Berserk Boy

Análisis Berserk Boy – Nintendo Switch. Plataformas frenéticas que combinan lo mejor del bombardero y el erizo

Berserk Boy
Fecha de lanzamiento
6 marzo, 2024 G:i
Número de jugadores
1
Idiomas
Español, inglés, francés, etc.
Tamaño de la descarga
1,37 GB
Nuestra puntuación
80

En un contexto en el que no pocas de las principales empresas de desarrollo de videojuegos buscan sacar productos con el menor riesgo y el mayor beneficio posible, en muchos casos sin innovar y optando además por opciones como el juego por servicio, la originalidad a veces peca por su ausencia. Afortunadamente no es siempre así, pero a grandes rasgos las grandes compañías han dejado de lado la exploración de lo que pueden hacer en sus desarrollos para ir a lo seguro. Y aunque eso nos deja con grandes juegos en muchas ocasiones, esa falta de querer innovar para asegurar el tiro es lo que suple la escena independiente, que se aventura con pocos medios a probar lo que los grandes no quieren probar. ¿Nuevos géneros? ¿Combinaciones imposibles? ¿Secuelas espirituales? Todo tiene cabida en un sector cada vez mayor y que nos brinda títulos como el que hoy analizamos: Berserk Boy.

 

Desarrollado por BerserkBoy Games y con lanzamiento para Nintendo Switch (disponible en la eShop), PC, PlayStation 4 y 5, y sistemas Xbox, Berserk Boy es un plataformas de acción en 2D que bebe de varios clásicos y mezcla en un mismo cóctel dos de los máximos exponentes de este género: Mega Man y Sonic. Lo vais a leer en cada noticia o análisis que hable del juego, porque básicamente este Berserk Boy es lo que podría salir si el bombardero azul y el erizo azul tuvieran un hijo no oficial. Velocidad, jefes finales, variedad de ataques y un mundo que salvar de las garras del Dr. Genos son algunos de los ingredientes de este título. ¿El resto? Seguid leyendo.

 

 

Mitad bombardero, mitad erizo

Tomando prestado diferentes elementos de varios juegos clásicos, Berserk Boy nos plantea una historia tan sencilla como funcional en la que nos presentan un mundo en peligro por una energía oscura y las investigaciones de un científico que busca dominar unos orbes especiales. Nuestra misión es simple: debemos detener los planes del malvado Dr. Genos y recuperar los orbes, que están en manos de algunos de los aliados del villano. Y aunque aquí ya podéis ver algunos elementos familiares, estos orbes confieren diferentes poderes a Kei, nuestro protagonista, que puede ir combinando estos poderes según los va desbloqueando para avanzar por el juego. Fuego, hielo, rayo, viento y tierra, diferentes habilidades que además de otorgarnos diferentes poderes, nos cambian de aspecto. Y todo eso en medio de una acción frenética repleta de acelerones, saltos imposibles y otros elementos más cercanos al erizo de SEGA que a otros héroes plataformeros. Una mezcla curiosa que, en general, funciona bien.

 

El título ha optado por un desarrollo clásico, dejando de lado el componente roguelite que están incluyendo muchos otros títulos (y que yo personalmente agradezco enormemente, prefiero los niveles diseñados a mano en vez de los generados aleatoriamente), que a diferencia de los títulos del héroe de Capcom no nos permite ninguna elección en nuestro avance. El juego es totalmente lineal y la experiencia, más allá de los coleccionables que hay, va a ser siempre la misma. No tenemos la posibilidad de elegir a por qué jefe ir primero. Es un detalle de diseño que no desluce el resultado final, pero que le resta rejugabilidad. Y pasa algo parecido con las armas que desbloqueamos, que más allá del efecto que provocan, su aspecto estético o su utilidad (que la tienen), no exprimen las posibles debilidades de los jefes, por lo que para vencerlos podemos usar la que más nos guste.

