La era de los juegos de rol japoneses en dos dimensiones ha dejado una huella imborrable en la historia de los videojuegos. Referentes como Final Fantasy, Chrono Trigger, Breath of Fire o Dragon Quest marcaron la identidad de todo un género a finales de los años 80 y principios de los 90, creando en el imaginario colectivo una estampa muy definida: píxeles, combates por turnos y grandes historias. Este legado se resiste a morir, y debido a ello, seguimos viendo nacer nuevas IP que buscan recoger el testigo, como Octopath Traveler, o viejas IP que regresan para ser disfrutadas por una nueva generación, como Live a Live. Otra de las grandes sagas de la épica, Suikoden, volverá pronto remasterizada, pero mucho antes de que lo supiéramos, comenzó a gestarse su sucesor espiritual, llamado Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes.
Desarrollada por Rabbit & Bear Studios, esta nueva saga cuenta con varios de los autores del propio Suikoden, y ha salido adelante gracias a una tremendamente exitosa campaña en Kickstarter. Nacido con el objetivo principal de convertirse justamente en eso, un sucesor espiritual del clásico JRPG de Konami, llega a todas las plataformas, incluida Nintendo Switch, con una propuesta realmente ambiciosa que se dejó entrever por primera vez en Eiyuden Chronicle: Rising, a modo de prólogo, y que ahora hace un despliegue total en nuestras consolas. Viajamos a las tierras de Allraan dispuestos a hacer un millón de amigos, tal y como diría Roberto Carlos. Bueno, no tantos. Pero sí más de cien. No hay publicidad engañosa en el título de este juego.
Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes entra por los ojos
Lo primero que nos llama la atención al comenzar nuestra aventura en Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes es su arte. Como buen homenaje a los juegos de otro tiempo, sus personajes están diseñados con un pixel art mimado y cuidado, aunque sus escenarios aprovechan las posibilidades técnicas de la actualidad, con mapas tridimensionales muy detallados. El resultado es una mezcla excelente que no deja de sorprendernos durante toda la aventura, y que no se limita a ser preciosista en lo visual, sino que también se atreve a ser casi cinematográfica en momentos clave, con espectaculares cambios de cámara que aportan dinamismo y enriquecen el ritmo y el tempo de la acción. Con Junichi Murakami (Castlevania: Aria of Sorrow) como director artístico, no podía esperarse menos.
De la mano del excelente despliegue gráfico viene una banda sonora que estaba fuera de toda duda, sabiendo que Motoi Sakuraba (Tales Of, Dark Souls y Golden Sun, entre otros) estaba implicado en ella. El título nos regala un gran repertorio de composiciones que van de lo cotidiano a lo épico, pasando por lo sombrío y lo cómico, ambientando a la perfección los sucesos del juego. Mención especial al himno shi’arca, que nos regala uno de los momentos más brutales del juego. El doblaje aporta un toque extra de color que encaja como un guante. En nuestro caso, lo hemos jugado en inglés, y podemos asegurar que el resultado está a la altura. ¡Si te animas a jugarlo con doblaje en japonés, cuéntanos qué tal!
Allraan y su momento más convulso
La acción de Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes nos transporta a la tierra de Allraan, en un momento de la historia en el que la Liga de Naciones y el imperio de Galdea, dos territorios que mantienen una relación tensa entre sí, parecen estar tendiendo puentes en pos de un bien común: los descubrimientos relativos a la magia de las lentes rúnicas. Así es como Nowa, guardia novato de la Liga, y Seign, descendiente de un linaje noble del Imperio, cruzan caminos por primera vez y trabajan en conjunto para encontrar una lente primigenia, las más poderosas y legendarias del mundo.
