Lil' Guardsman

Análisis Lil’ Guardsman – Nintendo Switch. Un juego denunciable por explotación infantil

Lil' Guardsman
Fecha de lanzamiento
23 enero, 2024
Número de jugadores
1
Idiomas
Español, inglés, francés, etc. (Doblaje inglés)
Tamaño de la descarga
952 MB
Nuestra puntuación
85

El mundo de los videojuegos independientes está repleto de joyas de culto que no todo el mundo conoce, pero que son valoradas en muy buen grado por aquellos que sí. Uno de los muchos ejemplos de esto es Papers, Please. El título creado por Lucas Pope en 2013 está considerado como una obra maestra, tras cosechar múltiples premios por su creativo diseño y su gran narrativa. Para quien no lo conozca, consiste en controlar la frontera de un país ficticio, decidiendo quién entra en él y quién no en base a diversos parámetros, pero con una gran profundidad de toma de decisiones. Era cuestión de tiempo que alguien decidiera inspirarse en esta premisa para traernos una nueva propuesta, y justamente eso es lo que hace Lil’ Guardsman.

 

Desarrollado por el pequeño estudio independiente canadiense Hilltop Studios, el título del que vamos a hablar hoy recoge el testigo de la brillante obra de Lucas Pope, pero se aleja por completo de su propuesta narrativa para explorar un terreno totalmente diferente: una ciudad medieval en un mundo de fantasía. Y lo hace, además, regalándonos una ambientación artística propia de las series de animación actuales. Una puerta de entrada que suena realmente atractiva… Pero aún tenemos que ver si nos dejan atravesarla. Tenemos a una niña de 12 años esperándonos en el control fronterizo. Ella nos dará las indicaciones que necesitamos.

 

 

¿Algún inspector de trabajo en el Sprawl?

¡Hola! Me llamo Lilith, pero todos me llaman Lil. Tengo 12 años, y me he visto obligada a sustituir a mi padre en el trabajo por causas de fuerza mayor: debe acudir al estado de góblinbol para hacer apuestas ilegales. El trabajo de mi padre no es otro que el de controlar una de las puertas de entrada del Sprawl, la mejor ciudad del mundo, atendiendo a los visitantes que llegan a ella y decidiendo quién puede entrar y quién no. Hay que evaluar sus intenciones y sus características, y en base a eso, admitir o denegar su entrada o, llegado cierto momento, encarcelarlos.

 

Por desgracia, no he tardado en verme involucrada en asuntos que van más allá de mi tarea en la garita. La doctora Beatrix me ha entregado el Chronometer 3000, un artefacto capaz de rebobinar el tiempo, obligándome a hacer de conejillo de indias de una tecnología con un alcance aún por descubrir. Mientras tanto, los consejeros reales Stryker, Ashe y Malcolm buscan una alianza con los reinos vecinos a través de un matrimonio concertado con la princesa Desdémona, y de fondo, el descontento de las minorías goblin, maltratadas y oprimidas, va en aumento, amenazando con una revolución en el horizonte. Y eso que sólo había que vigilar la puerta… Ya te vale, papá.

 

 

La garita de Lil’ Guardsman

El pilar central de mi tarea en Lil’ Guardsman se encuentra en la garita. Acudo cada día a mi lugar de trabajo, y puedo interactuar un máximo de tres veces con cada una de las personas que llega. Para hacer bien mi trabajo, cuento con varias pistas y herramientas. El Mandato Real me indica qué hacer en situaciones concretas como posible contrabando, aparición de goblins o trato especial a algún visitante concreto. El teléfono me sirve para contactar con los consejeros reales en caso de que sea necesario, mientras que las herramientas (aerosol de la verdad, anillo decodificador, detector de metales, rayos X y látigo) me ayudan a descubrir las intenciones de los visitantes en ciertas situaciones.

