dreamworks all-star kart racing

Análisis DreamWorks All-Star Kart Racing – Nintendo Switch. Get your game on!

dreamworks all-star kart racing análisis
Fecha de lanzamiento
3 noviembre, 2023
Número de Jugadores
1-4
Idiomas
Español, inglés, francés, etc
Tamaño de la descarga
4664,00 MB
Nuestra puntuación
50

Son buenos tiempos para los fanáticos de la conducción. Animados quizá por el éxito arrollador que está teniendo Mario Kart 8 Deluxe, un juego que sigue en lo más alto de las listas de ventas casi 10 años después de su estreno original en Wii U, cada vez más desarrolladores están subiéndose a la ola. Algunos, además, lo hacen con el respaldo de licencias que causan furor y que incluso han dejado huello en la cultura pop. Es el caso de Bamtang Games, que aunando sus fuerzas con GameMill Entertainment en la distribución, acaba de sacar al mercado DreamWorks All-Star Kart Racing. La premisa de este título no puede ser más sencilla: poner a los personajes más famosos de DreamWorks al volante de karts loquísimos y hacerlos correr y darse mamporrazos.

 

Lo hace, sin embargo, en una época en la que el mercado está copado de juegos que explotan el mismo concepto de manera brillante. Más allá de Mario Kart 8, en los últimos meses hemos recibido Horizon Chase 2 o Hot Wheels Unleashed 2 Turbocharged, pero es posible que la comparación más directa de DreamWorks All-Star Kart Racing sea Disney Speedstorm, un juego que acaba de abandonar su acceso anticipado para convertirse en free to play y que está arrasando en número de jugadores. No obstante, hay una característica que los hace radicalmente distintos: mientras que el exponente de carreras de Disney se basa en las microtransacciones y el contenido actualizable, el de DreamWorks huye del concepto de juego como servicio. Descubre con nosotros si la velocidad le sienta bien a Shrek, a Hipo o al Gato con Botas. Get your game on!

 

 

¿Qué hacéis en mi ciénaga?

DreamWorks All-Star Kart Racing huye del modelo más en boga de la actualidad, el de los juegos como servicio. En su menú no encontrarás tienda ni microtransacciones, todo el contenido desbloqueable se obtiene jugando y superando los retos que propone el título. Esto es decir mucho, y puede suponer una tarea abrumadora, por eso tenemos a disposición un Garaje desde el que podemos consultar los ítems que nos faltan y los requisitos que tenemos que cumplir para obtenerlos. A priori puede parecer una buena idea, incluso algo deseable, pero también es cierto que, para desear conseguir esos ítems, es necesario que sean interesantes o… que estén presentes. Uno de los principales problemas de DreamWorks All-Star Kart Racing es que, al contrario que la ciénaga de Shrek tras la reubicación de Lord Farquaad, está completamente vacío.

 

Cada piloto cuenta con 6 carrocerías, motores, ruedas y alerones, pero ninguno suscita el más mínimo interés. Su diseño es vago, nada atractivo, y aunque conseguirlos todos puede ser un reto su uso es meramente anecdótico porque no modifican nuestro kart lo suficiente como para otorgar una diferencia significativa respecto al vehículo del resto de pilotos. Con los pilotos pasa lo mismo: no hay diferencias de técnica y lo mismo daría correr con uno que con otro. El resultado es que no hay ningún estímulo que nos incite a seguir jugando.

 

 

