¿Alguna vez has probado a zambullirte en un videojuego que es famoso por lo difícil que es? Hoy en día hay mucha variedad en cuanto a la accesibilidad de las obras, lo cual es positivo, porque cada persona tiene sus gustos y lo importante al final del día es disfrutar de este mundillo. Sin embargo, las ganas de los desarrolladores por incrementar su círculo de posibles compradores, provoca que estén cada vez más enterradas las clásicas murallas aparentemente infranqueables que, al caer, le propinan al jugador una merecida dosis de euforia. La verdad es que no les culpamos por esquivar crear dichas murallas, porque además de limitarse su público a cierto nicho, juegan con la posibilidad de frustrar en lugar de divertir si se pasan de la raya. ¿A dónde queremos ir a parar? Pues que en este texto vamos a hablarte de un recopilatorio que ha traído de vuelta a un dúo de obras nacidas en PSP que hacen gala de una dificultad infernal, digna de ese lugar llenos de pingüinos llamado «Netherworld». La franquicia estrella de Nippon Ichi, Disgaea, al fin ha empezado a traer sus spin offs hasta Nintendo Switch y para celebrarlo, ¡acaba de aterrizar el análisis de Prinny 1•2: Exploded and Reloaded!
¿Qué tienen unas bragas y un postre en común? Pues… ¡Dood!
Vamos a ver… ¿Cómo podemos explicar esto sin que parezca una broma? Bueno, a veces la realidad supera a la ficción, ¿no? ¡Empecemos sumergiéndonos en la «dulce» historia de «Prinny: Can I Really Be the Hero?»! Tras la desaparición del postre de Etna, su escuadrón de Prinnies se ve forzado a conseguir otro para calmarla. Pero por desgracia, la cosa no iba a ser tan sencilla como acercarse al supermercado: no vale uno cualquiera, deben conseguirle un «Ultra Dessert», un manjar que la mayoría de demonios dan por un mito. Y lo peor es que solo tienen hasta el día siguiente por la mañana para lograrlo. En circunstancias normales, ni un millón de Prinnies son suficientes para semejante labor, al éstos explotar con suma facilidad en diversas circunstancias, pero gracias a una extraña bufanda, esa explosividad se ve mermada. Tenemos diez horas, muchos ingredientes por reunir a lo largo del Netherworld y solo mil guerreros «pingüinísticos» que se van pasando la bufanda cual corredor en una carrera de relevos mortal. ¿Es esta una misión imposible plagada de humor? ¿A este ejército le espera una muerte segura? ¡Su futuro depende de tu habilidad como jugador!
Si el argumento de la primera entrega te parece peculiar, el de «Prinny 2: Dawn of Operation Panties, Dood!» te va a dejar sin palabras. En su búsqueda de objetos raros, un tipo que se hace llamar «Phantom Thief» tuvo la genial idea de robarle la ropa interior a Etna. Ni que decir tiene que esto puso a la misma hecha una fiera, acabando la cosa en unas circunstancias similares: 1000 vidas, 10 horas (pasa una con cada nivel atravesado) y esta vez en lugar de ingredientes, los Prinnies buscan «items» raros para así usarlos como trampas y tenderle una emboscada al dichoso ladrón. Adicionalmente, tanto en Prinny 1 como en su secuela, existe una historia oculta en la que Asagi intenta conseguir su sueño: ser la protagonista de un videojuego. No obstante, para acceder a esta historia que actúa como una alternativa en Prinny 1 y como una enfocada al «post-game» en Prinny 2, debes reunir 10 torn tickets o cartas que van apareciendo con el pasar de las horas del contador tras un reto de parkour disponible en el «lobby». Te avisamos de que ese reto empieza siendo suave y que cuando vayas por sus últimos coletazos, quizás te entren ganas de rendirte y ver la historia adicional en vídeos de Youtube.
