En ocasiones, el uso imaginativo de las redes sociales y de las plataformas de retransmisión deja historias que uno no podría imaginarse en un contexto medianamente lógico. Es común que los creadores de contenido busquen formas poco habituales de explorar los títulos a los que juegan en directo, y de esto surgen en ocasiones historias realmente rocambolescas, como la que vamos a contar hoy: la historia del pez que jugaba a Pokémon Escarlata y Púrpura en directo y que robó los datos de la tarjeta de crédito de su dueño para comprar en la eShop. Probablemente, una de las historias más disparatadas que leeremos nunca.
La historia del pez entrenador Pokémon que se convirtió en ladrón
Todo comenzó en el canal del youtuber japonés Mutekimaru Channel. Este creador quiso experimentar con su pez, para ver si era capaz de completar Pokémon Escarlata y Púrpura sin ayuda. Instaló una webcam enfocada en su pecera y monitorizó sus movimientos a través de un software que los transformaba en comandos dentro del juego. Con este método, dos años atrás, ya logró que el pez terminara Pokémon Zafiro (eso sí, en más de 3000 horas de juego). En esta ocasión, una serie de catastróficas desdichas condujeron a un desenlace bastante distinto.
El primer imprevisto fue un crasheo del juego de Pokémon mientras el youtuber no estaba monitorizando el progreso del pez. El sistema de Nintendo Switch, mientras tanto, siguió registrando los movimientos del pez, con la mala suerte de que éste logró acceder a la Nintendo eShop e introducir los comandos correctos para añadir 500 yenes a la cuenta de Mutekimaru, exponiendo así la información de su tarjeta de crédito ante todos los espectadores del streaming.
Las cosas podrían haber salido bastante peor de lo que salieron, dadas las circunstancias, pero para fortuna de Mutekimaru, el pez entrenador Pokémon se conformó con trollearle un poquito: compró un nuevo avatar de Nintendo Switch Online, descargó el emulador de Nintendo 64, solicitó un correo de confirmación de Paypal y cambió el nombre de su cuenta Nintendo por «ROWAWAWAWA¥». Nintendo acabó devolviendo los 500 yenes al creador de contenido, pero estamos convencidos de que el pez Pokémaníaco no volverá a quedarse solo en la habitación en mucho tiempo.