Afirmar que la saga de los jinetes del Apocalipsis vuelve a estar de actualidad no resulta, a tenor de los últimos acontecimientos, para nada descabellado. Que Nintendo Switch contará con su suculento trozo en este apocalíptico pastel es ya más que una realidad. A la llegada de la remasterización de la primera entrega se suma el reciente anuncio de Génesis, la más que previsible llegada de Darksiders 3 a la híbrida de los de Kioto y, como no podía ser de otra forma, Darksiders II Deathinitive Edition. Edición revisada del que para muchos es el mejor título de la franquicia y que, de la mano de Vigil Games Y THQ Nordic llega ahora a Nintendo Switch. ¿Listos para revivir las aventuras del jinete pálido? ¡Dentro análisis!
El reverso oscuro de Hyrule
Corría mediados de agosto de 2012 y un servidor venía ya de vuelta de revolotear con sus Angry Birds y disfrutar de un regreso a los orígenes «a medias» con mi querido cartucho de Resident Evil Revelations para mi persistente a la par que resistente 3DS. Fue entonces cuando Vigil Games, bajo el paraguas distribuidor de THQ, dio el campanazo con Darksiders 2. Una continuación que venía a ser un más y mejor en toda regla con respecto a la primera entrega. La historia nos pone en la piel, o más bien huesos, de Muerte, uno de los 4 Nephilim (una suerte de fusión de ángel y demonio) perdonados por el Consejo Abrasado a cambio de destruir a su propia especie. ¿Su misión?, demostrar al propio consejo la inocencia de su hermano Guerra de forma paralela a los hechos acaecidos durante la primera entrega (cuyo análisis tampoco debéis perderos).
Bajo esta premisa se nos presenta una aventura que sabe combinar con gran acierto acción en formato hack and slash, toques RPG (que se adentran mucho más en el sistema de botines), exploración y multitud de puzles. ¿Se parece a The Legend of Zelda? La historia, su ambientación oscura o las escenas sangrientas nos dejan claro que no. Ni esto es Hyrule, ni Link es uno de los 4 jinetes del Apocalipsis. No obstante, sabedor de que el que más o el que menos, todos hemos bebido de las fuentes de la Gran Hada, sí que podemos encontrar grandes paralelismos en lo referente a sus distintas mecánicas. Las mazmorras (interconectadas por grandes extensiones de terreno), los toques de rol, su apartado jugable o esos puzles en los que, con mecanismos y engranajes de por medio, hay que estudiar el entorno al milímetro son claro ejemplo de ello.
Un jinete de lo más polifacético
Darksiders II Deathinitive Edition sabe alternar con maestría sus combates con un sistema RPG que nos permite subir de nivel, desbloquear técnicas (a través de un completo árbol de habilidades), reforzar nuestras estadísticas, comprar (los enemigos y los cofres nos sueltan dinero y contamos con un simple pero efectivo sistema de compra-venta) o incluso descubrir nuevo armamento gracias a los distintos botines esparcidos por todo el mapa. Es cierto que su parte plataformera no supone un excesivo desafío, pero cada vez que superamos un nuevo puzle, ya sea accediendo a una nueva estancia, accionando un portal o girando un engranaje, comprendemos que lo que aquí se buscaba era dotar de fluidez y espectacularidad a su apartado jugable. Para ello, tenemos a nuestra disposición un amplio surtido de acciones como nadar, escalar, correr por las paredes, etc. Algunas están presentes desde el inicio del juego, otras las desbloqueamos durante el transcurso de nuestra aventura.
Por otro lado, todo lo que aparece en pantalla lo hace de forma limpia y ordenada, mostrando diversos indicadores como son el de salud (poco hay que explicar al respecto), la ira (poder mágico), la barra de experiencia y un medidor muy particular que nos permite adoptar, por tiempo limitado, nuestra forma original (Segador-Parca). Poder cabalgar a lomos de Desesperación, solicitar ayuda al cuervo Polvo si nos perdemos, combinar el amplio surtido de armas y habilidades a nuestra disposición o usar los distintos combos existentes, con un vistoso sistema de ejecuciones, hacen que cada batalla, destacando los enfrentamientos con los jefes finales, resulte todo un espectáculo. Por desgracia, en los momentos de mayor desenfreno la cámara nos ha jugado alguna mala pasada. Y no, no se trata de nada preocupante, pero sumado a los tiempos de carga existentes entre determinadas zonas y a los diversos bugs al acceder a zonas concretas del mapa, que nos han hecho tener que reiniciar la partida, hacen que la experiencia final se vea algo resentida. Por cierto, sí… contamos con vibración HD, pero funciona cuando quiere y como quiere.
