Nibellion

[OPINIÓN] Nibellion como paradigma de los tiempos que corren: hacer las cosas bien vale de poco

El mes de octubre se ha cerrado con una noticia bastante triste para todo aquél que disfrute estando atento de la más rabiosa actualidad relativa al mundo de los videojuegos. El afamado y al mismo tiempo anónimo informador Nibellion, conocido por ser uno de los leakers más fiables y menos tendenciosos, por no decir el número 1 en ese ámbito, anunciaba su marcha de Twitter y de Patreon, confirmando a través de un escueto comunicado que deja de dedicarse a la labor de informar de la actualidad. Esto ha supuesto todo un mazazo para los jugadores atentos a la actualidad, pero especialmente para todos los que nos dedicamos, sea de forma profesional o como afición, a informar de las últimas noticias sobre lanzamientos de videojuegos.

 

Para quien no lo conozca, Nibellion ha sido durante muchos años toda una referencia en cuanto a fiabilidad. Alejado de las filtraciones aventuradas o directamente falsas, entregado a la información fiable y neutral, no se trataba de alguien que buscara ganar retweets o likes valiéndose de cualquier medio, sino alguien que contaba las novedades de forma aséptica, contrastada, sin dejar hueco a la equivocación o al dichoso clickbait. Lo que Nibel publicaba, se acababa cumpliendo en prácticamente el 100% de los casos, y digo prácticamente por dejar cierto margen al error. La cuestión es, ¿qué ha llevado a alguien tan respetado y tan profesional a marcharse? La respuesta es muy sencilla, y es el motivo de este artículo: las cosas bien hechas no se valoran.

 

Malos tiempos para la lírica

Aunque el comunicado publicado por el informador en su cuenta de Twitter era bastante escueto, en su cuenta de Patreon se extendió algo más: mencionaba una gran falta de confianza en el nuevo liderazgo de la red del pajarito, ya comprada oficialmente por Elon Musk. Ese tema es algo que no tocaré en este artículo, ya que da para un debate totalmente distinto que no tiene tanto que ver con los videojuegos. El motivo principal de su marcha se debe a que su trabajo es agradecido y ahorra tiempo, pero no tiene suficiente valor económico. En resumen: ha intentado vivir de su labor… Y le ha salido mal.

 

 

Tras abrir su cuenta en Patreon, Nibellion se dio cuenta de una realidad que pesa sobre la labor de informar a día de hoy: aunque todo el mundo agradece la inmediatez, la profesionalidad, el buen hacer y demás, muy pocos están dispuestos a dar apoyo económico a aquellos que muestran estas aptitudes. Estamos, en general, acostumbrados a recibir esto a diario en nuestras redes de forma gratuita. Y ojo, esto no es una reprimenda al usuario medio: cada uno tiene sus circunstancias económicas, y es un hecho que muchísima gente tiene otras cosas mucho más importantes en la que gastar lo poco que ingresa: bastante hay con comer, pagar el alquiler o la hipoteca, las facturas, como para plantearse añadir más gastos. Sin embargo, esto no quita la dura realidad de que hay cosas que damos por sentadas y que no valoramos lo suficiente.

 

Nibellion, un informador a contracorriente

Nibellion ha sido, sin duda, un informador atípico. A día de hoy, en el frenesí de las redes, la forma más segura de destacar, incluso en el mundo informativo, es hacer ruido. Ya sea de forma positiva, como montando espectáculo, dando un toque de humor a tu contenido, o con iniciativas que ayuden a entretener a todo el mundo, o de forma negativa, recurriendo al clickbait, a los falsos rumores o filtraciones, o a la polémica. En definitiva, para que tu trabajo sea más valorado ya no es suficiente con informar. Ni siquiera con ser el primero en serlo. La inmediatez, por sí misma, no es suficiente, como ha demostrado el caso de este informador.

 

En la era de la información, o mejor dicho, de la sobreinformación, resulta tan abrumadora la cantidad de información que nos llega que es normal acabar filtrando y quedándonos con la que más toca nuestras emociones. Con demasiada frecuencia nos dejamos arrastrar por lo que nos provoca emociones más fuertes, aunque sean negativas. Esto es lo que atrae retweets, likes, visitas a tu web, suscripciones a tus canales y, en última instancia, remuneración económica. Es el tejido del que están hechas las interacciones en redes sociales a día de hoy. Y, si te limitas simplemente a ser neutral y a trabajar de forma más cartesiana, aunque mucha gente valore tu trabajo de forma positiva, es mucho más fácil quedarse atrás en el último paso, el que consigue que tu trabajo ponga un plato en tu mesa.

 

¿Cómo es el informador que queremos? ¿Estamos dispuestos a asumirlo?

La marcha de Nibellion hace más visible que nunca todas estas realidades, que llevan años siendo un hecho en el mundo periodístico, no sólo en el ámbito de los videojuegos, que es el que nos ocupa. Es un secreto a voces que hay plataformas que plagian contenido, manipulan sorteos, filtran información, utilizan el clickbait engañando a sus lectores, o que manipulan la información presentándola de forma torticera y engañosa. Y a mucha gente le enfada esto, como es normal. La cuestión es que, al final del día, esas mismas plataformas generan muchas más interacciones y visitas que otras que tratan de trabajar de forma más profesional, ciñéndose a la realidad y tratando con respeto a sus seguidores.

 

Y es que el respeto no está únicamente en las buenas palabras, sino también, y sobre todo, en los actos. Se halla en ser ético a la hora de informar, riguroso a la hora de contrastar, objetivo (dentro de lo posible) en la forma de exponer la información. En resumen, en contar las cosas como son sin atisbos de engaño. Esto era lo que caracterizaba al informador que ha sido fuente de numerosas exclusivas a lo largo de los años, y que ni siquiera ha conseguido hacer de esto su modo de subsistencia. La cuestión es, si ni siquiera el número 1 en hacer las cosas bien ha sido capaz de hacerlo, ¿qué nos queda al resto?

 

Al final, como dijo cierto político, «es el mercado, amigo». Somos nosotros, los lectores (y, como lector que soy, también me incluyo) quienes decidimos quién sigue adelante y quién se queda atrás. Cierto es que para todos es más cómodo buscar la información en las primeras webs que nos suelta Google, que condiciona muchísimo el acceso a la información. Pero está en nuestra mano, en nuestro criterio y en nuestra selección de los contenidos que consumimos, marcar la diferencia entre las personas y los medios que hacen las cosas de forma responsable, y aquellos que se valen del fango y del ruido, sin respetar ni siquiera a sus propios seguidores, para ganar dinero. En nuestras manos está que haya más Nibellions, y sobre todo, que no deje de haberlos.

Mostrar Comentarios (0)