Lo que sucede entre bambalinas, sin embargo, va por otros derroteros, y pronto nos vemos abocados de forma inevitable a una guerra en la cual la Liga de Naciones se ve irremediablemente asediada por el ejército del Imperio, comandado por el tirano dux Aldric, y en la que conocemos a la tercera protagonista, Marisa, una guardiana de las lentes rúnicas. Es así como comienza una historia llena de traición, subterfugio y muerte, pero también de épica, heroismo y magia. Una historia que nos mantendrá pegados a la pantalla de nuestras Nintendo Switch durante más de 40 horas de juego, como mínimo. Si queremos ir más allá, no nos vamos a quedar por debajo de 50 en ningún caso.
Qué nos cuenta Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes
La premisa principal del título es clara: el objetivo es reunir un gran grupo de aliados para resistir a la invasión galdeana. Esto nos lleva a un gran viaje en el que recorremos lugares y parajes de lo más diversos, llevándonos a pequeñas aldeas y asentamientos ocultos en el bosque, pero también a grandes ciudades y castillos, pasando por bosques, cuevas, desiertos y montañas. El viaje de Nowa nos lleva a conocer a una miríada de personajes variopintos, muchos de los cuales acaban formando parte de nuestra heterogénea gran alianza.
Este planteamiento tiene sus pros y sus contras. A favor, contamos con una riqueza impresionante en la cantidad de personajes jugables, cada uno con sus particularidades y sus aptitudes, que nos permite una flexibilidad mayúscula en combate, y que nos aporta pinceladas geniales en la narrativa. En contra, quien mucho abarca poco aprieta. Si te propones utilizar en la medida de lo posible a todos los personajes, es bastante complicado mantener al día el equipamiento y los niveles con todos. Y, además, quedan en el tintero algunas pinceladas narrativas que sugieren cosas muy interesantes, pero que no llegan a resolverse (¿Estarán planeando una secuela? Por favor y gracias). A pesar de ello, deja buen sabor de boca al final de la aventura.
Aliados fantásticos y cómo reclutarlos
Volviendo a los personajes, Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes no miente en su título. Más bien se queda corto. Existe un total de 120 personajes reclutables a lo largo y ancho de Allraan, y pueden conseguirse de distintas formas. Buena parte de ellos se unen a nosotros de forma automática a medida que avanza la historia. Pero la mayoría están desperdigados por todo el mapa y necesitamos encontrarlos para reclutarlos. Algunos se unen sin más, sólo con hablar con ellos, pero otros nos proponen tareas de mayor o menor dificultad como requisito, y los hay que incluso nos exigen tener cierto nivel para incorporarse, o quienes presentan batalla antes de alistarse en nuestra alianza.
En este aspecto reside uno de los principales alicientes de este juego, ya que resulta muy divertido buscar a todos los personajes y hacer méritos para que se unan a nosotros. Algunos incluso nos llevan a explorar de forma profunda aspectos secundarios del título, motivándonos así a disfrutar de cada apartado al máximo. Y si piensas que es algo monótono tener que reclutar a más de cien soldados, cuando te bastaría con bastantes menos para luchar, te advertimos de que el asunto no es tan unidimensional. Muchos de nuestros aliados no luchan, sino que tienen funciones de apoyo, no sólo dentro del combate, sino también fuera. Lo único que se le puede achacar a este apartado es la falta de un lugar donde se resuman las tareas secundarias pendientes para el reclutamiento de personajes, una mejora de calidad de vida que se agradecería mucho.
Hablemos del combate
Nos quitamos lo «malo» primero: hay combates aleatorios. Hay a quien no le gusta esto a día de hoy, pero estamos en un RPG clásico con todas las letras, así que venimos avisados. A nosotros, personalmente, no nos ha molestado para nada. La mayoría de los combates transcurren en un escenario de 6 contra 6, con tres personajes en vanguardia y tres en retaguardia. El alcance de ataque (Corto, Medio, Largo) es uno de los parámetros más importantes de nuestras unidades: un personaje de alcance Corto no puede atacar si está en retaguardia, un personaje de alcance Medio sí, pero sólo a la vanguardia enemiga… Hay un componente táctico interesante ahí. Las armas de nuestros personajes pueden mejorarse en las herrerías, y el resto de equipamiento es equipable.
