It Takes Two es uno de los juegos que más han sorprendido de los últimos años. Josef Fares ya se había hecho un nombre en la industria tras sus juegos Brothers: A Tale of Two Sons y A Way Out, que recibieron aplausos dentro de la escena indie. Pero pocos podían imaginarse que su tercer juego lograría amasar decenas de premios a Mejor Juego del Año (2021) y vender ya 10 millones de copias… lo que implica 20 millones de jugadores. Aunque técnicamente no es un indie, ya que cuenta con la distribución de EA dentro de su sello EA Originals, en espíritu It Takes Two es un indie «mediano», con una premisa que es una virtud pero también un obstáculo para muchos jugadores: sólo se puede jugar con dos personas, ya sea local u online (pero entre amigos, no hay matchmaking aleatorio).
Ese factor diferenciador ha acabado jugando en su beneficio, pero el éxito de It Takes Two no se puede reducir solo a la originalidad de ser una aventura cooperativa (que tampoco es tan original), sino a la suma de sus inspiradísimos elementos: jugabilidad, historia y diseño artístico. Cuesta encontrarle una sola pega real a It Takes Two en Nintendo Switch… que no sean sus aspectos técnicos, de los que también hablaremos al final, aunque ya te puedes imaginar el veredicto: es un encomiable trabajo de adaptación… pero a veces le cuesta llegar a nuestra consola.
¿Cómo se juega a It Takes Two?
Lo primero y más importante que debes saber de It Takes Two, si es que nunca has oído hablar de este juego, es que sólo se puede jugar en modo cooperativo con otra persona. No existe modo single player: hay dos protagonistas, y no puedes jugar con uno y que la IA controle al otro. Esta exigencia define al juego: tiene un (posible) gran inconveniente de que no podrás jugarlo si no es con alguien con quien jugar regularmente, ya sea en modo local, en persona, u online (pero con la misma consola, no hay crossplay). Lo que sí trae es un Pase Amigo, que te permite jugarlo entero con alguien online incluso si no lo tienen (es básicamente como si se lo prestaras, solo lo puede usar si juegas con él).
Pero esta es una restricción liberadora: Hazelight se permite construir niveles complejos, con puzles cada vez más intrincados que requieren la colaboración para activar mecanismos simultáneos que superarían cualquier IA, o niveles cada vez más amplios donde las soluciones no siempre son evidentes.
It Takes Two es, la mayor parte del tiempo, un juego de plataformas en 3D. Los saltos ajustaditos (algunos verdaderamente desafiantes) y la exploración de entornos 3D amplios pero lineales, componen el grueso del juego, sin apenas combate (pese a que haya muchos momentos en los que jueguen con otros géneros, incluso con otras perspectivas: carreras, dungeon crawler…).
El juego está estructurado en varios capítulos presididos por un jefe final, y está a su vez subdividido en «niveles» temáticos. Pero en todo el juego no existe ninguna separación entre ellos: todo se narra seguido, con frecuentes escenas cinemáticas que no cortan un ritmo magnífico: nunca pasamos demasiado tiempo en un mismo mundo, o repitiendo una misma mecánica de juego. ¡Lo más probable es que muchas te dejen con ganas de más!
En cada capítulo, los dos protagonistas, May y Cody, obtienen un poder o herramienta diferente que deben usar en tándem para avanzar. Un ejemplo al principio del juego: Cody recibe clavos que puede lanzar en la pared para crear salientes en los que May puede columpiarse con un martillo. Pero estos se complican según avanzamos. Uno de los poderes más abstractos (y que nos costó pillarle el truquillo) consiste en mover el tiempo: Cody puede hacer avanzar el tiempo en determinados objetos, adelantarlo, atrasarlo o detenerlo para, por ejemplo, crear plataformas a partir de unos escombros. Una mecánica que también hemos jugado recientemente en Bayonetta 3… y que sospechamos que habrá una muy parecida en Zelda: Tears of the Kingdom.
¿It Takes Two corto? Mejor dicho, es generoso
¿Cuánto dura It Takes Two? La aventura os puede durar 10 horas o menos, que parece que no es mucho… pero es una cifra engañosa. Y nos invita a reflexionar: It Takes Two, con una duración relativamente corta, engloba mucho más juego que muchas otras producciones que presumen de durar decenas de horas y estar abarrotado de contenido.
