Todo se alineó para que fuese el momento perfecto para lanzar Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition en Nintendo Switch. De esto ya os hablé en el avance que publiqué hace un mes, en el que comentaba cómo en su día fue una especie de «incomprendido» que a día de hoy tiene más sentido de ser, con toda la trilogía dentro de la misma consola, sumando esta alternativa que nos ayuda a profundizar más en lo que significa «Xenoblade«. Sin embargo, toca decir que, pese a que es un excelente título, es una muestra perfecta de la evolución de Monolith Soft a la hora de plantear sus RPG, tanto para bien como para mal. Es decir, se nota, y mucho, que el tiempo ha pasado desde que llegó a Wii U en 2015, insisto: para bien y para mal.
Estás ante nuestro análisis de Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition para Nintendo Switch, un excelente RPG al que una década le ha sentado muy bien. En este artículo os explicaré cómo consiguió su propia identidad partiendo de las bases del primer capítulo de la serie, para finalmente convertirse en el más diferente de la serie. También veremos cómo sus creadores han conseguido solucionar algunos problemas que se presentaban tanto en «Xenoblade Chronicles 1», como en este videojuego, sin duda alguna el más complejo de la franquicia en cuanto a posibilidades.
En un mundo muy muy lejano…
Ya conocéis la historia de Wii U, la consola que no logró alcanzar ni los 14 millones de unidades, lo que, por consiguiente, limitó el éxito de los títulos que fueron lanzados en ella. Desde la presentación de Xenoblade Chronicles X, se notaba que Monolith Soft estaba preparando un título muy especial, quizás lo más ambicioso que habían creado hasta la fecha. Por desgracia, las ventas no acompañaron la ambición, por lo que sus alas fueron arrancadas. ¿Qué habría sido de la serie de haber sido la situación completamente distinta? Posiblemente la variable X habría recibido algún capítulo adicional.
La cuestión está en que multitud de fans del primer videojuego se vieron envueltos en un viaje espacial que los terminó llevando al lejano planeta Mira, algo que fue bien recibido por algunos, pero muy criticado por otros, que veían este título como algo demasiado diferente a lo que esperaban recibir. Los que le dimos la oportunidad, y lo completamos, disfrutamos de principio a fin de una jugabilidad bastante evolucionada del primer capítulo de la serie, quizás muy compleja en un principio, pero que se domina así que vas ahondando en ella. ¡Realmente todo es menos complejo de lo que parece!
El planeta Mira
En un lugar muy lejano, donde no sería imposible imaginar criaturas gigantes como Bionis o Mekonis, o un mar de nubes como el de Alresth, el planeta Mira podría engañar a primera vista. Realmente es un mundo enorme, rebosante de vida y repleto de lugares por descubrir, con paisajes que desafían la lógica y que te sorprenderán. Es complicado hacer competir este planeta con los universos planteados a lo largo de la trilogía Xenoblade Chronicles, si acaso es menos mágico, pero aún así es un mundo que encaja dentro.
5 continentes, repartidos por todo el planeta, uno que en realidad no es tan inmenso como en un principio podrías pensar, y no por ello deja de ser uno de los mundos más extensos vistos en un RPG. Y con una constante: siempre vas a tener cosas que hacer, pues encontrarás misiones por aquí y por allá que justificarán que visites cada rincón. La triste noticia, tal vez, es que aún existiendo varias razas inteligentes, algunas recién llegadas a Mira, y sí, algunas de ellas teniendo emplazamientos fijos, no encontrarás poblados o ciudades impactantes, más allá de la recién creada Nueva Los Ángeles, instalada en el cráter en el que aterrizó forzosamente la Ballena Blanca, una de las naves de escape de la humanidad que tuvo la suerte de encontrar un nuevo hogar.
Perseguidos hasta los confines del universo
Pero, para cuando los humanos pudieron respirar tranquilos tras haberse instalado en su nuevo planeta, se dieron cuenta de que otros problemas acechaban su existencia. No voy a entrar en detalles, porque creo que merece la pena que le des una oportunidad a esta historia centrada en la supervivencia de una raza en un nuevo hogar muy muy lejano… pero todo esto me sirve para presentarte al protagonista de esta historia: tú.
