Un año más, la serie de simulación baloncestística de Visual Concepts cumple con su compromiso con los usuarios de Nintendo Switch y nos presenta NBA 2K23, bajo el lema publicitario “Responde a la llamada de la grandeza”. Y, efectivamente, si por algo se distinguen las entregas de NBA 2K es por ser juegos “grandes” (recuerda que hay que descargar obligatoriamente más de 40 gigas), con infinidad de contenido para que los usuarios echemos una gran cantidad de horas exprimiendo todas sus posibilidades. Es cierto que los últimos títulos han pecado de cierto conservadurismo pero, mientras algunas compañías han escuchado las cada vez más numerosas voces que reclaman que este tipo de juegos deportivos con lanzamientos anuales y con fórmulas casi agotadas se conviertan en servicios (¡Hola, eFootball!), 2K Sports parece no plantearse un cambio de estrategia mientras los números le sean favorables.
En honor a la verdad, he de decir que los desarrolladores de esta saga siempre se las ingenian para ofrecer alguna característica diferencial que nos haga sentir que no estamos ante el mismo juego temporada tras temporada, dejándonos a nosotros como usuarios la tarea de valorar si los añadidos son suficientemente atractivos para pasar por caja o no. Y, aunque realmente estas correcciones o mejoras introducidas en cada entrega no suelen suponer revoluciones completas en jugabilidad o modos, en esta ocasión estamos de suerte y NBA 2K23 va un poco más allá.
Utilizando las dos últimas cifras del título como excusa (ojalá se les ocurra algo con el 24 de Kobe Bryant para el próximo), nos trae de vuelta los Desafíos Jordan como gran novedad. Además de esto, el crucero donde se desarrolla el modo Mi Carrera es totalmente diferente, se han introducido cambios en My Team y algunos retoques importantes en la jugabilidad. Veamos si justifican un nuevo desembolso.
His Airness is back
A pesar de que el atleta de portada principal sea Devin Booker, 2K Sports no podía dejar sin utilizar el 23 del título del juego de este año para rendir tributo a Michael Jordan una vez más. Y es que, aunque probablemente sea el añadido con mayor atractivo de NBA 2K23, el Desafío Jordan, en sí mismo, no es una novedad. Apareció en NBA 2K11 para homenajear a «Air» en su retorno al baloncesto electrónico como jugador licenciado tras muchos años de ausencia y, ahora, regresa mejorado y ampliado.
En este modo acompañamos a MJ en 15 de sus partidos más míticos (5 más que en el 2K11), desde su primera aparición en una final universitaria hasta el último encuentro de la final del 98, pasando por actuaciones legendarias como los 63 puntos en playoffs contra los Celtics del 88 o el “partido de la gripe”.
Mención especial merece “The shot”, sin duda una de las secuencias más icónicas de la carrera de Jordan, incomprensiblemente ausente en el juego de la temporada 2010-2011. Al contrario que el resto de desafíos, en los que tenemos que disputar enteros los enfrentamientos para cumplir al menos uno de los tres retos que se nos plantean si queremos avanzar, en este caso la acción se centra exclusivamente en los 3 segundos finales en los que decidió la eliminatoria ante los Cavs y lo hace en forma de un sencillo pero emocionante Quick Time Event.
Cada evento nos plantea 3 retos, la mayoría relacionados con ganar los partidos o lograr anotar un mínimo número de puntos, obteniendo una estrella por cada uno que superemos para, cuando logremos 40, desbloquear tres recompensas para utilizar en My Team y Mi Carrera.
Es destacable el mimo dedicado en este modo para que la experiencia sea lo más inmersiva posible, algo que nos queda claro ya desde el prólogo. Entrevistas a protagonistas destacados antes de cada partido, tráileres introductorios, fidelidad apabullante de estilos de juego, reglas, indumentarias o pabellones y una presentación televisiva con una estética en rótulos o transiciones acorde a la época representada en los diferentes desafíos (es emocionante para un fan viejoven como yo ver el medidor de decibelios antes del salto inicial en los partidos jugados en el pabellón de los Jazz).
