales que pueden servir para hacer más daño a algunos enemigos, pero que también son un arma de doble filo: por ejemplo, un enemigo elemental eléctrico o una trampa eléctrica nos hacen más daño si tenemos equipado el elemento agua. Conviene escoger muy bien qué orbe nos equipamos en cada momento.
Además de la función de combate, los orbes también son importantes para avanzar por el entorno. Electricidad para activar artefactos, fuego para quemar obstáculos, aire para despejar zonas contaminadas… La frescura que aportan los orbes a la exploración es notable. No son los únicos poderes y habilidades que podemos desbloquear durante el avance de la aventura, eso sí: hay otro tipo de ataques especiales y maestrías que obtenemos al subir de nivel o al avanzar en la aventura, y que dependen del tipo de personaje que estemos utilizando. Dan otro componente extra de profundidad al sistema de Souldiers, pero el foco se lo llevan los orbes: sin ninguna duda, son los que más influencia tienen sobre la aventura y sobre la exploración.
Terragaya, allí donde habitan las almas
La inmensidad de la aventura de Souldiers es cosa seria. Las diversas zonas de Terragaya son inmensas y repletas de recovecos, puzles y acertijos que no es nada fácil resolver en ocasiones. A veces hay que dar muchas vueltas para encontrar el camino, porque no nos suelen dar demasiadas pistas. Cada mapa tiene muchos cofres ocultos que contienen ampliaciones de espacio para nuestro equipamiento o materiales para mejorar nuestras armas principales y secundarias. Y siempre es necesario revisitar alguna zona si queremos explorarla de forma completamente exhaustiva.
Además, hay varias misiones secundarias disponibles. Algunas consisten simplemente en dar caza a algún monstruo más poderoso de lo normal, pero también hay otras como buscar ciertos materiales, objetos especiales, o simplemente ayudar a algún habitante de la ciudad o compañero de ejército con sus problemas o inquietudes. Incluso nos encontramos con retos como carreras o batallas en el Coliseo. Un título inmenso y rico en detalles en el que podemos pasar unas 25 horas de juego para completar la aventura principal. O, al menos, eso marca el reloj del juego. Porque, si contamos los centenares de veces que hemos muerto en la aventura, el contador se dispara a más de 30. Si vamos a por el 100%, el crono sube mucho más. Y si queremos completar el juego en sus distintos niveles de dificultad y con los distintos tipos de personaje, nos encontramos ante una aventura realmente titánica.
Qué bonito es recorrer estos lugares
La excelencia que muestra la jugabilidad de Souldiers se termina de redondear casi por completo si entramos a hablar del apartado artístico. El diseño de escenarios, así como el de niveles, es realmente espectacular. Cada zona principal de Terragaya tiene unas características muy propias y reconocibles a simple vista con la que nos acabamos familiarizando, y están elaboradas con un estilo pixel art que roza la perfección. El diseño de personajes y monstruos también es excelente, con una gran variedad de enemigos y personajes secundarios que enriquecen el mundo.
El sonido también influye mucho en la aventura, y no sólo por la banda sonora, que es bastante buena y completa un clima y una atmósfera excelentes. Los efectos de sonido cobran una importancia crucial en nuestra aventura. El sonido al golpear a los monstruos es muy comunicativo, y los ruidos que hacen estos antes de abalanzarse sobre nosotros son suficientemente característicos para saber qué tipo de enemigo viene, por dónde se acerca o incluso qué tipo de ataque va a efectuar. Como diría un maestro de baile: si quieres dominar los pasos de baile, debes conocer el ritmo de la música. Si jugáis en modo portátil, se recomienda encarecidamente el uso de auriculares para alcanzar la maestría.
El mayor enemigo de Souldiers es…
El rendimiento. Es casi el único punto negativo que podemos sacar a este título. Los tiempos de carga entre zonas son terriblemente largos. Comenzar partida, hacer viaje rápido o simplemente reintentar tras morir son momentos de desesperación en los que la pantalla de carga puede llegar a durar incluso más de un minuto en algunos casos, un problema que rompe muchísimo el frenético ritmo que nos propone la aventura de Souldiers y que nos obliga aún más si cabe para armarnos de paciencia y continuar con la partida. Además, el juego se congela durante casi medio minuto cada vez que guardamos la partida, y en los compases más avanzados llega incluso a cerrarse justo después de guardar, obligándonos a reiniciar el juego.
Aparte de eso, hay algunos bugs que necesitan arreglo urgente. El progreso en el mapa no se registra de manera correcta, y al comenzar una nueva sesión de juego el mapa suele aparecer medio vacío, sólo con los cofres abiertos registrados, e incluso mostrando zonas que aún no hemos visitado. Nos hemos llegado a encontrar también algún que otro bug de bloqueo de movimiento, y caídas de frames ocasionales en ciertas zonas. Todo esto sucede tanto en modo sobremesa como en modo portátil. Sabemos que el estudio ha detectado algunos de estos fallos y están trabajando en ellos para arreglarlos con un parche de día 1, por lo que quizá estos puntos negativos nunca lleguen a afectar a los jugadores. Ojalá sea así.
Hay algo que sí que no parece digno de arreglo, sino una cuestión de estilo. Durante toda la aventura, Souldiers nos presenta un mundo exigente, pero justo. Pero el jefe final es de todo menos justo. Tiene varias fases que, aunque complicadas, entran en la estructura de dificultad del resto del título, pero hay una que se va completamente de las manos, llenando la pantalla de ataques continuos, rápidos, aleatorios y con poco tiempo para reaccionar. Sobrevivir a la batalla ha sido una odisea que nos ha llevado prácticamente un día entero de juego, y que cruza la línea entre la justicia y la injusticia. Pero merece la pena, porque la trama que nos propone Souldiers es capaz de sorprender hasta literalmente el último instante de juego.
Souldiers – Nintendo Switch. La titánica aventura del soldado sin nombre
Hay muchos motivos por los que considerar que Souldiers es una de las propuestas más sorprendentes, profundas y estimulantes que vamos a encontrar en el mundo de los videojuegos a lo largo de este año 2022. Una experiencia jugable dinámica y adictiva que necesita un poco de llave inglesa en algunos aspectos técnicos, pero suficientemente amplia e interesante para conseguir deslumbrar a pesar de sus problemas. Una nueva muestra de que en España hay muy buena mano en el género de los metroidvania y mucho futuro con grandes títulos por delante.
Hemos analizado Souldiers gracias a un código digital proporcionado por Jesús Fabre. Versión analizada: 2.
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