Uno de los aspectos que más nos han disgustado es el tremendo desaprovechamiento de las licencias de DreamWorks. Acostumbrados a los estándares actuales, 20 pilotos son muy escasos, pero lo peor es que apenas son representativos. ¿Cómo es posible que del grupo protagónico de Madagascar solo podamos pilotar con el león Álex? ¿Y cómo en la fase de diseño se dio el visto bueno a la ausencia del Hada Madrina, el Príncipe Encantador o Pinocho, de la saga Shrek? Es que dejar fuera incluso a la Hermanastra Fea, que es un personaje iconiquísimo cuya exclusión podría justificarse por adoptar un rol secundario en las películas, me parece un delito. Toda la inspiración bebe de la época 3D de DreamWorks, especialmente de la última década, quedando así excluidos los personajes de los años 90, cuando trabajaban sobre todo la animación en dos dimensiones. No sé, un poquito de Chel, de Miguel y Tulio (¡fuertes y poderosos dioses!), del Espantatiburones, incluso Simbad, Spirit o laz hormigaz de Antz. Tremendo crimen contra la nostalgia ha cometido aquí Bamtang. Podríamos mirar al futuro y esperar novedades vía DLC, pero eso no deja de ser incongruente con la filosofía del título. ¿De qué sirve huir de las microtransacciones si obligas a comprar contenidos descargables para que el juego alcance el verdadero potencial con el que se ideó?

 

El diseño de los circuitos y los entornos sí que está más cuidado y consigue emocionar. La Torre de Dragona supone un desafío lleno de trampas, y el Circuito del Chico Luna (que recuerda inevitablemente a las sendas Arcoiris de MK8) nos desquiciarán si no tenemos cuidado al derrapar y coger curvas, pero otros son bastante básicos y en un par de vueltas a la pista habrás explotado todo lo que ofrecen. También es notable que la mayoría de circuitos sean dinámicos y se alteren cada vuelta. Esto se debe primero a un compromiso conceptual: es lógico que en la Torre de Dragona llueva fuego que nos obstaculice el camino, o que en la realidad espiritual de Kung-Fu Panda el suelo tiemble y se abran grietas por las que podamos caernos. A eso, se añaden los trollz. Estas simpáticas criaturas actúan como anfitriones, lo que significa que, según el que toque (o el que elijamos), harán que varíen las características del circuito.

 

Se agradece también el afán innovador. DreamWorks All-Star Kart Racing sabía que se lanzaba a un mercado de alta competitividad, y ha querido desmarcarse con mecánicas jugables alternativas respetando la esencia que encumbró el género. Los pilotos interactúan entre sí (se pican o admiran las habilidades de los contrincantes), hay carriles de derrape que ofrecen turbos, atajos secretos que desbloqueamos si conducimos con precisión… en general buenas ideas que no aportan demasiado, pero que añaden su toque diferencial.

 

 

Las cebollas tienen capas

Los modos de juego de DreamWorks All-Star Kart Racing también se quedan cortos. Al no tratarse de un «gaas» carece del dinamismo que se consigue con los eventos limitados, y el resto de opciones son más bien conservadoras. En lo que concierne al modo para un jugador podemos optar por la carrera libre (en la que podremos seleccionar las características del circuito, los enemigos y los anfitriones), las copas (rondas de 4 pistas que puntúan para la clasificación final), los desafíos y el modo contrarreloj. Entre ellos, los desafíos son probablemente lo más estimulante. Hay seis niveles de desafío, cada uno de ellos con otros seis objetivos a cumplir, siendo uno de ellos una especie de jefe final que permanece bloqueado hasta conseguir los 5 desafíos previos. A excepción de esta última prueba (gracias a una IA solvente), son todos bastante asequibles y no tendremos que esforzarnos mucho.

 

En lo que respecta al multijugador también se peca de conservadurismo. El local a pantalla partida para 4 amigos es, con diferencia, el modo que más hemos disfrutado analizando. El online, por el contrario, es atroz. Permite hasta 8 jugadores simultáneos, pero requiere de una suscripción a Nintendo Switch Online y eso, teniendo en cuenta las características del título, es forzar la maquinaria. Una gran barrera a salvar que quizá sea precisamente la causa de otro de los grandes problemas de este modo: el emparejamiento es lento y la mayoría de las veces no se ha completado la parrilla de pilotos. El juego suple esta carencia controlando él mismo al resto, pero eso no lo excusa.