En 1982 no había triples, pero eso no nos impide lanzarnos mandarinas como esta.
El «Filtro de Era» ayuda a aumentar la magia de momentos míticos como estos pero, si abusas de él, necesitarás visitar al oculista rápidamente
Esto último se ve reforzado por comentarios específicos para cada encuentro, incluso en español, y un filtro que añade scanlines a la imagen para tratar de representar la menor calidad de visionado de las retransmisiones de entonces como puedes apreciar en las dos capturas que hay sobre estas líneas. Personalmente me parece que el efecto de emborronamiento y aberración cromática que producen es excesivo, especialmente en modo portátil. Afortunadamente pueden desactivarse y dejarlas en un simple ejemplo de la obsesión por el detalle de Visual Concepts. Tanto si has podido disfrutar de la carrera del GOAT en vivo como si sólo conoces sus hazañas por vídeos de highlights, Desafío Jordan es un viaje en el tiempo muy disfrutable de principio a fin.
MY TEAM, ahora con reforma laboral
El resto del juego ya te resultará más familiar si has trasteado con la serie en los últimos años. No se echa de menos ninguna de las modalidades clásicas aunque tampoco encontrarás ninguna de las añadidas en las versiones de PS5 o XBOX Series. Algunas, como viene siendo habitual en Jugar Ya o Mi Liga, se presentan sin cambios, mientras que en las dos que más repercusión tienen en la comunidad sí que hay cierta evolución. Y es que, a mayores, son en las que más peso tienen los micropagos (una vez más muestro mi desaprobación hacia estas prácticas y apelo a tu responsabilidad) por lo que 2K Sports necesita dar incentivos a los usuarios para pasarse a una nueva entrega más allá del sistema de temporadas.
My Team, my rules
My Team, por ejemplo, es más asequible para todos desde el principio en NBA 2K23, pues han eliminado los controvertidos contratos, por lo que tenemos más libertad a la hora de configurar nuestra plantilla de estrellas. Por este motivo es más factible que nuestra colección sea abultada pero, si llegamos a tener cartas de jugador que no usamos en las alineaciones, este año podemos aprovecharlas y mandarlas a participar en «partidos amistosos», que realmente son misiones ficticias a lo largo y ancho del planeta como visitar el Louvre en París o descubrir reptiles en Madagascar. Durante el tiempo que duran no podemos seleccionar a los implicados para saltar a la cancha pero, a su vuelta, traen recompensas bajo el brazo para que sigamos mejorando. Además, por fin es posible jugar en cualquier modo de My Team controlando a un sólo jugador en la pista, algo útil, por ejemplo, para ser más eficientes a la hora de completar algún desafío específico.
Esa línea de 4 puntos me está haciendo ojitos. Creo que voy a pedir un bloqueíto y me la juego…
El apartado para un jugador ha ganado en variedad añadiendo la posibilidad de disputar partidos del modo Momentos Decisivos, que tanto éxito tiene en la variante en línea gracias a su propuesta de enfrentamientos con posesiones cortas y línea de 4 puntos. Si hablamos del online, el cambio más evidente es que en Triple Amenaza nos despedimos del modo Los 100 y volvemos al sistema clásico de enfrentamientos de NBA 2K20 o 2K21. En el lado negativo, y únicamente en Nintendo Switch, nos perdemos el nuevo Triple Amenaza Online Cooperativo y este año tampoco podemos participar en el torneo de Ilimitado para optar a los 250.000 dólares de premio, que nos serían de gran ayuda para comprar sobres con cartas y evolucionar más rápido (Ok, micropagos no! Mejor los gastamos en suscripciones al canal de Twitch de NextN).