Bueno… ¿protagonista? Realmente, no lo vería así. A diferencia de los otros capítulos de la franquicia, el enfoque del personaje principal de este juego es un avatar, que se supone que somos nosotros mismos. De forma muy apropiada, hemos perdido la memoria, no recordamos absolutamente nada de nuestra vida en la Tierra, y parece que tampoco haya nadie que nos conozca. A partir de ahí, formas parte del grupo de Elma y Lin, que están envueltas en todos los fregaos importantes de la historia. ¿Y qué decir? Si bien me gusta mucho este enfoque, a lo largo de la historia te das cuenta de que, si no fuese por algunos hechos forzados, poco o nada importaría que tú no estuvieras ahí.
Sí, te van a preguntar muchas cosas, y algunas elecciones podrían terminar fatídicamente (personajes extras que mueren, por ejemplo), y en algunas partes de la historia se coloca toda la responsabilidad en tu avatar… pero siento que de forma forzada. Por lo demás, aunque te hagan participe, Elma y compañía siempre tendrán la voz cantante. Es una sensación muy diferente de los otros juegos de la franquicia, en los que tenemos personajes clave como protagonistas principales, en los que la historia no podría dar un paso de no ser por ellos.
Chorrocientos personajes secundarios controlables
El término «chorrocientos» es bastante exagerado, pero la cosa es que, sumados a Elma y Lin, existen otros protagonistas o personajes secundarios que podremos llevar en nuestro equipo de 4. Nuestro avatar absolutamente siempre tendrá que estar incluido en él, mientras que los otros tres componentes podrán ser variados, menos en las misiones en las que sea forzosamente necesario excluirlos o incluirlos.
Cada personaje tiene sus historias paralelas, y algunos de ellos, notarás, que son más importantes para la trama que otros. De hecho, así como algunos son bastante especiales, otros son más bien genéricos, con historias más o menos emocionantes. Al grupo original del juego de Wii U, para Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition se han sumado varios personajes nuevos que añaden no solo interesantes porciones de historia que quedaron fuera en su día, y sirven para dar más profundidad al mundo, sino también interesantes elementos de jugabilidad de los que no os avanzaremos nada. Se agradece, y mucho, que hayan completado un juego que de por sí era ya de los más completos que podrías haberte enfrentado… si no contamos con su final original, algo de lo que os hablaremos (sin hacer spoilers) más adelante.
¿A quién elegir?
Una de las cuestiones que algunos jugadores agradecieron de Xenoblade Chronicles 3 era la de no tener que abandonar a ningún personaje… o casi. Los 8 protagonistas de ese RPG van siempre contigo, estando presentes en toda la historia, por eso: están siempre ahí (menos en momentos puntuales fruto del argumento). Sí, luego estaban los héroes, también con sus historias alternativas, pero no se daba el caso como en el primer Xenoblade, en el que tenías que dejar en el banquillo a todo lo que pasara de «3».
En Xenoblade Chronicles X es un poco parecido al primer capítulo de la franquicia, pudiendo escoger a quienes forman el grupo de 4 (en la aventura en la que conocimos a Shulk tan solo 3), con tu avatar como miembro inamovible, más allá de poder elegir controlar a otro personaje en su lugar. La cosa está en que cada personaje tiene su propia evolución aprendiendo puntos de artes, y también puede ganar afinidad con tu avatar, por lo que puede ser interesante completar toda la afinidad con un personaje y rotar a otro. Así como algunos tienen habilidades únicas, lo cierto es rotar a lo largo de todos los personajes disponibles no hace que la cosa varíe demasiado, aunque seguro que encontrarás entre todos los disponibles a tus favoritos. Es de agradecer que aquellos personajes que no luchan a tu lado continúen subiendo de nivel y ganando puntos para subir sus habilidades. La única desventaja de dejar un personaje en el banquillo es que no subirá es la afinidad.
Quizás las situaciones raras se crean en determinadas escenas en las que te das cuenta de que hay personajes que están ahí, por estar, dado que no hablan ni participan en ellas. Esto es algo que mejoró enormemente en Xenoblade Chronicles 2, y mucho más en la tercera entrega. Seguro que era una de las preocupaciones de Monolith Soft para hacer más redonda la consistencia de su RPG, porque no es normal que gente con tanta carisma no diga ni mu en momentos cruciales. Claro está, que en este RPG puedes contratar avatares de otros jugadores, por lo que habría sido muy complicado (en incluso raro) tener que plantear diálogos para ellos, cuando tu avatar tampoco suelta palabra alguna durante el juego.
