Cuando uno es adolescente, tiene una fase donde termina queriendo ser como esos personajes en los que se ve reflejado de series, películas, libros o videojuegos. En mi caso, eso ocurría con todos los personajes edgys que se cruzaban por delante de mí. Pero mi punto álgido tuvo lugar con Travis Touchdown, el asesino otaku que iba por ahí con una katana láser en un juego de Wii. Evidentemente, por aquel entonces no veía que era una parodia constante y un auténtico perdedor, pero ahí estaba yo pensando «buah, es que soy yo literal». Quitando lo de ir matando gente, claro está. Poco más de dos años después llegó Desperate Struggle, la secuela del No More Heroes original y antes de que me quisiese dar cuenta estaba enamorado de SUDA51 como autor.
Guste más o guste menos, no se puede negar que Goichi Suda (SUDA51) es uno de los creativos más particulares de la industria japonesa. Sin ser del todo mainstream, no llega tampoco a ser del todo indie, (aunque Grasshopper Manufacture está más cerca de esto último al tener solo 20 miembros en plantilla), y es una situación en la que se le nota cómodo porque le deja hacer lo que realmente quiera y cuando no le dejan, se encarga de decirlo. Es un tipo peculiar que le puso de eslogan a su compañía «Punk is not dead», que sin duda encaja a la perfección con su forma de ver y hacer las cosas. Pero también es alguien que con el paso del tiempo dejó de dirigir juegos y se quedó en una posición de productor, director ejecutivo o guionista. A lo tonto, llevábamos desde 2008 sin que se pusiera el gorro de director ,hasta que en 2019 lo volvió a hacer con Travis Strikes Again, el prólogo del que sería No More Heroes III. Y por fin, tras tantos años de espera y un prólogo que más que saciar el hambre, hacía que se nos pusiesen los dientes largos con el regreso del Asesino Errante, ha llegado el día de coger la katana láser y salir del retiro como asesino.
Advertencia: este videojuego está clasificado como PEGI 18, por lo que los menores de edad no deben estar leyendo este análisis. Las personas más sensibles podrían quedar afectadas por algunas escenas violentas.
Santa Destroy, querida y vieja amiga
Me vais a disculpar si en esta ocasión empiezo hablando de la parte técnica y la jugabilidad del título, y es que es algo que es mejor quitárselo cuanto antes, porque sé perfectamente por dónde le van a venir los palos a No More Heroes III. Lo primero que llama la atención del título es que, en esta ocasión, está construido en Unreal Engine 4, abandonando el look de cómic con las sombras exageradas que tenían las anteriores entregas y apostando por un acabado distinto en los modelos de los personajes, con más brillos y detalles. Para gustos colores, desde luego, pero aunque la nueva estética no me desagrada y uno se acostumbra enseguida a ella, me quedo con la anterior.
A diferencia de Desperate Struggle, que se eliminó la posibilidad de pasear por Santa Destroy, aquí no solo podremos pasear por la ciudad como en la primera entrega, sino que tendremos otras ciudades y áreas cercanas para visitar. Sin duda, el poder pisar de nuevo la ciudad es un guiño, junto a otros tantísimos homenajes y paralelismos que hay con respecto a las otras entregas.
Lo que sí que no es un homenaje, y eso que me gustaría pensar que es intencional, es que Santa Destroy se visita tal cual estaba en el juego original. Volver a caminar por Santa Destroy (o cualquiera de las otras zonas a visitar) es volver catorce años después a observar solamente cuatro modelos de viandantes, cuatro de coches y una ciudad fantasma y que encima va mal a nivel técnico, con caídas de frames bestias —aunque esto parece haber mejorado con la versión 1.01— y elementos apareciendo de golpe en la lejanía. Al igual que el título original, la ciudad está salpicada por diversos puntos desde los que acceder a combates de oleadas, conseguir camisetas de un alien si cumplimos ciertos objetivos, recoger varios tipos distintos de coleccionables y hacer trabajos para ganar dinero con el que pagar las facturas para acceder a los combates contra jefes. Aún así, he de admitir que hay mimo en el diseño de la ciudad. Se nota el paso de los años, la evolución que ha tenido durante esta década y está llena de pequeños detalles para los que se conocían de memoria la Santa Destroy de anteriores entregas y quieran perderse a mirar cómo han evolucionado sus barrios.