En definitiva, My Team es un modo inmenso, con gran cantidad de posibilidades para pasar muchas horas en él… aunque algunas de ellas se deberán a los tiempos de carga, en ocasiones algo largos, y a los constantes problemas con los servidores de 2K, que te envían al menú principal más veces de las deseables. Si eres veterano en esta saga sabrás que es algo habitual pero, desde la versión de lanzamiento de NBA 2K23 hasta la que he utilizado para el análisis, estos errores son más numerosos que en años anteriores. Y, lamentablemente, también ocurren en Mi Carrera, el modo que ocupa los siguientes párrafos.
Oh,no! Here we go again!
Spike Lee, te echo de menos
Por si eres nuevo, Mi Carrera es el modo en el que creas un avatar con el que tienes que llegar al estrellato de la NBA partiendo desde lo más bajo y con una historia de fondo que sirve como hilo conductor. El creador de aspecto físico del personaje repite presencia y funcionamiento con respecto a temporadas anteriores mientras que el de los atributos adapta el utilizado el año pasado en consolas de nueva generación. NBA 2K23 cuenta con un mayor número de arquetipos posibles así como la importancia de las insignias y su relación con los atributos, por lo que es muy importante ir jugando con la cantidad de puntos que asignamos a cada categoría para conseguir crear el jugador que mejor se adapte a lo que queramos manejar sobre la cancha.
Esto precisa más estudio que una oposición…
En cuanto a la historia, se consolida el empobrecimiento paulatino de este apartado en el que lejos quedan ya las “superproducciones” de antaño con guiones interesantes y puestas en escena, cuando menos, trabajadas. Esta temporada volvemos a encarnar a un tipo llamado MP (¿estamos ante el nacimiento del Multiverso 2K?) que tiene un enfrentamiento personal con un tal Shep Owens al que le ha parecido fatal ser elegido en el draft un puesto por detrás de nuestro jugador… ¡en la parte media de la primera ronda!
Tras este punto de partida que, si eres seguidor del baloncesto norteamericano, te resulta algo forzado, el realismo y el desarrollo del argumento pronto revelan que no van a ayudar a que nos metamos en la piel de nuestro protagonista. La trama avanza sin pies ni cabeza, empezando con una rivalidad sobredimensionada pero que desaparece tras unos pocos partidos y nuestro desempeño en la pista no tiene la menor influencia en nuestro destino, pasando del banquillo a la titularidad sin lógica alguna.
La intensidad y relevancia de la competencia está al nivel de la que hubo entre Magic y Bird en los 80 cuando, en realidad, debería estar a la altura de un pique entre utilleros.
Algo que sí me ha gustado es que este año empezamos directamente en la final de la Summer League (jugando el único partido donde el enfrentamiento con Shep es real) y experimentar nuestro periplo universitario aparece como misión alternativa y opcional una vez hayamos avanzado un poco en la historia mediante los “partidos flashback”. Personalmente es algo que agradezco porque en los últimos juegos se utilizaba a modo de prólogo (incluyendo el odioso Draft Combine) y se me hacía algo tedioso el camino hasta llegar a la NBA.
Si tenemos el nombre más molón de la liga, se dice y punto.
Vacaciones en el mar, Season II
Paralelo a la historia tenemos El Barrio, donde podemos mejorar nuestras cualidades a base de ganar monedas o recompensas y que vuelve a cambiar el asfalto de la ciudad por las instalaciones de un lujoso crucero. En NBA 2K23 nos enrolamos en el G.O.A.T. Boat y el cambio es para mejor. La distribución de espacios es más acertada y, gracias a un mayor número de ascensores y menor cantidad de cubiertas comparado con el Cancha del Mar, es mucho más rápido y sencillo moverse por el barco.
¡Qué vicio tienen los jóvenes y los roboces con el móvil, oiga!
Gráficamente también es un puntito más vistoso, con mejores diseños e iluminación, entornos exteriores con edificios de estilos acordes a los destinos a los que llega el barco y que cambian periódicamente e incluso podemos disfrutar, por primera vez, de transparencias en algunas de las cristaleras del barco. Aunque no todo iba a ser bueno y hay algunas texturas de calidad muy pobre (sobre todo en cartelería) y en la planta del Paseo, en la versión que estoy jugando, hay algunos glitches y tirones de frames bastante bruscos que no existían antes de la inclusión de los adornos de la Temporada 2.
