
Corría el año 1991 y en Japón la fiebre por el género «kaiju eiga» (peleas con monstruos de proporciones mastodónticas) era más que palpable a todos los niveles. Películas, cómics, series, etc. Casi ningún ámbito de la cultura popular se escapaba a dicha fiebre. Y, como no podía ser de otra forma, SNK supo hacer caja de ello adaptándolo al mundo de los videojuegos con el excelente King of the Monsters. Una recreativa, con diferentes conversiones a consolas, que nos permitía enfrentarnos a gigantescas criaturas mientras destruimos diversas ciudades a nuestro paso. Hoy nos toca revivir aquellos tiempos con Dawn of the Monsters. Un beat’em up con el que la desarrolladora 13AM Games la editora WayForward sorprendieron a propios y extraños allá por marzo de este mismo año. Por nuestra parte, hemos aprovechado el lanzamiento de su primer DLC para compartir con todos vosotros nuestro análisis en Nintendo Switch.
A vueltas con los nefilim
Argumentalmente hablando, y siguiendo la inspiración del popular manga Kaiju N°8, Dawn of the Monsters nos sitúa unas décadas después de la aparición del primer nefilim. Una suerte de gigantescas criaturas, surgidas de la tierra misma, dispuestas a destruirlo todo a su paso. Os suena Godzilla, ¿verdad? Efectivamente, se trata de un de los exponentes más conocidos de dichos seres.
Pues bien, la situación es crítica y gran parte de la población de la Tierra ha tenido que ser evacuada. Algo que, por otro lado, ha facilitado total libertad de movimiento, y destrucción, en las batallas acontecidas en las distintas ciudades donde se concentra un mayor número de kaijūs. Por todo ello, Dawn (Red Mundial de Alianza por la Defensa), ha decidido enviar a nuestro planeta sus propios guerreros mechas, a lo Mazinger Z, e incluso a algunos nefilim modificados, para luchar de nuestro lado e intentar recuperar una tierra totalmente devastada por tan increíbles criaturas
Tan simple como adictivo
Tras comenzar la partida Dawn of the Monsters nos permite escoger entre controlar a Aegis Prime, Megadon, Ganira y Tempest Galahad. 2 mechas y 2 nefilim modificados. Y, por fortuna, cada uno de ellos cuenta con sus propios rasgos característicos y con un estilo de juego y habilidades propio. A partir de ahí lo que se nos presenta es una suerte de beat’em up (2D) de desplazamiento lateral a varios niveles en toda regla. Existiendo un total de 35 misiones en la que nos toca derrotar a todos los enemigos que van apareciendo. Eso sí, nuestro objetivo siempre viene ser el mismo con independencia de la ubicación de destino, destruir el nido de los nefilim y acabar con el respectivo mega jefe. Enemigos, estos últimos, mucho más duros de roer y con patrones de combate bien diferenciados.
Contamos con un ataque normal, uno fuerte, el típico parry/dash, defensa y un surtido de ataques especiales bastante espectaculares. Especiales que, como viene siendo habitual en el género, se abastecen de varias barras de ira que se van rellenando conforme vamos peleando. También contamos con una suerte de remates finales o ejecuciones que al realizarse (solo cuando se indica en pantalla) gastan una barra completa de ira, pero que resultan realmente efectivos y que además nos rellenan parte de la vida.
Y no, la cosa no se queda aquí. De igual forma, disponemos de una barra que va ascendiendo conforme mejora nuestra puntuación. ¿Su finalidad? Permitirnos realizar los «ataques cataclismo«. Una suerte de mega especiales debastadores (L+R) que ocupan toda la pantalla. Para finalizar, si realizamos el dash o nos cubrimos en el momento exacto se activarán unos segundos de invencibilidad realmente útiles para realizar ataques y combos realmente devastadores. Mucho ojo, no nos encontramos ante un machabotones al uso. No en vano, más pronto que tarde nos ha tocado asimilar todos los conceptos defensivos para poder salir airosos en esta aventura.
Mucho más de lo que aparenta
Como ya hemos comentado a principios del texto, los diferentes escenarios presentes en Dawn of the Monsters no dejan de ser ciudades en ruinas abandonadas tras las invasiones nefilim. Y ello es algo clave. No en vano, más allá de todo lo comentado con anterioridad, dichos entornos nos permiten utilizar casi todo lo que tenemos a nuestro alrededor como arma arrojadiza o bate de béisbol. Aunque, eso sí, tampoco es que los objetos sean demasiado variados. Resumiendo a groso modo son edificios enteros o restos de monstruos (cabezas incluidas).
Por otro lado, cada x tiempo también van apareciendo en el escenario diferentes potenciadores con los que completar la barra de vida o rabia. No es que se trate de elementos determinantes en la aventura. No obstante, si los sumamos al surtido de enemigos, a las habilidades especiales o a las técnicas defensivas logran aportar un plus estratégico la mar de resultón. Y, sí, no nos habíamos olvidado, poder añadir un segundo jugador (local) a la ecuación jugable en cualquier momento también es todo un caótico y divertido acierto que alarga, hasta cierto punto, las horas de partida. Aunque algún modo online hubiera sido la guinda del pastel kaiju.
