A raíz de algunos títulos como la serie Assassin’s Creed, se pusieron de moda los juegos “de sigilo”. Aquellos en los que no es más importante acabar con todos los enemigos, sino pasar totalmente desapercibido hasta cumplir tu objetivo. ¿Qué oficio encaja con esta habilidad? ¡El de ladrón! Esa es la idea que tuvo Size Five Games a la hora de desarrollar The Swindle. Seguid leyendo para conocer nuestro análisis.
The Swindle
The Swindle, como su propio subtítulo indica, es “un juego steampunk de delitos cibernéticos”. Estamos en Londres, en el siglo XIX, pero en un pasado en el que la tecnología de vapor domina todo. La famosa Scotland Yard, harta de los criminales y de los ladrones, crea el sistema definitivo para convertir la capital en la ciudad más segura del mundo e impedir cualquier robo: el basilisco del demonio. Esto es una mala noticia para ti, que eres ladrón… ¡Que te cierran el negocio! Por suerte, quedan 100 días para que lo activen, Así que tu objetivo está claro: robarlo antes de que empiece a funcionar. Todo esto no es más que el trasfondo: realmente no tiene una historia que se desarrolle más allá. Una vez te lo explican, empiezas directamente a jugar.
El objetivo final es el mencionado, robar el basilisco antes de 100 días (cada nivel gasta un día). Pero hay un largo camino que recorrer. Para lograrlo, debes infiltrarte en todo tipo de edificios para robar todo el dinero posible mientras evitas los sistemas de seguridad (como cámaras, robots, trampas…). Ese dinero lo emplearás para comprar nuevas habilidades y para desbloquear nuevas zonas donde conseguir más dinero, pero donde la seguridad será más brutal. Deberás desbloquear todas las zonas para poder llegar a “The Swindle”, el nivel final donde te espera el basilisco. ¿Parece fácil? Aún no habéis visto nada.
The Swindle es un plataformas 2D con jugabilidad roguelike en el que sus niveles se generan de forma aleatoria, por lo que no habrá dos iguales. Cada vez que entras a uno, los pasillos, las habitaciones, los robots y su localización serán totalmente diferentes. Tu objetivo será recorrer el edificio sin que te detecten los robots (o bien golpeándolos con una porra antes de que te detecten) y robar todo el dinero. Encontrarás fajos de billetes por el suelo, pero donde se consigue realmente el botín será en los ordenadores que debemos hackear. Una vez satisfecho con lo recogido, deberás volver, sin que te pillen, a la cápsula de huida. Y si te pillan en algún momento, ¡toca volver rápidamente a la cápsula, antes de que llegue la policía! El problema viene al ver que apenas recibes instrucciones (salvo un mensaje breve al empezar un nivel): cómo aprovechar a fondo tus habilidades, cómo funcionan cada uno de los robots y las trampas… Todo eso deberás descubrirlo tú mientras juegas. La cosa se complica más al ver que no tienes vida: si te pillan una vez, pierdes. Parece que no pasa nada porque apareces con un nuevo personaje, pero ya es un día que has perdido de cara a alcanzar el basilisco.
El gran desafío para todo ladrón
Como he dicho antes, en The Swindle se puden comprar diversas habilidades y objetos que te ayudarán. Por ejemplo, la propia habilidad de hackear es una de las primeras que adquirir. También podemos disponer de bombas para romper paredes, sanguijuelas que roban el dinero de los ordenadores automáticamente, detonadores a distancia para las minas… Por otro lado, habilidades útiles como saltos múltiples, hacer más daño al golpear, atravesar cristales o agarrarte a las paredes… Estas son sólo algunas de las opciones que disponemos de cara a ejecutar nuestros hurtos.
Ya hemos comentado algunas dificultades. Los niveles aleatorios y la ausencia de tutoriales nos obligan a aprender a manejarnos por las instalaciones, saber cuándo y de qué forma atacar, cómo utilizar de forma creativa nuestras habilidades. Y a eso hay que añadir un aspecto importante: no hay que completar cada nivel. Nosotros decidimos si queremos robar todo el dinero o si nos contentamos con lo conseguido hasta ese momento. Por supuesto, completar niveles todo lo posible nos aporta bonificaciones en forma de más dinero, pero nos arriesgamos a perderlo todo. ¿Intentamos robar ese último ordenador con tantos guardias o nos vamos? Nuestra contención también juega un papel importante.
Sin duda, The Swindle es un auténtico desafío para cualquier jugador. Su elevada dificultad nos obligará a aprender de nuestros errores para mejorar y convertirnos en mejores ladrones… o bien frustrarnos en el intento, que también puede ocurrir. Por desgracia, está pensado para ser solamente una gran experiencia para un jugador y no incorpora ningún tipo de modo multijugador. Habría estado bien crear un modo en el que varios jugadores intentan conseguir la mayor cantidad de dinero… Por otro lado, la gran baza que es el Gamepad de Wii U se usa de forma exclusiva para el modo Off-TV: en todo momento, la pantalla del mando muestra la misma imagen que la televisión (aunque un poco más emborronada). Se nos antoja que se podría haber aprovechado, por ejemplo, para que vaya apareciendo un mapa conforme recorremos el edificio donde pondríamos marcas, como ordenadores que hemos visto de refilón o que decidimos dejar para más tarde. Sería una función única que le habría dado ventaja con respecto a las otras consolas.
Sus gráficos 2D destacan por emplear un estilo caricaturesco y acartonado a la hora de crear a los ladrones, los robots y los edificios. Y los tonos de colores oscuros (propios de la noche) y cobrizos (habituales en el steampunk) crean una atmósfera sombría que nos ayuda a ponernos en situación. Y la banda sonora no hace más que contribuir a esa inmersión: al empezar un nivel, las melodías son más tranquilas y relajadas (adecuadas dado que intentamos que no nos pillen); pero cuando alguna luz nos alcanza… ¡BAM! Una canción más alta y rápida que nos avisa que van a venir a por nosotros y que tenemos que salir por patas.
Conclusión
The Swindle ofrece esa mezcla de diversión y frustración que hará que siempre queramos hacer un nivel más. Un juego con unas bases sencillas, pero que a la larga ofrece un buen desafío para el jugador. Las únicas pegas serían la falta de multijugador y el poco provecho que le han hecho al Gamepad. Pero como juego roguelike, es una buena incorporación a la colección.
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