Todos hemos sentido alguna vez, en mayor o menor medida, el deseo de huir y dejarlo todo atrás. Hay días en los que la vida puede con nosotros, en los que la única escapatoria cuando todo parece darte la espalda es irse y no mirar atrás. Irse sin saber muy bien dónde ni por qué, irse porque siempre va a ser mejor que quedarse.
Muy pocas personas pueden permitirse ese lujo. Afortunadamente, los videojuegos nos ofrecen una vía de escape temporal y sin riesgos para aliviar esos momentos de desgaste vital. No es todo lo radical que quisiéramos, pero es la mejor alternativa que nos queda.
The Red Lantern trata precisamente de eso. Una mujer que, sobrepasada por la vida, decide dejarlo todo atrás, salvo a su perro, para vivir la aventura que siempre soñó de niña: cruzar Alaska en trineo tirado por perros (mush). El peligro es muy real, ni siquiera está segura de si lo conseguirá. Se va sin expectativas de volver. Pero eso no la detiene.
La llamada de la naturaleza
Este es el punto de partida tan atractivo del primer videojuego de Timberline Studio. Un estudio joven y sin mucha experiencia en la industria, pero que sabía muy bien lo que querían contar, claramente bebiendo de sus propias experiencias (y su relación con sus perretes).
The Red Lantern sorprende en lo que cuenta y en cómo lo cuenta. El resultado es un ejemplo muy estimulante de jugabilidad aplicada a la narrativa que de nuevo demuestra el inagotable potencial que tiene el medio de los videojuegos para contar historias e implicar al jugador.
Comenzamos nuestra aventura por Alaska viajando a varias estaciones donde adoptar a los cinco perros que nos van a acompañar en nuestro viaje. No hay perros mejores ni peores, pero la decisión de qué perros llevar influirá en nuestro viaje y en la clase de situaciones que viviremos, algo que fomenta la rejugabilidad y la sensación de espontaneidad durante la historia.
Una vez tengamos a nuestro equipo, comenzamos el viaje. El trineo avanza solo, así que lo único que tenemos que hacer es elegir qué dirección tomar en las bifurcaciones, consultar el mapa para ver cuánto nos queda hasta nuestro destino (una caballa con un farol rojo, dejado por un familiar) y contemplar las preciosas vistas.
Bueno, eso y por supuesto estar pendiente de nuestros recursos. The Red Lantern es básicamente un juego de supervivencia, en el que tenemos que estar atentos a nuestras provisiones de comida, a los botiquines, a las ramas para encender fuegos y a las balas de nuestro rifle.
A lo largo de nuestro viaje tendremos varios encuentros. Una ardilla que podemos admirar o servir de almuerzo para nuestros canes. Un alce que podemos cazar para conseguir alimento (si no fallamos el tiro, claro). Una cabaña abandonada en la que encontramos provisiones. Una caña de pescar abandonada en un tronco. Un castor que tira un árbol que rompe el hielo, lo que nos permite usar la caña para pescar. O un lobo que nos ataca.
A cada hito del camino, iremos perdiendo puntos de energía. Tendremos que parar y comer, pero teniendo en cuenta cosas. Por ejemplo, si nos quedamos sin ramas, no podremos hacer fuego para cocinar, y tendremos que comerla cruda… lo que nos hará enfermar y perder el doble de energía. Tendremos que confiar en encontrar más ramas para encender un fuego y curarnos, o de lo contrario… se acabó nuestro viaje.
Pronto nos damos cuenta, en nuestro primer viaje, de la mala, malísima idea que fue salir a la aventura sin la preparación suficiente. Si nosotros o los perros se quedan sin energía, nos desvaneceremos… y reaparecemos en el coche, justo antes de empezar el viaje. Todo era una pesadilla, afortunadamente. Pero este sueño nos ha advertido: las cañas de pescar son muy útiles, por lo que ahora la llevaremos antes de partir: ya no tendremos que encontrarla para poder pescar. Además, como el número de comida que llevamos se nos quedó corto enseguida, llevaremos una ración extra.
