Todos los años ocurre lo mismo cuando salen las listas de los nominados y, sobre todo, los premiados de The Game Awards: todo el mundo se pregunta qué hace ese juego nominado ahí o cómo ha podido ganar ese otro. Esto suele llevar a un discurso en redes sociales y demás plataformas acerca del buen o mal gusto que tiene Geoff Keighley y/o su jurado particular, llegando a acusar de intereses propios o los ya míticos maletines. Pero, ¿es esto así? ¿Cómo funcionan realmente las votaciones de la gala? ¿El sistema de votación está explicado? ¿Le estamos dando más importancia de la que debemos a lo que en realidad es una estrategia de marketing encubierta, disfrazada de un concurso de popularidad? A la última pregunta se responde con un simple «sí». Para responder a las otras continúa leyendo.
Lo primero que hay que dejar claro es que la gala de The Game Awards está lejos de ser en realidad «los Oscar de los videojuegos», más allá del ruido que hace a nivel mediático. Aquí no hay una «Academia de los Videojuegos» formada por expertos, como sí ocurre con los Oscars. De hecho, lo más parecido a eso son los BAFTA (British Academy of Film and Television Arts), una gala donde la academia de artes británica empezó a incluir videojuegos hace una unos cuantos años, pero a la que no se le da casi ningún bombo en medios generalistas (y aquí debemos entonar el mea culpa) porque no cuentan con el arma secreta de Geoff: las World Premiers. No nos engañemos, por mucho que abramos debates en Twitter sobre si los videojuegos son arte (sí, lo son), en realidad la amplísima mayoría de las personas que ven la gala lo hacen para ver los nuevos trailers de juegos ya conocidos y nuevas sorpresas. No hay nada más que ver los chats en directo de estos eventos, donde todo lo que no sean trailers son gente poniendo ZZZs. Y el mayor ejemplo de esto fue la gala del año pasado, cuando Christopher Judge ganó el premio a la mejor actuación por hacer de Kratos en God of War Ragnarok y dio un discurso digno de una gala seria y que respeta y reconoce la labor de los premiados, mientras todo el mundo pedía que se fuese, ya que querían ver el tráiler de Silksong en los chats. Los premios no le importan a casi nadie.
¿Quién decide los ganadores de The Game Awards?
Tras dejar claro que no existe una academia oficial tras las nominaciones, toca plantearse quienes son entonces los que deciden los candidatos a cada categoría. Según la web oficial, este jurado lo forman un total de 120 medios de todo el mundo para los premios generales, 17 medios especializados en eSports para estas categorías y 18 personas especializadas en accesibilidad para esa categoría en específico, tal y como figura en su página web. Estos mismos medios son los que una vez cotejado todos los votos, deciden el ganador dentro de cada categoría. Merece la pena aclarar antes de seguir que tanto las nominaciones, como las votaciones, se realizan de manera conjunta entre todos los miembros de la redacción, es decir, no recae sobre una única persona que pueda tener favoritismos por X o Y electrodoméstico.
A la hora de nominar, los medios tienen que mandar una lista con hasta cinco nombres en cada categoría. Una vez recibidos todos los votos, se suman de manera no ponderada y se obtienen las listas finales, que en caso de empate estarán formadas por seis juegos en vez de cinco. Estas listas tienen dos peculiaridades: son listas abiertas en blanco y todos los votos valen lo mismo, independientemente del orden en el que aparezca el juego en la lista. El segundo punto creo que está suficientemente claro, explicado por sí mismo, así que me vais a permitir que ahonde un poco más en el primero. Que sean listas abiertas y en blanco significa que se puede votar a cualquier juego y aquí empiezan los problemas. Os reto a que os juntéis con un buen puñado de amigos, hagáis vuestras propias listas de nominados y luego las pongáis en común. Veréis que casi todas coincidirán en unos cuantos títulos y a veces alguno habrá metido juegos que entren en alguna categoría cogidos con pinzas. Y es que este sistema de votación tiene el enorme inconveniente de que, es mucho más probable que, en una lista realizada en conjunto por la redacción de un medio, aparezcan los juegos más populares por el simple hecho de que son los juegos que «hay que jugar sí o sí».

No es difícil imaginar una redacción de 15 personas en la que solo ha jugado a Octopath Traveller II la persona que lo ha tenido que analizar, no por falta de ganas, sino por falta de tiempo. Es imposible que la mayoría de la redacción pueda jugar a todos los grandes juegos que salen al año y ya no hablemos de jugar a juegos «menos importantes». Al contrario que pasa con las películas, cuya media es de dos horas, los juegos requieren muchísimas más horas y compromiso, cosa que no suele ser compatible con analizar el siguiente juego importante, hacer videos y streamings o simplemente sacar noticias casi al momento, que son cosas que tus lectores no solo esperan, si no que sino haces te lo exigen. En definitiva, que si ese título tan bueno en lo suyo no está entre los nominados, no es porque haya maletines o intereses ocultos, es simplemente porque es imposible que todas las redacciones jueguen a todo, ante lo cual se prioriza y lo normal es escoger los juegos más grandes frente a los más pequeñitos. Y todo esto sin entrar a hablar de limitaciones por temas económicos.
Además hay otro impedimento extra que limita que juegos están nominados o no: las fechas. Al realizarse la gala a principios de diciembre, tan solo pueden ser nominados juegos que salgan hasta el 17 de noviembre de 2023. Si un título sale en una fecha posterior, podrá participar entre los candidatos de los juegos del año siguiente. Sin embargo, los votos de cada medio han de ser enviados antes de que acabe la primera semana de noviembre, de cara a poder contarlos para publicar las listas de nominados. Esto deja un periodo de alrededor de una semana donde se pueden modificar los votos de juegos lanzados en noviembre basándose en «tiempo adicional de juego en los lanzamientos del mes de noviembre». Otro, día si queréis, hablamos del tema de porque esta gala se hace a principios de diciembre y no en enero o febrero, cuando ya han salido todos los juegos del año y tanto prensa como público han tenido tiempo para reposar los pensamientos. Hasta entonces os doy una pista: The Game Awards se lleva a cabo en estas fechas para ser también una campaña de marketing de cara a las ventas navideñas.
Bueno, en realidad no todo el poder está en mano de estos 120 medios, también está en manos del público. Sin embargo, el voto del público solo se pondera con un valor del 10 por ciento, llevándose el 90 por ciento del peso el voto de los medios, por lo que a efectos prácticos el público solo desempataría si se diese el caso. Según la propia web, esto es así para dar más oportunidades a todos los títulos y evitar lo que llaman «ganadores por ingeniería social» o dicho de otro modo, que los fans de un determinado juego empiecen a hacerse cuentas como si no hubiera mañana para votar a un juego en específico y alterar el resultado.
¿Pueden influir los anuncios que se vayan a realizar en los votos? Según la propia organización: no. Ni los medios conocen los anuncios que se van a mostrar, ni las compañías tienen ningún tipo de información sobre qué juegos van a salir nominados o ganadores. Además, hay una claúsula que prohíbe a las empresas «hacer campaña» e intentar convencer a los medios para que voten a su favor. En caso de descubrirse que se ha hecho, se podrá incluso llegar a descalificar a todos los juegos de la misma editora en esa edición y, en casos extremos, cualquier edición de la gala que se efectúe en el futuro.
Con este artículo esperamos haber resuelto todas las dudas que puedan haber surgido acerca de como funciona todo el proceso de votación de The Game Awards, desde su nominaciones, a la elección de resultados, fechas, etc.
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