Mukashi mukashi aru tokoro… No, así no. Érase una vez que se era… Bah, tampoco. Somebody once told me… ¡Agh, que no! ¿Cuál es la mejor forma de iniciar un cuento de hadas? Necesitamos un héroe o heroína… Bueno, el primer pardillo que veamos por ahí está bien. Lo normal es que haya un malo… Vale, eso lo tenemos, pero ¿qué hace el malo? ¡Ya está, robar caras! No es el mejor plan de todos, pero desde luego, cuando Nintendo decidió en su momento crear un JRPG basado en sus carismáticos personajes Mii, lo vio claro. Las caras son la esencia de los Mii, y es uno de los pilares fundamentales de Miitopia, el nuevo título RPG que ya está disponible en Nintendo Switch. Bueno, ¿de verdad es «nuevo»?
Para algunos de nosotros, Miitopia no es algo nuevo. Este título fue lanzado originalmente para Nintendo 3DS en 2017, sobre todo debido al gran éxito que tuvo Tomodachi Life, otro título basado en los Mii. Tras unos años desde ese lanzamiento, y dado el gran éxito de la híbrida de Nintendo, la compañía decidió darle una segunda oportunidad en Nintendo Switch. De hecho, se anunció totalmente por sorpresa hace solo unos meses, y ya lo tenemos disponible en nuestras consolas. NextN ya ha tenido la ocasión de salvar al mundo, así que os invitamos a que nos acompañéis en este relato.
Una cara para cada personaje, y un personaje para cada cara
El aspecto más llamativo en el que se centra Miitopia es, por supuesto, en los Mii. Claro está, no es el primer RPG (ni será el último) que te permite personalizar a los personajes. Pero aquí entran en juego dos factores, y uno de ellos es la cercanía de los Mii. Desde su primera aparición, Nintendo siempre ha jugado con ese concepto de “este Mii te representa”, especialmente con Tomodachi Life, donde podías poner a tu familia o amigos para vivir situaciones absurdas y divertidas. Aquí ocurre lo mismo: es tu aventura y la de nadie más. Pero, por otro lado, está que puedes personalizar a todos los personajes (incluyendo NPCs) para que sean quienes tú decidas. Aunque la historia sea la misma para todos, ese aspecto hace que la aventura sea tuya porque tú decides quién forma parte de ella.
Aquí hay que alabar uno de los principales añadidos de esta nueva versión, que son los editores de maquillaje y pelucas. El editor básico de los Mii es el mismo que el que viene de serie con la consola, no es nada nuevo. Pero estos nuevos editores (y nuestra propia creatividad) permiten hacer cosas disparatadas. Solo tenéis que buscar en Internet para encontrar todo tipo de creaciones muy logradas. ¿En qué otro juego podría haber formado un equipo con Corrin, Miku y Lilia? Solo en Miitopia. Si por un casual no se os da bien eso de crear cosas, tenéis la opción de usar los Mii de otros jugadores (de amigos o a través de códigos).
Miles de opciones dentro y fuera de batalla en Miitopia
Por mucho que hablemos de los Mii, no podemos olvidar que nos encontramos ante un JRPG, y en ese aspecto no defrauda. Las bases de este género (combates por turnos, habilidades y oficios) están ahí, pero se adaptan para que resulte más accesible ante un público que no está acostumbrado a ello. Los oficios y habilidades de cada uno son únicos, y se entiende el rol de cada uno de ellos en la batalla. Al principio, los oficios son más “tradicionales” (que si guerrero, clérigo y demás), pero poco a poco se desbloquean otros más alocados, muy en la línea de las locuras que te esperas de los Mii. También vemos ese aspecto disparatado en las armas y armaduras de cada oficio, con todo tipo de ideas absurdas y cucas.