Nueva Los Ángeles, la ciudad que nunca duerme
La idea de recrear una ciudad de la Tierra en un planeta alienígena, es realmente buena, pero no tardas en verle las limitaciones al planteamiento de Monolith Soft. No es que sea una ciudad pequeña, cuenta con casi todo lo necesario (y lo innecesario) para sus habitantes. Desde mansiones para los más adinerados, zona comercial, deportivas… ¡hasta una iglesia! También tenemos zonas industriales, y, en definitiva, un poco de todo. ¿Colegios e institutos? Bueno, como no hay niños, pues no lo verían necesario. En sus calles verás circular coches que, igual que en la versión Wii U, cuentan con un mecanismo de seguridad especial que permite atravesar a los transeúntes, como si fueran vehículos fantasma. O eso siempre me ha gustado pensar, porque la otra opción era que no pudieron invertir tiempo en crear (o no quisieron) un sistema de colisiones, que realmente no era necesario.
Hay quien creía que cuestiones como la de las citadas colisiones de los vehículos deberían haberse incorporado de cara a Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition. ¿Habría hecho esto que el juego fuese mejor? La cuestión es que como ciudad principal funciona, tienes todo lo necesario para disfrutar de su jugabilidad. O lo que es lo mismo, localizaciones y gente para distribuir innumerables misiones por aquí y por allá. Nueva Los Ángeles no es, ni de lejos, la ciudad más bonita creada por Monolith Soft, pero cumple su cometido sobradamente, y tiene, todo hay que decirlo, detalles que impresionan, sobre todo al principio.
Profundiza en su jugabilidad… ¡o no!
Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition tiene algo muy bueno en cuanto a su jugabilidad. Y es que puedes disfrutar de este título sea cual sea tu habilidad, o decidas profundizar más o apenas nada en sus mecánicas de juego. Y es que, básicamente, los «muros de dificultad», refiriéndonos a los combates que puedan hacerte sudar la gota gorda, se superan simplemente subiendo de nivel… si nos referimos a la historia. No creas que vas a poder vencer a cualquier enemigo, ni que alcances el nivel 99 (por cierto, el original estaba limitado al 60), siempre habrá un enemigo que hará que tengas que especializarte en su jugabilidad si quieres lograr derrotarlo. O, si por el contrario tan solo quieres disfrutar de la historia, solo tienes que luchar para subir de nivel, y ya.
Y es que Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition te ofrece montones de posibilidades para profundizar en su jugabilidad, pudiendo escoger artes para tu personaje que se ajusten más a tu forma de jugar o lo que quieres conseguir, habilidades que las refuercen, armas, piezas de armadura visibles casi para cada parte del cuerpo (algo que perdió la serie con la segunda entrega) e incluso multitud de mejoras para mejorar estas armas y armaduras, con las que buscar efectos deseados para hacer frente a determinados combates. O, si tiras recto siguiendo la historia, lo único de lo que tienes que preocuparte es del nivel, y ya. En pocas palabras: las cosas pueden ponerse tan técnicas o complejas, como tú quieras, pero es justo decir que si te animas a descubrir cómo funciona todo, la complejidad desaparece por completo.
El sistema de combate es una evolución directa del primer título de la serie, pudiendo lograr desbloquear una serie de habilidades con distintos efectos, que a su vez pueden mejorarse. Cada arma pertenece a una clase, y además puedes dominar diferentes clases para desbloquear sus habilidades y combinarlas como quieras. Al final, la configuración de ataques y refuerzos de un jugador puede ser completamente diferente a la de otro, puesto que las combinaciones son apabullantes. Lo malo de todo esto es que, como decía, subiendo demasiado de nivel, al menos en cuanto a la historia, poco importa cómo juegues si superas en varios niveles a tus enemigos.