 

Y si bien el juego está pensado para jugarse de forma clásica, se ha incorporado la opción de utilizar un sistema más moderno sin vidas. De esta forma, podemos optar por jugar con vidas (y por tanto reintentos) limitadas dentro de cada nivel, o gozar de reintentos infinitos si preferimos no tener que reintentar una y otra vez los niveles. Un añadido de agradecer para aquellos que no tienen demasiado tiempo o paciencia (o habilidad). Eso sí, se echa en falta un sistema de niveles de dificultad para terminar de ajustar la jugabilidad, ya que algunos combates son algo peliagudos y alguien que no tenga demasiada experiencia en este tipo de juegos va a pasarlo mal para avanzar. Tampoco tiene multijugador, pero en un juego de este tipo quizás no es una prioridad y no se nota tanto su ausencia, mucho menos cuando la velocidad es una de las grandes protagonistas aquí.

 

Berserk Boy

 

Agitado, no mezclado

El grueso de este Berserk Boy está centrado en su jugabilidad, con un control bastante preciso del héroe principal y un set de habilidades completo al que podemos acceder rápidamente (una vez se van desbloqueando) con los botones laterales o pulsando X. Y con salto, ataque y dash, y todos los elementos y mecanismos de los niveles, ya lo tenemos todo a punto para recorrer los más de quince niveles que componen el juego. El control responde bien aunque la acción sea realmente rápida y poder cambiar al vuelo de habilidades es un añadido interesante que le aporta una mayor velocidad al conjunto, algo importante para seguir manteniendo viva la idea de mezclar las bases de los dos héroes azules.

 

En lo que a mecánicas respecta, hay variedad suficiente como para que en cada nivel (separados de tres en tres en “mundos” temáticos) haya alguna mecánica o elemento nuevo y que tengamos sensación de novedad según avanzamos. Incluso hay secciones en las que la acción cambia totalmente del plataformeo a algo más parecido a un juego de naves con disparos. Esta variedad en la jugabilidad es algo que no termina de ocurrir con los enemigos normales, poco variados y bastante repetitivos. Los jefes finales, aunque pocos y puestos de forma algo irregular (sobre todo los minijefes, que en los primeros niveles siempre hay alguno y después pierden protagonismo), son muy variados y carismáticos, tanto por su aspecto como por las voces que les han puesto. Además, sus poderes dan una nota de color al protagonista y nos abren un buen abanico de posibilidades.

 

La curva de dificultad es pequeña y hay poca diferencia entre el primer nivel y el último en ese sentido, al menos en lo que a los escenarios en sí respecta. Si se le pilla el tranquillo al personaje, en seguida nos movemos como pez en el agua por los nivele. En cambio, los jefes son otro cantar y ahí sí notamos que se van complicando, aunque con algunos reintentos son asequibles. Teniendo en cuenta eso, la duración del juego puede oscilar entre 4-6 horas según nuestra habilidad a los mandos y el tiempo que le dediquemos a reintentar niveles o conseguir coleccionables, esto último alargado de forma artificial para poder avanzar en el último tramo. Tanto es así que para acceder al enemigo final necesitamos tener una cantidad específica de un coleccionable concreto que está escondido por los niveles y que si has estado ignorando o no has conseguido en tu primera pasada, el juego te obliga a repetir niveles para buscarlo. A mi parecer esto último es algo que juega en su contra por forzar al jugador a buscar, pero no deja de ser una apreciación personaje.

 

Más allá de estos coleccionables, y las personas que se pueden rescatar para llevar de vuelta a la base, el juego no ofrece rejugabilidad ni en forma de niveles de dificultad ni en modos de juego, aunque sí nos da la posibilidad de superar nuestras propias marcas con un sistema de puntuación en cada nivel que va desde la A a la E (mejor a peor), con la posibilidad de obtener una radiante S si lo hacemos impecable. También tenemos una tienda integrada dentro de la partida en la que podemos comprar mejoras para Kei que nos permiten tener más salud o energía, o mejores ataques.

 

Por hablar de algo negativo, a lo largo de la partida he encontrado algunas colisiones fantasma con objetos que no deberían estar ahí y diseños de salas en los parece que se puede salir por un lado u otro y realmente no, todo por una cámara que a veces esconde elementos importantes, como cuando aparecen diálogos en momentos inoportunos. Es una pena, porque de haber pulido detalles así estaríamos ante un título casi redondo.

