Minabo

Análisis Minabo – A walk through life – Nintendo Switch. aNABOlismo social en esta puro

¡Me importas un rábano!

Minabo
Fecha de lanzamiento
28 abril, 2023
NÚMERO DE JUGADORES
1
TAMAÑO DE LA DESCARGA
718,00 MB
IDIOMAS
Español, inglés, alemán, etc.
Nuestra puntuación
80

A estas alturas de partida, y un servidor calza ya ciertas canas, parece como si la industria videojueguil «AAA» se encontrara parcialmente agotada y carente de nuevas ideas. Ojo, no entro a discutir la calidad y excelencia vista en multitud de lanzamientos actuales. No obstante, el sabor de boca resultante tras jugarlos acaba siendo en muchas ocasiones agridulce. Y es que nunca resulta plato de buen gusto comprobar como un producto que destaca artísticamente acaba resultando un contenedor hueco, falto de chispa y, en definitiva, de alma. Por fortuna, la industria independiente ha logrado, con más corazón y talento que medios, abrirse camino a base de originalidad, cariño, humildad y buen hacer. Y prueba de ello la tenemos con los alicantinos de Devilish Games y con su último juego: Minabo – A walk through life.

 

Frente a nosotros un simulador social, en el que vivimos la vida de un nabo, que gracias a una divertida campaña de marketing ha logrado situarse en boca de todos. ¿Logrará está particular y llamativa propuesta encandilar a crítica y jugadores? Por lo pronto, no te pierdas nuestra análisis de su versión de Nintendo Switch para descubrirlo.

 

 

Minabo – A walk through life se define como «un juego de simulación social en el que caminarás por la línea de la vida mientras tu nabo crece y prospera (o no) en sus relaciones sociales«. Y, efectivamente, no podría haber una definición mejor para describir este producto eminentemente experiencial. Que nadie espere aquí una laberíntica, compleja o profunda trama argumental digna del mismísimo Thomas Pynchon. O quizás sí… Me explico. El juego que aquí nos ocupa nos presenta el nacimiento, o brote, de un Nabo. Algo que nos lleva, desde el primer segundo de juego, a ser nosotros mismos los encargados de tirar del hilo mismo de la creación. Y esto es algo que puede parecer sencillo, ¿verdad? Nada más lejos de la realidad. Y es que cada vida partida se genera de forma totalmente procedural. Algo que, como leeréis más adelante, sirve como eje tractor de todo el universo de Minabo.

 

Mecánicas tan sencillas como ricas, profundas e intuitivas

La mecánica principal de Minabo – A walk through life nos lleva a interaccionar con el resto de nabos con los que nos cruzamos para construir, o destruir, nuestra propia estructura social. Amigos, enemigos, parejas, descendientes, mascotas e incluso algún que otro invitado inesperado son parte misma del peculiar, delicioso y sorprendente, ecosistema creado por los villenenses de Devilish Games. Todo ello sin mencionar ciertos peligros (¡qué me parta un rayo si os pienso contar algo) con los que debemos lidiar y que, en muchos casos, también van de la mano de como decidimos vivir nuestra propia vida.

 

Minabo

 

 

El primer paso antes de poder acceder al modo «Vida Libre», y compartir nuestras trayectoria vital en redes, pasa por completar una serie de misiones (25 en total) con objetivos que van desde vivir 40 años hasta conseguir un sombrero, enamorarse o tener x hijos. Y, como ya hemos comentado unas líneas más atrás, la mecánica para lograrlo no podría resultar más sencilla e intuitiva. Una pantalla en 2D de desplazamiento lateral en la que el tiempo, y los años de vida, transcurren a la par que pulsamos un botón para que nuestro nabo avance.

 

Cultivando la inteligencia interpersonal

Como si de una radiografía de nuestro propio nacimiento se tratase, nuestro personaje brota rodeado de padre/s y/o herman@/s dando forma a una estructura familiar base. No obstante, durante nuestro camino vital nos vamos cruzando con otros nabos con los que interactuar (o no). Dando forma, de una forma orgánica y tremendamente intuitiva y sensorial, a nuestra propia dinámica de relaciones interpersonales. Amistad, hostilidad, romances, parejas, paternidad/maternidad, etc. En nuestras manos queda llevar una vida apacible o, por poner algún ejemplo, montar un culebrón propio de cualquier teleserie venezolana. Por no mencionar la posibilidad de dedicar más o menos tiempo a nuestra familia en favor o en contra del resto de amistades. Vamos, lo que viene siendo la vida misma, ¿verdad?