En Xenoblade Chronicles 2 y 3 se introdujo una forma de poder subir de nivel con niveles acumulados en determinados momentos, e incluso poder bajarlo de una forma concreta. Esto servía también para ajustar un poco la dificultad a fin de no romperla, algo que para X no se pensó en su día, y en esta versión definitiva continúa igual. Por lo general, es un videojuego muy amable en cuanto a dificultad se refiere, insistimos, siempre que no te salgas de la historia principal. Intentar derrotar a enemigos más poderosos te llevará a estudiar más a fondo habilidades, tipos de ataques, debilidades, armas, armaduras, etc.
Un solo skell lo cambia todo. Cuatro, ni te digo
Los Skells también tienen piezas que cambiar y montones de armas y mejoras que añadir, pero no ahondaremos en eso. Cuando consigues estos mechas, sobre todo la exploración y combates del juego son un antes y un después. Y ya cuando conseguimos la posibilidad de volar… ni te digo. Realmente te sientes poderoso montado en un Skell, y cuando te crees invencible… ¡PLAS! Viene el guantazo con la mano abierta, uno devastador, además. Si no quieres perder tu Skell, será mejor que no te confíes al 100%.
Conseguir estos mechas no es algo que hagas nada más empezar tu aventura. Los ves por aquí y por allá, poniéndote los dientes largos… y créeme, es mejor que no disponer de ellos al inicio. Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition raciona la disposición de estos robots tripulados, así como de su función de volar, de forma muy inteligente. Bueno, de hecho, ya era así en el original. Nada más poner un pie en el planeta Mira, te das cuenta de la increíble movilidad de tu avatar y la de sus compañeros, pudiendo correr a toda velocidad, dar unos saltos increíbles que te ofrecen una sensación de libertad muy disfrutable. Pero Mira es un planeta muy escarpado, y pronto tendrás que ponerte a pensar cómo explorar ciertos sectores para poder llegar a los lugares más altos.
Cuando tienes un skell la cosa cambia, pues la capacidad de salto aumenta exponencialmente, por lo que puedes alcanzar lugares a los que antes te era imposible llegar. Y cuando consigues el módulo de vuelo, esa exploración «se rompe» por completo. Cierto es que los skells necesitan ser repostados con Miranio, y que volar consume incluso más de este preciado recurso, pero no es algo que te sirva de impedimento para no tener que bajarte nunca más de tu skell a la hora de continuar explorando Mira. Y es que no solo ganas movilidad, sino que te protegen y te ofrecen una posibilidad a la hora de huir que cambia las cosas por completo. No me aventuraría a criticar demasiado este cambio de mecánica, porque he disfrutado mucho de ella, como también de explorar a pie.
Misiones, colocar sondas, etc… ¡siempre hay algo que hacer!
Los RPG de Monolith Soft son de aquellos juegos en los que da igual que el mundo se esté viniendo abajo, que si hay que salvar a un gatito, o tener que encontrar a alguien para darle un simple recado de otra persona. X no es diferente en este sentido, siempre vas a tener cosas que hacer. Ya sea completar la infinidad de tipos de misiones existentes, como ir a explorar Mira para colocar sondas, o incluso mejorar tu economía y recursos haciendo un uso más eficiente de las sondas instaladas.
En cuanto a las misiones, las tenemos simples de conseguir materiales, matar ciertos enemigos, etc., y otras muchas que implican historia, así como misiones de afinidad como para que no te aburras nunca. Sumado a esto, tenemos también misiones online de varios tipos con las que conseguir recursos, materiales, y de todo, tanto para poder continuar avanzando en el juego, consiguiendo recursos necesarios para ello, como para fabricarte poderoso equipamiento que marcará la diferencia… a veces, demasiado y todo.
Por ejemplo, hay ciertos skells que ciertamente no son demasiado complicados de conseguir si tienes acceso al modo online y tienes un poco de paciencia. Están limitados por nivel de personaje pero, una vez los consigas, podrías derrotar a los jefes finales de la historia básica y adicional incluso de un solo golpe. Vuelvo a lo que comenté anteriormente: eso no te valdrá para todo tipo de enemigos.
En definitiva, siempre en Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition siempre vas a tener cosas que hacer, si no son las misiones, también puedes ir a completar la colecciopedia, o incluso avanzar en el entramado de relaciones del afinigrama.
