
Corría el año 96. Super Mario 64, Quake, Diablo, Super Mario RPG o un tal Resident Evil pululaban por la agenda jugable de los que ya calzamos ciertas canas. No obstante, si hubo un título que llamó especialmente mi atención fue Tomb Raider. Una espectacular aventura en tercera persona (3D) repleta de puzles, acción y tumbas que saquear. Por desgracia, y aunque sea ley de vida, la saga, ideada por Toby Gard (Core Design) y publicada por Eidos Interactive, comenzó a sufrir signos claros de agotamiento con el paso de los años. Al menos hasta que en 2013 Crystal Dynamics decidío dar un claro giro rupturista con un reinicio, en su décima entrega, que reconstruía los orígenes de Lara Croft. Aportando, por el camino, un toque mucho más humano y de supervivencia. Pues bien, Aspyr ha decidido, así por sorpresa, traer Tomb Raider a Nintendo Switch 1 y 2 en forma de Definitive Edition. No te pierdas nuestro análisis, centrado en la versión de Switch 2, para descubrir que tal ha salido el port.
Un reinicio tan explosivo en lo jugable como rupturista en lo narrativo
El hilo narrativo de Tomb Raider: Definitive Edition nos lleva a encarnar a una joven e inexperta Lara que, libre de cualquier tipo de mochila vital, se ve envuelta en una serie de desastrosos, y dolorosos, acontecimientos tras naufragar en una inhóspita isla. ¿Nuestra misión? Simple y llanamente sobrevivir a la primera gran aventura de nuestra querida y aguerrida arqueóloga. ¿El problema? La vida no piensa darle un solo respiro.
Conviene destacar que el claro componente survival no hace que el peso narrativo desaparezca de la ecuación jugable. Y es que los instantes de progresión plataformera, resolución de puzles o pura acción se suceden sin solución de continuidad mientras la trama discurre en un falso segundo plano. No en vano, llega un momento en el que ambos, apartados, jugable y narrativo, parecen fusionarse de una forma tan inteligente como inmersiva. Un logro que, más de una década después, sigue intentando emularse con éxito dispar dentro de la industria videojueguil.
No vamos a profundizar demasiado en lo que ya sabéis, pero los combates siguen resultando tan variados, abundantes, intensos y entretenidos como antaño. Más aún si cabe gracias al componente survival del que hablaremos más adelante. Eso sí, destacar su intuitivo y orgánico sistema de cambio de armas, multitud de habilidades e incluso la posibilidad de apostar por el sigilo en muchos momentos. Aunque, eso sí, la IA de los enemigos nota el paso de los años… Por otro lado, a pesar de contar con zonas relativamente abiertas, la exploración, aunque importante para los coleccionables e items y para las tumbas ocultas, pasa a un segundo plano. A pesar de todo, los «momentos escalada» y parkour molan. Y sí, gracias a las habilidades desbloqueables, también contamos con backtraking. Los puzles tampoco destacan ni por su complejidad ni por su abundancia. Centrándose en el sistema de físicas del juego.
Un survival de lo más casual
Una de las primeras cosas que llama la atención de Tomb Raider: Definitive Edition es su claro, aunque accesorio, enfoque «survival». Algo palpable en el Modo Instinto y en la inclusión de un sistema de mejoras simple, pero bastante efectivo. En relación al primero, Lara cuenta con una suerte de visión especial con la que poder analizar nuestro entorno al más puro estilo Assassin’s Creed. Basta presionar un botón para que se resalten en pantalla los objetos/objetivos importantes. Y hablamos de enemigos, animales, munición, etc. ¿Eres un purista?, ¿lo consideras innecesario? Sin problema, basta con no dar uso a dicha habilidad.
Por otro lado, también disponemos de un sistema que nos permite mejorar las habilidades y el equipamiento de Lara. El primero, gracias a un escueto árbol de habilidades desbloqueables, que se divide en tres ramas: Cazadora, Superviviente y Luchadora. Eso sí, para desbloquearlas necesitamos recolectar puntos durante la aventura. El segundo, y nos centramos en el armamento, canjeables a cambio de los materiales obtenidos al saquear cuerpos, cajas, etc.
