[Crónica] Pokémon GO Safari City de Valencia 2025: de rutas por toda la ciudad

Entrenadores Pokémon invadieron la capital del Turia de norte a sur y de este a oeste.

Durante este último fin de semana de septiembre de 2025, entrenadores venidos de todas partes del planeta se reunieron en Valencia para capturar pokémon y de paso hacer turismo. Siempre y cuando levantaran la vista de la pantalla del móvil para admirar los monumentos, edificios históricos y modernos de la ciudad. A diferencia del Zone Safari de Sevilla, el área del safari no se limitó a un parque de la ciudad (el parque del Alamillo), sino que ha abarcado la ciudad al completo, de ahí el cambio de Zone a City. Incluso algún colaborador lo ha llevado a nivel provincial. Eso ha conllevado un reto, algunas diferencias de organización y una forma distinta de vivir este  Pokémon GO Safari City con novedades que se estrenaron por primera vez en España en esta ocasión.

 

Comienzo de la jornada y entrevista improvisada

En la mañana del sábado teníamos una cita en el local de «La Harinera», una antigua fábrica de harina situada en el barrio del Grao, a escasos 200 metros del puerto. Allí comenzaba nuestro trayecto, con el desayuno de prensa, al que asistió el campeón de Europa y subcampeón del mundo de Pokémon GO de 2025, Leo Marín, alias P4T0M4N. También representantes del ayuntamiento de Valencia y de las iniciativas València Innovation Capital y València Game City. El recuento de asistentes continúa con los embajadores Pokémon de las comunidades Jardines Viveros y Valencia PoGO. Y acabando con el jefe de Márketing de Pokémon GO España, Ignacio de la Cierva, que dio la charla inicial.

 

 

Pero antes de la charla, ya dentro de la Harinera, aún medio perdidos, cerca del escenario nos encontramos a P4T0M4N junto a su padre. Y así al acercarnos surgió una entrevista inesperada e improvisada en la que el padre de P4T0M4N nos contó todos los puntos positivos que tiene el juego y ha tenido para su hijo. Para él Pokémon GO es un juego social y educativo, que ves en persona con quién juegas, sales a la calle…

 

Nos reveló que realmente Leo Marín no pasa mucho tiempo con el juego al día, además de que el propio juego limita el tiempo de juego, por lo que se ve que es eficiente en el tiempo de juego. Comentaba que al final no se trata solo de saberse todos los pokémon y sus movimientos, sino también saber llevar una estrategia. También mencionó que salir al extranjero por los campeonatos le sirve para mejorar con el inglés. Por supuesto, los estudios los lleva bien. Y claro, siendo profesor, cómo no iba a tener en cuenta que el juego y el campeonato no afecte a sus estudios. Durante toda la entrevista tenía una cara de estar muy orgulloso de su hijo.

 

Ya después de la charla nos tomamos un tentempié y hablamos con diferentes personas. Para sorpresa nuestra, charlando con la representante del ayuntamiento nos comenta que en el kit que nos dieron había un bonobús de 10 viajes personalizado con motivo del City Safari. Bonito detalle del que no nos habíamos dado cuenta al ver lo que contenía la bolsa.

 

A coleccionar sellos

Tras varias fotos de rigor, comenzamos la ruta. En este Safari hay que rellenar una tarjeta con tres sellos distintos obtenibles en cada una de las 3 sedes: La Harinera, El C.C. El Saler junto a la Ciutat de les Arts i les Ciències, y la Estació del Nord de València. Había desde la primera sede dos rutas guiadas por los embajadores: una hacia el centro comercial y otra hacia la estación de trenes. Nosotros seguimos la ruta al C.C. El Saler porque no nos daba tiempo a la otra ruta (cuestiones laborales).

 

 

Durante el camino unos se paraban a hacer incursiones a gimnasios pokémon del camino, otros iban capturando criaturas. Nanao (mi pareja y también redactora en NextN) iba buscando smolives, que viniendo ella de Sevilla, era obligación conseguirlos, buscando el shiny o variocolor. Un niño que iba en el grupo consuguió un Smolive variocolor casi al inicio del paseo. Ella no lo consigió en toda la ruta a pesar que haber atrapado aceitunas para montar una fábrica de aceite. Irónicamente consiguió una en casa. Vaya carcajada que soltó.

