The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom ha arrasado con todo desde su estreno. Tampoco es que sea de extrañar: los análisis coinciden en que es una obra maestra, y algunos medios hablan del mejor videojuego de la historia. En NextN queremos ayudar a los jugadores a descubrir todos los misterios que encierra TOTK, y en esta ocasión nos centraremos en las armaduras y los distintos atuendos que podemos encontrar escondidos por Hyrule. Con este artículo os enseñaremos cómo conseguir el casco divino de Naboris.
Si has jugado a Breath of the Wild, reconocerás de inmediato la inspiración de esta prenda única. En la anterior entrega de The Legend of Zelda había cuatro bestias divinas que eran una parte fundamental de la trama y estaban asociadas a las tribus de Hyrule. Naboris se asocia con la tribu gerudo, y si equipamos su casco conseguiremos resistencia al trueno. Además, potenciaremos nuestro vínculo con la sabia de la tribu.
Cómo conseguir el Casco Divino de Naboris en Zelda: Tears of the Kingdom
Al igual que el resto de cascos inspirados en las bestias divinas, el casco divino de Naboris se puede obtener directamente o como añadido a las misiones de historia de las tribus. Esto quiere decir que podemos dar con ellos mientras exploramos Hyrule al azar, pero que tras finalizar las misiones de historia de cada sabio, ellos mismos nos darán pistas de dónde se encuentran las reliquias. Dado que una de sus funciones es potenciar el vínculo que tenemos con los sabios, en NextN te recomendamos completar las misiones antes de ir a por los cascos.
El casco divino de Naboris se encuentra en las Ruinas Hundidas de Gerudo Norte. No tiene pérdida, en el mapa están señaladas con un enorme esqueleto al este del cañón de Calex. El punto más cercano al que teletransportarse es el santuario de Qudani’sar. Una vez lleguemos allí hemos de ser observadores: la entrada es una minúscula apertura en el suelo que, además, está bloqueada con piedras, por lo que pasa desapercibida. Simplemente, deshazte de esas piedras y déjate caer.
Baja las escaleras y fíjate en las estatuas: la dirección de sus espadas marca el camino, pero hay truco. Las primeras estatuas que encuentras llevan al cofre, pero hay rejas que impiden el camino. En su lugar, toma el desvío de la derecha. Verás que las paredes están llenas de rocas. Nunca está de más romperlas todas, pero las que nos interesan son las que hay entre las dos columnas. Una vez acabes con ellas, se abre un pasadizo, y entonces sí, rompe las rocas que indiquen las estatuas. Es sencillo, y al final encontrarás el cofre que contiene el casco divino de Naboris y abrirás las rejas que bloqueaban el camino al principio.
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