Especial mención merecen las lentes rúnicas. A medida que subimos de nivel, vamos desbloqueando huecos para lentes rúnicas, y esto enriquece las opciones de nuestro personaje. Equipar lentes rúnicas es obtener ataques mágicos de un tipo concreto, ataques físicos con alguna característica especial o mejoras a alguna estadística, como velocidad o magia, o protección contra algún tipo de daño. Las lentes rúnicas son muy variadas, al igual que el equipamiento del personaje, por lo que hay un trabajo muy cuidadoso en ese aspecto. El combate de Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes es bastante satisfactorio, pero no se queda ahí.
Combos heroicos y jefes con truco
Además de los movimientos de combate anteriormente mencionados, algunos personajes cuentan con una habilidad especial llamada Combo heroico. En ella, dos o más personajes se combinan para ejecutar un potente ataque que no puede hacerse de ninguna otra manera. Esto está limitado a combinaciones concretas de personajes, con lo cual es interesante conocer las relaciones narrativas entre los personajes, que nos dan pistas sobre quién puede emparejarse con quién a la hora de ejecutar uno de estos combos heeroicos. Y, además, nos enriquece la curiosidad por diseñar planteles variados, algo que estimula la experimentación con las decenas de personajes seleccionables.
Los combates con jefes también son dignos de mención, ya que muchos de ellos no se limitan a ser esponjas de daño con una potencia bruta aterradora. La mayoría de los jefes cuentan con algún Truco del que nos podemos aprovechar para sacar tajada, lo cual hace de estos combates algo muy dinámico. ¿Esconderse de un ataque letal? ¿Aprovechar ese elemento del escenario para dar un golpe de gracia? ¿Usar un punto débil para desequilibrar al enemigo? Cada jefe tiene sus particularidades. Es difícil cansarse del combate. Y hay mucho más que decir, porque este título cuida al extremo sus batallas, y hay otros dos sistemas de combate dentro del juego.
Los otros combates de Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes
No todo es un seis contra seis. Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes comprende que no es lo mismo una pelea de campo que una gran batalla entre dos ejércitos, por lo que introduce también un mini sistema RPG táctico en los momentos de batalla colectiva entre la Liga y el Imperio. Un pequeño escenario dividido en casillas en el que contamos con varias legiones, dirigidas por nuestros héroes, y órdenes de legión que introducen una variante táctica interesante. Estos combates nunca están exentos de sorpresas y giros, y no resultan especialmente complicados, pero enriquecen el conjunto y le dan bastante coherencia. Y un detalle curioso: los mecenas de Kickstarter hacen pequeños cameos en estas batallas de una forma muy particular. Un divertido guiño del equipo de desarrollo.
Más especial aún resulta el sistema de duelo. En momentos muy concretos de la historia, suceden combates de 1 contra 1 que, casi a modo de piedra-papel-tijera, nos llevan a elegir entre dos comandos: Ataque y Contra. No es algo dado al azar, sino que los diálogos dan pistas sobre lo que deberíamos hacer en cada instante, así que hay cierto componente de ensayo y error aquí. Y aunque no se trate de un sistema especialmente profundo en lo mecánico, está pensado para que el peso de la escena recaiga en lo significativo de que justo esos dos personajes estén librando un cara a cara. Además, nos regala escenas realmente espectaculares, de las mejores del juego.
Inaugurando una nueva ciudad
Pero no todo es combate. Como líderes de la Alianza contra el imperio, parte de nuestro cometido es construir un lugar seguro para nuestros aliados y nuestras tropas. Esto nos lleva a ocupar un castillo abandonado y mejorarlo hasta convertirlo en una próspera ciudad. ¿Cómo hacemos esto? Recolectando recursos por todo el mundo, invirtiéndolos en mejorar la ciudad y, sobre todo, encontrando aliados que nos ayuden en ello. Un herrero para mejorar las armas, un comerciante para vender pociones, un leñador para recolectar madera, una adivina que nos da pistas para encontrar a los héroes que nos faltan, y mucho más.
