Nueva tecnología Zelda Tears of the Kingdom

Eiji Aonuma confiesa que Zelda: Tears of the Kingdom retrasó su lanzamiento ¡únicamente para el testeo de físicas!

Por desgracia, con el tiempo nos hemos ido acostumbrando a que muchos videojuegos de alto presupuesto salgan al mercado «rotos». En múltiples ocasiones durante los últimos años nos hemos encontrado títulos que llegan repletos de bugs, de fallos que complican mucho la experiencia, y que se van arreglando con el tiempo con actualizaciones, pero que ponen de manifiesto un vicio adquirido por la industria: poner a la venta productos incompletos. No ha sido el caso de Zelda: Tears of the Kingdom, que ha visto la luz en un estado sorprendentemente sólido… Y esto no es fruto de la casualidad.

 

El secreto tras la solidez de Zelda: Tears of the Kingdom

En una más de las múltiples entrevistas que está concediendo en estos días, esta vez en declaraciones para el Washington Post, Eiji Aonuma, productor general de la saga, ha confirmado que, cuando en marzo de 2022 se anunció el retraso a 2023, la fase de desarrollo ya estaba completada. Sin embargo, el equipo no se quiso precipitar, y se tomaron un año extra para una fase que es tan importante, o incluso más, que la de desarrollo, y sin duda mucho más complicada: el testeo. El sistema de físicas de Zelda: Tears of the Kingdom, con todos los elementos a tener en cuenta para el buen funcionamiento del mundo y de poderes como la Ultramano, era el caldo de cultivo perfecto para romperse por todas partes, pero el criterio del equipo de Nintendo fue «asegurarse que todo el juego estaba al 100% según nuestros estándares».

 

 

Además de esto, Aonuma ha confirmado que la demostración de la jugabilidad de Zelda: Tears of the Kingdom decidió llevarse a cabo tras el tráiler de febrero, y se debió a que el equipo notó falta de entusiasmo, ya que «la gente no estaba teniendo en mente la jugabilidad o dónde estaría la diversión». También confirma que completó el juego alrededor de 20 veces durante la fase de testeo, y que a veces se pregunta si debería estar haciendo esto a su edad (60 años), pero que sigue teniendo muchas ideas para el futuro de Zelda y que no planea hacerse a un lado como productor de la serie.

 

Por suerte, nos hallamos ante una de esas ocasiones en las que un trabajo hecho con cuidado da sus frutos, y sobre todo, ante la prueba de que, si se prioriza el lanzamiento de un producto de calidad por delante del cumplimiento de una fecha, los videojuegos pueden alcanzar un estado aceptable de funcionamiento sin esperar a la promesa de futuras actualizaciones. Por el bien de todos los jugadores, ¡ojalá cunda el ejemplo!

 

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