
Como muchos sabéis, Shinnosuke Nohara es un niño de 5 años extrovertido, que no conoce la vergüenza, siempre intenta ligar con cualquier belleza que pase por delante de él y evita el pimiento, como Superman lo hace con la kryptonita. De una forma u otra, él y su familia lograron conquistar los corazones de personas de todo el mundo, arraigarse en la cultura española y ser parte de nuestra infancia. Debido a la personalidad de ellos, los videojuegos que tienden a protagonizar son, de todo, menos tranquilos. No obstante, Shin chan: Mi verano con el profesor —La semana infinita— le da la vuelta a la tortilla y ahora que por fin lo hemos tenido en nuestras manos, no nos cabe la menor duda de que este le dibujaría una sonrisa a Yoshito Usui, si siguiera entre nosotros.
Dicho esto, ha llegado la hora de comenzar el análisis de este soplo de aire fresco en la franquicia. Y hablando de franquicias, estamos ante una propuesta que de paso sirve como una de las primeras tomas de contacto de «Boku no Natsuyasumi» con Occidente. Es decir, su éxito puede ser determinante para que Millennium Kitchen se anime a cruzar el charco más a menudo. ¡Vamos al lío!
Un viaje familiar, con visitas del jurásico
La trama de este singular juego transcurre en Asso, un pequeño pueblo situado en Kyuushuu. Puesto que Hiroshi, el padre de Shinnosuke, iba a ir a allí por un viaje de negocios, Misae decide que es una ocasión perfecta para volver a ver a su amiga de la infancia, lo que acaba dando pie a un viaje familiar. Sin embargo, al llegar a la estación, el camino de los Nohara se cruza con el de los planes de un científico loco. Este le propone a los Nohara probar su invento más reciente durante una semana: una cámara de fotos que, en vez de fotografías, saca dibujos adhesivos con lo que pasa por su lente. Antes de que se separaran, el señor deja caer que la imaginación permite saltar en el tiempo y revivir leyendas de la antigüedad, aunque no entra en detalles acerca de qué tiene que ver eso con la cámara. Ya en Asso, en lugar de encontrarse con lo esperable de la zona, lo primero que ven al salir de la estación es que los lugareños dieron con un yacimiento de fósiles de dinosaurio.
Como es natural, ese descubrimiento les sorprende, pero la cosa no va más allá de una breve conversación por el hallazgo. Una vez la familia se acomoda como invitados de Yoyoko y compañía, los acontecimientos extraños no dejan de suceder, pues Shinnosuke no tarda en darse cuenta que los hijos de la vecina se parecen demasiado a integrantes del ejército de Kasukabe. Lo que Shinnosuke jamás vio venir es que, poco después de conocer al lugar y a sus habitantes, empezaran a aparecer dinosaurios de la nada. ¿Qué misterios oculta el pueblo y qué es lo que piensa hacer el científico en él? ¡Averiguar la respuesta está en tus manos!
Lejos de desatarse una histeria colectiva por los dinosaurios, estos se acaban integrando sin demasiadas dificultades en el día a día de los habitantes de Asso, lo que hace posible que la fórmula de «Boku no Natsuyasumi» brille. Dejando a los fósiles vivientes a un lado, lo que más nos gusta de este apartado es cómo trata los problemas mundanos de personajes que en circunstancias normales solo tienen un par de líneas en el guion y cómo el desarrollo de estas pequeñas historias secundarias se hilan con la principal. ¿Consigue esa joven que le correspondan su amor? ¿El periódico del pueblo tiene posibilidades de levantar cabeza con la ayuda de un niño? ¿Qué hay que hacer para que esa persona recupere la confianza en sí misma? ¿De qué trata el cuento de esta noche? Lo que acabamos de comentar, son solo algunos ejemplos.
