Hoy en día, es muy fácil ir a la televisión y encontrar todo tipo de series policíacas y de crímenes, ya sean de estilo serio a lo CSI o Hawaii 5.0, o algo más cómicas del estilo Crimen en el paraíso. Pero en todas ellas, siempre se nos muestra al habitual equipo que (con sus más y sus menos) se compenetra y trabajan juntos, siempre del lado de la justicia. Pero a veces no es tan fácil, y es lo que viene a mostrarnos This is the Police 2, un interesante juego que nos pone a los mandos de nuestro propio departamento de policía, el cual dicta mucho de ser el ideal, en todos los sentidos.
Atención a todas las unidades
Como “sheriff” que somos (entre comillas, después veréis por qué), está en nuestras manos dirigir el departamento y ordenar a nuestros agentes que vayan a los diferentes incidentes que se producen en Sharpwood. De esta forma, el núcleo del título es la parte de gestión, en la que seleccionamos qué agentes mandar a qué sucesos. Este aspecto es muy importante: no todos los agentes son iguales y cada suceso requiere de unas habilidades y equipo especiales, aunque eso es difícil de saber hasta que empieza la acción. Porque sí, no solo tienes que enviar a tus policías, sino que también hay que seleccionar sus acciones… y acarrear con las consecuencias. Según la acción que tomemos y la habilidad de dicho personaje, a veces atrapas al criminal y otras veces puedes salir mal parado. Si todo sale bien, los personajes mejorarán y aprenderán nuevas habilidades para poder enfrentarse mejor a futuras situaciones.
Para bien o para mal, no todo es atender crímenes menores de este estilo, y en ese sentido This is the Police 2 está bien logrado: implementa todo tipo de situaciones y trabajos habituales de un policía. Por un lado, hay misiones de combate al estilo SRPG (tipo Fire Emblem) en el que desplegamos a nuestros agentes para abatir a los criminales. Aquí entran en juego las habilidades que se obtienen al cumplir los encargos normales, ya que les permite abordar a los enemigos de diferentes formas. También hay que hacer frente a crímenes graves, en los que los policías deben recoger pistas para enviar al culpable ante el juez. E incluso se puede interrogar a algún personaje que otro para desenmascarar una organización mayor. Al final del día, según lo que logremos, se obtienen anillas de lata que se pueden utilizar para reclutar a nuevos agentes y comprar nuevo equipo (habéis leído bien, se reclutan agentes… con anillas). Pero entonces, ¿dónde está el problema?
Pues, en primer lugar, que nuestros agentes no son lo mejorcito del cuerpo o, por qué no decirlo, son demasiado caprichosos. Estás en un pueblo medio perdido en una montaña nevada, ¿qué te puedes esperar? Un día, uno te dice que no puede trabajar porque va a salir un libro y quiere leerlo sí o sí, mientras que otro llega borracho y eso puede afectar a su rendimiento. Después, que si Ana no quiere trabajar con Ben, que si Kail no quiere ir a tal llamada… Puedes dejar que se salgan con la suya o quitarlos de tu equipo, pero no te conviene perder agentes (a menos agentes, peor se gestionan los incidentes). Si fallas muchas de tus tareas, puede ser malo.
Huyendo del pasado
Y es aquí donde nos encontramos de bruces con la historia y cómo esta se entremezcla con las mecánicas de juego. El que dirige el departamento no es otro que Jack Boyd, un expolicía perseguido por los federales por dedicarse a diversos negocios sucios en su anterior ciudad. La desesperación de Lilly, la actual sheriff incapaz de controlar su departamento, la lleva a poner a Jack al mando, aunque el fugitivo no tardará en aprovecharse de la situación. La historia es interesante, aunque al principio puede hacerse muy pesada y las secuencias de conversaciones son largas e interrumpen el flujo de juego. Y, como he dicho antes, la situación de Jack afectará a nuestras prioridades.
Además de los encargos normales, hay “trabajitos especiales” con los que conseguir servicios especiales de ciertos ciudadanos o para ganar dinero. ¿Dinero para qué? Ya no solo para comprar ciertos objetos y aprovechar esos servicios, sino para evitar que nos delaten y entreguen a los federales. Tampoco podemos olvidarnos de Lilly: si fallamos mucho en nuestro trabajo, será ella la que nos delatará. This is the Police 2 nos pone en una tensión constante y, aunque suene a tópico, me recuerda en cierta forma a Dark Souls. ¡Tranquilos! No veréis aquí el tópico de “El Dark Souls de los…”, pero ambos títulos tienen algo en común: te castigan por tus errores.
Tan solo el mero hecho de enviar un agente borracho a un lugar puede suponer que tenga un accidente. ¡Y eso es solo el principio! A lo mejor recibe una herida al intentar someter a un ladrón. O puede que varios agentes se pasen la noche en vela viendo pelis en el vídeo que tú decidiste poner en la oficina. Y si nos metemos en las secciones de combate, es todo más difícil. No esperéis curaciones, vitalidad ni nada de eso. Los combates son difíciles y en un instante ya puedes perder a un agente, o varios. Entre esto, el extorsionador y la sheriff, se convierte todo en un juego de malabares en el que, si se cae algo, todo se derrumba. This is the Police 2 tiene muchos aspectos diferentes a los que prestar atención, y eso hace que no sea un juego precisamente fácil. Es un juego desafiante desde el principio, y será cuestión de cada jugador ver si pueden aceptar el desafío.
This is the Police 2 – La vida de un policía no es fácil
Desde luego, This is the Police 2 ofrece una aventura policíaca diferente e interesante. Un relato sobre el lado más oscuro de las fuerzas de la ley, un sistema de gestión que te hará rascarte la cabeza más de una vez y una dificultad que, aunque no es excesivamente elevada, no te dejará tomarte las cosas a la ligera. Todo ello mostrado con un estilo artístico y unos diseños sencillos, pero esa sencillez refuerza todo ese ambiente duro que se crea mediante los personajes y el contexto.
Este análisis ha sido realizado gracias a un código de descarga proporcionado por Koch Media.
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