Cosa que puede que hagamos casi sin darnos cuenta, porque antes de pagar para ir al combate importante ahora hay que explorar la zona en busca de unos combates prestablecidos contra grupos de aliens. Estos combates en su concepto tampoco es que brillen por su variedad al tratarse de arenas con más o menos variaciones, que tendremos que repetir varias veces antes de ir del tirón a por el jefe. Sí, esto es lo que sustituye a las pantallas temáticas en la que matar masillas a diestro y siniestro antes de los jefes. No, yo tampoco entiendo por qué las han quitado, porque aunque sigue siendo un «ve de aquí a allí matando a los enemigos de este área para ir a la siguiente», cada una tenía su personalidad y estaba adaptada al asesino del final. Y da aún más rabia porque gran parte de la personalidad de Travis Strikes Again eran precisamente estas pantallas previas al jefe, cada una única. Al final, muchas veces parece que es una forma súper artificial de farmear dinero y rellenar algo de tiempo de juego para llegar a las quince horas de turno que dura cada entrega de la saga.
¿Y sabéis lo mejor? Que todo esto importa, porque resta, pero importa muy poco porque lo importante está en otro lado.
Travis 🤝 SUDA51: estar desatados
Puede sonar un poco a snob y todo lo que queráis, pero a poco que conozcais a este autor y al estudio sabréis que a los juegos de SUDA51 no se viene por la técnica y la ejecución, que siempre suelen ser justas. Si en algo brilla desde el comienzo de su carrera Goichi Suda, es en pensar mucho más allá de lo convencional, darle todas las vueltas de tuercas posibles a las ideas, hacer personajes estrafalarios y escribir el guión más loco y con mejores diálogos que el noventa por ciento del entretenimiento. ¿Es una afirmación muy loca? Puede, pero una cosa tengo que decir al resto de los fans que seguro que se les va a dibujar una sonrisa en la cara: si buscáis todo esto en No More Heroes III, preparaos porque se nota que SUDA lleva una década queriendo contar cosas, queriendo hacer este juego y está completamente desatado.
No puedo entrar en detalles, porque no quiero arruinar ninguna sorpresa, pero desde la secuencia de introducción, el tutorial y las primeras cinemáticas se nota que No More Heroes III es algo distinto. Las escenas son más largas, con diálogos muy bien escritos, mejor actuadas, más frecuentes, mejor dirigidas y frecuentemente están probando cosas nuevas de cámaras, secuencias y planos. Incluso se ha dividido el avance como si fuesen capítulos de un anime con su opening y ending. Se nota que han pasado diez largos años para Suda y su forma de contar las cosas, experimentando con distintos tipos de animación, narrativa… referenciando a tantísimas cosas directa e indirectamente que los cazadores de guiños se lo van a pasar bomba.
Pero todo este tiempo no solo ha pasado fuera del juego, también dentro del mismo. Como ya vimos en Travis Strikes Again, nuestro protagonista ya no es un chaval. Rozando con la punta de los dedos la cuarentena, no solo está machacado físicamente, también lo está mentalmente y por eso se retiró de todo esto de los asesinatos y las clasificaciones de la UUA. Pero justo cuando pensaba que estaba fuera, se ve obligado a meterse de nuevo cuando una invasión alienígena ataca su ciudad. Algo similar ocurre con su relación con Sylvia, que a pesar de estar casados y con hijos, no parece estar pasando por el mejor momento y la femme fatale evade todas las preguntas personales del otaku. Seguir siguen siendo los mismos personajes, pero son esos detalles los que te hacen mirar atrás y ver cómo han evolucionado respecto a la primera aparición, como si comparas un personaje de la primera temporada de una serie con su versión de la quinta.