Hablando de entornos… Darksiders II se nos presenta como un extenso mundo abierto (tres veces más amplio que el de su predecesor) compuesto por diversos pasillos que interconectan distintas regiones que, a su vez, se componen de varias mazmorras cada una. Muy al estilo, una vez más, de lo visto en las aventuras de nuestro querido Link. Además, la forma en que son concebidas dichas mazmorras es tan ingeniosa como satisfactoria es la sensación que queda en el jugador tras completarlas. Haber optado por enfocarlas a la exploración sin renunciar tampoco a la acción, es todo un acierto que se deja disfrutar. Exploración que, por otro lado, no se torna pesada, ya que el mapa nos permite realizar viajes rápidos con los que evitar las largas caminatas a lomos de Desesperación.
En relación a su duración, Darksiders II Deathinitive Edition puede superar, a poco que nos descuidemos, las 30 horas de juego. Sus distintos desbloqueables, los cofres ocultos o sus misiones secundarias pueden lograr mantenernos pegados al mando durante un largo periodo. Y enfatizo aquello de «puede», ya que no todo iba a ser un camino de rosas. El precio a pagar no es otro que el de la monotonía. Y es que no hemos podido quitarnos la sensación, presente durante todo el título, de que nuestro protagonista más que un ejecutor termina siendo un recadero dentro de una búsqueda de búsquedas…
Cabalgando a lomos de la excelencia artística
Pocos son los peros que Darksiders II Deathinitive Edition puede recibir en lo referente a su apartado artístico. La batuta de Joe Madureira, uno de los mejores dibujantes y guionistas de cómics de la actualidad y todo un amante de los videojuegos, se siente tras cada llanura, cada montaña o cada contrincante con el que nos cruzamos. Artísticamente hablando se aleja de lo visto en la saga The Legend of Zelda para coquetear, hasta cierto punto, con otrora famosa franquicia llamada Legacy of Kain. Es posible que gráficamente nos encontremos ante un título algo desfasado, pero no es menos cierto que el lavado de cara de esta versión, con unas texturas más elaboradas, en la que destacan las mejoras en determinados efectos visuales, como el mayor realismo del agua, la madera y la piedra e incluso los reflejos de los rayos en nuestra armadura, junto a una mayor resolución, hacen que el juego aguante bien el envite del tiempo.
En referencia a su rendimiento, si bien el título se muestra estable la mayor parte del tiempo, contamos con momentos, en batallas multitudinarias o al mostrar vastos y extensos terrenos, en los que la experiencia se resiente con algún tirón que otro. Volvemos a insistir, dichos momentos no arruinan ni mucho menos la experiencia de juego, pero sí que restan enteros a su conjunto. Se hubiera agradecido, como si ocurría en Darksiders, poder contar con varias opciones con las que poder dar prioridad a la estabilidad o a la carga gráfica. Por otro lado, las diferencias entre jugar en modo dock o portátil no son tan apreciables como en otros títulos. Recalcar que, más allá de un ligero aumento de nitidez, en ambas modalidades el título corre a 30fps (con algunos bajones). Resulta curioso observar cómo en algunos momentos los fps llegan a subir por encima de los 30 en portátil, mientras en el televisor ni se inmutan.
Si importante es la presentación visual, no menos capital resulta su apartado sonoro. Y es precisamente aquí donde bien merecen ser destacados dos aspectos distintos, pero indivisibles. Música y doblaje. En relación al primero, se entremezcla temas, propiamente dichos, de inspiración celta con esbozos acústicos que logran adaptarse con acierto a la atmósfera existente en cada una de las distintas zonas que recorremos. Es más, en algunos momentos podría parecer que nos encontramos en un templo de Hyrule. Por otro lado, sus diálogos, plagados de ingeniosos chascarrillos y conversaciones realmente interesantes. Destacando un doblaje a nuestro idioma patrio por encima de la media. Como dato curioso, las narraciones que escuchamos durante el transcurso de nuestra andadura se antojan demasiado bajas de volumen.
Darksiders II Deathinitive Edition – Apocalipsis con espíritu hyliano
Darksiders II Deathinitive Edition es un título que sabe mezclar con gran maestría géneros como el hack and slash, la aventura o el RPG. Puzles, acción, plataformas y rol cohabitan en armonía en un producto fuertemente inspirado en series como The Legend of Zelda, God of War o Legacy of Kain. Un más y mejor, en toda regla, con respecto a su anterior y primera entrega que, eso sí, se deja por el camino gran parte de la frescura primigenia. Su apartado gráfico aguanta, previo lavado de cara, el paso del tiempo satisfactoriamente y artísticamente poco se puede reprochar al pincel magistral de Madureira. En contraposición, nos encontramos ciertos momentos en los que su rendimiento se resiente, unos tiempos de carga que, sin ser excesivos, rompen la inmersión y la sensación de repetitividad que dejan muchas de sus misiones. Una aventura épica, no exenta de fallos y que no aporta novedades reseñables con respecto a su revisión de finales de 2015 (más allá de una vibración HD que funciona cuando quiere), pero que dejará un gran sabor de boca entre los amantes de los distintos géneros que toca. En definitiva, un título de peso, desde ya, en el catálogo de Nintendo Switch.
Hemos analizado Darksiders II Deathinitive Edition gracias a una copia digital cedida por THQ Nordic. Versión analizada: 1.0.0
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