The Knight Witch ha desembarcado en Nintendo Switch con discreción en la recta final de un año convulso: 2022 ha sido uno de los años más increíbles de la historia reciente de los videojuegos en casi todos los aspectos imaginables. Hemos visto a Microsoft comprar Activision y Bethesda y, en el camino, enemistarse con Sony; a los autores de Disco Elysium verse las caras en los juzgados; a Nintendo Switch escalar posiciones en su camino a convertirse en la consola más vendida de la historia o a Nintendo interesándose por el mundillo del cine. Noticias que, sin duda, modelarán el futuro de la industria.
También ha sido un año de grandes lanzamientos. Sin movernos de la híbrida de Nintendo hemos podido jugar a la novena generación de Pokémon, al primer plataformas en 3D de Kirby, al ansiado regreso de Digimon y a las terceras partes de Splatoon, Xenoblade Chronicles y Bayonetta, pero es que el panorama independiente ha arrasado directamente con cualquier tipo de expectativa por parte de los jugadores. Return to Monkey Island, Triangle Strategy, Tunic, Sifu, Neon White… y cuando parecía que el año se acababa, llega Super Awesome Hyper Dimensional Mega Team a.k.a Super Mega Team y pone sobre la mesa The Knight Witch, un sorprendente título casi imposible de encasillar.
Esta bruja caballero nos presenta una aventura sólida y bien construida, que cuida de su historia y sus personajes sin sepultar al jugador en horas de textos y cinemáticas y presta especial atención a pulir una jugabilidad que supone un desafío desde el mismísimo tutorial. El buen hacer de Super Mega Team consigue sorprender en una época en la que la originalidad parece estar estancada, y en este análisis de The Knight Witch os contaremos el motivo. Es hora de que descubráis por qué el desarrollo independiente nos hace creer en la magia.
El destino de Dungeonidas
Cuando la casa Daigadai gobernaba el mundo, explotó sus recursos hasta llevar al planeta al borde de la extinción. Varias especies que convivían pacíficamente se unieron bajo el nombre de Hijos de Gaia para luchar contra el régimen. Las Knight Witches, cuatro poderosas hechiceras que encontraban su magia en la confianza de las personas, algo a lo que llamaban Link, estaban de su lado. Los ecos de la batalla que libraron, que se conoció como la Batalla del Cielo Rasgado, aún resuenan a día de hoy. La casa Daigadai fue vencida, pero su desaparición no sirvió de nada. El progreso tecnológico había condicionado la vida, y era imposible revertir sus efectos a tiempo para salvar a la humanidad. La superficie del planeta quedó inhabitable, arrasada por la radiación, y los supervivientes tuvieron que refugiarse en el subsuelo, en una ciudad construida por gigantes llamada Dungeonidas.
Sin embargo 14 años después, durante la celebración del día en que Robyn, la más poderosa Knight Witch, venció al emperador Erebus, líder de la casa Daigadai, la ciudad es atacada por los gólems que solían usar los gobernantes. Rayne, una aprendiz de bruja destinada a convertirse en la quinta Knight Witch, es la única que tiene alguna posibilidad de vencerlos. Es por ello que Ven el Venerable, actual regidor de Dungeonidas, deposita en ella su confianza e insta al pueblo a hacer lo mismo, potenciando así su Link.
Puede parecer una premisa sencilla, incluso trillada en lo que a género fantástico se refiere, pero The Knight Witch tiene muy presente su afán de representación. El feminismo es un leitmotiv capital que trasciende las palabras, es una cuestión de acciones y decisiones. Su peso, además, no recae solo en las brujas, sino en personajes como Akai, el marido de Rayne, que sin subvertir los clichés del rapto, es secuestrado por los malos. No obstante, no es el intercambio de roles entre secuestrado / rescatador lo que importa aquí, sino cómo se desarrolla su relación a lo largo de las más de 20 horas de aventura que tenemos por delante (muchas más si queremos descubrir todos los secretos que esconde su ramalazo metroidvaniero).
Hay temáticas de rabiosa actualidad que se tratan de manera explícita, como el cambio climático, mientras que otras se introducen de forma sutil pero demoledora. La ecología política, el decrecimiento y el anticapitalismo tienen representación y beben también de esa fuente. Otro aspecto importante es la manipulación mediática, que en The Knight Witch se convierte en una mecánica jugable más de la que depende nuestro progreso. Tras cada misión, un especialista en márketin nos obliga a dar ruedas de prensa para informar al pueblo. Su misión es que confíen en nosotros y nos cedan su Link, y para ello no duda en recomendarnos mentir o «maquillar la verdad». La decisión de hacerlo o no es siempre del jugador, y esto plantea momentos de una ambigüedad compleja y profunda que sientan muy bien al acabado final del título. Además, este toque rolero de toma de decisiones da la sensación de ser muy importante a la hora del desarrollo de la acción.
Más allá del amplio abanico de temas sensibles que abarca, la historia de The Knight Witch destaca por retorcerse sin miedo. Vamos a asistir a un auténtico laberinto de giros de guión. Algunos son previsibles, otros tan sorprendentes que resultan demenciales, y algunos otros que rizan el rizo forzando el hilo argumental quizá demasiado. Decidir si lo rompe o no es tarea del jugador.
