Los jugadores de videojuegos a menudo desarrollamos unas ganas inconmensurables de echarle el guante a ciertos lanzamientos. Ya sea el nuevo triple A, la última novedad de Super Mario, un videojuego independiente de gran éxito en Kickstarter o, simplemente, un título que esperamos con ansia por pertenecer a una de nuestras sagas favoritas, lo cierto es que siempre hay algo en nuestro punto de mira. Sin embargo, en ocasiones surgen obras de las que nunca habíamos escuchado hablar, y que a partir de un par de imágenes despiertan en nosotros la curiosidad. Ojeamos un par de vídeos, comprobamos su precio y nuestra mente piensa “¿Por qué no? Será divertido”, justo antes de apretar el botón que marca el punto de no retorno al comprar en una tienda digital. El que hoy nos ocupa es uno de esos videojuegos. Uno de esos que aparecen de forma más o menos discreta, y que bien podrían llegar a conformar un gran descubrimiento. Hoy analizamos Warlocks 2: God Slayers para Nintendo Switch. Dentro tráiler.
La Orden de los Brujos te espera
Abres el juego y ¡Boom! Te das de bruces contra una pantalla que muestra 6 “slots” vacíos entre los que puedes seleccionar el que quieras para comenzar tu partida. Tras pensar que es una forma un poco extraña de presentar un título y elegir uno de los archivos de guardado, entramos en la pantalla principal en sí y, al empezar por fin la aventura, Warlocks 2: God Slayers nos permite elegir uno de entre cinco personajes diferentes. Aquí debemos guiarnos principalmente por el aspecto visual del avatar, pues es la única información que vamos a recibir. En mi caso decidí apostar por la chamana Kheera, que me pareció la más molona. Seleccionamos el nivel de dificultad y estamos listos para dar caña, no sin antes ir al menú de opciones para cambiar de idioma el juego y ponerlo en el idioma que deseemos de entre siete diferentes incluyendo el español, por supuesto.
Sin más dilación, el principio del juego nos sitúa dentro de una jaula custodiada por unos guardias de aspecto futurista que, sinceramente, tampoco nos prestan demasiada atención. Esto genera un resquicio suficiente como para que un ser no identificado con una máscara aparezca de la nada, nos ofrezca unirnos a la “Orden de brujos” y nos libere de nuestra pequeña prisión. Esta pequeña línea argumental sirve para contextualizar nuestro viaje a lo largo de toda la aventura, cuyo objetivo principal es salvar el mundo derrotando al clásico enemigo que quiere echarlo todo a perder. Conciso, simple y efectivo.
Warlocks 2: God Slayers es un juego de acción con toques de RPG. En el sentido del primero se trata de un título muy veloz cuya base jugable es recorrer una serie de zonas acotadas donde realizar una misión principal, que puede ir desde hablar con un personaje hasta eliminar un número determinado de “torretas” protegidas por varios enemigos, pasando por encontrar cierto objeto. Por otro lado, el componente de rol se deja ver en la consecución de habilidades a medida que subimos de nivel, así como en la posibilidad de equipar diferentes armas y piezas de textil que, aunque mejoran nuestros atributos, no ofrecen ningún tipo de cambio a nivel visual.
Carencias en el diseño
Las habilidades que vamos aprendiendo y mejorando a lo largo de la aventura son nuestra única forma de defendernos, y como tal debemos seleccionar muy bien cuales queremos utilizar, siendo posible equipar hasta cuatro a la vez. Un pequeño problema es lo poco interesantes que resultan la mayoría de ellas, pues al final me he encontrado utilizando siempre las mismas, relegando las demás a un simple “a ver qué hace esto” y dejándolas de lado para el resto de la partida. En cuanto al equipo, encontramos el clásico “consigo un objeto que es mejor que el que ya tenía, así que el anterior queda en el olvido”. Es cierto que se intenta mitigar esto ofreciendo objetos con distintos atributos, mejorando, por ejemplo, unos nuestra armadura y otros nuestra defensa a la magia. Sin embargo, al final termina siendo más conveniente mejorar uno de los atributos frente al otro, lo que acaba por restar profundidad a la aventura. Además, la obtención de los mejores objetos parece basarse en una aleatoriedad al derrotar enemigos, y nunca se nos recompensa con equipamiento especialmente interesante al cumplir misiones secundarias, lo que hace que estas pierdan buena parte de su sentido.
