Outer Wilds Archaeologist Edition Nintendo Switch análisis

Análisis Outer Wilds: Archaeologist Edition – Nintendo Switch. Un viaje por el universo y una canción

Fecha de lanzamiento
7 diciembre, 2023
Número de Jugadores
1
Idiomas
Español, inglés, francés, etc.
Tamaño de la Descarga
4010,00 MB
Nuestra puntuación
100

El aterrizaje de Outer Wilds: Archeologist Edition a Nintendo Switch ha tardado mucho más de lo planeado. El plan original era que llegase en verano de 2021, dos años después de su lanzamiento inicial y a tiempo para la salida de su expansión Echoes of the Eyes, pero, tras múltiples retrasos, al final ha salido a finales de 2023. Dos años de retraso es lo que le ha costado a Mobius Digital, junto a Big Red Button, reducir el universo en miniatura de su opera prima hasta que cupiese en Nintendo Switch. Un universo, que en estos dos años de retraso se ha hecho más grande, no de contenido, sino de gente que lo habita, y es que estos dos años extras han sido clave para que mucha más gente descubriese el juego, por sí mismos o por los múltiples youtubers/streamers o grandes medios que lo dieron a conocer gracias a esa segunda juventud que tuvo con su expansión. Por supuesto, no quiero decir con esto que el juego fuese un completo desconocido antes, nada más faltaría, pero sí que es innegable que el interés por el juego no era el mismo antes de 2021 que después.

 

Y si hago hincapié en esto, es porque este es de uno de esos juegos que, más que fans, crean adeptos. Una serie de profetas que van predicando, tratando de convencer a más gente de que deben jugarlo. Es uno de esos casos de juego que impacta y cala tantísimo en quien lo juega, y conecta con él, que quiere compartir las experiencias e historias vividas con las personas que aprecia. Un poco como todo el fenómeno fan que se ha generado a lo largo de los años con Hollow Knight. Pero al contrario que otros juegos con fans tan vocales, Outer Wilds tiene un enorme problema que juega en su contra: por diseño básico del juego no se puede hablar de él. O mejor dicho no se debe. Hasta qué punto se puede hablar de él sin arruinar ciertas cosas, es algo que ya depende de cada uno. En este texto voy a hablar de cosas que quizás algunas personas preferirían descubrir por sí mismas, a pesar de que están en la propia sinopsis del juego, así que si queréis un texto que os hable del juego, la experiencia y por qué debéis jugarlo sin ningún tipo de spoilers, pinchad aquí para leer un artículo que escribí con ese fin. De hecho, pinchad el enlace y, si queréis saber más, volved aquí para leer más del juego. Considerad ese artículo la primera parte del análisis si queréis y luego seguid leyendo aquí. A pesar de que vaya a tocar temas y cosas del juego, permitidme insistir en que si llegáis un punto en el que penséis «vale, tengo que jugar a esto«, os recomiendo que cerréis el texto y cumpláis ese objetivo cuando sea, porque mientras menos sepáis, más cosas podrán sorprenderos. Bueno, ese era el último aviso. Despegamos.

 

 

«El futuro depende del pasado, aunque no lleguemos a verlo»

La trama es sencilla: eres un pequeño alienígena humanoide, con cuatro ojos y hoy es el día en el que te vas a convertir en astronauta. Para ser exacto serás el sexto lumbreano que ponga los pies fuera del planeta, gracias al programa de investigación espacial «Outer Wilds Ventures». Qué hacer, dónde ir y qué investigar es algo que depende totalmente de ti.  Y en principio ya está, eso es todo de lo que trata Outer Wilds. El juego de Mobius Digital apuesta por ofrecerte la misma libertad jugable que Breath of the Wild o Tears of the Kingdom: sal y explora, vive tu aventura y luego compártela con los demás. Pero al igual que en las dos últimas entregas de Zelda, Outer Wilds te presenta en sus primeros minutos de juego, de manera muy sibilina, varios hilos que seguir para empezar esa aventura. Antes de salir de tu pueblo natal se mencionan los diversos planetas de este sistema solar, cada uno con sus características particulares, y casualmente el resto de exploradores de tu especie ha ido a visitarlos. ¿Quizás sería buena idea pasarse a saludar, no? También se presentan otra serie de enigmas como las piedras cuánticas o la desaparición de los Nomai, una misteriosa civilización antigua que habitó el sistema solar con tecnología súper avanzada, pero que desapareció de la noche a la mañana. ¿Habrá alguna pista de su sino en esos extraños grabados que dejaron por las paredes de toda la galaxia? Quizás, ahora que eres el primer explorador con una herramienta de traducción, puedas enterarte de algo.

