Análisis Wildfrost – Nintendo Switch. Derrotando al duro invierno a golpe de cartas

Fecha de lanzamiento
12 abril, 2023
Número de jugadores
Una sola consola (1)
Idiomas
Inglés, japonés, coreano, chino
Tamaño de la descarga
676 MB
Nuestra puntuación
72

El género roguelike sigue siendo uno de los más predominantes en la actualidad, especialmente en el entorno indie. Suelen ser juegos bastante desafiantes, con el objetivo de desbloquear más y más opciones para llegar más y más lejos. ¿Y si juntáramos el roguelike con las cartas y un mundo glacial? Curiosamente no sería la primera vez, ya que hace unos años también analizamos Frost, un juego de cartas con elementos roguelike y mucha supervivencia. Pero si bien este juego era más siniestro y peligroso, Wildfrost es todo lo contrario: un juego animado y con muchas posibilidades, pero igual de desafiante.

 

De manos de Gaziter y Deadpan Games (y distribuido por Chucklefish) nos llega esta divertida propuesta en la que nos enfrentamos a los peligros de un mundo helado, pero lo hacemos con un montón de personajes disparatados y armas y objetos aún más extraños. Hemos podido probar Wildfrost durante unas cuantas sesiones y podemos decir que el frío no nos ha dejado helades.

 

 

Aventuras al más puro estilo TCG

La base de la jugabilidad de Wildfrost es como la de un juego de cartas al estilo de Magic o Pokémon TCG. Empezamos con un mazo básico según el personaje, y a medida que avanzamos en la aventura obtenemos nuevas cartas con las que ampliar el mazo y mejorar nuestra estrategia. Como todo buen roguelike, muchos de los elementos del juego son aleatorios, empezando por nuestre líder, que se genera de forma aleatoria para cada partida (pudiendo elegir entre tres). Cada líder tendrá una vida, ataque, turnos de espera y habilidades pasivas diferentes, lo que ya nos permite visualizar de qué forma queremos diseñar nuestra baraja. Pero no es el único factor importante: si le líder cae en la batalla, fin de la partida. Por lo tanto, nuestra tarea en los combates es buscar el equilibrio en atacar y aprovechar a tu líder y protegerle del peligro.

 

Wildfrost

 

Al principio las cartas son solo armas básicas, pero poco a poco conseguimos nueves compañeres y objetos para darle más variedad a nuestra baraja. Cada personaje y herramienta cuenta con sus características específicas, desde poder congelar a les rivales, envenenar, reducir ataque… Al final, cada partida es única, porque cada baraja que diseñamos también lo es. ¿Queremos envenenar a todo el mundo lo máximo posible? ¿No te importa recibir golpes para hacer más daño? Wildfrost juega un poco con la suerte que se te ofrece para que agudices el ingenio y saques el máximo partido a las cartas que te han tocado.

 

Peleas en la nieve

Pero ¿cómo funcionan los combates? Aquí nos enfrentamos a una curiosa mezcla entre cartas y RPG por turnos. En cada oleada aparecen una serie de enemigues (que de igual forma que tus cartas, también tienen sus propias características y habilidades) que tenemos que derrotar. En cada turno solo podemos jugar una carta, que bien puede ser una herramienta o arma que utilizamos sobre une rival o sobre uno de nuestros personajes, o puede ser un nuevo personaje que se una a nuestro equipo. Después, el contador de espera de cada personaje en juego se reduce en uno (empezando de derecha a izquierda, es decir, empiezan les rivales), y cuando llegan a cero, atacan al bando contrario. A medida que derrotemos oleadas de enemigues, aparece une jefe, que suele tener más poder y mejores habilidades.

 

 

Si hasta ahora parece sencillo, esperad a incluir las demás opciones. Tenemos los estados alterados mencionados antes: envenenar reduce la vida cada turno según lo envenenado que estés, congelar impide que el personaje ataque, las maldiciones doblan el daño recibido… Pero también tenemos las habilidades, que pueden ser desde atacar a todes les enemigues de una fila, atacar a alguien al azar, atacar varias veces o solo cuando se produce una condición, y más. Estos dos factores hacen que los combates sean complejos y resulta necesario prestar mucha atención a todos los elementos en pantalla para decidir cuál debe ser nuestra siguiente acción. La estrategia es un factor muy importante, especialmente tras las primeras batallas, ya que la dificultad del juego se eleva bastante.

 

Construyendo nuestra base

Como suele ser habitual en el género, Wildfrost no tiene una historia en sí, sino un contexto y trasfondo sobre el que se construye. El relato nos habla de que el sol quedó atrapado en un bloque de hielo y el mundo se congeló, por lo que fuertes aventureres decidieron salir a explorar para encontrar la causa. No es ese aspecto en el que destaca el juego, sino en su apartado artístico: los diseños de los personajes son adorables, con cierto toque que nos recuerda en ocasiones a la serie Hora de Aventuras. Las melodías son sencillas y con un toque tribal que concuerda con la idea de mostrar diferentes tribus que luchan juntas (siendo la primera bastante esquimal).

 

 

Volviendo al juego en sí, cuando no estamos luchando, nos relajamos en nuestra ciudad, que funciona más que nada como el menú para acceder a la partida y para desbloquear nuevas cartas y amuletos. Wildfrost nos propone objetivos que cumplir para construir nuevas instalaciones y desbloquear nuevas tribus (cada una tiene un estilo de juego en particular), mascotas y otras opciones. Aparte del modo de juego normal, también se ofrece un modo “Daily Voyage”, en el que tienes que lograr la mayor puntuación posible jugando con un mazo determinado una única vez al día. Quizá el mayor punto débil de este título sea ese: la poca variedad de modos de juego o de cambiar las normas, ya que tienes el modo de juego normal y el diario de mayor dificultad (eso y que el juego está en inglés). Aun así, se trata de un juego complejo, por lo que tendréis que echarle unas cuantas horas para superarlo. También hay que destacar la opción de jugar usando la pantalla táctil, que es ideal para un juego de cartas (aunque a veces puede fallar un poco).

 

Wildfrost – El desafió no es la tundra, sino los monstruos que la habitan

Tras varias horas, podemos decir que Wildfrost es un juego llamativo e interesante tanto para les amantes de las cartas como de los roguelike. Las opciones con las que puedes construir un mazo y crear estrategias es amplia, pero el factor aleatorio le añade una capa extra de dificultad. Avanzar en este juego es difícil y pone a prueba tu mente. Nos encanta conocer a las diferentes criaturas de este alocado mundo. Pero fuera de eso, el juego no tiene mucho más, por lo que está pensado para unos nichos concretos. Sin embargo, tras esa primera barrera se encuentra una aventura como ninguna otra.

 

Wildfrost

Hemos analizado Wildfrost gracias a un código digital cedido por Chucklefish Games. Versión analizada: 1.0.4

Ni el hielo puede con nosotres
Wildfrost consigue mezclar el género de las cartas con elementos roguelike para crear una experiencia divertida, pero para nada fácil. El juego te desafía a crear combinaciones y estrategias para superar los obstáculos, y el estilo de los personajes le da un toque mágico a todo. En algunos aspectos puede ser un juego limitado, pero su propuesta llega con mucha fuerza.
PROS
Muchas opciones para combinar las cartas
Quienes busquen dificultad, la encontrarán
Los personajes son divertidos y encantadores
CONTRAS
Solo en inglés
No hay mucho más que hacer salvo objetivos adicionales
72