Gráficamente, Warlocks 2: God Slayers es realmente correcto. Presenta un pixel-art bien trabajado y bonito. El equipo parece haber decidido recortar un poco en las animaciones menos importantes, y eso se hace evidente al ver elementos con secuencias animadas con únicamente dos o tres imágenes. Sin embargo, esto no empaña la experiencia del juego, por lo que me parece una solución inteligente que, supongo, responde a un presupuesto limitado. El apartado auditivo, por su lado, no es ninguna maravilla, pero se deja escuchar. Tenemos temas bastante interesantes que mezclan lo electrónico, industrial y tribal, pero no acaban de meterse en la cabeza y, tras diez horas de jugo, soy incapaz de recordar otro sonido del juego que no sea el del ataque básico.
Es pertinente destacar la existencia de un modo multijugador local cooperativo para hasta cuatro jugadores al mismo tiempo, que convierte a Warlocks 2 en un caos total (en el buen sentido). Es cierto que, de esta forma, el juego se vuelve más sencillo, pero también lo he encontrado exponencialmente más disfrutable. Eso sí, no es posible que cada jugador juegue con un único Joy-Con.
Para terminar, es necesario precisar que hay un buen puñado de bugs que no tardan en salir. La mayoría son graciosos y no empañan la experiencia de juego, pero hay dos en especial que me han hecho sudar un poco. El primero de ellos ocurrió cuando, en una zona, tenía que destruir cuatro torretas, pero por alguna razón solamente encontraba tres. El caso es que para que se active la misión de destrucción hay que pasar por un lugar determinado en principio imposible de evitar. Sin embargo, gracias a una habilidad de la chamana es posible realizar una esquiva con la que puedes traspasar paredes, y me salté ese punto. Destruí una torreta, salí de la zona, volví a entrar y, esta vez sí, me dieron la misión. Pero había un objetivo que ya no existía al haber sido destruido anteriormente. Por suerte, Warlocks 2: God Slayers permite reiniciar cualquier zona y, así, conseguí arreglarlo. El otro bug tiene que ver con el regreso de cada zona al hub, donde reapareces justo al lado de un NPC con el que puedes hablar. Si lo haces instantes después de aparecer, el juego congela los controles y es necesario recurrir a reiniciar el juego. Vaya panorama.
Warlocks 2: God Slayers – Y a pesar de todo…
Warlocks 2: God Slayers es uno de esos títulos que, a priori, no parecen desprender nada especial. Es un juego relativamente genérico, con un argumento muy básico, una jugabilidad que no rompe ningún tipo de molde y un apartado artístico y auditivo que no sobresale por encima del de sus competidores. Tiene bugs, mecánicas que podrían mejorar y animaciones que se antojan extrañas en ocasiones. Y sin embargo lo he disfrutado. Me lo he tomado exactamente como lo que es: un juego en el que avanzar, destrozar todo lo que te encuentres e ir mejorando a tu personaje al mismo tiempo que te vuelves más experimentado como jugador. Una obra de apenas 9 o 10 horas en la primera pasada, pero que pueden convertirse en muchas más si decides intentar completar la aventura con todos los personajes. Warlocks 2 no destaca en absolutamente nada, pero hace de forma decente todo aquello que se propone. ¿Lo recomiendo? Si os gustan este tipo de juegos, sin duda. En caso contrario, os insto a esperar a una bajada de precio, pero sea como sea, yo le daría una oportunidad.
Hemos analizado Warlocks 2: God Slayers gracias a un código digital cedido por Frozen District. Versión analizada: 1.0.0
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