 

En función de lo que logre descubrir de cada visitante, obtengo una puntuación, que varía entre una y cuatro estrellas. Para concluir el día con buena valoración de los jefes (y, por lo tanto, buen sueldo), debo alcanzar una media de al menos dos estrellas. No se trata de algo demasiado complicado, ya que suelo tener pistas suficientes para alcanzar una puntuación decente en cada caso. Y además, cuento con el Chronometer 3000, el «giratiempo» que nos ha dado la doctora Bea y que me permite rebobinar el tiempo un número limitado de veces para replantear mi estrategia con un visitante. Si meto la pata hasta el fondo, al menos tengo la espalda cubierta. ¡Gracias, doctora Bea!

 

 

Tú sabrás cómo trabajas

La tarea diaria de vigilancia tiene un pequeño componente de gestión. El dinero que gano no está ahí por casualidad. Tampoco algunos de los objetos que confisco a los visitantes. Los usos de las herramientas de Lil’ Guardsman no son infinitos: requieren el uso de cristales de energía. Al principio sólo puedo poner un cristal en cada aparato, pero más adelante puede ampliarse el límite. La cuestión es que los cristales son consumibles, y a veces es necesario comprar más en la tienda, pudiendo elegir entre cristales rosas, de buena calidad, y amarillos, que son de gama baja y no te garantizan el funcionamiento al 100%. Sí, tengo que gestionar mi economía con 12 años.

 

¿Y cómo puedo ganar todo el dinero posible? Hay varias formas. Puedo asumir el riesgo de hacer apuestas deportivas, y si gano, me llevo un pellizquito. También puedo vender algunos objetos confiscados, con el riesgo de que podrían servirme más adelante para atender a algún visitante. O bien aceptar sobornos, pero eso no le va a hacer demasiada gracia a los consejeros… Todo ello, decisiones que tienen sus ventajas y sus inconvenientes, y que forman parte de mi gestión laboral, que tiene más vertientes de las que puedan pensarse.

 

 

No todo es guardar la puerta

Como Lil’ Guardsman, mi vida no se limita sólo a la vigilancia de la puerta. Mis decisiones allí tienen impacto sobre la vida cotidiana del Sprawl. Tras cada jornada laboral, puedo visitar algunos lugares de la ciudad, y allí ne encuentro con los visitantes a los que he dejado pasar. Esto, unido a las conversaciones que mantengo con ellos durante el trabajo, me ayuda a comprender mejor por qué están allí, su personalidad y sus propósitos. Esto sirve también para que tú, que estás a los mandos, tengas un vinculo mayor con mi mundo. El Sprawl no es ajeno a ti. Lo conoces, lo ves y vives cada día, y vas siendo testigos de cómo mis decisiones cambian su rutina diaria.

 

De hecho, de mis decisiones depende en gran parte el futuro de mi mundo. Hay momentos en los que, en función de lo que decida, el avance y el desenlace cambian. Decisiones como la de apoyar a los goblins o contribuir a su discriminación, cerrar el paso a algún pretendiente de la princesa Desdémona, pueden provocar un impacto mayúsculo en el devenir del Sprawl. Y, fuera de la garita, también se me presentan en ocasiones tareas y decisiones que tomar, y que influyen en el destino de la ciudad. Cómo estará el patio para que una niña de doce años sea quien marca el devenir del mundo… Vaya desastre. Ni que decir tiene que las posibles ramificaciones potencian notablemente la rejugabilidad, por si las 6-7 horas que dura la aventura te han sabido a poco.

 

 

Lil’ Guardsman y su agudeza como gran virtud

¡Demos gracias a Lil por su ayuda! Todo lo comentado anteriormente hace que la propuesta sea rica en detalles, dinámica y atractiva. Pero hay un ingrediente fundamental que mejora todo esto exponencialmente: el tono humorístico del juego. Cada conversación, cada visitante del Sprawl y cada escenario cuentan con un aroma cómico y desenfadado que hacen que sea imposible no reírse en algún momento mientras jugamos. Rupturas puntuales de la cuarta pared, referencias a la cultura popular de todo tipo, los relatos que nos explican el destino de cada personaje al final del día… Todo ello le da un carácter único a Lil’ Guardsman.