Tras finalizar cada nivel se nos otorga una recompensa (según nuestro rango), permitiéndonos equiparnos con hasta 3 modificadores de ADN diferentes con los que mejorar nuestras estadísticas, conseguir nuevas habilidades o incluso modificar nuestro aspecto. Si tenemos en cuenta que existen más de 100 y que podemos venderlos o comprar otros nuevos, queda claro que la capacidad de personalización es bastante completa. Por si fuera poco, este espacio entre misiones, nos permite hablar con el resto de miembros de Dawn o incluso echar un vistazo a diversos archivos destinados a narrar los acontecimientos previos, disfrutar de una galería u ojear el bestiario.
Kaiju-cell-eiga-shading
Es cierto que Dawn of the Monsters no es ningún portento técnico. No obstante, el toque cell-shading queda bastante resultón. Por otro lado, la espectacular intro elaborada por Powerhouse Animation (estudio tras series como Masters of the Universe: Revelation o Castlevania), las viñetas tipo cómic y las animaciones hacen que el juego entre por los ojos desde el minuto uno. Eso sí, en contraposición algunos escenarios parecen demasiado vacíos o apagados. Siendo su diseño el aspecto más flojo del juego. Por otro lado, no contamos con demasiada variedad de enemigos y, más allá de los 5 o 6 principales, el resto vienen a ser variaciones con diferentes colores.
En el apartado sonoro las melodías tratan de aportar un toque acorde con la magestuosidad de los enfrentamientos. Aunque, en muchos momentos, los propios efectos sonoros, mamporros incluidos, suelen acabar absorbiendo al resto. Para concluir, Dawn of the Monsters llega con textos en castellano y voces en inglés o japonés. Técnicamente el rendimiento no acusa ninguna bajada de frames considerable. Es cierto que la sensación de ralentización es constante. No obstante, es así a posta. No en vano, tanto los monstruos como los mechas son tan poderosos como lentos sus movimientos.
Expandiendo la experiencia
A estas alturas probablemente os extrañe no haber encontrado alusión alguna en este texto a la duración del juego. Y es que sí, a pesar de sus adictivas mecánicas, Dawn of the Monsters es un título bastante corto. Por fortuna, la cosa acaba de cambiar con la llegada de diverso contenido gratuito y de pago. Contamos con Nuevo Juego +++ y un sorpresivo Modo Arcade que simplifica toda la acción para presentarnos un estilo clásico con nuevo sistema de puntuaciones y cuenta atrás a lo Super Mario. Este modo nos permite equiparnos un solo potenciador tras completar cada nivel. Pudiendo aparecer estos últimos de forma aleatoria (Rogue) o predeterminada y fija.
Por si fuera poco, se ha incorporado, tras votación de la propia comunidad, un nuevo personaje jugable, Meteor Temujin. Una suerte de espectacular Mazinger Z con tres armas diferentes. Todo ello aconpañado de nuevos archivos, ilustraciones desbloqueables y logros, 50 atuendos diferentes y un nuevo modo plagado de desafíos que completar. Como os podéis imaginar todo este contenido hace que la experiencia se modifique considerablemente. Encontrándonos, hasta cierto punto, con un titulo totalmente nuevo. Para rematar, dado que juego se encuentra actualmente con un 50% de descuento, adquirir el juego y su respectivo DLC os supondrá poco más de 20 euros.
Dawn of the Monsters – Toda una oda al género arcade y a los Kaijū
Que Dawn of the Monsters cuente con la colaboración de profesionales con gran experiencia dentro del género kaiju eiga de la talla de Shinji Nishikawa, Yuki Kaida, Matt Frank, Ninsai Kato o Zander Cannon, por mencionar algunos de los nombres más destacados, ya es sinónimo de éxito. Pero es que, además, la propuesta mecánica que aquí se nos presente respeta a clásicos como King of the Monsters. Aportando, por el camino, diversos alicientes, modificadores y un más que interesante cooperativo local para 2 jugadores.
Sí, la base inicial resulta bastante corta y algo repetitiva. No obstante, la llegada de contenido adicional y el DLC de pago, con nuevos modos de juego, modificadores, contenido extra y un nuevo personaje, hace que acabe siendo una experiencia bastante completa y divertida. En el reverso de la moneda unos escenarios demasiado pobres y un excesivo reciclado de personajes hacen que no termine de despuntar en lo artístico. En definitiva, poniendo en una balanza tanto los pros como los contras, Dawn of the Monsters es un gran, nunca mejor dicho, beat’em up que gustará tanto a los amantes del género como a los fans del género Kaijū. Presentándonos una sencilla, accesible, y divertida propuesta que emite vibraciones arcade por los cuatro costados y cuyos personajes y jugabilidad han logrado engancharnos desde el minuto uno de juego.
Hemos analizado Dawn of the Monsters gracias a un código digital cedido por Wayforward. Versión analizada: 1.2.1.
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