¿Cuántas horas ofrece esta endemoniada combinación? Responder a esa pregunta es difícil, porque en gran medida depende de la habilidad de cada uno. En el supuesto de que seas capaz de completar ambos con las primeras 1000 vidas y no te vayas por las ramas, entre 20 y 30 horas. Pero si tratas de obtener todos los logros, los coleccionables, desbloquear personajes y posibilidades ocultas, o pelear contra todos los jefes, el contador se dispara de lo lindo. Por cierto, la trama en esta ocasión es anecdótica. Vamos, una excusa para que los Prinnies saquen sus armas a relucir. Las líneas de diálogo cuentan con poco margen de maniobra y apenas da tiempo a que haya algo de desarrollo en los personajes o a que su humor termine de calar (ojo: algún que otro puntazo sí que hay). Prinny 2 gana una pizca de profundidad, pero no nos engañemos, el argumento sigue cogido con pinzas. Ambos se venden juntos en físico o por separado en formato digital a través de la Nintendo eShop y la trama del primero no aporta nada al segundo, a excepción de lo de Asagi, por lo que si quieres, puedes saltar a la segunda entrega directamente sin mucho problema. Eso sí, te recomendamos que antes de probar cualquiera de los dos le des un tiento a Disgaea 1 Complete para entender mejor ciertas cosas que no vamos a detallar para evitarte spoilers.
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy
Antes comentamos por encima a los jefes, pero no mencionamos que el orden en el que se hacen las cosas afecta mucho a la experiencia. Para el que no lo sepa, la noche es una especie de multiplicador de poder para los demonios del Netherworld, y ese hecho canónico de la franquicia aquí también se ha trasladado a los escenarios (más hostiles y llenos de precipicios en periodos nocturnos). Prinny 1•2: Exploded and Reloaded sigue una estructura bien definida: 6 niveles al principio, cada uno con una dificultad independiente que crece, y luego 4 que se suceden entre sí sin que tengamos voz al respecto. El grupo de niveles iniciales permite que los visitemos en el orden que queramos, pero está el problema de que la dificultad sube cuantas menos horas quedan en el contador, por lo que es muy recomendable empezar con los que tienen más estrellas de dificultad. Sin ir más lejos, ¡cambian hasta los «bosses»! Por lo que para enfrentar a todos los posibles de cada escenario, hace falta pasarse el juego varias veces.
¿Cómo de difícil es pasarse estos títulos? Para responder a esa pregunta, vamos a alejarnos de las típicas comparaciones y simplemente afirmar por experiencia propia que este par es capaz de hacer que te sientas orgulloso de ver los créditos. El avance del tiempo es sinónimo de precipicios e ingentes cantidades de enemigos, que a menudo están colocados de tal forma que un mero roce con un adversario se convierte en perder una vida cayendo hacia un abismo, sin importar la dificultad. Al introducir plataformas destruibles, mecánicas y enemigos nuevos a tener en cuenta y quitarle un punto de vida al modo «Standard», Prinny 2 nos dio la sensación de ofrecer un desafío mayor. Que hablando de dificultades, «Prinny: Can I Really Be the Hero?» dispone de dos que puedes cambiar sin alterar al desarrollo de los acontecimientos: «Hell’s Finest» (mueres con solo un toque) y «Standard» (caes con 4). Mientras tanto, «Prinny 2: Dawn of Operation Panties, Dood!» cuenta con 3 opciones: «Hell’s Finest», «Standard» (te debilitas con tres golpes) y el «Baby Mode». El modo más sencillo es como el «Standard» del primero, pero sustituyendo las bufandas de los iconos de salud por pañales, metiendo bloques de apoyo que sirven para evadir más de una caída o bloquear ataques enemigos y pañales adicionales sueltos en medio del camino.
En Prinny 1, las posibilidades ofensivas y defensivas de nuestros «pingüinos» son reducidas. Pueden dar culazos cayendo en picado para aturdir a enemigos, activar «checkpoints» o «Action Switchs» (provocan cosas en el escenario) y darle al «botón» que abre la puerta contra el jefe o los jefes de turno. A eso hay que añadirle un ataque normal desde el suelo y uno en el que lanzan unas especies de ondas de energía desde el aire con el movimiento de sus armas («air slashs»). Luego son capaces de aplastarse, agarrar cosas (o enemigos aturdidos) y lanzarlas, girar con instantes de invulnerabilidad (se marean si abusas), correr unos momentos al dejar de girar y por último está el polémico salto. El control aéreo de un pingüino, como te imaginas, es malo. En otras palabras, hay que calcular muy bien los brincos, dado que no es posible cambiar la trayectoria de los mismos una vez estás en el aire. Sobra decir que los culazos para frenar en seco el viaje hacia una muerte segura y el salto restante, son herramienta valiosas. Prinny 2, por su parte, añade algo de salsa al asunto gracias al «Break Mode». Rellenar el «Combo gauge» recogiendo dulces, atacando y propinando culazos lo activa y este tiene varios efectos positivos en los Prinnies. En primer lugar aumenta el ritmo y la potencia de los ataques, y en segundo lugar están las «Break skills». Estas son 3: un culazo reforzado que además de aturdir, hace daño; la bufanda adquiere forma de puño al girar, haciendo daño y aturdiendo a la vez; finalmente, está «Prinnikaze». Con «R+Y» en el aire, el Prinny se lanza hacia adelante como si fuera un misil, realizando un daño importante a aquellos que se le cruzan por el camino.
