Ha sido la noticia de la semana, quizá del mes y seguramente del año. Microsoft consigue cerrar el acuerdo de adquisición de Activision-Blizzard-King (ABK). Esta información llega tras casi dos años de litigios por monopolio y después de un desembolso de 69 mil millones de dólares por parte del gigante verde. ABK es una de las compañías más importantes de la industria internacional del videojuego, con más de 40 años y decenas de éxitos a sus espaldas. Establecida en Santa Mónica, EEUU, y con unos ingresos de más de 8 mil millones de dólares anuales, es responsable de franquicias como Call of Duty, Diablo, World of Warcraft, Overwatch o Candy Crush.
Sin embargo, su pasado más reciente está salpicado de polémicas que involucran a su CEO, Bobby Kotick. Activision-Blizzard cuenta con aproximadamente 9500 empleados y una legión de más de 100 millones de jugadores. La influencia de sus títulos ha contribuido a escribir la historia del sector, pero en ocasiones aspirar a la maestría de acuerdo a un criterio empresarial compromete el desarrollo y lo convierte en algo complicado. ABK ha sido acusada de crunch y de propiciar una atmósfera de trabajo poco salubre, y a esas críticas se han sumado las acusaciones de abuso y acoso sexual por las que fueron demandados en julio de 2021 por el Departamento de Igualdad en el Empleo y la Vivienda (DFEH) de California y que el Wall Street Journal agrava, al asegurar que Kotick estaba al tanto del problema e intentó silenciarlo, con amenazas de muerte de por medio. En NextN cubrimos esta información con un extenso artículo que recomendamos encarecidamente: acoso sexual y toxicidad laboral en el seno de Activision-Blizzard.
Kotick deja Activision (y le pagan por ello)
La adquisición de Activision-Blizzard-King por parte de Microsoft vino acompañada de la noticia de que Kotick abandonaría el cargo. El propio CEO lo confirmaba mediante una carta en la que también celebraba las oportunidades que la unión con Microsoft granjearía a la compañía. Si bien ha sido una noticia mayormente celebrada por los jugadores, la respuesta institucional profundiza en agradecimientos y buenos deseos. Kotick, por tanto, no deja la empresa presionado por su reputación. De hecho, su despido forzoso habría sido difícilmente asumible por Activision, puesto que se estipularon unas condiciones de finiquito muy beneficiosas para él. Su salida en este momento blanquea a la compañía de cara a la incorporación de sus nuevos gestores, y dibuja una situación más que halagüeña para Kotick.
Tal como informa Axios, las acciones de ABK se han pagado casi 20 dólares por encima del valor de mercado. A saber: 95 dólares, cuando su precio es de 76. Kotick posee 4,3 millones de acciones, con opciones de adquirir 2,2 millones más. Teniendo en cuenta solo las acciones que ya posee, la compra de Microsoft le reportaría 408,5 millones de dólares.
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