Incongruencias de los nopon y otras razas
El planeta Mira es un mundo enorme repleto de criaturas, así como algunas razas inteligentes. Bueno, autóctonas concretamente conocemos dos: los nopon y… a L, un ser del que no sabemos mucho, pero que se une alegremente a nuestro equipo. En el juego original encontrábamos enormes estructuras creadas por antiguas civilizaciones de las que ahora podremos conocer más gracias al contenido adicional del que se ha dotado esta versión definitiva, cosa que es de agradecer. Sin embargo, la presencia de nopon en Mira es un poco incongruente.
Si bien conocemos a grandes guerreros nopon, como es el caso de Riki de Xenoblade Chronicles 1, estas rechonchitas criaturas parecen muy desvalidas en Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition, como para ser además comerciantes de caravanas errantes. El caso es que… ¿con quién comercian? En el juego se dan algunos ejemplos no muy sólidos.
El caso es que Monolith Soft reconoció en su día que estas achuchables criaturas fueron añadidas en una fase posterior del desarrollo. Vieron que funcionaban y les hicieron un hueco en el mundo e historia. ¿Y qué decir? Soy de los que defienden a Tatsu, porque me encanta el personaje, pero sí es cierto que me gustaría que todo lo referente a los nopon tuviera, pues eso, más consistencia. Es recordar la Linde del primer videojuego, y lloro por no haber visto jamás algo igual… Aunque en Xenoblade Chronicles 2 sí tuviéramos acceso a ciudades repletas de ellos realmente preciosas. Sí, para mi las localizaciones del segundo juego de la trilogía son sin duda mis favoritas en conjunto… pero la Linde era la Linde.
El modo online
En su día, el modo online es una de las partes que más me emocionaron antes de que llegara el juego a mis manos. Finalmente fue de lo que menos jugué, pues no me pareció un modo tan decisivo para disfrutar del juego. Ojo, hablo de mi caso, pues conozco gente cercana que lo jugó mucho más a fondo, y lo disfrutó por el camino. A día de hoy este modo es más o menos lo mismo: una sencilla forma de conseguir valiosas recompensas sin demasiada interacción con otros jugadores. Que sí, que puedes unirte a otras tres personas para cumplir ciertas misiones, pero con este tipo de cuestiones, para que sean divertidas y sientas que estás jugando con alguien, debe haber comunicación. También hay que decir que hay misiones más complicadas que otras.
Básicamente hay dos modos de jugar con gente: uno, uniéndote a escuadrones de hasta 32 personas por los que finalmente se te recompensará según ciertos objetivos alcanzados, y dos, uniéndote a misiones concretas a las que se puede sumar gente aleatoria o amigos. Este tipo de misiones son bastante variadas y cuentan con recompensas con las que puedes crear poderosos equipamientos, o recursos tan necesarios como el Miranio, imprescindible en este videojuego. Es más, te verás muchas veces teniendo que hacer algunas de ellas para poder repostar tu skell, o mejorar fabricantes de armas, etc., porque recolectar por medio de las sondas suele ser un proceso lento.
La gran queja de muchos jugadores del juego original de Wii U está en la forma en la que funciona ahora mismo el modo online, pues antes te permitía unirte a misiones estuvieras donde estuvieras, tan solo pulsando un botón para unirte, mientras que en Xenoblade Chronicles: Definitive Edition debes acudir obligatoriamente al barracón BLADE para unirte a las misiones desde el lugar destinado a este fin, lo que rompe un poco la dinámica de unirte a partidas a las que te han invitado.
Controvertida historia adicional
Aquellos que superamos el final de Xenoblade Chronicles X en Wii U nos quedamos… pasmados. No podía ser, no podía terminar así, no era posible. No es que pudieras encontrarte un final abierto, como podría decirse de todos los capítulos de la trilogía. Es que ese final deja abierto que va a pasar algo más a continuación, que tenías que seguir jugando más allá, como si faltara al menos un capítulo adicional.