 

Mención especial merecen los turnos de noche, de los que no hemos hablado porque… Porque, con saber que existen, ya sabes demasiado. Aunque son pocas las veces que trabajamos de noche (y estaría bien que sucediera con más frecuencia), lo que sucede cuando cae la luna sobre el Sprawl es digno de jugarse a ciegas. También dejar claro que, aunque el título no se toma en serio a sí mismo ni lo pretende en ningún momento, sabe crear tensiones y desatarlas en los momentos idóneos. No es comedia desmedida, ni mucho menos. El buen hacer y la buena mano en el guion se dejan notar en cada momento.

 

Lil' Guardsman

 

También entra por los ojos y los oídos

El estilo artístico escogido para Lil’ Guardsman es la guinda del pastel. Su ambientación de fantasía y su propuesta narrativa desenfadada encajan a la perfección con la estética de las series de animación actuales, que además no se limita a un trazo amable y personajes coloridos, sino que dota de gran expresividad y elocuencia, principalmente a la protagonista del título, pero también al resto de personajes. Es un juego bonito de ver y que transmite mucho. Lo mismo sucede con la ambientación musical, muy acertada en todo momento, y con sorpresas y ocurrencias realmente inspiradas.

 

Mención aparte merece el doblaje al inglés, que le da un toque extra de color a pesar de ser el único idioma disponible en cuanto a voces. Por suerte, no pasa lo mismo con el texto, que sí está en español, aunque hay algunos textos puntuales que se han quedado sin traducir, pequeño error que debería subsanarse mediante futuras actualizaciones. Es prácticamente la única pega de un título que funciona bien en lo jugable, triunfa en lo narrativo y cumple con creces en lo técnico. Resulta prácticamente complicado sacar defectos a una propuesta que resulta redonda en lo que se propone. Como mucho, podemos quejarnos de que no haya una inspección laboral en condiciones en el Sprawl. La explotación infantil es una línea roja que no debería cruzarse.

 

 

Lil’ Guardsman – Nintendo Switch. Cómo una puerta cambió el destino

Lil’ Guardsman es un título que cumple a la perfección todo lo que quiere ser: una aventura gráfica de toma de decisiones repleta de ingenio, inspiración y humor, con una estética amable y atractiva apta para todos los públicos, y no exenta de grandes giros, momentos sorprendentes. Se nota el cariño en cada broma, en cada personaje, en cada interacción y en cada historia, y entrelaza todo con muy buen criterio para ofrecernos una aventura con múltiples posibilidades y una gran rejugabilidad. Con esto, nos despedimos del análisis, pero no sin antes escuchar a Lil por última vez. ¡Cuéntanos, Lil!

 

¡Por favor, llamen a Servicios Sociales, este reino me debe una infancia!

 

Mi ano

Hemos analizado Lil’ Guardsman gracias a un código digital proporcionado por Plan of Attack. Versión analizada: 1.0

Lil' Guardsman
Pergaminos, por favor
El destino del Sprawl está en tus manos en esta fantástica aventura de toma de decisiones. Con un humor de excelente factura, una trama ramificada en base a nuestras elecciones, un estilo artístico que encaja como un guante en la propuesta, y sobre todo, una imaginación infinita, es una aventura que merece la pena no perderse. ¡A por las cuatro estrellas!
PROS
Derrocha ingenio, humor y creatividad
Distintas ramificaciones que amplían la jugabilidad
La posibilidad de pasearte por la ciudad y conocer mejor a sus gentes
CONTRAS
Pequeños descuidos en la traducción pendientes de corregir
Por pedir, más turnos de noche. Son una joya, pero escasean
85