El día que la empresa de juegos de construcción por excelencia se decidió a dar el salto al mundo de los videojuegos queda ya muy distante. Hace ya mucho tiempo que venimos disfrutando de las incursiones de los bloques más famosos del mundo en nuestras consolas. Ya sea a través de alianzas con grandes obras de la cultura popular moderna como Star Wars, Harry Potter El señor de los anillos o los cómics de Marvel y DC, las propuestas de LEGO suelen traer altas dosis de amor a las sagas con las que se casan, pero también de humor y diversión en un mundo muy coherente con su frágil condición bloquera. Pero también hay propuestas propias y originales, como la de LEGO 2K Drive.
El estudio Visual Concepts Entertainment, encargado habitual de la serie deportiva NBA 2K, abandona su zona de confort para encargarse de este título, acogido bajo el ala de 2K Games, como de costumbre. Los icónicos muñecos y sus construcciones se adentran una vez más en el mundo del acelerador, las curvas de infarto y las banderas a cuadros, con una propuesta frenética en la que, o sales entero, o sales por piezas. ¿Te animas a subirte en el asiento del copiloto? ¡Acompáñanos!
¿Qué nos ofrece LEGO 2K Drive?
Comenzaremos hablando de modos de juego. Para un jugador, LEGO 2K Drive cuenta con el modo Historia, en el cual profundizaremos más adelante; el modo Campeonato, en el que podemos competir en 5 torneos distintos, de 4 carreras cada uno; el modo Carrera, para participar en un solo circuito; y el modo Minijuegos, en el que podemos rejugar los distintos minijuegos del modo Historia.
En lo referente al modo multijugador, contamos con el modo Juega con amigos, para competir con amigos de Nintendo Switch en salas cerradas, o el modo Jugar con todo el mundo, en el que podemos competir con cualquier jugador. En ambos casos, aparecen también Campeonato y Carrera. Por último, contamos con El taller, un modo creativo para que los jugadores puedan construir o modificar sus propios vehículos, dando rienda suelta a su creatividad. Y, cómo no, ¡compartirlos con todo el mundo a través del Centro de creadores!
Pero, ¿cómo son los coches aquí? En realidad no contamos con un único vehículo, sino con un Conjunto. Se compone de tres vehículos: uno de carretera, uno todoterreno y uno acuático. Cuando estamos en carrera, el tipo de vehículo que estamos conduciendo cambia de forma totalmente automática, y cada uno tiene sus propias particularidades y estadísticas: velocidad, aceleración, manejo y vitalidad. De nosotros depende en parte qué tipo de conductor queremos ser.
Las carreras de LEGO 2K Drive
Conducir en LEGO 2K Drive es encontrarse algo medianamente familiar para los jugadores de Nintendo. No todo es dominar la aceleración y el derrape. Ya sea en circuitos cerrados o en carreras de recorrido lineal, nos encontramos con carreras frenéticas repletas de obstáculos, giros inesperados y potenciadores en forma de objeto que podemos usar para hacerle la puñeta a nuestros rivales. Ya va sonando familiar, ¿verdad? Pero no, esto no es un juego inspirado en Mario Kart sin más, sino que tiene el giro de tuerca propio de la franquicia de la que estamos hablando.
Cohetes teledirigidos, baterías de misiles, fantasmización, telarañas, bombas… Todo afecta a la integridad física de nuestro vehículo, reduciendo (o preservando) su vitalidad. Con cada choque o golpe perdemos piezas, y si chocamos mucho, nuestro vehículo puede acabar destruido, perdiendo así unos segundos muy valiosos en carreras profundamente igualadas. Pero también podemos recuperar parte de esa vitalidad llevándonos por delante elementos destruibles del escenario, como farolas, vallas o arbustos. Lo de que los coches estén hechos por piezas no es sólo un asunto estético, y el toque «leguero» le da un toque de frescura a la jugabilidad, haciéndola muy dinámica y divertida.
Pasemos al modo Historia
La historia de LEGO 2K Drive no es algo especialmente elaborado y profundo… Aunque raro sería que alguien viniera buscando eso. Encarnamos a un piloto novato que tiene como objetivo conquistar la Copa Celestial de Bloquelandia, derrotando al malvado Sombra Z en el proceso. Pero, para ello, primero hay que ganarse el derecho a competir en los Grand Blox de las distintas regiones. Para ello, hay que derrotar a rivales y recopilar banderas a cuadros, todo con la ayuda de nuestro mentor Fito Afondo, antiguo campeón. Pero no se trata de competir con los rivales, sin más: hay que hacerse un nombre, subiendo niveles para estar a la altura.
Por lo tanto, el modo Historia no es un modo en el que simplemente encadenemos carrera tras carrera. Viajamos por hasta cuatro zonas abiertas diferentes, en las que la exploración cuenta mucho. Espera, ¿exploración en un juego de carreras? ¡Sí! En realidad, resulta contraintuitivo, debido a la idiosincrasia habitual de los títulos de velocidad. Pero en el modo Historia, acelerar no lo es todo. Conviene ir despacio, observar, escudriñar cada rincón del escenario, porque las diversas pruebas, en forma de Cometido, Desafío al Vuelo o Desafío Mundial, no se muestran en nuestro mapa sin más. Tenemos que conducir, buscar y encontrar. Todo ello, mientras disfrutamos de la maravillosa sensación de recorrer un mundo en el que destrozar todo lo que nos encontramos no tiene consecuencia alguna. Catarsis.