 

Berserk Boy

 

Nacido para molar

Berserk Boy destaca, entre otras cosas, por un cuidado apartado artístico encabezado por el diseño de su héroe principal y los aspectos alternativos que le confieren los orbes. Está hecho para molar, como una mezcla entre el Sonic moderno y X de Mega Man X, y eso queda patente tanto en las imágenes principales del juego como dentro del propio juego y en su cuidado pixel art. El apartado artístico es, en general, notable, y no tiene nada que envidiar a producciones que seguro tienen un mayor presupuesto. A destacar las animaciones y los efectos, muy fluidos y deslumbrantes, quedándose algo por debajo algunos diseños de personajes, sin que ninguno de ellos esté mal. Lo único que le echaría en cara es la elección del color de algunos escenarios en los que cuesta más discernir por dónde podemos ir y lo que es pared. Quitando eso, y teniendo también en cuenta la gran escena de animación inicial, sin duda es de notable.

 

Sonoramente, además del buen trabajo que han hecho añadiendo voces en algunos momentos y para algunas frases (no está todo doblado, solo frases puntuales), cabe destacar lo bien que suenan los temas de la banda sonora. Compuestos por Tee Lopes (al menos algunos de ellos), que entre otras cosas ha trabajado para Sonic Mania o TMNT: Shredder’s Revenge, los temas de Berserk Boy nos meten de lleno en la acción y consiguen que todo funcione incluso mejor. Se ha hecho un trabajo sobresaliente y sin esta elección de música el juego perdería mucho de su esencia.

 

Dejando el arte a un lado, el juego cuenta con textos en diferentes idiomas entre los que está el español de Latinoamérica. Aunque hay frases traducidas literalmente del inglés, en ningún caso hay errores (o no los he visto) y cumple con su cometido más que de sobras.

 

Berserk Boy

 

Berserk Boy, frenética combinación del bombardero y el erizo

Berserk Boy llega a Nintendo Switch con una interesante propuesta bajo el brazo que busca aunar en un solo héroe la jugabilidad de dos iconos de las plataformas. La acción de los Mega Man clásicos y la velocidad de los Sonic combinadas en un notable plataformas en 2D cuyo protagonista ha nacido para molar. Un cuidado apartado artístico, tanto visual como sonoro, y una jugabilidad bien medida hacen de este un título muy a tener en cuenta para los seguidores del bombardero azul de Capcom, ya que esta empresa japonesa tiene a Mega Man guardado en un cajón. Si bien no hay más modos de jugabilidad que el principal (a menos que contemos la posibilidad de jugar en clásico o moderno y modificar así el impacto de las vidas), sí que cuenta con diferentes formas de alargar el tiempo de juego somos de los quieren repetir niveles para buscar coleccionables o mejorar tiempos. En definitiva, un plataformas de duración aceptable, frenético, variado y que sabe usar sus armas para rivalizar con los grandes de un género que, visto lo visto, no va a morir.

 

Berserk BoyHemos analizado Berserk Boy gracias a un código digital cedido por BerserkBoy Games. Versión analizada: 1.0.6

Berserk Boy
Un gran homenaje con identidad propia
Berserk Boy coge lo mejor de dos mundos y lo hace suyo para darnos un plataformas de corte retro moderno y frenético. Acción trepidante, peleas contra jefes que van a poner contras las cuerdas al más pintado y mucha molonidad completan un conjunto al que pone banda sonora un Tee Lopes muy inspirado. Un gran homenaje al bombardero azul y al erizo supersónico imprescindible para los fans de ambos y del género plataformero en general.
PROS
Interesante propuesta que mezcla mecánicas de dos exponentes del género
Increíble banda sonora que te mete de lleno en la acción del juego
Cuidado apartado artístico con un pixel art notable
CONTRAS
Poca variedad de enemigos y escenarios
No tiene más modos de juego y se alarga artificialmente su duración en el desarrollo principal
Algunas colisiones fantasma y posiciones de la cámara en salas que no están bien colocadas y confunden
80