Hace unos párrafos dijimos que desbloquear personajes y posibilidades ocultas lleva su tiempo. Para hacerlo, es necesario obtener a «Concierge» resucitando cierta alma con el orbe correspondiente, gastar determinadas cantidades de dulces y unas invitaciones con forma de carta que provienen de enemigos: cofres voladores raros de ver («presenters») o jefes. Esas cartas hay que entregárselas a la «Concierge» y esta ,posteriormente, pide que paguemos dulces a cambio de las instalaciones que va a poner. Si por alguna razón quieres desactivar temporalmente lo que hace alguna, la «Concierge» también se hace cargo de esa gestión. ¿Qué hacen las invitaciones? Verbigracia, una de ellas está resguardada por uno de los enemigos más poderosos del juego, que originalmente era un DLC. Esa invitación permite una locura: que nos saltemos todo el recorrido previo hasta llegar al jefe de cualquier escenario. Otro ejemplo, esta vez de la invitación de un cofre volador: la instalación «Prinny Memorial» otorga la posibilidad de usar Prinnies del banquillo como poderosas bombas para dañar a enemigos (cada explosión es una vida menos).
Los años se notan, pero aun así hay cierto encanto
Es innegable que salir originalmente en PSP y el pasar de los años, no le ha hecho un favor a esta pareja. Hubo un aumento de la resolución y los DLC están incluidos, pero nada notorio fuera de ahí. Eso sí, tampoco se puede negar el mimo que le pusieron a las animaciones de las diferentes sprites o el trabajo que hay detrás de sus escenarios coloridos y variados, que tras bambalinas están planeados al milímetro para rascarte vidas con frecuencia incluso si te alejas del alocado «Hell’s Finest». ¿Qué tal va el rendimiento? Cuando se producen grandes explosiones en pantalla, el movimiento se ralentiza, pero eso es algo que rara vez pasa y el resto del tiempo no hay problema alguno, sin importar que la consola esté en modo dock o portátil.
Tenpei Sato no es el compositor más famoso del mundo, pero sí que es uno que le ha sazonado muchos momentos al redactor de este texto, como los vividos durante las dos aventuras que componen este pack. Con decir que sus temas gozan de calidad, que sabe qué hacer para cubrir todo lo que le piden y que su música es, a estas alturas, uno de los pilares que más personalidad aporta a la franquicia Disgaea, lo decimos todo. Dejando la banda sonora a un lado, las voces están en japonés e inglés. Si bien es cierto que el doblaje anglosajón de los personajes principales es decente, la calidad decae en el momento en el que los secundarios entran en escena. Por suerte, los seiyuus japoneses no faltaron a esta cita y al haber voces como la de Junji Majima (Ryuuji en Toradora!) o la de Kaori Mizuhashi (Mami en Madoka Magica), nos decantamos sin dudarlo por las actuaciones de voz niponas.
Prinny 1•2: Exploded and Reloaded – ¡Nadando entre la diversión y la frustración!
En definitiva, Prinny 1•2: Exploded and Reloaded es un recopilatorio de dos plataformas con carisma que consigue jugar con fuego sin llegar a quemarse. Sí, es muy frustrante a veces e incluso puede causarte algunas molestias en la mano tras hacerte machacar la «Y» como un psicópata contra un jefe endiabladamente poderoso, pero… el subidón que recibes al atravesar sus desafíos, sin lugar a dudas, engancha. Si buscas un reto con el que poder presumir un poco y el inglés o el francés no es un problema para ti, esta propuesta es candidata a entrar en tu colección por la puerta grande.
Hemos analizado Prinny 1•2: Exploded and Reloaded gracias a una copia digital cedida por NIS America. Versión analizada: 1.0.2
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