 

Tras atravesar el río por el puente Azud de Oro, situado entre l’Oceanogràfic y el Museu de les Ciències, llegamos al centro comercial donde nos esperaba el segundo punto de sellado de la tarjeta. Allí estuvimos unos minutos viendo la cantidad inusitada de pokémon y poképaradas que inundaba la pantalla de los móviles. Intentar capturar un pokémon determinado era casi misión imposible, o aparecía otro pokémon por medio o una poképarada. Lo mismo para las poképaradas, que más de una vez acababas apuntando a un pokémon. Y allí había dos poképaradas con sello de safari.

 

Caza de sellos de Valencia

Y aquí está la novedad de los Safari, la caza de sellos de Valencia. Repartidos por la ciudad hay ciertas poképaradas en lugares emblemáticos de la ciudad en los que se puede conseguir un sello safari en Pokémon GO: La Estación del Norte, el Ayuntamiento, las torres de Serranos, la plaza de la Virgen… Había por toda la ciudad. De ahí que para conseguir el máximo hubiera que caminar.

 

El juego te avisaba si había una poképarada con sello cerca, y seguir la señal en el mapa, algo que tanto foráneos como mi pareja sevillana, como los locales agradecen mucho. Si además tienes un valenciano de guía, genial. A cada sello conseguido tienes la oportunidad de capturar un Eevee explorador. Y cada uno de los dos días mediante los sellos podías conseguir hasta 8 Eevees, 17 en total si sumamos que se consigue uno mediante una investigación especial del City Safari.

 

 

Ya una vez conseguidos los dos sellos que había en el C.C. (una del propio C.C. y otro en los cines), nos dispusimos a volver a casa. Momento que aprovechamos para estrenar uno de los dos bonos para volver en autobús parte del trayecto. Durante el mismo, fuimos viendo más poképaradas con sello (Puerta del Mar, río Turia…) y coleccionando los que quedaban cerca de la ruta del autobús, aunque no pudimos completar los 8 sellos.

 

Segundo día de City Safari

El domingo por la mañana decidimos que el lugar de inicio fuese la Estació del Nord. Allí conseguimos el tercer sello, cuya tarea de estampar nos la cedieron a nosotros. Seguidamente paseamos con tranquilidad y sin prisas por el centro de Valencia buscando sellos y pokémon variocolor. Pasamos por la plaza del ayuntamiento, el Mercado Central, con su mercadillo de los domingos, la Lonja de la Seda y demás puntos importantes de la ciudad, todos con sus poképaradas sello.. Y a todo esto, Nanao consiguió un Eevee variocolor justo en la poképarada sello que aparece de imagen detrás del Eevee explorador del evento: las Torres de Serrano.

 

 

Aunque no era cosa exclusiva del centro, por todas partes había una mezcla de turistas y jugadores de Pokémon GO bastante llamativa. Era muy curioso ir por callejuelas del centro y encontrarte con un grupo de jugadores que vuelven de conseguir un sello mientras que un grupo de turistas venía en bici. O alguno maldiciendo al burrito sabanero. «P*** burro sabanero, siempre por medio», «Tío, esto está plagado de burros sabaneros» era de los más oído. No por nada uno de los pokémon destacados del safari es un Mudbray, y la densidad de pokémon era tan alta que había que hacer malabarismos para intentar capturar el que querías. Y además, es un pokémon que solo se puede conseguir en un evento de safari.

 

Ya en el antiguo cauce nos dirigimos a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y de ahí al C.C. para descansar y comer. Igual que en el centro histórico, el antiguo cauce del río Turia iba rebosante de gente de todo tipo. Deportistas, meditación en grupos, familias con los niños jugando en los distintos parques y explanadas, turistas en carricoches, una despedida de soltero y hasta un grupo de baile de salón.

 

A eso se le suman los entrenadores, muchos con carteles indicando los pokémon que buscaban para intercambiar. Se les reconoce por la pulsera del equipo al que pertenecen (o las 3 pulseras), camisetas y accesorios de Pokémon o animes, y/o cable de carga colgando del móvil.