 

 

 

Por su parte, la relación con el resto de la comunidad va ligada a la gestión de las tres necesidades principales con las que cuenta Minabo: contacto físico, intimidad y pertenencia. Todas ellas presentadas bajo un formato típico de cualquier RPG. Una «barra de energía» que debemos completar bajo un sistema de reacciones basado en un algoritmo sobre el que no vamos a hacer espoiler alguno. No en vano, lo maravilloso aquí pasa por descubrir las distintas reacciones. Eso sí, dependiendo de la gestión que hagamos de dichas necesidades nuestra esperanza de vida (cuarta barra) será mayor o menor. Por último, en caso de que estéis con el fantasma de la repetitividad sobre vuestras cabezas, en ocasiones se nos emplaza a realizar acciones específicas que se salen de lo habitual. ¿Queréis aquel objeto? Pues lo mismo tenéis que ganar a piedra, papel o tijera al nabo de turno.

 

Toda acción conlleva consecuencias

Los pilares jugables de Minabo – A walk through life se basan en un sistema de acción-reacción. En primer lugar, debemos situarnos con el joysticks sobre el nabo objeto de nuestro acercamiento. Posteriormente tan solo tenemos que pulsar el botón correspondiente a la necesidad que queremos fortalecer. No obstante, este «juego emocional» conlleva un riesgo claro: que la reacción del prójimo no sea la deseada. No en vano, el sistema de acciones conlleva tres reacciones igualmente bien diferenciadas: indiferencia, rechazo o aceptación. Algo que, como ya os podéis imaginar, va a influir directamente en el devenir de nuestra aventura. Por otro lado, cuando fallece cualquier personaje, allegado o desconocido, su tumba queda expuesta hasta que nos cruzamos con ella. Momento en el que se nos permite reaccionar ante tan fatídico acontecimiento con indiferencia, enfado o tristeza. Por cierto, mucho ojo, según gestionemos nuestras relaciones el resto de personajes vivirán más o menos.

 

 

Hasta aquí todo bien, ¿verdad? Pues a partir de ahora la cosa se complica algo más. Y es que en función de nuestras propias interacciones vamos adquiriendo ciertos modificadores pasivos. Tanto positivos como negativos. Modificadores que van desde una mejora (%) en la probabilidad de interaccionar con éxito hasta, por poner algunos ejemplos, un aumento en las necesidades de un amigo.

 

Por otro lado, por el camino nos encontramos con diversos objetos que también otorgan ciertas habilidades pasivas. Aunque en este caso nosotros debemos decidir sobre que nabo aplicarlo. El último ejemplo los hemos tenido con una seta que reducía la esperanza de vida. ¿Algún enemigo en mente? Para concluir, nuestras acciones también acarrean consecuencias inmediatas. Por poner un ejemplo, si cabreamos a un amigo o engañamos a nuestra pareja, alrededor de ambos puede surgir una suerte de halo rojo que hace que cualquier interacción realizada dentro de su rango de alcance vea reducidas considerablemente sus probabilidades de éxito.

 

 

Una alegoría sobre las relaciones, y decisiones, personales

Ya hemos comentado al principio de este texto que Minabo – A walk through life esconde mucho más de lo que aparenta a simple vista. No en vano, y esto es algo que tratamos extensamente en nuestro último NextNtrevistando con David Ferriz (co-founder), Devilish Games ha contado con el asesoramiento de un equipo de psicólogos a la hora de dar vida a su rico ecosistema interpersonal. Y es que, a riesgo de parecer pesados, tras la aparente sencillez del juego lo que realmente se nos presenta es un simulador social, con un sistema de necesidades muy concreto, en el que las reglas van cambiando en función de múltiples factores que van desde nuestra actitud, o forma de interactuar con el resto, la edad o incluso las distintas actitudes/aptitudes que hemos ido adquiriendo durante nuestra vida.

 

Por si fuera poco, y está es otra poderosa herramienta para poner en contexto el valor de nuestras acciones, al finalizar una vida se nos presentan, junto a un resumen de todo lo acontecido, dos alternativas. ¿La primera? Comenzar una nueva vida. ¿La siguiente? Volver a jugar la misma vida desde el principio. Opción está última que no sólo enriquece el gameplay sino que además nos ofrece la posibilidad de actuar de diferente forma para cambiar nuestro propio futuro sin la necesidad de tener que activar palancas propias del multiverso marvelita. Efectivamente, aquí si tenemos segundas oportunidades.