 

Son pequeñas semillas de curiosidad que se te plantan en los primeros minutos del juego y que se van regando poco a poco, simplemente por el afán de saber del jugador al ir tirando de ese hilo e ir descubriendo más y más cosas del universo, todas relacionadas entre sí. Y muestra de ello es el panel de pistas con forma de la tela de araña que encontramos en nuestra nave que nos ayuda a ir resolviendo todos los misterios poco a poco. Y creedme, hay muchos misterios que resolver, pero hay dos problemas. El primero de ellos es el control de la nave. Mobius Digital ha logrado el que posiblemente sea el control en gravedad cero más realista de una nave espacial hecha con troncos y cuatro placas de metal en el mundo de los videojuegos. En otras palabras, manejar la nave bien es complicado. ¡Ojo! No es que esté mal hecho, es que está hecho así a propósito y el ejemplo más claro es que el piloto automático tiene sus fallos de programación y los propios personajes de Lumbre lo saben. Pero son las primeras naves que hacen, con materiales rudimentarios y «es lo que hay». Por todo esto es bastante común que las primeras horas cueste más de la cuenta hacerse con los controles de la nave. Sin embargo, como pasa al montar en bici, una vez que la domas, es imposible olvidarse de cómo se controla. Desde que lo jugué por primera vez, he vuelto a Outer Wilds en varias ocasiones y me acordaba de cómo controlar la nave a la perfección.  El otro gran problema es el tiempo límite. Sin entrar en detalles, nuestro personaje está atrapado en un bucle temporal que le obliga a volver al inicio al cabo de un tiempo. Esto añade un misterio más a resolver, además es la pieza clave jugable del título, pero también puede llegar a convertirse en algo que frustre a veces.

 

Outer Wilds
Lo primero que ves nada abrir los ojos y hay muchas más cosas para investigar en este plano de las que imaginas

Ahora es cuando toca hablar de cómo funciona este sistema solar en miniatura. Toda la galaxia se mueve en tiempo real al mismo tiempo. Lejos de calcular qué ocurre en cada planeta solamente cuando estamos en él, todo el conjunto está en movimiento constante, calculándose en todo momento qué ocurre en cada planeta y esto tiene su razón de ser, que por desgracia no os puedo contar. Además, cada uno de los cuerpos celestes tienen sus propias reglas, jugabilidad y cosas que ocurren conforme avanza el tiempo y de ahí la importancia de tener una mecánica que nos permita reiniciarlo. Quizás para cuando quieras llegar a un camino, este esté cubierto y no puedas acceder, un puente se haya roto por el impacto de un meteorito o el nivel del agua haya subido por causas desconocidas y, quizás , si hubieses llegado antes podrías continuar por ese camino. Todo este universo es un reloj suizo, lleno de engranajes que se entrelazan entre sí, perfectamente engrasados y que al final hacen que la maquinaría funcione correctamente.

 

Sorprende además lo bien que funciona en Nintendo Switch, dada las limitaciones de la máquina. Al estar calculando constantemente todos los sucesos del universo, tradicionalmente Outer Wilds ha sido un juego que ha requerido mucho uso de la CPU y sin duda salvar este escollo es lo que ha retrasado dos años el lanzamiento del juego en la consola. Sorprendentemente el juego va muy bien en rasgos generales. Por supuesto, se ve peor que en otras versiones, con peores detalles en las texturas y resolución dinámica, pero ha aguantado el tipo en todo momento. Solo se ha detenido por completo a cargar una vez que pasé de largo de dos planetas, entrando en la órbita de ambos a la vez, para salir tan rápido de ellas como entré, teniendo que cargar el juego muchos datos y descargarlos rápidamente. Vamos, que supera la prueba del rendimiento técnico sin problemas, aunque sigue estando por debajo de otras versiones, como es lógico.

 

Una vez que sabes algo, es imposible volver atrás

Al final, conforme pasan las horas y te adaptas al control de la nave y a organizarte bien el tiempo para hacer el siguiente objetivo, te das cuenta de que la clave para avanzar es aprender cosas. Lo que empezaron siendo pistas, señales, ruinas y mensajes dejados por los Nomais que no entendías, al final va cobrando todo sentido conforme más piezas del rompecabezas tienes. Y esto también es peligroso, pues al ser un juego tan libre en cuanto al orden de hacer las cosas, habrá jugadores que encuentren cómo conectar piezas más fácilmente que otros, pudiendo llegar a frustrar a estos últimos al ir acumulando piezas y no llegar a conectarlas.

 

Y es que en realidad Outer Wilds podría decirse que es un Metroidvania, pero que en lugar de adquirir nuevas habilidades, lo que vas adquiriendo a lo largo de los planetas es conocimiento. El saber cómo funciona la galaxia, cada uno de los planetas, qué puedes hacer antes o después en cada lugar, todo eso va formando parte de ti y va abriéndote más y más caminos de los que podría abrirte un doble salto. Todo este universo es una gran Escape Room. Habrá caminos que generarán más dudas y otros pocos ayuden a encontrar respuestas, pero al final todo tiene sentido, toda la amalgama de hilo se desenreda y hasta la cosa más tonta, como el porqué la raza protagonista tiene cuatro ojos, está explicada a nivel de diseño.