De antemano, os recomendamos que no esperéis que salgan a flote sucesos muy profundos en Shin chan: Mi verano con el profesor. Para variar, el mundo no gira en torno a que los Nohara salven el día de una amenaza y en su lugar, la trama avanza lentamente rodeada de pequeños momentos, que la hacen perfecta para simplemente coger el mando y disfrutar de una experiencia divertida y apacible, ya sea curioseando en las vidas del vecindario o simplemente sacando la caña a pasear. Si bien es cierto que el doblaje no pudo ser al final, la desarrolladora tradujo el juego a varios idiomas, incluyendo el nuestro. Lo malo es que la calidad es irregular, provocando que en buena parte de esta se note cariño por los cuatro costados, mientras que en otras deje que desear. En cuanto a la duración, depende del ritmo del jugador. Si este se ciñe a la trama principal, rasca entre 5 y 10 horas de entretenimiento. Si prefiere disfrutar con calma de las historias secundarias, ya hablamos de alrededor de 15 horas y en caso de que busque capturar a todos los peces e insectos o cumplir con los objetivos personales del protagonista, el contador se dispara.
Meneando el culito, desde bien tempranito
Aunque suene a broma, el botón para correr saca a relucir el «culito, culito» que tanto aman los fans. Fuera de esa acción, tenemos la posibilidad de usar una red cazamariposas para rellenar una enciclopedia de insectos, un par de cañas de pescar con las que completar las hojas de un libro distinto o cumplir recados y evidentemente, podemos interactuar con los objetos o los personajes del entorno. Es importante mencionar que la hora, afecta a lo que puedes encontrar mientras exploras, lo que vuelve esto un desafío para los más completionistas. Asimismo, el pasar de los días juega un papel clave en los cultivos de Shinnosuke, pues define lo que sale de la tierra. Por cierto, aunque regar recae sobre nuestros hombros, permiten que los dinosaurios ayuden a la hora de recolectar. ¿Cómo? Cada vez que la cosecha está lista, dan 3 opciones: hacer que un dinosaurio haga todo el trabajo, que este solo saque la mitad del asunto o escoger el camino manual. Nota: la mecánica de la agricultura es anecdótica, solo sirve para hacer recados y se resume en regar, esperar un tiempo y recolectar.
Hemos mencionado varias veces a los recados, pero no los hemos explicado. Estos no tienen mucho misterio y consisten en traer pescado, fruta o verduras a los responsables de diferentes establecimientos, a cambio de un poco de dinero. Además, por cada 5 recados realizados, Shinnosuke recibe una bonificación. Dicho dinero sirve para comprar hortalizas con las que suplir recados, un billete del teleférico o comida, ya sea para aprovechar el viaje rápido del que hablamos luego o para evitar que tu medidor de energía se agote y tener que volver forzosamente antes de cuenta. Eres un niño de cinco años, por lo que sobra decir que al anochecer alguien viene a recogerte para que cenes. ¿No se puede explorar por la noche? Sí, es posible dar un paseo para acceder a bichos o a eventos nocturnos, pero el tiempo siempre avanza cuando te mueves entre las zonas de los escenarios y antes de que te des cuenta, te hacen acostarte. Aparte de haciendo de recadero, hay otro método para obtener dinero: ayudar a que el periódico local gane suscriptores. Aquí las fotos sacadas por ti son claves, dado que nuevos artículos salen precisamente de ahí, de los descubrimientos del día a día de un niño de parvulario.
El papel de los dinosaurios en la jugabilidad no acaba en los párrafos anteriores. Además de hacer de «taxi» a cambio de comida, a partir de cierto momento de la partida, se habilitan los combates de dinosaurios y los niños del pueblo son los «entrenadores» a batir, en batallas casuales y a veces en torneos. Si eres uno de los pocos que disfrutaron de Dinosaur King para Nintendo DS allá por 2008, este modo es una bocanada de nostalgia. Al fin y al cabo, para decidir el dinosaurio que ataca, se opta por un «piedra, papel o tijeras» de toda la vida y en caso de empate, dependemos de parar una ruleta con precisión para desempatar. Cada dinosaurio tiene sus pros y sus contras. Por ejemplo, el tiranosaurio se centra en sacarle partido a los especiales y eso hace que cambies un poco tu forma de dirigirlo. ¿Especiales? Sí, hay ataques especiales que ganan al trío de opciones normales. Tus ataques y los del adversario rellenan un medidor y la gracia es que la cantidad de medidor que recibes, varía basándose en la mano que saquemos. Lo que se traduce en que esto es útil para intentar ver patrones en la IA y no depender tanto del azar. Eso sí, os avisamos que la cosa se va complicando, hasta el punto de que el último torneo es injusto y peleas contra «sacos de vida» que en dos toques te ganan.