 

 

Mejor fuera que dentro

Hemos dejado para el final los comentarios relativos al rendimiento porque no es fácil ponerlos en conjunto. A estas alturas de la película creíamos que un bajo perfil gráfico no perjudicaría la valoración de un título que cumpliese su propósito, pero es que lo de DreamWorks All-Star Kart Racing es harina de otro costal. Conocer la capacidad técnica de Switch y ver en movimiento este videojuego es como viajar dos décadas en el pasado. Hay una imprecisión manifiesta en los controles, bajones constantes de FPS que en el modo portátil son casi insoportables, parones cuando coinciden varios pilotos en pantalla… La animación de los corredores es nefasta, así como las de los objetos que conseguimos en carrera, lo cual dificulta la comprensión de su funcionamiento. Todo esto amenizado con cantidad de bugs.

 

A nivel sonoro tampoco da la talla, y eso también duele en la nostalgia. DreamWorks acostumbra a trabajar con licencias musicales en lugar de con música original, y puede haber habido problemas relacionados con ello, pero eso no justifica la inconcreción del trabajo que se ha hecho en este aspecto. No digo que fuese necesario conducir al ritmo de All Star, Americano, I need a hero o I like to move it (move it), pero sí que los circuitos estuviesen ambientados con música reconocible, siquiera mínimamente inspirada en alguna de las películas.

 

dreamworks all star kart racing
Innumerables son las veces que hemos atravesado los límites del circuito

Sí que destacan estas carreras en el doblaje. En el elenco de voz no están los actores originales, pero el trabajo realizado cumple su cometido. Solo está disponible en inglés. Es una pena, porque contar con Antonio Banderas en la voz del Gato con Botas o de José Mota como Asno habría sido el colmo de la epicidad, pero aún así es ameno y variado, y las ya mencionadas interacciones entre personajes alivian un poco el sopor de completar las tres vueltas de cada circuito. Sí que es cierto que hay cierta descompensación entre lo que dicen los personajes y lo que ocurre. Por ejemplo, Asno suele decir «Go, Donkey! Go, Donkey!» a todo tren cuando gana o adelanta a alguien, pero a veces también lo dice después de que el chico luna lo reintegre al circuito tras caerse por un precipicio. Por cierto, un guiño estimable lo de que el chico luna del logo de DreamWorks sea quien nos rescate tras salirnos de la pista.

 

 

DreamWorks All-Star Kart Racing – No incurriríamos en inexactitud al suponer que yo no podría no decir que eso es o no es casi en parte injugable

La incursión de DreamWorks en los juegos de carreras se ha saldado con luces y sombras. Al final del día es una experiencia disfrutable, sobre todo si juegas con amigos, pero no satisfará tus expectativas si estás acostumbrado a este tipo de títulos o si eres complecionista, pues en un par de días (sin jugar en exceso) habrás desbloqueado todo. Es posible que la poco notable obra de GameMill y Bamtang mejore con el tiempo gracias a la adición de contenido. De momento ya está disponible el Rally Pack, que añade dos pilotos bastante pintorescos: el Lobo de El Gato con Botas: El último deseo, y el Maestro Oogway de Kung-Fu Panda, además de sus karts y piezas correspondientes. Sin embargo, si los problemas de rendimiento y jugabilidad no se pulen, Dreamworks All-Star Kart Racing seguirá siendo un producto frustrante y poco recomendable.

 

dreamworks all-star kart racingHemos analizado Dreamworks All-Star Kart Racing gracias a un código digital cedido por Meridiem Games. Versión analizada 0.1.0.11740

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Ahora vas y lo cascas
Dreamworks All-Star Kart Racing lo tenía todo para erigirse como un competidor digno de los simuladores de carrera y batalla más boyantes del mercado, y sin embargo se queda a medio fuelle por culpa de una pereza palpable y una pésima utilización de sus licencias. Es agradable correr con personajes que todo el mundo quiere por circuitos que son fácilmente reconocibles y a veces muy inspirados, pero si no vienes como fan de Shrek o cualquier otra franquicia de Dreamworks, es muy difícil recomendar este juego.
PROS
El diseño de algunos circuitos es brillante, lleno de atajos y vericuetos
El afán de introducción de mecánicas innovadoras se agradece
CONTRAS
Poco contenido y mal explotado
No basar la banda sonora en la magnífica selección musical de las películas es un delito
El bajo rendimiento desmerece mucho la experiencia
50
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