Mi teoría siempre fue que, al igual que posteriormente vimos en Xenoblade Chronicles 2 (y en el 3), Monolith Soft tenía planeado anunciar un DLC con ese final que no estaba… pero los planes de la compañía se vieron truncados por las escasas ventas de la propia plataforma, y por la necesidad de Nintendo de poner al estudio apoyar a una gran diversidad de proyectos para la que iba a ser Nintendo Switch. Es un hecho conocido que «casi toda» Monolith Soft fue «secuestrada» para ayudar con The Legend of Zelda: Breath of the Wild, algo que obligó al estudio a crear un Xenoblade Chronicles 2 con un equipo B. ¡Y vaya juego les salió! A veces no me decido entre el 1 o el 2 como mi juego favorito de la franquicia.
Esa historia adicional posiblemente estaría ya escrita, incluso parte desarrollada y guardada en un cajón, perdida en el olvido, sin posibilidad de regresar… hasta que vieron la oportunidad de sacarla a la luz con esta «Definitive Edition». Por supuesto, esta es una teoría mía, la que llevo repitiendo desde 2015, pero lo que estaba claro es que el final original no era un final real, y que lo que dejaba abierto no daba como para hacer un Xenoblade Chronicles X 2, sino para cerrar la historia. Y de eso se encarga la historia adicional.
¿Y qué decir? Partiendo de que es complicado que el final de algo que te ha gustado tanto, y que has esperado por 10 años ver, pueda llegar a satisfacerte al 100%, pues eso… ¿qué decir? Bueno. En mi opinión, no es lo que me habría gustado que exploraran, y me habría gustado que los tiros fueran por otro lado. Se trata de una historia adicional que trata de enlazar, de aquella manera, con lo que sucede al final para cerrar «X», quizás con algunas cosas un poco pilladas con pinzas. Su duración no es es demasiado extensa, y no aporta jugabilidad muy distinta, como sí ocurría con Futuros Conectados, historia adicional del primer Xenoblade Chronicles, ni con Torna de Xenoblade Chronicles 2, ni Futuros Redimidos de Xenoblade Chronicles 3.
Y sin embargo, me da en la nariz que no se trata de una historia que hayan hecho completamente nueva, sino que era precisamente lo que tenían pensado hacer ya en su día. Porque, si bien no aporta una jugabilidad muy distinta, en Xenoblade Chronicles: Definitive Edition ocurre algo similar a lo que puedes ver en las historias adicionales de los otros videojuegos de la serie. Volviendo a los anteriores contenidos comentados, quizás Torna: The Golden Country fue el que más me gustó explorar, para conocer lo que ocurrió 500 años antes, pero tampoco esa historia me pareció que estuviera a la altura del juego principal. Futuros conectados de Xenoblade Chronicles 1 fue bastante «pasable», para mí gusto, y Futuros Redimidos de Xenoblade Chronicles 3, si bien me gustó bastante, por el hecho de lo que realmente significa (una celebración de la trilogía repleta de referencias), tras completar ese tercer capítulo no era la historia que esperaba jugar.
Lo mismo me ocurre con este capítulo 13 añadido para Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition. No es lo que me habría gustado que explorasen, pero es un final, uno abierto a que podría haber nuevas entregas de la serie en el futuro. El problema es que sacrifica demasiadas cosas por el camino, cosa que no ha gustado a muchos fans. Y más no debería contar. Mi conclusión es esa: me ha gustado, no estoy de acuerdo con el enfoque, pero, después de todo, he llegado a disfrutarla… aunque ese nuevo continente del que hablaban que añadía es lo más «bluf» del contenido, al menos para mí. Tanto, que no creo que merezca la pena ni ahondar demasiado en él. Aunque sí, esconde algunos secretos interesantes.
Por cierto, sobre la cuestión sobre si esta historia adicional añade conexión con el resto de la serie… Creo que es algo que deberías descubrir por ti mismo ;)
Apartado audiovisual aún mejor que hace una década
No suelo dejar el apartado audiovisual para el final de un análisis, ¡pero vamos allá! Estamos hablando de un juego que, en algunos aspectos, no ha sido superado ni por los títulos de la serie que llegaron después, por lo que partía de una base muy buena. Artísticamente enamora. En él trabajaron decenas de artistas independientes, que diseñaron tanto personajes como armas, armaduras, paisajes, incluso los propios skells. Ya en su día destilaba cariño por los cuatro costados, y a día de hoy solo ha mejorado, cosa que se hace complicada pensar para un juego con una década a sus espaldas, del que apenas se han tocado cosas. ¿Apenas?