El debate sobre si los juegos son demasiado largos ha llevado a un cambio de mentalidad entre muchos usuarios: ahora se valoran los juegos cortos (o las películas, o las series cortas), ¡porque simplemente la vida moderna no nos da para más! Y en ese sentido, It Takes Two es un ejercicio de concisión brutal. Aunque se permite empezar con una cinemática un poco larga, y tener alguna escena más larga entre medias, el juego va a al grano desde el principio. Ninguno de sus «subniveles» se extiende más de 15 o 20 minutos sin un cambio de mecánica o de escenario, ¡y algunos son incluso más cortos!
Además, hay otro detalle que quizás pase desapercibido para muchos… pero que yo no he dejado de darle vueltas: It Takes Two no tiene ningún tipo de coleccionable. Nada «tangible» que nos empuje a explorar cada esquina, levantar cada piedra, para conseguir un angustioso 100%. ¡Nada de relleno! Lo más parecido son los minijuegos competitivos que te encuentras en la aventura (la mayoría no tienen mucha pérdida si vas un poco atento), y que van desde desafíos de reflejo y velocidad a combates de tanques con gráficos poligonales. Si te saltas uno, no te preocupes: el juego te marca en qué nivel puedes encontrártelo y te permite repetirlo (desde un checkpoint). Para muchos, será una pena. Los coleccionables y objetos opcionales son, teóricamente, una forma perfecta de aumentar el enganche del jugador y premiar a aquellos que lo jueguen más a conciencia. Pero su ausencia me ha resultado absolutamente liberadora.
¿Cuál fue el último juego al que jugaste que no intentaba retenerte con este tipo de motivaciones extrínsecas y, habitualmente, muy poco inspiradas? En It Takes Two no existe la presión de explorar para rellenar una lista de la compra, y en su lugar simplemente exploras… porque son mundos, desde una caja de juguetes a un pueblo entero medieval, que son preciosos y merecen la pena explorar.
Teniendo en cuenta que It Takes Two no tiene escenas cinemáticas demasiado largas, que casi todo el tiempo lo pasarás progresando en la historia, y que el único «relleno» es si te quedas jugando a un minijuego, 8 horas de contenido puro y duro ya no parece tan poco, ¿verdad?
It Takes Two engancha, y no sólo porque sea terriblemente divertido y sorprenda a cada esquina con nuevas ideas jugables, también porque la premisa es excelente, y la historia está a la altura. May y Cody son dos muñecos de trapo, creados por una niña cuyos padres están a punto de divorciarse. Las lágrimas de la niña hacen que sus padres se «transformen» en estos muñecos, y la única forma de revertir este hechizo es con otra lágrima de su hija. La pareja tiene que cooperar, dejando a un lado sus diferencias (o descubriendo que siguen teniendo más conexión de la que creían) con ayuda de un «libro del amor», en una historia digna de Pixar, y con doblaje al castellano.
It Takes Two – ¿Merece la pena en Nintendo Switch?
It Takes Two es un juego que esconde tantas sorpresas y cosas diferentes por ver y jugar que no merece la pena seguir destripándolo, salvo para subrayar, una vez más, lo sabio que fue Hazelight al evitar caer en el vicio de «estirar el chicle» con montones de contenido secundario que no aporta nada y sólo conducen al tedio: cada minuto que pases jugando a It Takes Two estará ocupado solo por contenido de la máxima calidad. Eso no significa que no haya partes que sean mejores o peores que otras, o que te enganchen más o menos. Eso es inevitable, y el nivelón de algunas partes no se puede mantener en todo el juego, pero pocos juegos (por no decir ninguno) tienen un ritmo tan bueno, con tanta imaginación y esmero puesta en las partes que realmente importan.
Dicho esto… al juego, pese a ser completamente disfrutable en Nintendo Switch, le queda un poco pequeña la consola. Pese a su aspecto «cartoon», los muchos mundos de It Takes Two están llenos de detalles, y hay algunos que son enormes, casi mini mundos abiertos. Y, para poder mantener una tasa de frames aceptable, Hazelight ha tenido que hacer muchos recortes en la calidad de texturas, modelados o efectos (algunos, en el mundo «psicodélico», rozaban lo desagradable)… y no voy a engañar, nos han sacado un pelín de la experiencia en algunos momentos.
Si Nintendo Switch es tu única consola, vas a disfrutar It Takes Two igual, porque el juego es tan divertido y estaréis tan centrados en hablar para superar los niveles que os va a dar igual todo lo demás. Pero It Takes Two en Nintendo Switch es otro ejemplo de juego no se ha diseñado para esta consola en mente, y se nota.
Hemos analizado It Takes Two gracias a un código de descarga digital cedido por Electronic Arts. Versión analizada: 1.0.2
Debe estar conectado para enviar un comentario.