Sin embargo, Miitopia también se esfuerza en añadir algo de su propia invención a la fórmula, y con un resultado muy satisfactorio: las relaciones entre los personajes y sus personalidades. Según la personalidad que le asignemos a cada Mii y cómo va mejorando su relación con otros Mii de la pandilla, se desbloquean más y más acciones que pueden cambiar el rumbo del combate. Por ejemplo, un personaje apacible puede ahorrar PM al usar una habilidad, o uno cabezota puede defenderse mejor ante un ataque. Al mismo tiempo, dos Mii que se lleven bien pueden animarse el uno al otro, protegerse del año o hacer ataques conjuntos. Sin embargo, si surgen rencillas entre los miembros de la pandilla, puede que rechacen las curaciones de sus compañeros o que interrumpan sus ataques. Las opciones en combate no se limitan a esto, sino que disponemos de otras funciones derivadas de esa “accesibilidad” que se busca. Normalmente, en un JRPG hay todo tipo de objetos para curar o hacer cosas adicionales. Aquí es muy sencillo: solo hay plátanos PV y caramelos PM (y cada miembro solo puede llevar 2 y 1, respectivamente). La novedad se encuentra en sistemas como los saleros (para reponer PV y PM, además de otros que se van desbloqueando con el tiempo) y el santuario, donde puedes apartar a uno de tus Mii durante el combate para curar estados alterados.
Sin embargo, echamos en falta algunos aspectos como poder controlar todas las acciones de la batalla. Durante el combate, solo puedes seleccionar las acciones de tu personaje (el primero que creas al empezar a jugar). El resto se consideran “compañeros” y actúan por sí solos. Se entiende que la idea es que, ya que los personajes tienen sus personalidades y relaciones, sean ellos los que actúen en consecuencia y que tengas que reaccionar a las diversas situaciones. Pero también se dan momentos en las que tu personaje principal no puede luchar, y en esos instantes tu papel se limita a ser un simple observador y a usar los saleros y el santuario cuando sea necesario.
La posada: el constante punto de reunión
La mayor parte del tiempo que pases jugando a Miitopia lo vas a pasar en dos sitios concretos: los combates y la posada. Esta se convierte en tu centro de operaciones al que vas a volver en muchas ocasiones y donde puedes seguir mejorando y personalizando a tus Mii. Es aquí donde se desarrollan y mejoran principalmente las relaciones, ya sea porque los Mii compartan habitación, por las escenas que se produzcan entre ellos o a través de los cupones de planes (todas ellas centradas en el humor y lo absurdo). También hay unos recreativos con dos minijuegos para conseguir dinero, armas, armaduras u objetos especiales.
Pero los dos aspectos principales son las compras y el papeo. El primero de ellos es quizá más polémico por dos razones. La primera es que, una vez más, no decidimos qué ni cuándo comprar. Solo podemos ver si un personaje quiere un objeto en concreto, le damos el dinero y cruzamos los dedos para que lo compre. ¿En serio? Sí, porque la mayoría de las veces compra el objeto que quiere, pero otras veces se presenta con un plátano o un caramelo. El dinero no es problema, porque lo recuperamos, pero ya es una oportunidad que hemos perdido de mejorar al personaje. La otra razón es el progreso en sí, ya que necesitas comprar todos y cada uno de los objetos para poder acceder al siguiente. Eso al principio es comprensible, pero más adelante (por ejemplo, al cambiar de oficio), significa empezar desde cero e ir ascendiendo otra vez. Y olvidaos de reutilizar los objetos de un personaje en otro: cada Mii se queda con lo que le hayas comprado, por lo que si tienes un segundo clérigo, tienes que empezar desde el objeto más básico. Con el tiempo, se desbloquea la opción de “catálogo” que te permite comprar cualquier objeto que ya hayas conseguido para esos casos en los que tienes dos Mii con el mismo oficio, pero incluso así, es pasar otra vez por caja y después tiene que ir de nuevo mejorando paso a paso.
Por otro lado, el papeo es una función muy interesante para mejorar las características de los Mii. Cada personaje posee sus propios valores según el oficio, y a medida que suben de nivel, estos aumentan. Pero también tenemos la opción de darles todo tipo de alimentos (que conseguimos de los combates o de cofres) para mejorar esos valores aún más e incluso personalizarlos. También entra en juego los gustos de cada personaje, ya que si les gusta el alimento, los valores aumentan más rápido, pero si lo detestan el resultado es menor. Tampoco podemos aprovecharnos demasiado de este sistema, ya que cada Mii solo puede comer un poco cada vez que va a la posada. Es un sistema bastante completo y muy necesario de cara a futuros combates.