A pesar de todo lo anterior, la causalización es más que evidente. Sí, a pesar de los botiquines (un añadido que no tiene demasiado sentido) la salud de Lara se regenera sola. Por lo que, más allá de ganar algo de experiencia, cazar animales con nuestro arco termina siendo un apartado cosmético. Y es que, como veréis con vuestros propios ojos, los usos del arco son, precia mejora, mucho más variados. Algo que, como os podéis imaginar, resulta realmente satisfactorio
La edición más completa en lo jugable
En términos de duración, completar la historia de Tomb Raider: Definitive Edition puede llevarnos unas 10 horas. Cifras que pueden incrementarse si decidimos completar todos los coleccionables, tumbas, secundarias, desafíos, etc. Por si fuera poco, esta «Definitive Edition» incluye todo el contenido descargable lanzado hasta el momento. Es decir, una mayor capa de personalización para nuestras armas, una tumba adicional y nuevos mapas para el apartado multijugador. Todo ello sin mencionar los documentos adicionales, el libro de arte digital, los comics, vídeos y diversos cosméticos. En relación al Modo Multijugador, y como ya ocurrió originariamente, sus 4 modalidades de juego resultan entretenidas, pero no van mucho más allá.
Por otro lado, y nos centramos en los controles, el Modo Ratón (exclusivo de Switch 2) acerca la experiencia a la de PC. Aunque la sensibilidad y una extraña disposición de botones hacen que el resultado no sea el mejor. También contamos con controles táctiles para navegar por la interfaz de juego y giroscopio. Eso sí, a la espera de una nueva actualización, dicho giroscopio no sirve para apuntar, sino solo para mover la cámara e inspeccionar las reliquias encontradas. Una limitación que, siendo sinceros, resulta incomprensible a estas alturas.
Un port a medio camino
Alcanzamos uno de los puntos más polémicos de Tomb Raider: Definitive Edition, el gráfico. El título a cargo de Crystal Dynamics sigue luciendo bastante bien. El problema aquí radica en que el port ha terminado siendo un híbrido entre las versiones de Xbox360 o PS3 y la Definitive Edition de PS4. Siendo diseñada para sacar el máximo rendimiento en la híbrida original. Los recortes en las sombras, los juegos de luces, el pelo e incluso la vegetación son más que evidentes. Eso sí, el título se mueve a 60 rocosos fps en Nintendo Switch 2 (30 en Switch). Por otro lado, la sucesora de la híbrida mueve el juego a mayor resolución y cuenta también con algo más de follaje y vegetación. ¿Parche en camino? Ojalá.
En lo que respecta al apartado sonoro, el juego mantiene su notable doblaje al castellano. Con múltiples líneas de texto y voz que hacen ganar en inmersión emocional a la aventura. La BSO, a cargo de Jason Graves (Dead Space, Far Cry, etc.) y los efectos sonoros logran acompañar al resto del juego con bastante acierto. Aportando, por el camino, un toque aventurero y una pizca de epicidad. Algo, por otro lado, especialmente disfrutable en modo portátil con los auriculares puestos.
Tomb Raider: Definitive Edition – Un port sólido en lo jugable, pero justo en lo técnico
Puede que no se trate del mejor port, y el hecho de que haya sido elaborado pensando en la híbrida original y no en Switch 2 lo atestigua. No obstante, Tomb Raider: Definitive Edition nos presenta una de las mejores y más completas aventuras de Lara Croft. Toneladas de acción, toques survival, un gran mundo por descubrir y explorar y todos los extras lanzados hasta el momento. Cosméticos y multijugador incluidos.
Sí, los recortes técnicos con respecto a la versión de PS4 son más que palpables. A pesar de que en Nintendo Switch 2 se mueve con algo más de resolución y unos rocosos 60 fps. Luciendo especialmente bien en modo portátil. No obstante, es cierto que termina dejando, solo en términos de rendimiento y no jugabilidad, un sabor agridulce. Es decir, se entienden los recortes en Switch, pero para nada justifican la limitaciones en Switch 2. Y es que el «regreso» de Lara merecía un mayor grado de dedicación. Eso sí, y con ello damos por finiquitado este análisis, que nadie olvide que llega al mercado a poco más de 15 euros. Algo que, en estos casos, suele ser directamente proporcional al trabajo llevado a cabo en las labores de porteo.
Hemos analizado Tomb Raider: Definitive Edition en Nintendo Switch 2 gracias a un código digital cedido por Aspyr. Versión analizada: 1.0.1














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