 

Como la vida misma

En términos de duración ocurre como con la línea misma de la vida. Y es que, como diría el maestro Pau Donés, todo depende. No obstante, completar sus más de una veintena de misiones o disfrutar del modo libre nos ha llevado más tiempo de lo que en un principio cabría esperar. Es más, y esto no deja de ser una apreciación personal, es cierto que dado el sistema mecánico de Minabo, el fantasma de la repetitividad siempre acaba rondando alguna de nuestras partidas. No obstante, en nuestro caso, han sido muchos más los momentos, divertidos, tristes, enérgicos o eufóricos, vividos en torno a nuestros queridos nabos. Que las sesiones de juego partida vida sean cortas también ayuda a poder disfrutar del juego a nuestro ritmo.

 

Eso sí, no vamos a negar que, teniendo en cuenta las distintas mecánicas presentes en Minabo y sobre todo su intuitivo apartado jugable, se echa en falta la inclusión de algún tipo de modalidad multijugador (online o local). ¿Habría sido un caos? Probablemente. Pero un caos realmente divertido. Más aún si tenemos en cuenta que nos encontramos ante una propuesta eminentemente social.

 

 

Un delicioso huerto artístico

Una de las grandes virtudes de Minabo reside en la capacidad de presentarnos una temática total y absolutamente adulta, bajo un delicioso, divertido y colorido cascarón protagonizado por un grupo de nabos. Y, precisamente, su apartado artístico juega un papel preponderante aquí para lograrlo. No en vano, los amigos y amigas de Devilish Games han dado forma a un apartado visual realmente llamativo y colorido. Una suerte de lienzo en 2D dibujado a mano en el que todo cambia a nuestro alrededor conforme avanzamos. Mención especial al cambio de estaciones y a como dichas modificaciones afectan a todo lo que nos rodea. Una verdadera delicia que, pese a no presentarnos entornos demasiado diferentes, no tiene desperdicio. Para rematar, los gestos, animaciones, la variedad de personajes (incluido alguno no demasiado deseado) hacen que el folclore jugable alcance otro nivel.

 

Es cierto que el aspecto sonoro quizás quede en un segundo plano. No obstante, aunque en muchas ocasiones semi-ambientales, las melodías son pegadizas y se mimetizan a la perfección con el resto en cada sesión de juego. Tampoco podemos olvidarnos de los ruiditos que emiten los nabos mientras interaccionan entre sí. Simpáticos balbuceos y onomatopeyas que hacen que una sonrisa de oreja a oreja recorra nuestro rostro de principio a fin. Sin lugar a dudas, y con esta apreciación damos por zanjado este apartado, nos encontramos ante un juego con una potente identidad visual y artística. Algo realmente encomiable en un sector como el videojueguil donde un gran porcentaje de títulos acaban siendo clones de otros clones.

 

 

 

Minabo – A walk through life – La vida siempre brota y se abre paso

Minabo – A walk through life se nos presenta como un original, y divertido, simulador social que, pese a su colorido y familiar apartado artístico, trata temas muy adultos que van desde las relaciones personales a la influencia de nuestras decisiones en el devenir de nuestra propia línea vital. Una propuesta que nos lleva a recorrer, una vez tras otra, el «hilo de la vida» de un nabo mientras comprobamos como nosotros mismos hacemos que su camino vire en una u otra dirección. Sin lugar a dudas, los alicantinos de Devilish Games nos han puesto sobre la mesa, por menos de 15 euros, una de las grandes sorpresas de 2023. Una reflexiva propuesta tan fresca y sencilla en lo mecánico como profunda en lo filosófico o psicoanalítico. En definitiva, nos encontramos ante un juego que demuestra aquello de que «la vida tiene muchas maneras de ser vividas, y ninguna es la correcta».

 

Hemos analizado Minabo – A walk through life gracias a un código digital cedido por SelectaPlay. Versión analizada: 1.0.1.

Minabo
Brotar, crecer, reproducirse y morir
Hablar de Minabo - A walk through life es hacerlo de un divertido, y vistoso, simulador social que no se parece demasiado a nada que hayamos jugado antes. Una propuesta experiencial fresca y familiar que, bajo el colorido envoltorio de un nabo y su discurrir vital, aborda temas realmente trascendentales para la especie humana. ¿Estás listo para brotar?
PROS
Una propuesta fresca, divertida y original
Su delicioso apartado artístico
Simple e intuitivo en lo mecánico, pero profundo y reflexivo en lo jugable
CONTRAS
El fantasma de la repetitividad
Se echa en falta algún que otro modo de juego más
El multijugador local habría puesto la guinda al pastel (de nabo)
80