Esta mecánica tiene dos puntos especialmente fuertes: el primero de ellos, que nos da una motivación real para reclutar algunos personajes sin los cuales nuestro progreso tendría bastantes más obstáculos, y les da un valor más allá del combate, donde muchos de ellos sólo están para aportar algún bonus de apoyo. El segundo, la posibilidad de enriquecer y personalizar nuestro asentamiento, condensando en él todo lo que, en caso contrario, tendríamos que ir a otro lugar a buscar. Incluyendo aquí, además, opciones secundarias completamente exclusivas de nuestro castillo, y que enriquecen notablemente el juego.
¿Quieres minijuegos? Toma dos tazas
Todo JRPG clásico que se precie cuenta con algún que otro minijuego para desconectar temporalmente de la historia principal. Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes cuenta con varios. Beigoma coleccionables (peonzas a lo Beyblade) para entablar duelos, un minijuego de cartas, carreras de piehuevo y de barcos de arena, interpretaciones de obras teatrales, concursos de cocina… Son muchas las posibilidades secundarias de nuestro campamento base, y algunas de ellas son necesarias para poder reclutar a todos los personajes, así que tenemos entretenimiento para rato.
A estos minijuegos, como mucho, se les puede achacar ser poco claros en sus mecánicas. Aunque no a todos. Las cartas son muy intuitivas, pero el beigoma y el concurso de cocina se resisten algo más. En cualquier caso, muchos de ellos nos aportan un aliciente más para escudriñar las tierras de Allraan de principio a fin, ya que los Beigoma, los huevos de piehuevo, las obras de teatro y las recetas de cocina son objetos coleccionables que pueden encontrarse explorando y derrotando a enemigos. Hay una gran cantidad de secretos a explorar y es muy difícil aburrirse cuando tienes tantas posibilidades a tu alcance.
El mayor lunar de Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes en Nintendo Switch
Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes es un título al que cuesta muchísimo ponerle pegas. Prácticamente todo lo que presenta y propone cumple a la perfección su función, y regala momentos y experiencias que lo convierten, sin ninguna duda, en firme candidato a ser uno de los RPG del año. Pero, a día de hoy, este gran título, que hemos disfrutado al extremo, tiene una gran deuda que saldar con los jugadores de Nintendo Switch. Y esa duda está, como seguramente muchos pueden imaginarse, en el rendimiento técnico.
Por lo general, es fácil ver que el juego da tirones con cierta frecuencia, un detalle que, si bien no produce un impacto excesivo en la experiencia de juego, desmerece ligeramente el extraordinario despliegue audiovisual. Más grave es lo que sucede en fases avanzadas de la aventura, donde el título las pasa canutas en las pantallas de carga, llegando a quedarse congelado en ocasiones, o incluso cerrándose de forma abrupta y obligándonos a reiniciar. Un aspecto que, por suerte, tiene solución mediante actualizaciones, y del que el estudio desarrollador es consciente. Estamos convencidos de que futuras versiones eliminarán este problema.
Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes – Nintendo Switch. Que lo técnico no empañe una obra de arte
A pesar de sus problemas técnicos, podemos asegurar que Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes es, como promete su pantalla de título, un regalo para los enamorados del JRPG tradicional. Su apartado audiovisual, artístico y narrativo no tiene nada que envidiar a algunos de los referentes del género, el cuidado a los combates es realmente excelente, las motivaciones para reclutar nuevos héroes aparecen en todas partes y la cantidad de minijuegos secundarios de los que disfrutar aporta un dinamismo insospechado. En resumen, una apuesta segura para los fans de este tipo de títulos, y un título que puede considerarse como uno de los imprescindibes del año.
Hemos analizado Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes gracias a un código digital proporcionado por 505 Games. Versión analizada: 1.0.4
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