Bruja y Caballero
The Knight Witch está perfectamente asentado sobre todos sus pilares y cuesta encasillarlo en un género por el delicado equilibrio con que los mezcla. Su mecánica principal se basa en los shoot’em ups, los clásicos matamarcianos de disparo y esquive. Por momentos, esta clave evoluciona hasta el bullet hell, encontrándonos con que la pantalla se llena de balas y parece imposible salir ileso. De hecho, la acción es frenética y rápida para facilitar la repetición de las fases que no superemos sin que resulte frustrante. Para enfrentarnos a los enemigos podemos usar los dos sticks: el izquierdo para desplazarnos con una libertad casi total y el derecho para apuntar a los enemigos. Esta técnica es difícil de dominar, sobre todo cuando el número de balas abruma, por eso The Knight Witch cuenta también con una mecánica de apuntado libre con la que Rayne dispara al oponente más cercano automáticamente, a costa de hacer un porcentaje de daño ligeramente menor.
El diseño metroidvania también resulta fundamental, tanto que comparte protagonismo con el shooter. El título presenta cinco mundos muy variados que visitaremos y revisitaremos movidos por la trama, y que seguiremos visitando a poco que seamos completacionistas. Dungeonidas está lleno de secretos y caminos ocultos o bloqueados, y resulta muy estimulante desvelarlos todos. Además, la exploración es recomendable porque el premio a nuestras pesquisas serán, en muchos casos, cartas de hechizos, otro de los componentes importantes de The Knight Witch.
Rayne tiene a su disposición un mazo de magicartas que permiten modular su estilo de juego. Para usar los encantamientos contamos con el maná, una energía que se desprende de los enemigos al morir y que también se encuentra en cajas. Cada carta tiene un coste de maná distinto, lo que nos obliga a pensar con cuidado la estrategia que queremos seguir. Son 40 cartas en total, dividas en varias clases. Las cartas con hechizos de destrucción conjuran encantamientos que hacen daño directo al enemigo; los hechizos de armas sirven para cambiar el tipo de disparo que utilizamos; los de conjuración permiten invocar armas extra o barreras defensivas, y los de tahúr, por último, alteran el acceso a las cartas o al maná. El problema es que, una vez editamos el mazo a nuestro gusto, la aparición de cartas es aleatoria. Esto hace que las cartas se asignen cada vez a un botón distinto, algo tremendamente antiintuitivo. En pleno frenesí de combate, tener que consultar el mazo para ver qué botón tiene el hechizo que necesitamos puede suponer la diferencia entre vivir o morir.
No es magia, es arte
A nivel visual, The Knight Witch rinde a un nivel sobresaliente. La ambientación recuerda a los cuentos de hadas clásicos, con escenarios pintados a mano y decisiones estilísticas preciosistas. Su diseño está bien cuidado y deja traslucir el cariño y el mimo con el que se ha desarrollado. El juego no sufre problemas reseñables en general, pero en las fases de más intensidad balística puede acusar ralentizaciones. De hecho, si el número de partículas en pantalla es numeroso, algunos hechizos tienen efecto sin llegar a aparecer, o aparecen para desarrollarse a trompicones. Por suerte, estos casos son meramente anecdóticos.
El rendimiento entre jugar con o sin dock es comparable, pero las mecánicas inherentes al título hacen que jugarlo en modo portátil sea mucho más cómodo. Ya hemos dicho que las pantallas llenas de balas y enemigos son una tónica habitual, y escrutar la imagen en una pantalla de 6 pulgadas es más fácil que hacerlo en un monitor o un televisor. El modo portátil favorece la reacción y ahorra unas centésimas de segundo que, aunque no lo parezcan, son vitales.
La banda sonora es otro de los aspectos que destacan en este juego, y personalmente es uno de los que más me han sorprendido. Corre a cargo de Damián Sánchez, un compositor que ha trabajado en otros desarrollos españoles como Temtem o Rise & Shine (este último también de Super Mega Team). La música de The Knight Witch no se resigna a ser una mera comparsa sino que reivindica su presencia con notas que apuntan a la épica y subrayan la inspiración fantástica de la obra.
Al igual que el título juega sin miedo con los géneros y los giros argumentales, esta obra mezcla la placidez de voces corales con rasgueos de guitarra eléctrica típicos del rock, o los metales con un violín sereno y un agresivo timbal. Es fácil reconocer elementos que recuerdan a la mitología celtíbera, y el uso de la percusión estremece de lo bien trabajado que está. Si juegas a The Knight Witch, ten por seguro que recordarás su música.
The Knight Witch – Rozar la perfección no es cosa de magia
The Knight Witch es la joyita que faltaba para coronar un 2022 plagado de lanzamientos increíbles. El título independiente que firma Super Mega Team sabe mezclar géneros con un tino capaz de sorprender a cualquier jugador. Su infierno balístico exige a los usuarios experimentados darlo todo sin dejar de tratar con cariño a los novatos, introduciéndolos poco a poco a sus mecánicas, y su historia redondea una propuesta en la que necesitamos seguir jugando para saber más. Se trata, sin duda, de una de las experiencias más inesperadas del año por su calidad y su cuidada construcción. Además, su banda sonora de motivos épicos nos seguirá acompañando días después de ver los créditos. Si tenéis oportunidad, no podéis perdéroslo.
Hemos analizado The Knight Witch gracias a un código digital cedido por Super Mega Team. Versión analizada 1.0.3.
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