Dejando a un lado el añadido de los duelos del cretácico, probablemente ya os habéis dado cuenta del tono desenfadado y la simplicidad de las mecánicas de Shin chan: Mi verano con el profesor. Más allá de tener que volver, no hay penalización alguna por quedarte sin energías lejos de casa, no hay amenazas destacables que perturben la tranquilidad, las zonas bloqueadas de Asso se abren con el avance de la trama en vez de con acertijos complicados y en caso de que os quede algo por hacer después de los créditos, gracias a un «New Game +» tradicional, es posible volver a la carga con el camino allanado. Cada día interno, por lo general, tiende a durar tres cuartos de hora o menos y eso nos hace afirmar que esta propuesta es perfecta para echar una partida antes de irte a dormir con una sonrisa. Es más, os recomendamos evitar sesiones largas para así sacarle todo el jugo. Si tenemos que poner una pega, es que el elenco de personajes peca de estático. Da igual lo que pase, las rutinas de ellos rara vez cambian, la participación del resto de la familia Nohara es escasa y la reacción habitual ante tus logros no son más que dos o tres frases en la cena.
Un paisaje salido de un cuadro
A cambio de una cámara fija que no admite rotaciones, ni acercarla o alejarla, recibimos uno de los puntos más fuertes de esta obra: fondos pre-renderizados elaborados con tal mimo, que enamoran a primera vista. Literalmente parecen postales dibujadas que el jugador puede explorar a su antojo. En cuanto a las personas, los dinosaurios y demás, optaron por modelos 3d con una capa de cel shading, que aun sin ser lo mejor que hemos visto, no desentonan y cumplen con su objetivo a la perfección. En general, se ve precioso tanto en el modo dock como en el portátil y no hay problemas de rendimiento. Los únicos tropiezos que encontramos visualmente hablando, son algunas animaciones que pecan de toscas y la ausencia de transiciones que suavicen los cambios de «plano» provocados por pasar de un lugar al siguiente.
En el campo sonoro, el gran ausente es el doblaje español. Sí, sabemos que ya de por sí es raro que este juego cuente con textos en castellano, pero que la voz de Shinnosuke le pegue más a su padre que a él, inevitablemente nos causa rechazo. Por otro lado, la banda sonora mantiene un perfil bajo en casi en todo momento. No es mala, pero carece de temas memorables y a menudo ni siquiera hace acto de presencia. Donde sí destaca este apartado, es en los efectos de sonido. La estridulación de las cigarras, el ruido del cauce del río, el canto de los pájaros… el conjunto de todo eso y más, logra una ambientación digna de mención, que es capaz de mirarle a los ojos a los escenarios a los que acompaña.
Shin chan: Mi verano con el profesor —La semana infinita— Nintendo Switch. El valor de los pequeños momentos
En definitiva, Shin chan: Mi verano con el profesor es un regalo en toda regla para los fans del niño de 5 años más travieso sobre la faz de la Tierra. Aun sin abandonar del todo la picaresca habitual de la franquicia, consigue adaptarse a la fórmula tranquila de «Boku no Natsuyasumi» y dar un giro con respecto al rumbo que tomaron sus predecesores. Si buscas una aventura que entre por los ojos con la que desconectar y de paso compartirla con dinosaurios y viajes temporales, no te lo pienses más. ¡Aquí te espera un nuevo caramelo para tu colección híbrida!
Hemos analizado Shin chan: Mi verano con el profesor —La semana infinita— gracias a una copia digital cedida por NEOS Corporation. Versión analizada: 1.0.0
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