Además de la remodelación de los rostros de algunos personajes, se han mejorado muchas cosas que a simple vista no se ven, con enemigos, por ejemplo, que cuentan con más poligonaje a día de hoy. No solo en en materia gráfica ha mejorado desde Wii U, pues también se han revisado cuestiones como la banda sonora, añadiendo nuevos temas y arreglos de los existentes. Si ya de por sí era buena, de las mejores que puedes encontrar en un RPG, con temas también bastante variopintos («ONE, TWO, THRE, FOUR… yeah, yeah, Oh, Oh, Oh», los de Nueva Los Ángeles vas a terminar amándolos), en definitiva es todo un regalo para los oídos. Hay temas que realmente llegan a emocionarte, que llegan a acompañar la sensación de libertad y aventura acorde con este videojuego, algo que no es sencillo de conseguir. Te hace sentir muy bien, y eso dice mucho de su apartado sonoro, al que añadiremos que, por fin, en Occidente podemos sumarle el doblaje japonés.
Si hay algo que no ha terminado de convencerme, es la solución de los textos en general en Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition. OK, es mejor que en Wii U. Pero habría añadido algo de contraste con los fondos para los textos de los diálogos generales, que tienen un tamaño de fuente bastante aceptable… en comparación con el resto de cajas de texto. ¡Pobre del que juegue en Nintendo Switch Lite! No es que sean ilegibles, para nada, pero están en los límites de lo aceptable. ¿Tanto cuesta una opción para escoger el tamaño de los textos?
Sobre rendimiento en nuestra modesta Nintendo Switch, Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition se mueve la mayor parte del tiempo alrededor de los 30 imágenes por segundo, salvo en algunos casos concretos. Sinceramente, no me he encontrado ningún «tirón» que me haya supuesto problema alguno para disfrutar del juego. La sensación que me ha dado en todo momento es la de sorprenderme por su mundo y criaturas, algo que más o menos me ocurrió cuando lo jugué hace una década. En definitiva, el original era de esos videojuegos que envejecen muy muy bien, y los cambios realizados para traerlo de vuelta han hecho que cueste imaginar que se trata de un juego lanzado originalmente en 2015.
Conclusión: suma y sigue en los juegos que podrían marcarte de por vida
Tal y como comenté al principio, celebro mucho que este Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition haya llegado a estas alturas de la vida de Nintendo Switch, consola que en estos momentos alberga todos los videojuegos de la franquicia. En su día le era más complicado encajar, mientras que ahora es un capítulo más en la historia de la serie que nos sirve para soñar con su futuro.
Al menos para mí, el elemento más poderoso de esta serie son sus personajes y las historias que tienen que contarnos. Encontrarás numerosos momentos que te robarán sonrisas, entre toda la desgracia que pueda estar ocurriendo alrededor. El humor de Monolith Soft es un arma que nunca falla, así como su forma de contarnos historias. Son algunas de las inconfundibles señas de identidad que hace que no tengas dudas de que es un título más de la serie, por lo que no puedo hacer más que recomendarlo tanto a aquellos que han disfrutado de la trilogía numerada, como a los que la serie no le llamó mucho la atención y que, sin embargo, X les hace tilín, pues podría convertirse en la oportunidad de meter el pie en el universo Xenoblade.
En cuanto a la coletilla de «Definitive Edition», está muy a la altura de lo que debía implica su significado. En varios aspectos va más allá que la «Definitive Edition» de Xenoblade Chronicles 1, mientras que en otros no ha ahondado tanto. Por ejemplo, no tenemos cuestiones como el «Sabio nopon» ni compatibilidad con figuras amiibo, pero a cambio introduce elementos e historia dentro del propio juego base, y nos regala un final que, si bien no ha cuajado entre los fans, y consigue darle un cierre para el que hemos esperado 10 años. En definitiva, es una maravilla, no una perfecta, pero sí uno de esos juegos que podrían marcarte de por vida.
Hemos analizado Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition para Nintendo Switch en su versión 1.0.2 gracias a un código de descarga proporcionado por Nintendo España.
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