Un camino muy largo
Si bien la parte del JRPG está bien construida, con una buena mezcla entre mecánicas tradicionales y nuevos elementos, nos encontramos ante un problema a la hora de hablar del progreso. No me refiero a nivel de historia (que sin entrar en demasiados detalles, es un poco estándar pero se disfruta), sino a nivel de avanzar en el juego y las cosas que se pueden hacer. Es normal que los RPGs sean juegos a los que tengas que dedicar muchas horas, pero la gracia de ello (en parte) se basa en la libre exploración. Tienes un objetivo y tienes que luchar, pero normalmente la exploración es más fluida. Eso no ocurre en Miitopia.
El mapa se estructura en niveles (representados por puntos) que debemos completar sí o sí para seguir avanzando. Y dentro de cada nivel, nuestra pandilla avanza de forma automática hasta que se producen los combates, encuentran tesoros u ocurren diversos eventos aleatorios. Al principio no parece tanto, pero a la larga (sobre todo cuando llegamos a mazmorras con muchos niveles que superar) se convierte en una tarea lenta y tediosa. Además, cada nivel puede tener rutas alternativas y (aunque no es obligatorio), si queremos completar cada nivel al máximo, nos vemos obligados a repetir esa fase para usar cada ruta. Quizá el objetivo era automatizar el proceso para que el viaje fuera más sencillo, o bien para asegurarte de que subes de nivel lo suficiente. Pero se percibe como una forma un poco artificial de alargar la experiencia de juego. Se ha intentado “solucionar” con la otra gran novedad, el caballo, que sirve como apoyo en los combates y para que los desplazamientos sean más rápidos (y que también cuenta con sus propias opciones de personalización). Sin embargo, no soluciona del todo este problema. Tampoco ayuda que al terminar cada fase, regreses de forma forzosa a la posada. Que sí, es necesario ir a la posada para fortalecer a los Mii y mejorarlos, pero que te obliguen a hacerlo al final de cada nivel aumenta la sensación de repetitividad. Y por si no fuera poco, durante la primera mitad de la historia nos vamos a encontrar con varios “reinicios forzosos” en los que empezamos de 0 con un nuevo oficio y nuevos compañeros (simplemente por motivos de historia) que te hacen sentir que pierdes gran parte del trabajo que has hecho hasta ahora… que más tarde lo recuperas, pero el planteamiento es extraño.
No podemos cerrar este análisis de Miitopia sin hablar del apartado artístico. Tratándose de un port de Nintendo 3DS, no se trata del juego que más aproveche lo que ofrece Nintendo Switch, pero la mejora a nivel visual es notable. Y además, tratándose del juego que es y su temática, no necesita ser exigente en cuanto a potencia. Eso sí, los escenarios son muy vistosos y coloridos, con una cierta variedad que se repite según el mundo en el que estés, pero no lo bastante para sentir que no hay cambios. Las melodías son también sencillas, pero resultonas, como todo el contexto del juego, y la variedad es bastante amplia.
Miitopia – Salvar al mundo nunca fue tan divertido
Las apariencias engañan, y eso ocurre un poco con Miitopia. A primera vista parece un juego bastante sencillo, pero al entrar en él descubres un sistema RPG con muchas opciones y combinaciones. Ya sea por la personalidad de tus Mii o por cómo se lleven entre ellos, siempre te llevas alguna sorpresa al descubrir nuevas acciones. El mejorado editor de Mii supone un añadido fascinante para desatar la creatividad, y es divertido ver cómo interactúan tus héroes en todo tipo de situaciones. Sin embargo, la experiencia se ve un poco lastrada cuando vemos que la exploración es bastante repetitiva y simple, como si únicamente observaras de lejos. Aun así, no deja de ser un título que se disfruta de principio a fin (aun con sus variados defectos) y que hace las delicias de aquellos que busquen una experiencia RPG más ligera. Y colorín, colorado… ¡este Mii ya se ha pirado!
Hemos analizado Miitopia gracias a un código digital cedido por Nintendo España. Versión analizada: 1.0.3
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