Año tras año se nota que la comunidad de jugadores va aumentando, aunque sea lentamente, y no es difícil encontrar partidas a las que unirse, sobre todo por las tardes y en fin de semana. Eso sí, esto se limita a las pistas de Dúos y Tríos, ya que otras como The Rec, Ante Up o las jaulas lo normal es que presenten el mismo aspecto que en entregas anteriores, es decir, están completamente vacías (por lo menos en servidores europeos). Otro inconveniente de los enfrentamientos online (en cualquier modo) es que el input lag es un poco más acusado de lo normal y, sobre todo manejando baloncestistas lentos, en ocasiones se siente incontrolable.
Yo hoy no juego, que hay marejadilla y me mareo si hago un reverso…
Esto seguramente influye en un comportamiento que se repite año tras año y es que, si no tienes un nivel alto, tienes muy pocas posibilidades de que los usuarios más chetados te acepten como compañero. Afortunadamente, en el G.O.A.T. Boat disponemos de una cancha específica (y muy piratona) para piques 1 contra 1 y otra para 3 contra 3 sin equipos con usuarios de puntuación similar a la nuestra para facilitar, un poco, nuestro progreso. A esto se añaden como ayuda las misiones anuales, las propias de cada temporada y las que surgen de la interacción con los NPC de la tripulación del barco (que este año desarrollan una especie de historia), así como un cofre que nos proporciona un regalo diario que en ocasiones es complicado descubrir cómo obtenerlo o las apuestas sobre los resultados de la jornada, las cuales, actualmente, están rotas y no es posible canjear las monedas que logremos.
El básket pirata, el básket mejor
Sumando todos estos factores en contra a los problemas de servidores que comenté en el punto anterior y que hacen que puedas perder tu progreso, lo normal es que nuestra mejora sea muy lenta en comparación con la de los usuarios que obtienen monedas pagándolas con dinero real, por lo que, si quieres basar tu progreso en el esfuerzo, este modo puede acabar convirtiéndose en tu inversión de horas favorita o en un auténtico suplicio.
Evolución continua
Tras 24 entregas, los cimientos jugables de los NBA 2K son bastante sólidos, pero a la gente de Visual Concepts le gusta retocar o rebalancear detalles constantemente, por lo que ningún título de esta serie es igual a los mandos que el anterior. Lo primero que se aprecia es que el ritmo de los partidos es más pausado y gran parte de culpa la tiene el nuevo sistema de “impulsos de adrenalina”. En NBA 2K23 olvídate de encadenar reversos, filigranas y demás driblings sin parar. Ahora contamos con tres usos de movimientos explosivos por baloncestista y posesión, representados por otras tantas barras bajo el medidor de resistencia. Una vez los agotamos, la aceleración y velocidad de nuestro jugador empeoran drásticamente, así que conviene usarlos con cabeza si no queremos quedar demasiado expuestos a las defensas rivales.
¡Aldama, MVP!
Pero si hay un apartado que es objeto de modificación anual es el tiro. En esta ocasión, se han añadido más variables a la hora de determinar la efectividad de los lanzamientos, lo que se ajusta más a la realidad pero, a la vez, aumenta un poco la dificultad. Afortunadamente, para ayudarnos a conseguir mayor número de “verdes” (los únicos tiros que entran), podemos elegir diferentes tipos de barras medidoras o el momento que preferimos para soltar el balón, con lo que tenemos más poder de decisión a la hora de crear una mecánica que se ajuste más a nuestra habilidad a los controles y al input lag que sigue presente en esta edición de NBA 2K y al que hay que acostumbrarse si queremos sentir que dominamos lo que sucede en el parqué.