Mucho que encontrar en los recovecos de Bloquelandia
Las pruebas que se reparten a lo largo y ancho de las regiones de Bloquelandia tienen distintas características. Los Cometidos son tareas a realizar para ayudar a los lugareños, como puede ser buscar un objeto, una persona o un animal perdido. Los Desafíos al Vuelo son desafíos «lanzados»: cruzando el arco que los activa, comienza la prueba, y van desde completar un recorrido en el menor tiempo posible hasta alcanzar un lugar lejano saltando desde una rampa. Los Desafíos Mundiales abarcan un amplio abanico de minipruebas de lo más curiosas, entre ellas, el escondite inglés. Y si nos ven, ¡BOOM! El coche explota. ¿Creías que aquí no iba a haber destrucción?
Al margen de estas pruebas, están los diversos objetos coleccionables a reunir, que son propios de cada zona, y otras tareas que, en ocasiones, es necesario cumplir para poder desafiar a un rival. Hacen las veces de «misiones principales» pero en realidad son minijuegos como llevar a gente a un lugar seguro ante una invasión robot o zombi, o proteger unas torres del ataque alienígena. Todas estas tareas, así como las carreras contra rivales, nos dan premios en forma de vehículos, piezas, adornos o mejoras, pero también experiencia, y nos ayudan a subir de nivel y de rango. Y así es como vamos quemando etapas para poder competir en los Grand Blox y, en última instancia, en la Copa Celestial. Y además, conseguimos billetes que podemos invertir en el Bazar Unkie.
El bazar Unkie
En todos los modos de juego de LEGO 2K Drive podemos acumular billetes para invertir en la tienda del juego. Podemos adquirir vehículos individuales, piezas, skins para nuestros personajes, o lotes. Todo esto se compra con billetes dentro del juego, así que no es necesario hacer un gasto económico real… A no ser que te quieras hacer con el Drive Pass. Con el Pase de Temporada, se puede acceder a recompensas adicionales, aumentando así nuestro catálogo de vehículos, personajes, bloques y pegatinas.
En caso de que alguien quiera invertir dinero real en la compra de las mejoras que hay en el Bazar Unkie, también es posible. A través de la Casa de Cambio, podemos comprar monedas, que a su vez se intercambian por los billetes del juego. Tener que pagar por conseguir más cosas nunca es una mecánica agradable, pero por suerte, también podemos recurrir a la forma tradicional de desbloquear las cosas: jugando. Horas y horas. Y no resulta difícil imaginar ese escenario: completar el modo historia puede llevar unas 10 horas, pero descubrir todos los secretos de Bloquelandia requiere muchas más. Y si a eso añadimos lo divertido y frenético de todos los modos de competición, ya sea para un jugador o en línea, pasar decenas de horas en los circuitos no es para nada un tedio.
Hemos venido a divertirnos
A nivel técnico, poco hay que reprocharle al título. Su rendimiento es bueno, salvo por algunas caídas de frames en las cinemáticas del modo Historia. Nos ofrece escenarios coloridos y carismáticos que se disfrutan por igual en el modo sobremesa y en el modo portátil de Nintendo Switch, pero hay un aspecto que brilla por encima de todos, uno que está presente en todos los juegos que ofrece la franquicia de construcción por excelencia: el humor. LEGO 2K Drive destila desenfado, gamberrismo y comedia por los cuatro costados.
Mención especial merece la localización al castellano. La adaptación a nuestro idioma está repleta de juegos de palabras cómicos, guiños a la cultura popular y deportiva (mención especial a Esteban Springfield o Adel Antón) y diálogos doblados al español repletos de referencias. Es un juego que nunca se toma en serio, y que no quiere que nos lo tomemos en serio: quiere que nos divirtamos, que lo pasemos bien, que se nos dibuje una sonrisa en la cara, aunque sea por lo tonto de ese chiste o de esa escena. Y lo consigue constantemente.
LEGO 2K Drive – Nintendo Switch. Frenesí en cada pieza
LEGO 2K Drive es un título que se aleja de cualquier pretensión competitiva y que se entrega de pleno a la diversión pura y blanca. Carreras frenéticas llenas de choques, golpes y explosiones, diversos modos de juego para disfrutar en solitario y en compañía, herramientas de creación para los más constructores, y un modo historia que se sale de lo habitual del género y que nos lleva a escenarios muy bien hechos y llenos de secretos y desafíos, y como guinda al pastel, una localización ingeniosa y simpática. En definitiva, una experiencia que merece mucho la pena, y no sólo por los acelerones.
Hemos analizado LEGO 2K Drive gracias a un código digital proporcionado por 2K Games. Versión analizada: 1.9
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