La saga Dragon Quest es una de las sagas de RPG más longevas y legendarias de todos los tiempos por muchos motivos. Uno de esos motivos, como bien saben los fans acérrimos de dicha saga, es su banda sonora, repleta de composiciones épicas y atemporales, salidas de las manos de un hombre que tiene su nombre escrito en letras de oro en el olimpo histórico de los videojuegos: Koichi Sugiyama. Hoy, por desgracia, nos hemos levantado con malas noticias al respecto. El legendario Sugiyama nos dejó para siempre el pasado 30 de septiembre, a la avanzada edad de 90 años.
Hasta siempre, Koichi Sugiyama
Nacido en 1931, el veteranísimo compositor está considerado, junto a Nobuo Uematsu y Koji Kondo, una de las personalidades más importantes de la música de los videojuegos. Amante y compositor de la música clásica, fue uno de los primeros compositores de la industria, y aunque participó en decenas de títulos y bandas sonoras de anime, se labró una carrera legendaria principalmente por su participación en todos los títulos de la saga Dragon Quest, incluyendo el más reciente, Dragon Quest XI. Junto a Yuji Horii, creador de la saga, y Akira Toriyama, diseñador de sus personajes, formó un trío que se ha mostrado sólido e indisoluble durante décadas, sobre todo en Japón, donde ha sido durante décadas un referente y un modelo a seguir para los compositores de las siguientes generaciones.
El funeral de Sugiyama está previsto como algo íntimo y privado, puesto que sólo asistirán su familia y sus amigos más allegados. Sin embargo, Square Enix no ha querido dar la espalda a la pérdida de un personaje tan importante en la historia de la compañía, y ha confirmado que planean hacer su propio homenaje al legendario compositor, aunque aún está por fijar una fecha para este homenaje. Con el fallecimiento de Koichi Sugiyama, una de las sagas más legendarias de la historia se queda en silencio, huérfana. Comienza una nueva era para Dragon Quest, pero estamos seguros de que, sea quien sea quien tome el relevo del maestro, procurará mantener vivo su espíritu. Descanse en paz, maestro Sugiyama.