Como es habitual, también se han implementado cambios “menores” en defensa, ataque, animaciones o la IA de compañeros y rivales, algunos más acertados que otros. Personalmente los que más he notado son que han empeorado el sistema de ayudas defensivas de nuestros compañeros (bastante pasotas en este aspecto) y que los ataques rivales son demasiado lentos con respecto al ritmo de juego real actual, incluso en niveles de dificultad elevados. Aún así, puedo decir que la experiencia en la cancha continúa siendo más que satisfactoria, con partidos realistas y coherentes aunque, en líneas generales, no aprecio un salto cualitativo con respecto a ediciones anteriores.
Si algo funciona, no lo toques… ¿o sí?
El apartado técnico de NBA 2K23, dentro de las lógicas limitaciones de Nintendo Switch, es muy solvente a pesar de que las novedades son mínimas. Se han cambiado los menús principales (no así los propios de cada modo) haciéndolos un pelín más minimalistas. Lamentablemente, se mantiene la baja resolución de algunas de las imágenes que los acompañan, que desmerecen un poco la calidad general. Un ejemplo bastante significativo de esto lo encontramos en la incomprensible resolución del logo del juego en la primera pantalla de carga que, tras una actualización, ha pasado de verse perfecto a parecer algo propio de Nintendo 64. También es mejorable el tamaño de la fuente de las letras en algunas pantallas, pues se hace muy difícil leer determinados textos con instrucciones o explicaciones incluso en modo dock.
Si ampliáis las capturas veréis que esto sí es un downgrade y no el de Balan Wonderworld
En cuanto a la presentación de los choques no hay ningún cambio audiovisual notable, con cortes de cámara, rótulos, comentarios o movimientos del público que nos sabemos de memoria. Podríamos decir que la saga ha tocado techo hace un par de entregas y parece que Visual Concepts no es capaz de exprimir más el hardware de Nintendo Switch. A pesar de esto y de los 30 fps a los que se mueve, me sigue pareciendo muy sorprendente ver un partido con la calidad y el sello reconocible de NBA 2K en una consola como la híbrida, sobre todo en modo portátil, donde algunos pequeños problemas de texturas o iluminación se camuflan bastante.¡La presentación de los partidos sigue siendo más decente que, incluso, el brutal comienzo de temporada de los Jazz!
Curiosamente, a pesar de apreciar detalles puestos al día como el número 6 que homenajea al recientemente fallecido Bill Russell tanto en los parqués como en las camisetas o cambios en rótulos de pabellones, el look de algunos jugadores destacados, como AD o Butler, está desactualizado en la versión que estoy usando para el análisis. También hay modificaciones difícilmente explicables en el zoom de alguna de las cámaras, como por ejemplo en la de “retransmisión”, que reducen el campo de visión y complican la ejecución de jugadas tanto en ataque como en defensa. Además, los niveles de audio predeterminados hacen que el público y los speakers se escuchen demasiado altos en comparación con los comentaristas que, en ocasiones, quedan prácticamente anulados. Son pequeños errores de desarrollo que no afectan a la jugabilidad pero que espero que se solucionen en una de las futuras y numerosas actualizaciones.
NBA 2K23 – Love is in the Air (Jordan)
Lejos de presentarnos una edición calcada a la anterior, NBA 2K23 nos trae de vuelta, de manera estelar, el modo Desafíos Jordan. Es muy difícil para un usuario aficionado al deporte de la canasta resistirse a cualquier cosa en la que esté involucrado el mejor jugador de todos los tiempos y este caso no será una excepción, pues presenta una atención por el detalle que le da un valor añadido incuestionable a un modo ya de por sí muy atractivo.
Por lo demás, esta versión para Nintendo Switch es un juego bastante continuista en todos los aspectos, lo que supone una cantidad de contenido apabullante y una calidad técnica y jugable que aún cumple en la híbrida. Los cambios en las modalidades estrella, My Team y Mi Carrera, me parecen evoluciones en la dirección correcta y, si consigues ignorar los indeseables pagos con dinero real y se mejora la estabilidad de los servidores, la diversión está garantizada.
Hemos analizado NBA 2K23 gracias a un código digital facilitado por 2K Games España. Versión analizada 1.04
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