 

 

¡Ah! Y pokeparadas a tutiplén. Durante el fin de semana se han añadido centenares de pokeparadas y gimnasios pokémon solo para el safari, que desaparecerían a las 18:00 del domingo. Así nunca nos podíamos quedar sin provisiones de bayas ni pokebolas. Al contrario, tuvimos que gestionar el espacio de inventario de objetos y pokémon continuamente.

 

Ya con los 8 sellos y aumentando, nos paramos a comer y a reposar las piernas. Descubrimos que aunque pudiésemos conseguir más sellos, después del octavo ya no podíamos obtener más Eeves exploradores. Como curiosidad, a todos en el centro nos saltó la alarma a la vez por el aviso de las tormentas. Y entre tanto entrenador, una abuela que sabía más del juego que yo, explicando a sus nietas. Estaba toda la familia, tres generaciones, jugando a Pokémon GO. Ya con la barriga llena, los pies más descansados, y los móviles con cada vez menos batería, nos dirigimos al punto de partida, a La Harinera.

 

Recta final del City Safari

Allí asistimos a la última actividad, un concurso de preguntas sobre Pokémon GO. El día anterior por la tarde hubo un torneo al que no pudimos asistir por trabajo. A cada ronda premiaron al ganador con un peluche, y quedaban dos de Charmander. Hubo polémica por algunas respuestas, pique entre los primeros puestos, pero fueron unas rondas muy divertidas. Entre los participantes había nombres muy graciosos. Al final, entrega del último premio y despedida por parte del jefe de márketing Nacho.

 

 

Como aún quedaba media hora hasta las 6 de la tarde, apuramos los últimos minutos capturando pokémon mientras nos dirigíamos a la parada de metro/tranvía más cercana. Hasta que llegó el momento y de repente cada pokémon que intentábamos capturar se esfumaba del mapa en cuanto lo seleccionabas.

 

El resultado del fin de semana, varios pokémon variocolor cazados, Eevee, Feebas, Goomy, Sandygast, Klink, Archen, 2 Smoliv, un alijo de pegatinas, pósteres, pulseritas y gorros de cartón de Eevee, y una tarjeta que nos entregaron al conseguir los 3 sellos físicos. Al canjearlo conseguimos esta increíble cantidad de recompensas: una frambu dorada y un huevo suerte. ¡Ah! ¡Y los bonobuses! Y hasta aquí la crónica de un par de redactores que recorrieron más de 15 kilómetros el domingo cargados de unos cuantos cacharros y que gastaron 3 baterías portátiles además de la de los móviles.

 

Conclusiones y fin de ruta

Podríamos pedir mejoras para una hipotética próximo Safari en Valencia. En Safari Zone de Sevilla hubo muchas decoraciones y tenía poképaradas físicas que además eran puntos de recarga de móviles. Sin embargo se entiende que no pueden llenar Valencia de poképaradas físicas, pero sí al menos en los 3 puntos de sellado. Y hacer alguna actividad más tanto en los otros puntos como en el principal. Yo qué sé, ¿karaoke pokémon? Lo de tener en un par de mesas folios y pinturas para pintar pokémon podrían hacerlo en los otros dos puntos también.

 

Dos detalles que casi se me quedan en el tintero. Los Eevee exploradores se pueden evolucionar y las evoluciones conservan el gorro de explorador. Y el segundo detalle es que los McDonald’s se convertían en poképaradas con módulos cebo permanentes y gimnasios pokémon. No solo los de la ciudad, sino los de la provincia entera. Y no solo eso, sino que también los pokémon que salían con más frecuencia durante el safari, también lo hacían fuera de la ciudad de Valencia. De hecho un Smoliv variocolor nos salió fuera del cap i casal.

 

Al final acabamos reventados, con agujetas en las piernas, con ganas de tirarnos al sofá y no movernos más en horas, pero la experiencia fue muy buena. Cansados pero contentos. Queremos agradecer a Hugo y Paula, que fueron muy amables tanto por correo como en persona, a Nacho por la organización, a la representante del ayuntamiento de València, a los embajadores y a los voluntarios repartidos por los 3 puntos de la ciudad. Y ahora que has llegado hasta aquí, ¿te ponemos un sello?

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