Y puede que Travis esté algo más reflexivo con el paso de los años, pero en cuanto al combate está más salvaje que nunca, gracias entre otras cosas a los sesenta fotogramas por segundo. La experiencia ha hecho de Travis un luchador mucho más agresivo y rápido, entre otras cosas porque su katana ahora cambia automáticamente entre varias de las katanas de las anteriores entregas en función de los golpes realizados. Esto, junto a los movimientos de lucha libre, que como novedad ahora también recargan la batería de la katana, los poderes y transformaciones que le ofrece el Death Glove hacen que el combate no sea mucho más complejo que las anteriores entregas, pero sí el mejor combate con espadas que ha hecho Grasshopper hasta la fecha. Rápido, ágil, pero sobre todo divertido y variado a la hora de enfrentarse a muchos de los jefes finales, aunque quizás estos pequen un poco de ser algo fáciles en el modo de dificultad normal.
«Soy un PUTO SUPERHÉROE»
Al igual que los anteriores, gran parte del peso de No More Heroes III sigue recayendo en sus enemigos. Desde luego, los diseños de Masanori Ushiki son de lo más «alien» que uno puede imaginarse. Cada uno es totalmente distinto al anterior, y lo mismo pasa con sus personalidades. FU y su ejercito son conquistadores y la Tierra no es el primer planeta ni es el último en su lista de colonización. Son la panda más fuerte del universo, hasta el punto de tomárselo todo como un juego, porque no consideran la posibilidad de morir a manos de los terrícolas. El resultado de esto es que por primera vez se tenga una sensación de que Travis se enfrenta a una organización, con sus objetivos y fines y no a enemigos que están esperando a que Travis venga con la espada láser en la mano a por ellos.
Suda ha continuado aquí lo que empezó en Travis Strikes Again en cuanto a profundizar en la psique y motivaciones de los enemigos a través de sus niveles. Pero a diferencia de aquel entonces, aquí se sigue haciendo a través de escenas de cada uno de los aliens con FU, donde se explican sus historias, pasados, rencillas internas, su forma de pensar y sus canciones. Por cierto, hablando de canciones, seguro que a los fans os alegrará saber que muchas de las canciones y sonidos clásicos están de vuelta. Pero seguro que os alegra más saber que Nobuaki Kaneko y Kazuhiro Abo le han dado su toque de metal alternativo a una banda sonora que acompaña a la perfección al título entre canciones viejas y nuevas. El resultado: unos cuantos temas, musicales y vocales que van a dar el salto de cabeza a las listas de reproducciones de más de uno.
No More Heroes III – Todo lo que esperábamos de SUDA51, en lo bueno y lo menos bueno
Dentro de No More Heroes III hay dos tigres. Uno es un tigre chiquito, con problemas y carencias para explorar entornos vacíos y encargados de hacer misiones repetitivas. El otro tigre es grande, fuerte y es capaz de tirar del carro gracias a sus dos fuertes bíceps: un sistema de combate divertido, rápido y dinámico; y una historia loca, desatada, bien escrita y con unos personajes que vuelven mejor de lo que esperábamos y otros nuevos que se van a quedar en la mente de los fans con más facilidad que muchos de los asesinos que cercioramos hace más de diez años.
Ya depende de cada uno sopesar cual de los dos tigres es más importante, en función de los gustos personales. Es evidente que No More Heroes III tiene fallos y problemas, eso no se le va a escapar a nadie y hay que ser consecuentes con ello. Pero también es cierto que, por norma general, SUDA51 siempre falla en eso, porque sus fortalezas son otras. Si sois de los que venís aquí para ver la nueva temporada de No More Heroes, vuestro anime favorito, esperando un guión loco y a la altura de lo que el mejor SUDA51 sabe hacer, felicidades, coged el frío número que puede ser la nota, multiplicadlo 51 veces y esa es la nota del juego, porque a veces el conjunto es más que la suma de las partes.
Hemos analizado No More Heroes III gracias a un código digital cedido por Grasshopper Manufacture. Versión analizada: 1.01
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