Supervivencia rogue-lite
Al morir por primera vez, The Red Lantern revela su identidad rogue-lite: exploramos una “mazmorra” de trazado y encuentros aleatorios, y a cada intento conseguimos nuevas habilidades y experiencia que mantenemos en la siguiente vuelta. Es un género muy popular, pero que raramente asociaríamos a un juego como The Red Lantern, tan pausado, tan contemplativo, mucho más parecido a un walking simulator que a un The Binding of Isaac.
Pero lo cierto es que la fórmula funciona. Añade interés y profundidad jugable a su propuesta narrativa de una forma muy particular. No lo hace sin sacrificar algunas cosas, como esa espontaneidad de la que hablábamos antes, y que se pierde cuando empiezas a repetir una y otra vez las mismas situaciones y escuchas los mismos diálogos de la protagonista una y otra vez. Quizás esto hace que su premisa (la chica cansada de la vida que se lanza a la vida salvaje) pierda algo de fuerza por lo repetitivo que se vuelve el asunto, pero también gana matices (¿es realmente buena idea tomar decisiones tan drásticas basadas en el instinto, sin pensárselo dos veces antes?).
Esto, claro, también aumenta la duración del juego, cuyo viaje, si se hace sin incidentes, no dura más de 15 o 20 minutos, pero claro, te tomará varios intentos antes. Podrás llegar a los créditos en unas 3 o 4 horas, dependiendo de las decisiones que tomes y de la suerte que tengas. La naturaleza es impredecible, y no hay buenas o malas decisiones. El instinto de supervivencia te dará más opciones, pero no te garantiza la supervivencia al cien por cien.
Eso sí, una vez que consigas más y mejores recursos, llegar al objetivo será relativamente fácil: ojalá le hubieran metido algo más de “caña”, porque no hay muchos momentos que nos lleven realmente al extremo y tengamos que hacer decisiones duras… que pongan en peligro a nuestros perros.
Can you pet the dog?
Sí, por supuesto: los perros son los verdaderos protagonistas, y puedes interactuar con ellos, acariciarlos, reconfortarlos si les atacan los lobos, o ver lo contentos que se ponen cuando les das de comer. También hay situaciones y “mini historias” con cada uno de los perros que merece la pena explorar (y para lo que tendrás que empezar el juego una segunda vez para encontrarte con todos los perros). Además, un diario recoge al final de cada viaje nuestras experiencias, lo que aumenta la sensación de progresión en su modelo rogue-lite.
The Red Lantern es una experiencia muy placentera. A pesar de algunos errores en las animaciones, los perros tienen mucha vida (aunque una gama de expresiones un tanto corta), y los escenarios con gráficos low poly son muy hermosos (por su concepción en primera persona sobre raíles, parece un juego de Realidad Virtual). A pesar de los peligros de la naturaleza, The Red Lantern es un juego muy relajante, a lo que también contribuye sobremanera su música y los catárticos monólogos de la protagonista, con la muy expresiva voz de Ashly Burch (Aloy en Horizon Zero Dawn). Todo el juego está en inglés.
Lamentablemente, hay otra sombra en el juego: los bugs. La versión que hemos jugado para analizar se actualizó justo antes de publicar el análisis, con la promesa de corregir los errores. Sin embargo, uno de esos bugs no se ha arreglado… y es la clase de bug que puede echarte a perder todo el progreso conseguido en tu partida guardada. Otros bugs encontrados durante la partida incluyen la pantalla yéndose a negro momentáneamente en algunos encuentros, aunque se podrá completar el juego sin problemas.
The Red Lantern – Excelente mezcla de narrativa y jugabilidad
The Red Lantern es un juego muy aventurado: una mezcla entre un juego narrativo y un roguelite que funciona. Sí hemos sentido que sus ideas se desinflan un pelín: el final de la historia es algo descafeinado, y las mecánicas de supervivencia se quedan cortas, haciéndose muy fácil al final con demasiada repetición de situaciones. Sin embargo, para cuando eso ocurre ya estás completamente enganchado al juego.
Es un juego corto, aunque con un gran valor rejugable, incluyendo situaciones que solo verás si inicias una partida de cero, y que merecen la pena ver. Pero compensa su brevedad de sobra con una experiencia que es verdaderamente única, que se atreve a mezclar como pocos la jugabilidad con narrativa.
Hemos analizado The Red Lantern gracias a un código digital cedido por Timberline Studio. Versión analizada: 1.0.2
Debe estar conectado para enviar un comentario.