 

Lo que empieza como un pequeño viaje y termina siendo un gran rompecabezas con momentos «¡Eureka!» constantes durante toda la aventura. Pero precisamente por eso mismo es imposible jugarlo más de una vez. La repetición constante del bucle y los viajes en nave, favorecen a darnos tiempo de reflexión acerca de lo que descubrimos y es así cómo las teorías y las soluciones se cocinan a fuego lento en nuestra cabeza y, por tanto, son imposibles de olvidar. Y es una lástima, porque eso hace de Outer Wilds un juego que solo se puede jugar una vez, al menos como la primera vez. Es el equivalente a releer una novela de misterio sabiendo quién es el asesino: se disfruta, pero la experiencia queda totalmente diluida. Es precisamente por esto último por lo que los fans del título son tan pesados. Encuentras un juego maravilloso, brillante en su diseño, pero que solo puedes vivirlo tal y como se pensó una única vez y entonces, tan solo te queda la opción de intentar convencer a más personas para que lo jueguen y tratar de vivir la emoción de la primera vez a través de los ojos de otra persona.

 

O puedes ponerle una velita al ente de tu preferencia y rezar porque dos años después de su lanzamiento original se publique casi de la nada un DLC como Echoes of the Eye. Cuando se anunció fue un tanto polémico, porque el juego base era redondo tal y como estaba y no había nada más que contar. Incluso hubo fans a los que el anuncio les pareció que era un simple sacacuartos. Y qué equivocados estábamos todos. Ni era una maniobra para sacarnos más dinero, ni Outer Wilds ya había contado todo lo que quería. A ver cómo digo esto sin entrar en terreno pantanoso. Echoes of the Eye es completamente opcional y no hace falta para entender ni disfrutar cada una de las horas que le dediques al juego base. Sin embargo, lo que aporta mecánicamente y la forma en la que complementa la historia al mismo tiempo que cuenta «otra cosa» es para que se use de ejemplo en los cursos de diseño de videojuegos a la hora de hablar de cómo se expande un videojuego.

 

Outer Wilds – Canción del viaje espacial

Outer Wilds es uno de esos juegos que me es imposible no recomendar jugarlo. Puedo entender que quizás no es para todo el mundo, al fin y al cabo tanta libertad abruma y no son pocos los fans de Zelda a los que Breath of the Wilds no les terminó de hacer «clic«. También puedo entender que los controles de la nave echen para atrás al principio. De hecho conozco gente que han necesitado tres intentos para entrar dentro de lo que propone y otros, como yo mismo, que estábamos enganchados desde el primer momento. Pero insisto: hay que probarlo y hay que hacerlo con la mente abierta. ¡Y oye, si no te gusta no pasa absolutamente nada! No todos los juegos tienen que gustar a todo el mundo, ni conectan igual con cada uno de nosotros según nuestro momento vital.

 

Leyendo el texto, al final esto parece una carta de amor, pero es que de verdad pienso que es uno de los mejores juegos que he jugado. ¡Qué diablos! Es uno de los juegos de mi vida. El sentimiento de estar solo en el espacio, explorando cada planeta, cogiendo apuntes en una libreta sobre sus misterios, vivir momentos de tensión, tristeza, miedo – y creedme, el vacío del espacio da mucho miedo existencial – y luego sacar el micrófono ambiental que llevamos para comprobar que en las otras esquinas de la galaxia hay otros exploradores tocando en armonía una misma canción, solamente para hacerte sentir acompañado en todo momento, es para enamorarse.

 

Hemos analizado Outer Wilds: Archaeologist Edition gracias a un código digital cedido por Annapurna Interactive. Versión analizada: 1.1.14.841

Outer Wilds Archaeologist Edition Nintendo Switch análisis
Uno de los mejores juegos de los últimos años al fin en Nintendo Switch
Explorar, descubrir misterios, resolverlos y maravillarte constantemente con las ideas y el diseño de Outer Wilds es una de las experiencias más únicas que ha dado el medio en los últimos años. El primer juego de un estudio novel, que sin duda sabían en todo momento lo que querían y, lo que es más importante, lograron hacerlo. Siempre es buen momento para vivir la aventura espacial de Outer Wilds, pero ahora también cualquier lugar es bueno para hacerlo con Nintendo Switch.
PROS
El port a nivel de rendimiento es magistral. Había mucho miedo al respecto y al final no había nada que temer
Desde la parte más global a la más pequeña e individual, el diseño es una clase magistral de cómo hacer un enorme puzle. Da lugar a momentos "Eureka" constantemente
El saber que tienes a tus compañeros repartidos por toda la galaxia, pero que os une una canción
CONTRAS
El control de la nave se hace duro en las primeras horas de juego
Quedarte encallado sin saber muy bien qué hacer. ¡Si ocurre, revisa el tablón de pistas!
Nunca se podrá jugar una segunda partida tan mágica como la primera
100