A veces nos encontramos con juegos que nos sorprenden, que llegan sin hacer mucho ruido y que irremediablemente consiguen tocarnos muy dentro, ya sea por la temática o por una historia muy bien contada. The Final Station podría definirse como una de esas pequeñas maravillas que nos regalan los estudios indies a partir de un diseño muy simple, aunque brillantemente ejecutado. Pero vayamos por partes: estamos ante un título creado por el equipo de desarrollo ruso domybest y publicado por unos viejos conocidos, tinyBuild, los mismos que se están encargando de traer a nuestras consolas híbridas Hello Neighbor antes de que termine 2018. La versión para Nintendo Switch ha llegado ya, aunque hace año y medio fue lanzado en el resto de plataformas de sobremesa, incluyendo PC, Mac y Linux.
El apocalipsis te espera más allá de la Vía 2
Tomamos el papel de un simple maquinista que se levanta una mañana para ir a trabajar. Durante la noche parece que ha tenido una pesadilla y no ha dormido bien. Tras salir a la calle comprobamos que el paisaje es inmejorable: hace sol, los pájaros cantan alegremente en la calle y todo el mundo parece estar disfrutando del día. Tras hablar con varias personas y atravesar la ciudad conseguimos un código que nos permite desbloquear la locomotora para partir hacia la siguiente estación. A partir de ahora seremos el encargado de manejar la Belus-07, una de las pocas máquinas que, al parecer, aún quedan en funcionamiento.
Éste es el punto de partida de The Final Station, pero poco a poco nos vamos a dar cuenta de que el mundo entero parece estar sumido en el caos. Nuestro cometido es ir reuniendo todo tipo de suministros en cada parada: botiquines, comida o munición para diversas armas, que podemos usar durante nuestra aventura contra seres infectados que nos están esperando en cada pantalla. Ante nosotros se abre un título de acción, de estilo metroidvania, que engancha por la tensión que va generando gradualmente en el jugador a medida que avanzamos. La historia principal consta de 5 capítulos y en cada uno de ellos recorremos varias estaciones recogiendo a supervivientes del apocalipsis. Les invitamos a subir al tren para ponerlos a salvo, aunque no siempre quieren venir con nosotros, a pesar de poner en riesgo sus propias vidas. También podemos comprar artículos de primera necesidad en algunas tiendas, las cuales son verdaderamente escasas, por lo que debéis usar muy bien el dinero obtenido.
Entre parada y parada, The Final Station nos propone manejar el tren, por lo que debemos vigilar que toda la maquinaria funcione correctamente (ojo a las chispas que salen de esa turbina, cuidado con el sobrecalentamiento del motor,…), contestar los mensajes que nos envían otros maquinistas, cuidar a los enfermos que estén a bordo del vagón, craftear munición o provisiones, verificar la ruta del tren… Os recomiendo encarecidamente que cuidéis bien de todos los pasajeros del tren, dado que cada uno de ellos os proporciona dinero o artículos sumamente útiles en las fases posteriores, siempre que lleguen vivos al final del capítulo.
En cuanto a los enemigos, nos vamos a encontrar con adversarios de todo tipo. Unos son más simples, otros más rápidos, otros atacan a distancia, otros aparecen en sitios que no esperas… no os voy a contar demasiado porque considero que uno de los mejores puntos del juego es ir descubriéndolo poco a poco. Tampoco hay una fase que haga las veces de tutorial, pero sí es cierto que si pausamos el juego tenemos una guía rápida de control del personaje que basta y sobra para llegar a ver el final. Notad también que The Final Station está completamente traducido al castellano. Quizá haya alguna frase que no tiene mucho sentido, pero en general los textos tienen gran calidad y ayudan a comprender un poco más el complejo guión, digno de las mejores películas de ciencia-ficción.
Qué gusto da viajar cuando se va en exprés
En cuanto al tema técnico, se nos presenta un juego con gráficos pixel-art sencillos que recuerdan a éxitos del pasado cercano como Fez. La gama de colores elegidos son tenues y oscuros, para recalcar ese diseño artístico tan sombrío que domybest ha plasmado con gran genialidad y conseguir así aumentar la emoción. Esa falta de colores vivos da la sensación de que todo lo que nos rodea está abocado a perecer.
El apartado sonoro es, por qué no decirlo, soberbio. Me vuelvo a quitar el sombrero ante las melodías taciturnas y la ausencia de música en ciertas fases que generan angustia, parece estar todo perfectamente calculado. Incluso en ciertos momentos, salvando las distancias, me recordó a la banda sonora de The Last of Us, una de las mejores que recuerdo en el mundo de los videojuegos. Creo que es muy meritorio lograr algo así desde un estudio indie.
El manejo del maquinista es simplemente perfecto. Responde de maravilla al control del mando Pro o de los Joy-Con y no se aprecia diferencia jugable alguna entre el Modo TV y el Modo Portátil. Además, el joystick derecho nos permite apuntar con precisión a los enemigos para poder eliminarlos más fácilmente.
En el caso de Nintendo Switch, incluye además el DLC The Only Traitor, en el que volveremos a vivir la misma historia desde un punto de vista diferente. Aunque no es un título excesivamente largo (la historia original se completa en unas 6 horas y el contenido descargable dura aproximadamente la mitad), permanece en el recuerdo con facilidad, en especial tras haber visto ambos finales. Indescriptible.
The Final Station – Toma el último tren y vive una aventura inolvidable
Lo más alucinante que apreciamos en The Final Station es la inmersión del jugador. La suma de todo lo dicho anteriormente consigue que nos adentremos de lleno en la historia de un maquinista que, de la noche a la mañana, se ve en medio de una lucha por evitar el fin de la humanidad. Es cierto que lleva bastante tiempo en otras plataformas y que el precio, a priori, puede resultar algo elevado (14,99€ en eShop); sin embargo, cumple lo que promete con creces.
Análisis realizado mediante código de descarga cedido por tinyBuild.
Debe estar conectado para enviar un comentario.